Cinco cosas que debe saber sobre la guerra en Gaza y no se atreve a preguntar

La tormenta de acero continúa golpeando Gaza. Mientras el presidente israelí, Simon Peres, advierte que la ofensiva terrestre sobre la Franja podría llegar “bastante pronto”, su homólogo palestino, Mahmud Abas, habla de “genocidio” contra el pueblo palestino. Las Fuerzas de Defensa de Israel intensificaron ayer su ofensiva aérea contra Hamás, el grupo islamista que gobierna en Gaza, donde atacaron más de 160 objetivos con fuego de artillería naval y cazabombarderos. Los muertos palestinos ascienden tras la pasada noche a 81, incluidos once niños. Los heridos se cuentan por centenares, más de 550 según el Ministerio de Salud de la Franja, que asegura que el 70% de los muertos son civiles.

Mientras, las milicias palestinas continúan atacando Israel con sus cohetes, que alcanzan distancias nunca vistas hasta la fecha. Medio centenar de proyectiles cayeron ayer sobre las ciudades hebreas, 14 de los cuales fueron interceptados por el escudo antimisiles Cúpula de Hierro, un sistema defensivo financiado por EEUU que, según el Tzahal, está teniendo un 90% de efectividad. Ninguno ha causado víctimas entre la población israelí.
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El secuestro y posterior asesinato de tres jóvenes israelíes (Eyal Yifrah, de 19 años; Gilad Shaar, de 16, y Naftali Frenkel, también de 16 años), cometido presuntamente por dos miembros de Hamás, fue el detonante que activó la escalada de tensión. Los tres estudiaban en una escuela religiosa del bloque de colonias de Gush Etzión. Desaparecieron el 12 de junio mientras hacían autostop en un popular cruce de Cisjordania en el que no había vigilancia alguna. Después llegó la venganza, cuando seis ultranacionalistas judíos asesinaron y quemaron a un adolescente palestino en medio de una oleada de ataques y manifestaciones nacionalistas al grito de “¡muerte a los árabes!”.

Presionado por el ala derechista de su Gobierno, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se enfrentó al difícil dilema de cómo responder a los asesinatos sin provocar un conflicto armado de proporciones incontrolables. El ala más dura del Ejecutivo fue tajante: Avigdor Lieberman, líder del partido de derecha radical Israel Beitenu, tachó las conversaciones con los palestinos de “error” y días después rompió la alianza electoral con el partido de Netanyahu.

Lo mismo sucedió con las posturas más radicales dentro de Hamás, los líderes de las Brigadas Azedim al Kasam (su brazo armado), que exigían venganza tras la operación en Cisjordania para encontrar a los jóvenes hebreos secuestrados, en la que fueron detenidas más de 400 personas. Lastrada por la debilidad que la ha obligado a buscar un acuerdo de reconciliación nacional con Al Fatah, la cúpula política de Hamás claudicó ante las presiones de los extremistas.

La respuesta no es sencilla. Una excesiva presión militar contra Hamás podría allanar el camino para que otras milicias más radicales y vinculadas a Al Qaeda aprovecharan el vacío de poder y lanzaran un golpe de Estado, advierten analistas militares citados por The Telegraph.

Incluso aunque Hamás niega el derecho de Israel a existir, oficiales hebreos consideran que el grupo islamista es el menor de todos los males que podrían florecer en Gaza si la ofensiva militar lanzada por Tel Aviv debilita a Hamás hasta que roce el colapso. La Franja de Gaza ya es el hogar de oscuros grupos extremistas, incluida una facción que es leal al Estado Islámico (antiguamente ISIS), mundialmente conocido después de que amplias zonas del norte de Irak cayesen bajo su control en cuestión de semanas.

“Una posibilidad en la que la operación militar israelí podría resultar contraproducente sería sacudir el control de Hamás sobre el terreno hasta el punto de que se permitiera a otras facciones, incluidos los yihadistas, pasar a un primer plano”, señala el general de brigada Michael Herzog, un comandante de las Fuerzas de Defensa Israelíes retirado y antiguo jefe de gabinete del ministerio de Defensa, citado por The Telegraph.

“Por tierra o por mar, ni un rincón de su tierra estará en paz”. La amenaza es obra del portavoz de las Brigadas Al Qassam, el brazo armado de Hamás. Sus cohetes no sólo propagan el miedo entre los israelíes por su cantidad (más de 227 desde que el Ejército hebreo lanzó la operación Margen Protector), sino también porque nunca habían llegado tan lejos.

El brazo armado del grupo islamista exhibe un poder desconocido hasta la fecha: sus cohetes han llegado hasta Jerusalén y Tel Aviv, pero también hasta las afueras de Hadera, localidad ubicada en el norte de Israel, a 100 kilómetros de Gaza, y al pueblo de Zikron Yaakov, a 120 kilómetros, la mayor distancia recorrida hasta la fecha por un proyectil lanzado desde la Franja. Hasta ahora han provocado un herido leve.

