'La crisis migratoria puede llevar a Alemania a la Guerra Civil'

Un parque infantil de la ciudad alemana de Ebersdorf ha sido tomado por jóvenes demandantes de asilo que, según testimonios de los vecinos, están aterrorizando a la ciudadanía.

El recinto es muy frecuentado por los vecinos y alberga un campo de juegos que hasta ahora solía estar repleto de niños. Pero esto se ha acabado después de que los refugiados hayan decidido hacerse con el mando del lugar y hayan vetado el acceso a mujeres y menores.

Así lo denuncia Claudia Kuhnt al diario Tag 24. Esta joven vive en las inmediaciones del parque y ha explicado que de un tiempo hacia aquí los refugiados han tomado el lugar. Kuhnt ha comentado que el lugar ya no es seguro y que ‘’los demandantes de asilo están bebiendo, acosando y asaltando’’. ‘’Yo ya no dejo a mis hijos en la zona de juegos. Nos gustaría volver a utilizar el parque sin miedo’’, se ha lamentado.

Pero Kuhnt no es la única madre furiosa con el descontrol de los refugiados que han sido acogidos en la localidad. Doreen Eulenberger, de 32 años, ha afirmado que su rutina ha cambiado por completo y que ha empezado a ir a otros lugares porque la conviencia en esa zona es insoportable.

En las inmediaciones del recinto se encuentra un kebab cuyo responsable, Fayik Sahin, también se ha quejado al citado diario de los problemas que generan los demandantes de asilo: ‘’Los refugiados del Norte de África han traído el miedo a Ebersdorf’’.

La Policía no reconoce el problema

Las autoridades locales han restado importancia a las denuncias y quejas de sus ciudadanos. La Policía se ha limitado a reconocer que el parque se ha convertido en un punto de encuentro entre los refugiados donde beber alcohol.

En la localidad, según recoge Breitbart, se han registrado un total de 14 delitos -agresiones sexuales, robos violentos y amenazas- en lo que llevamos de año. Diez detenidos han sido identificados como sospechosos de los incidentes, y los diez son demandantes de asilo. Link

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Polémica en Alemania por la actuación de la policía en un caso de violación que ha impactado a la sociedad alemana. Varios medios internacionales se han hecho eco de un terrible caso de violación a una niña de 13 años en el país germano.

Tres refugiados, descritos como hombres de “aspecto árabe” raptaron a una niña de 13 años y la violaron durante 30 horas.

Según las informaciones, los tres hombres, vendaron sus ojos durante las 30 horas en las que estuvo secuestrada. Tras ser violada en repetidas ocasiones, los refugiados volvieron a soltarla en el mismo lugar donde fue secuestrada.

Los padres de la niña, de origen ruso, confiaban que las autoridades alemanas pudieran encontrar a los violadores, pero quedaron devastados cuando escucharon las palabras de los agentes, defendiendo a los jóvenes refugiados, negando que se tratara de una violación.

“Tras las investigaciones de la policía no se ha demostrado que se tratara de una violación. No podemos dar más detalles para proteger la identidad de los jóvenes”, dijeron.

La familia, lejos de callarse, ha querido sacar a la luz el caso. Un miembro de la familia de la joven violada, dijo irónicamente: “Entonces, según la policía alemana, una niña de 13 años ha mantenido relaciones sexuales consentidas con tres hombres ‘sureños'”.

“Es vergonzoso que estas personas no sean detenidas”, añadió.

Censura por parte de las autoridades alemanas

La familia denuncia que desde el Gobierno de Angela Merkel se ha dado la orden de censurar el mayor número posibles de violaciones y delitos cometidos por refugiados, en especial de los musulmanes.

E incluso el oficial Bernd K. ha reconocido que esa afirmación es cierta: “Las órdenes que tenemos son las de ‘dejadlo pasar'”.

“Tenemos órdenes de los superiores de evitar que los casos protagonizados por refugiados salgan en los medios de comunicación”, explica.

Por su parte, ‘The Epoch Times’, asegura que tras contactar con la policía alemana, el portavoz defendió a los jóvenes violadores, asegurando que en ningún momento forzaron a la joven Link

Según ha explicado la Policía en un comunicado, un tercero fue retenido por un vecino, que evitó que abusara sexualmente de la joven. La víctima se había reunido con un grupo de personas cerca de un campo de refugiados al sur de Múnich. Una vez concluyó el encuentro, la chica se fue caminando sola junto a tres demandantes de asilo -que formaban parte de ese grupo- ‘’cuando el abuso tuvo lugar’’, sostiene el comunicado.

UN TERCERO HUYÓ

Dos de los presuntos agresores, de 27 y 17 años de edad, violaron a la adolescente detrás de unos arbustos junto a un edificio abandonado. El tercero en discordia, de 18 años, también habría intentado abusar de ella, pero un viandante que estaba por la zona logró evitarlo.