En este instante hay más de 3,5 millones de israelíes bajo la amenaza de los cohetes, según las Fuerzas de Defensa de Israel. Las sirenas antiaéreas que durante años han causado pánico en el sur de Israel ahora atemorizan al norte. Los habitantes de Tel Aviv pensaban en el pasado que eran inmunes a los ataques desde Gaza. El Ejército israelí asegura que al menos 72 cohetes fueron disparados ayer desde la Franja de Gaza mientras que el sistema antimisiles Cúpula de Hierro, ha interceptado varios proyectiles, incluido uno en las últimas horas en la zona de Tel Aviv.

Según la Casa Blanca, el jefe de la diplomacia estadounidense, el secretario de Estado John Kerry, pretende “comprometerse fuertemente” en la crisis y restaurar el alto el fuego. No obstante, Washington se ha mantenido apartado hasta ahora (y con un ojo sobre las elecciones legislativas de noviembre). El antiguo responsable de los servicios secretos israelíes, Ami Ayalon, ha declarado al Times of Israel que EEUU no presiona enérgicamente en pos de una tregua. “Hoy, lo que se ve desde aquí es que a América no podría importarle menos”.

Mientras, el senador republicano y antiguo aspirante a la presidencia John McCain cree que Kerry debería desplazarse a la zona “e intentar tal vez hacer un poco de diplomacia itinerante”. Estados Unidos, insiste, podría jugar un papel constructivo.

La Administración Obama trabaja actualmente en un plan de seguridad a lo largo del río Jordán para contener las amenazas de los grupos terroristas que campan por la región. El general retirado John Allen ha presentado una serie de opciones, incluida la de reemplazar a las Fuerzas de Defensa de Israel por un contingente multinacional, y crear lo que han llegado a definir como “una de las fronteras más seguras del mundo”.

Hamás está quebrado y en bancarrota. Ha perdido a algunos de sus aliados más importantes y sus líneas de suministros a través de Egipto han sido cortadas. El grupo islamista que gobierna la Franja de Gaza con puño de hierro se encuentra en su momento de mayor debilidad desde su fundación, en 1987. Aun así, su brazo armado continúa lanzando cohetes contra Israel.

¿Por qué? Hamás no tiene otra opción que luchar, señalan analistas citados por CBC News. “Hamás está en crisis, pero no hay forma de que detenga esta campaña militar contra Israel porque la organización no encuentra una buena manera de salir de esto”, señala Shaul Mishal, uno de los expertos más reconocidos del país.

Tras días de bombardeos de la Fuerza Aérea israelí, que asegura haber matado a líderes del grupo, ¿puede este contraatacar? Hamás aún controla la Franja de Gaza, pero ya no gobierna el enclave costero, un territorio de 360 kilómetros cuadrados habitado por 1,8 millones de personas. El mes pasado formó un Gobierno de unidad con su rival en Cisjordania, Al Fatah (fundado por Arafat). Parece que la cúpula de Hamás estaba trabajando activamente para mejorar sus relaciones con Al Fatah, pero la luna de miel tocó a su fin cuando los tres jóvenes israelíes fueron secuestrados en Cisjordania el 12 de junio.

Los cadáveres de Eyal Yifrah, Gilad Shaar y Naftali Frenkel fueron descubiertos hace una semana escondidos bajo unas rocas. Mientras Hamás negaba repetidamente la autoría los secuestros (que más tarde reivindicó un grupo yihadista), Khaled Meshal, su líder político, felicitaba a “las manos que llevaron a cabo el secuestro de los colonos”.

Una explicación detallada del origen del odio de los palestinos hacia los judíos y sus consecuencias, siendo una de estas el lamentable secuestro y asesinato a sangre fría de 3 jóvenes israelíes ¿De dónde viene? ¿Qué hacen las autoridades palestinas para incentivar esto? ¿Cuáles son las prácticas de Hamas?

Todo eso explicado en menos de 15 minutos y con evidencia de peso.


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Hamás lanzó la provocación e Israel ha respondido con extrema dureza. Ambos bandos están envueltos en una nueva escalada de violencia en la que parece casi imposible que vayan a conseguir sus objetivos

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1 ¿Cuál es la causa de la actual escalada de violencia?
El lanzamiento masivo de cohetes desde Gaza a Israel. Los islamistas de Hamás lanzaron muy deliberadamente una lluvia de cohetes con plena conciencia de que Israel no se iba a cruzar de brazos. Una situación que se vio exacerbada por el secuestro y asesinato de tres jóvenes estudiantes israelíes en Hebrón.

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2 ¿Por qué lanzó Hamás ese ataque?
Hamás está en sus horas más bajas en Gaza, y lucha por su supervivencia política. Tras el golpe del general Sisi en Egipto, ha perdido el fundamental apoyo de Egipto y de los Hermanos Musulmanes. Está en bancarrota económica, no tiene dinero ni para pagar los sueldos y la población de la Franja no puede vivir solo de proclamas políticas. Hamás necesita una «victoria» más o menos simbólica para sobrevivir.

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3¿Qué puede esgrimir Hamás como «victoria»?
Cualquier enfrentamiento entre palestinos e israelíes se salda con un baño de sangre entre los primeros. Pero otras veces Hamás se las ingenió para presentar como una «victoria» ese mismo baño de sangre. La relajación de los controles en la frontera o la liberación de presos en Israel parecen muy improbables a esta altura del conflicto. Podría presentar como «victoria» la caída de un cohete en el centro de una gran ciudad israelí o la infiltración de algunos de sus milicianos armados. Aunque en tal caso Israel recrudecería aun más sus ataques.

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4¿Qué persigue Israel en esta operación?
Israel ha declarado que su objetivo es eliminar la capacidad de Hamás para lanzar cohetes sobre Israel. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha asegurado que será una «operación a largo plazo», pues no está dispuesto a que un par de semanas después de un alto el fuego Hamás vuelva a repetir sus ataques.

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5¿Puede destruir Israel la capacidad operativa y militar de Hamás?
Hamás dispone de un arsenal de unos 10.000 cohetes. Podría resistir un mes y medio o dos meses de operación. Es un plazo muy largo, que comportaría un altísimo número de víctimas. Y aunque Israel destruyera todas las actuales bases militares de Hamás, la organización ya ha mostrado otras veces su capacidad para recuperarse rápidamente, gracias también al apoyo de Irán. Asunto distinto es si de esta crisis Hamás va a salir debilitado o no ante la población palestina, que antes de la actual crisis ya estaba cada vez más descontenta con los islamistas.

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6¿Es posible la reanudación del proceso de paz para una solución estable en la zona?
La construcción del Muro aumentó considerablemente la seguridad de Israel. El Muro puede ser muy reprobable en términos morales, pero de su eficacia para proteger a los israelíes de ataques palestinos no cabe ninguna duda. El Muro, sin embargo, creó en la población israelí el espejismo de creer que el problema palestino había terminado. Que habían ganado la guerra y dentro de los límites del Muro podrían mantener un Estado seguro y llevar una vida más o menos normal. El proceso de paz ha quedado muy relegado en la agenda política israelí. Los «halcones» han ganado en fuerza. Y Netanyahu ha esquivado todas las presiones internacionales -las de Obama en primer término- para entrar en un proceso negociador.

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7¿Habrá una invasión de Gaza por fuerzas de tierra?
Una invasión por tierra es una apuesta de alto riesgo, que multiplicará el número de víctimas. Pero si alguno de los cohetes de Hamás consigue hacer daño, se multiplicarán las posibilidades de una guerra total. El gobierno israelí ha dado muestras de división. Y aunque Netanyahu no se alinea precisamente en el lado de las «palomas», ha rechazado hasta ahora las propuestas más radicales. Una invasión ísraelí para quedarse en el terreno podría convertirse a largo plazo en una ratonera para las tropas. Los analistas la descartan. En cambio, sí sería factible una invasión de castigo, de ida y vuelta.

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8¿Apoya la población estas operaciones militares?
Israelíes y palestinos de a pie sueñan con vivir en paz una existencia como la del resto de los mortales. Pero, por lo visto, no basta con ese deseo. Los palestinos de Gaza arrastran una vida miserable y claustrofóbica, hacinados en un territorio sin salida, sin posibilidad de encontrar trabajo ni perspectivas vitales. Es un caldo de cultivo para todo tipo de fanatismos y demagogias. La población israelí, sobre todo en la frontera con Gaza, está harta de vivir bajo la constante amenaza de que les caiga una lluvia de cohetes palestinos y apoya la intervención de su Ejército con la esperanza de que sirva para desarmar a Hamás.

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9¿Qué hace la comunidad internacional?
Por el momento, pedir contención a unos y otros... y poco más. Estados Unidos y la Unión Europea condenan el lanzamiento de cohetes por Hamás y reconocen el derecho de Israel a defenderse, pero no ocultan sus ansias por empujar a Netanyahu hacia un proceso serio de negociación. Los palestinos piden «protección internacional», pero esta no va a llegar sin un previo acuerdo de paz.

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10¿Es posible una mediación de Egipto como en anteriores ocasiones?
Por el momento parece difícil. El gobierno egipcio no tiene la influencia que tenían los Hermanos Musulmanes sobre Hamás y tampoco parece muy dispuesto a mantener grandes exigencias a Israel.

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11¿Es este un conflicto sin solución?
Dentro y fuera de Israel y territorios palestinos muchos empiezan a creer que este es un conflicto eterno, sin solución, que se arrastrará por los siglos de los siglos. No es un planteamiento admisible, ya que condena a la violencia y la miseria eterna a la población. Este es un conflicto, además, que envenena todo Oriente Próximo, donde la estabilidad no parece posible sin una solución a este conflicto.

La TV egipcia, muestra una realidad que la TV occidental, en general e hispanoparlante en particular no enseña. Eso sí, a la hora de mostrar cadáveres de niños palestinos y culpabilizar de sus muertes a Israel, están esos medios occidentales en primera fila, sin preguntarse siquiera, qué hacían los niños en las líneas de fuego.


>> Los habitantes de Gaza le tienen más miedo a Hamás que a las FDI

>> Realidad de Palestina, objetiva e imparcial

>> Los muertos palestinos que no interesan

Mientras escribo estas líneas seguramente Israel continúa sus ataques contra la Franja de Gaza y sus tropas continuarán desplegándose, en territorio palestino, para neutralizar y exterminar el accionar terrorista de Hamas que, desde colegios, hospitales, viviendas particulares y túneles ataca a poblaciones, personas e intereses de Israel.

Ese accionar terrorista no es nuevo y se alimenta de la victimización del pueblo palestino para destruir a Israel, y al pueblo israelí, convirtiendo a los civiles palestinos en escudos humanos y mártires por la causa de “liberación de Palestina”.

A los terroristas de Hamas y de Oriente Medio les viene muy bien exhibir cadáveres de niños humeantes, rostros de ancianos heridos, viviendas destrozadas por las bombas o mujeres llorando a sus muertos. Esas imágenes y los testimonios recogidos por periodistas internacionales son el mejor modo de traicionar la verdad, apelando al sentimentalismo y a las emociones, para enemistar a Occidente contra Israel y suscitar adhesiones hacia su proyecto de terror.

Sin embargo, tengamos en cuenta que HAMAS, o el Movimiento de Resistencia Islámico, es una organización yuhadista, nacionalista e islámica cuyo objetivo es constituir un estado propio en la región histórica de Palestina, que comprendería Cisjordania, Israel y la Franja de Gaza, actuando para ello a través de diversas organizaciones de superficie, de carácter religioso y, principalmente, mediante sus Brigadas de Ezzeldin Al Qassam, brazo armado que practica el terrorismo.

Declarada organización terrorista por la Unión Europea, los Estados Unidos de Norteamérica, Japón, Canadá, Australia e Israel, entre otros países, desde el año de su cración (1987), Hamas ha perdido a varios de sus dirigentes, incluyendo su fundador y líder espiritual, por acciones militares acometidas por Israel.

En su carta fundacional, Hamas, evidencia la influencia de teorías conspirativas antisemitas, incluyendo los llamados Protocolos de los Sabios de Sion, fuente principal del antijudaismo nazi y, desde el año 2007, tras enfrentarse con su rival Al Fatah, Hamas se hizo con el control de la Franja de Gaza, gobernando hasta la actualidad la Autoridad Nacional Palestina lo cual provocó, con total razón por su parte, un bloqueo a la franja por parte de Israel.

En ese contexto, y tras cientos de víctimas israelíes provocadas por ataques suicidas de terroristas de Hamas, ataques con bombas y cohetes; y recibiendo apoyo económico de Irán, Arabia Saudí, Siria, Venezuela o Cuba, Hamas se ha negado desde el Gobierno de la Franja a avanzar en el proceso de paz, reconociendo el derecho de Israel a existir, la renuncia a la violencia terrorista y la aceptación de los denominados Acuerdos de Oslo, firmados entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina, en 1993.

En estos días, y con el objetivo de alcanzar un cese al fuego, se han reunido el Secretario de Estado de los EEUU de Norteamética, John Kerry, con el Primer Ministro Benjamín Netanyahu y el presidente palestino Abu Mazen, a la vez que Estados Unidos y Europa han recomendado cesar los vuelos sobre territorio israelí porque, no lo olvidemos, los terroristas de Hamas continúan disparando cohetes contra Israel y para la opinión pública internacional, sería un golpe muy duro afrontar la destrucción de nuevos aviones de pasajeros y de cientos de muertos, a pocos días del atentado que acabó con la vida de casi trescientas personas, pasajeros y tripulantes de un Boeing 777 de líneas aéreas de Malasia (Malaysia Airlines), en tránsito desde Ámsterdam a Kuala Lumpur, sobre territorio de Ucrania.

Como era previsible, la prensa sensacionalista ha condenado el accionar israelí contra la Franja de Gaza, valorando positivamente la resistencia del pueblo palestino al luchar por su tierra, por sus mujeres y por sus niños. Todo ello a efectos de generar un clima emocional pro palestino que, sobre la sangre derramada, recoja adhesiones en todo el mundo islámico y también en otros regímenes antioccidentales y, principalmente, en círculos antijudíos.

De ese modo no es casual que, apelando a fotografías de niños muertos o mujeres llorando la pérdida de familiares, periodistas de medios “progresistas” condenen en duros términos el accionar defensivo – ofensivo de Israel, mientras callan ante los crímenes y atropellos de las más asquerosas dictaduras, como la cubana, la venezolana o la del régimen iraní.

Pero, ¿Cómo reaccionaría esa prensa si en lugar de sufrir los ataques Israel esos crímenes terroristas fueran sufridos en Londres, en Paris, en Nueva York o en Madrid? ¿Cuestionaría la prensa “progre” el derecho de esos estados democráticos a defenderse de sus enemigos? ¿Utilizarían los cadáveres de sus conciudadanos para utilizarlos como armas de propaganda en favor de los atacantes?

Seguramente que sí. Ya lo han hecho el 11M. Y lo volverían a hacer, si con ello consiguiesen el establecimiento de un gobierno sectario, que distorsionase la historia desde la “superestructura”, en términos marxistas, es decir, desde las formas jurídicas, políticas, artísticas, filosóficas y religiosas de un momento histórico concreto, En este sentido pueden entenderse la sentencia del 11M, el ocultamiento y destrucción de pruebas de los atentados, la Alianza de las Civilizaciones, la Ley de Memoria Histórica, la implantación de Educación para la Ciudadanía o la Ley del Aborto.

Pero, más allá de esa estrategia discursiva y propagandística de la izquierda, lo cierto es que toda contienda armada genera un saldo trágico de víctimas humanas (más de 600 palestinos y casi una treintena de soldados israelíes), el desplazamiento de población como consecuencia de los bombardeos y el daño a bienes públicos y privados, todo ello sin considerar las graves consecuencias psicológicas que, sobre la población afectada, tiene un conflicto de esta naturaleza.

Sin embargo, no es menos cierto que Israel constituye el único estado democrático de la región, la única democracia y que ese Estado, y su población, se encuentran rodeado de enemigos; enemigos que desean no sólo la destrucción del estado de Israel, sino el aniquilamiento de la población judía.

Frente a los ataques terroristas, es innegable el derecho – deber de Israel de defenderse de sus enemigos, internos y externos, recurriendo al uso de la fuerza legítima cuando ello corresponda, y más cuando los intentos de mediación internacional no han avanzado y mientras el apoyo dinerario al terrorismo de Hamas continúa por parte de distintos poderes y países de Oriente Medio.

En esta encrucijada Israel tiene la palabra y la decisión. Pero los propios palestinos son los que deberán escoger entre continuar apoyando a los terroristas o escoger un camino por la paz, camino que pasará, necesariamente, por el reconocimiento del derecho a existir de Israel, por la renuncia a la violencia terrorista y por el cumplimiento de los acuerdos de paz firmados en el pasado.


EL BLOG DE A.E.M.PICECH

Ya son más de 161 de soldados israelíes los que han sido abatidos por los palestinos desde el comienzo de los enfrentamientos en Gaza. Parte de estas bajas se deben a una nueva arma de los palestinos.

Las Brigadas Ezzeddin al-Qassam, el brazo armado de HAMAS, dio a conocer ayer un rifle de francotirador de fabricación casera utilizado por los palestinos contra el ejercito judío

Las brigadas publicaron un vídeo en su sitio web, mostrando usan el rifle en los enfrentamientos con las tropas de Israel.

GAZA HOY

Las víctimas civiles, en cualquier conflicto y de cualquier bando, son un horror, y aunque podamos buscar razones, más o menos acertadas, para explicar por qué se han producido, y sobre si ha habido intención o no de causarlas, no buscaremos justificaciones. No queremos entrar en un debate farragoso sobre si han sido o no evitables. Han muerto en una guerra, y es horrible. Una tragedia.

Todos los civiles muertos duelen, sea cual sea su identidad. Especialmente los niños. De lo que siempre nos hemos quejado algunos es de que sólo duelan ciertos civiles muertos. Según el Instituto de Estudios Palestinos, poco sospechoso de servir a los intereses de Israel, 160 niños murieron construyendo los túneles de Hamas, pero nadie ha llorado por ellos. Eso duele e indigna.

Lo que nos ocupa ahora es el uso torticero de muertos civiles con fines propagandísticos. Hoy, por ello, rendiremos pleitesía a la verdad, la primera víctima de la guerra al decir de Esquilo.

La propaganda es un arma que se usa con profusión, como se desprende del reportaje de la BBC en el que se advertía de que muchas de las fotos usadas en el hashtag #GazaUnderAttack eran de Irak o Siria. Las redes, como un frente más de esta guerra, se han llenado de imágenes que no se corresponden con la realidad. Hay casos especialmente repugnantes, como el de son las imágenesde la familia judía Fogel, asesinada en 2010 por terroristas palestinos pero que muchos usuarios han aireado clamando que eran gazatíes asesinados por Israel. Las del joven palestino con camiseta verde supuestamente asesinado por un francotirador israelí todavía despiertan dudas.

Israel padece esta suerte de guerra simbólica desde hace mucho, mucho tiempo.

En agosto de 1982, a comienzos de la invasión israelí del Líbano, la OLP filtró al Washington Postuna foto de un bebé con quemaduras y sin brazos, supuestamente víctima de un bombardeo israelí. La foto impactó al presidente Reagan, que pidió a Israel que detuviera sus ataques. Cuando se descubrió que en realidad el bebé tenía brazos y que las quemaduras fueron fruto de un ataque de la OLP en Beirut Oriental, el mismo Washington Post mencionó la manipulación… en la página decimocuarta.

La muerte de Mohamed al Durah, el niño palestino que se convirtió en icono de la Segunda Intifada, aún está en los tribunales, y muy lejos de esclarecerse, pese a que el canal de televisión France 2 siempre dijo que la responsabilidad de la misma era de las fuerzas israelíes. En 2002 se dijo por activa y por pasiva que en Yenín ocurrió lo mismo que en Auschwitz; después del recuento de cuerpos, la ONG Human Rights Watch cifró en 52 los palestinos –26 de ellos arma en mano– y 13 los soldados israelíes muertos. Pero en el imaginario popular todavía resuena la palabragenocidio cuando se menciona esa batalla.

Más recientemente, en la Segunda Guerra de Líbano (verano de 2006), la agencia de noticias Reuters despidió al fotógrafo Adnan Haj por manipular fotografías de los ataques israelíes para mostrar más devastación.

Con motivo de la operación Margen Protector, las cifras de muertos en el lado palestino se están utilizando de nuevo para acusar a Israel de perpetrar un genocidio.

A fecha 27 de julio, el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, cifra las víctimas palestinas de Margen Protector en 1.070, sin distinguir civiles de combatientes. El Palestinian Center for Human Rights habla de 1.014 víctimas palestinas, de las que 832 serían civiles y 182, combatientes. La ONU dice que han muerto 999 palestinos: 760 civiles, 151 combatientes y 88 aún sin identificar. El Meir Amit Intelligence and Terrorism Center estima que son 775 los muertos palestinos: 267 civiles, 229 combatientes y 279 aún sin identificar. El Ejército israelí, que no ha dado cifras sobre civiles muertos, afirma haber abatido a 330 terroristas. Por otro lado, Hamás habría matado a más de 30 personas por colaborar con Israel. Periodistas occidentales ya han denunciado cómo Hamas los amenaza para que no informen sobre los abusos a los que somete a la población civil.

Por cierto, esta semana han muerto 1.700 personas en la guerra civil siria.

Acusar a Israel de perpetrar un genocidio es una calumnia. Las cifras –usemos las que usemos– no reflejan un genocidio. Es un conflicto armado, donde uno de los bandos combatientes opera entre la población civil. Israel tiene una de las fuerzas aéreas más preparadas del mundo: el genocidio en Gaza sería cuestión de horas si se lo propusiera. Pero no se le propone. Y manda a sus soldados a luchar y morir sobre el terreno, cosa que no hizo la OTAN en Belgrado.

Por el momento, en Israel han muerto tres civiles israelíes y un civil tailandés. De no disponer del sistema antimisiles Iron Dome, los 2.538 cohetes lanzados sobre la población civil israelí se habrían cobrado muchísimas vidas. En cuanto a las IDF, han perdido ya a 53 hombres.

En Gaza se está librando una guerra. Trágica, horrible. Pero no es un genocidio ni un exterminio. Aunque la propaganda de los que odian a Israel se empeñe en lo contrario.

Elías Cohen

El mundo no le creyó a Israel, pero podría creerles a los periodistas extranjeros que tenían miedo de informar en tiempo real, pero ahora dicen todo: El cuartel general de Hamas en el Hospital Al-Shifa, los lanzadores cerca de las instalaciones de la ONU, las amenazas y escenas montadas de bombardeo.

Se ha dicho que cuando se escuchan los cañones, las musas callan. En el caso de los periodistas extranjeros en la Franja de Gaza, su silencio se debió sobre todo al miedo.

Un día después de que terminó la operación Margen Protector, lentamente comenzó a emerger una imagen más fiel: los periodistas extranjeros que salían de la Franja de Gaza revelaron lo que Israel ha afirmado desde el principio – que Hamas está disparando desde centros poblados y cerca de instalaciones de la ONU.

¿Por qué no informaron sobre los hechos durante los combates? Según los periodistas, temían por sus vidas. “Vimos a los hombres de Hamas”, admitió un periodista español. “Pero si nos hubiéramos atrevido a apuntar nuestras cámaras hacia ellos, habrían abierto fuego contra nosotros y nos habrían matado”.

Ahora que están fuera de la Franja de Gaza, los periodistas están revelando lo que Hamas trató de impedir que el mundo viera. Un periodista indio, por ejemplo, documentó cómo los militantes de Hamas lanzaron cohetes desde un puesto justo fuera de la ventana del hotel donde se hospedaba en la Franja de Gaza, poco antes de que el alto el fuego entrara en vigor. El video salió al aire sólo después que el periodista se fue de Gaza. Cuando se le preguntó al respecto, respondió: “Hay una conspiración de silencio enraizada en el miedo – nadie quiere informar en tiempo real”.

El reportaje del periodista indio Sreenivasan Jain para el canal de noticias NDTV en lenguaje Hindi se emitió de la siguiente manera: “Comenzó con una misteriosa tienda con un toldo azul que apareció de pronto ayer (4 de agosto) a las 6:30 am en terreno abierto al lado de nuestra ventana. Vimos tres hombres haciendo gran cantidad de viajes dentro y fuera de la tienda, a veces con cables.

“Una hora más tarde, salieron, desmantelaron la tienda, se cambiaron de ropa y se fueron”.

El periodista enfatizó que es “importante informar sobre cómo Hamas pone en riesgo a esos mismos civiles, disparando cohetes desde el corazón de las zonas civiles”.

El corresponsal de FRANCE 24, Gallagher Fenwick, emitió un informe que muestra el lanzamiento de cohetes a sólo 50 metros del hotel donde se alojaban los periodistas extranjeros y a 100 metros de una instalación de la ONU.

Este informe de France 24 muestra a niños rodeando un sitio de lanzamiento de cohetes.

“El ejército israelí ha acusado reiteradamente a los militantes palestinos de disparar desde dentro de zonas civiles densamente pobladas y que es precisamente el tipo de configuración que tenemos aquí. Cohetes instalados justo al lado de edificios con una gran cantidad de residentes en ellos”, informó después de salir.

El periodista italiano Gabriele Barbati también dijo la verdad sobre Hamas una vez que salió de la Franja, ya no bajo su amenaza. En un tweet, Barbati dijo: “Fuera de #Gaza lejos de #Hamasretaliation [venganza]: cohetes que fallaron mataron a niños (ayer) en Shati. Testigos: militantes acudieron y levantaron los escombros”, agregó: “@IDFSpokesperson [portavoz de FDI] dijo la verdad en el comunicado dado a conocer ayer sobre la masacre del campamento Shati. #israel no estuvo detrás de él”.

Otro periodista extranjero dijo que es un secreto a voces que Hamas utiliza el hospital Al-Shifa como su centro de mando, pero que los periodistas en Gaza no informaban por temor a ponerse en peligro.

Sin embargo, no sólo los periodistas extranjeros tenían miedo de la potencial venganza de Hamas. Periodistas palestinos también sufrieron amenazas cuando intentaron criticar a la organización terrorista y dar informes veraces.

El periodista palestino local Radjaa Abu Dagga, por ejemplo, informó que fue citado para ser interrogado en el hospital Al-Shifa, donde militantes armados de Hamas intentaron determinar si escribía para un diario israelí. Abu Dagga dijo que le quitaron su pasaporte y se le prohibió salir de la Franja de Gaza. Más tarde publicó un artículo en el diario francés Libération, pero fue obligado a retirarlo después de recibir amenazas.

Los periodistas en Gaza fueron sometidos no sólo a amenazas, sino también a manipulaciones de Hamas. Sudarsan Raghavan de The Washington Post detalla cómo los hombres de la organización escenificaron ataques de las FDI: dijo que fue llevado a fotografiar una mezquita que había sido bombardeada, y descubrió que alguien había “preparado” la escena y colocado una alfombra de oración y páginas del Corán quemadas.
Más tarde informó que era obvio que alguien había los había puesto allí para crear empatía hacia la lucha palestina.

El sitio web de noticias CBN dijo que además de las mezquitas, Hamas también está utilizando recintos de la iglesia para lanzar ataques. En su informe, el periodista George Thomas dijo que el más prominente líder cristiano de Gaza, el arzobispo Alexios, “llevó a CBN News a la terraza fuera de su oficina para mostrarle cómo los islamistas utilizaron el recinto de la iglesia para lanzar cohetes contra Israel”.

El Arzobispo explicó que “el Islam es lo que gobierna este lugar y debemos obedecer lo que Hamas dice o enfrentar las consecuencias”, agregó Thomas.

El testimonio de un periodista extranjero: manipulaciones de Hamas

Exclusiva de Yedioth Ahronoth

“El control de Hamas de la cobertura de los periodistas extranjeros durante los días de los combates en Gaza no era muy sofisticado, pero muy eficaz.

En primer lugar, Hamas determinó que los portavoces de la organización podrían ser entrevistados sólo en el patio del hospital Al-Shifa. Como resultado, se crearon largas filas de periodistas que esperaban para una entrevista, y durante su espera, fueron testigos de los heridos que llegaban para recibir tratamiento. Esto creó la impresión que Hamas estaba tratando de transmitir: el estado de emergencia inmediata y el desastre humanitario.

En segundo lugar, Hamas nunca les permitió a los periodistas extranjeros el acceso a sitios militares atacados por Israel, ya fueran bases, sitios de lanzamiento de cohetes u otros blancos de Hamas. Los muertos y heridos de la organización tampoco fueron capturados en una película, y por lo tanto, desde una perspectiva de los medios de comunicación, ni siquiera existían. Todo esto sirvió al propósito de Hamas de crear la impresión de que todas las víctimas eran civiles.

En tercer lugar, era evidente que Hamas estaba lanzando cohetes desde áreas pobladas por civiles, pero la organización exigió que los fotógrafos de prensa no documentaran eso, a fin de no exponer su táctica, ni revelar la ubicación de los lanzadores.

Contra la desinformación.

Todo parece indicar que el Gobierno israelí estaba en lo cierto cuando dijo que Hamás era responsable del secuestro y asesinato de tres adolescentes.

Hamás financió y conocía el plan para secuestrar a tres adolescentes israelíes y asesinarlos, y no lo dice el gobierno de Israel sino las fuentes palestinas que cita en el periódico The Times of Israel el periodista Avi Issacharoff, uno de los reporteros israelíes con mejores contactos dentro del ámbito palestino.

La trama se inicia en Mahmoud Ali Kawasme, uno de los palestinos convictos por terrorismo que fueron parte del intercambio por Gilad Shalit. Kawasme fue deportado a Gaza, donde según los términos del acuerdo debería haber abandonado cualquier actividad relacionada con el terrorismo. Sin embargo, siguió relacionándose y trabajando con miembros de Hamás.

Según fuentes palestinas fue precisamente Kawasme quién inició la planificación del secuestro, junto con su hermano Hussam, que ha sido detenido en las cercanías de Jerusalén y que ha admitido ser el cabecilla de la célula terrorista que perpetró el crimen.

Además, importantes miembros de Hamás conocían los planes de los hermanos Kawasme y dieron dinero a Mahmoud para comprar lo necesario para el crimen: un coche, matrículas israelíes, armas… Esta financiación ha sido admitida por el propio Hussam.

La confesión de éste terrorista también ha incluido otros aspectos sobre el triple asesinato: ha explicado, por ejemplo, que los dos autores materiales, Marwan Kawasme y Amer Abu Aysha, se refugiaron en su casa tras el crimen y que los tres fueron en coche a un terreno de Hussam Kawasme en el que enterraron a los jóvenes.

SEGÚN LAS PROPIAS FUENTES PALESTINAS

“Se utilizaron métodos flagrantes, incesantes, contundentes y poco ortodoxos” contra periodistas internacionales.
By AFP, Arutz Sheva

First Publish: 8/11/2014, 7:10 PM

La Asociación de Prensa Extranjera presentó, el lunes, una enérgica protesta acusando al grupo islamista palestino Hamás de acoso y amenazas a reporteros extranjeros que trabajaban en Gaza.

La asociación de periodistas que trabajan en Israel y los territorios palestinos dijo que las autoridades de Hamás y sus representantes emplearon “métodos flagrantes, incesantes, contundentes y poco ortodoxos” contra periodistas internacionales que cubrían el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza.

La FPA, en un comunicado, protestó “en los términos más enérgicos”,

“Los medios de comunicación no son organizaciones de apoyo y no puede impedírseles que informen por medio de amenazas o presión, negando, así, a sus lectores y espectadores un cuadro objetivo desde el terreno”, dijo.

“En varios casos, reporteros extranjeros que trabajaban en Gaza han sido acosados, amenazados o sometidos a interrogatorio sobre información que han proporcionado a través de sus medios de noticias o a través de medios sociales”.

Centenares de periodistas extranjeros acudieron a Gaza durante el mes largo de enfrentamientos entre Israel y Hamás. Aproximadamente el 10% denunció problemas creados por las autoridades, dijo FPA.

Los que recibieron amenazas eran reacios a hablar públicamente por miedo a las repercusiones.

La FPA dijo que un fotógrafo habló de que lo habían apaleado y le habían roto la cámara; a otro fotógrafo le confiscaron la cámara durante tres días, y Hamás también pidió a la gente que quitara tweets y vídeos de YouTube.

Una empresa europea fue también amenazada en la calle cuando filmaba una manifestación contra Hamás.

Según la FPA , Hamás también intenta aplicar un procedimiento de “ veto” para incluir a periodistas en una lista negra.

“A tal procedimiento se opone vehementemente la FPA”, añadió.

Varias organizaciones de noticias informaron de que, el lunes, habían recibido un requerimiento de Hamás pidiendo los nombres de periodistas, su empresa, dónde estaba domiciliada, sus datos de contacto y el nombre de su traductor para “facilitar y organizar” su trabajo.

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