Después del ataque, la Policía lanzó una orden de búsqueda y captura contra los agresores. Los refugiados de 17 y 27 años permanecen aún bajo custodia policial pero el tercero ha sido liberado por el juez, al considerar que no supone una amenaza ni que tiene intención de huir.

Según publica la revista German Merkur, los demandantes de asilo no viven en el centro donde habían estado anteriormente con la chica.

La alcaldesa del municipio donde tuvo lugar la violación -Höhenkirchen-Siegertsbrunn-, Ursula Mayer, ha descrito la agresión como ‘’terrible’’ y ha comentado que la información inicial decía que los demandantes de asilo estaban borrachos, extremo que no ha sido confirmado por las autoridades.

Aumentan los casos de violación

Este nuevo episodio se produce solo días después de que un nigeriano, cuya solicitud de asilo fue rechaza, violara a una mujer que hacía deporte en la localidad bávara de Rosenheim. La mujer logró zafarse de su agresor y huir del lugar de los hechos ilesa.

La semana pasada se conocían los datos de criminalidad que registró Baviera durante la primera mitad de 2017. Según las estadísticas, el número de agresiones sexuales cometidas en la región aumentó un 48%. Además, los casos que involucran a inmigrantes y demandantes de asilo se incrementó en un 91%.

El inmigrante ghanés debió ser deportado diez días antes del ataque.

Un inmigrante ghanés, identificado como Eric X., violó a una estudiante alemana de 23 años ante su novio tras amenazar a ambos con matarlo si no “practicaba sexo con ella”.

El inmigrante ghanés, que llegó a Alemania en 2015, atacó a la pareja cerca de Bonn, cuando ambos estaban de camping.

Tras rajar la tienda de campaña en la que estaba la pareja con un machete y exigir que le dieran todos los objetos de valor que llevaban encima, el inmigrante ghanés, pidió a la joven que saliera de la tienda de campaña diciéndole: “Sal perra. Quiero follar**”, amenazando con matar a su novio de 26 años si no hacía lo que le decía.

El joven ghanés, que está siendo juzgado estos días, no dudó en burlarse de sus víctimas, mostrándose chulo y desafiante ante los presentes.

“No entiendo que deba guardar silencio acerca de un caso del que no conozco nada”, dijo al juez Eumann

Pese a que se encontró rastros de su ADN en la víctima, el ghanés continuó con su actitud chulesca: “Si los expertos dicen que encontraron mi ADN, entonces debo llamar a la chica perra y prostituta”, dijo gritando según ‘Die Welt’.

“Cualquiera que defienda que esta chica fue violada es el hombre más sucio y falso de la tierra”, añadió.

Eric X, también habló de su vida en Ghana: “Mi padre tenía mucho dinero y era muy conocido. Allí un rey puede tener tantas mujeres como quiera si puedecuidarlas”.

El inmigrante ilegal ghanés, debió ser deportado el pasado 17 de marzo, cuando su solicitud de asilo fue rechazada. Apenas 10 días después cometió el ataque. Que asco de políticos.

Unos refugiados han incendiado un centro de acogida en Alemania. ¿El motivo que ha originado ese incidente? Un suceso gravísimo. El trato vejatorio que ha venido soportanto esta pobre gente ha llegado a niveles de una inhumanidad tal que la ira, pacientemente acumulada y reprimida durante semanas y meses de sufrimiento, ha desembocado en una explosión de cólera liberadora que se ha llevado por delante, reduciéndolo a cenizas, un edificio de 10 millones de euros.

Los encargados de atender a este ejército de futuros cirujanos, ingenieros, filósofos y científicos, no han tenido mejor ocurrencia, en su insensibilidad hacia estos seres de luz, que privarlos, intempestivamente y sin previo aviso, de Nutella. Como lo oyen, ni más ni menos. Su criminal imprevisión y/o malicia ha generado una penuria de crema de chocolate untable, alimento de primera necesidad imprescindible para la calidad de una dieta sana y equilibrada y para la estabilidad emocional de los afectados.

Es la intolerancia que no cesa, el racismo que no decae. Europa no hace lo suficiente para hacerse perdonar sus multiseculares culpas y redimir sus históricos pecados contra el “Otro”, que ahora llama a sus puertas exigiendo justicia, reparación y Nutella.

El futuro se perfila sombrío. Si ahora les mezquinamos la crema dulce a base de cacao, leche y avellanas imprescindible para la buena alimentación del refugiado del tercer milenio, ¿qué podemos esperar de aquí en adelante? ¿Les negaremos a cada uno de ellos una casa con calefacción, aire acondicionado, jardín, garaje y trastero? ¿No les ofreceremos un Mercedes de 24 válvulas o un BMW Gran Coupé recién salido de fábrica? ¿Les exigiremos que trabajen para vivir? ¿Les prohibiremos que violen (en solitario o en grupo) a las mujeres y los niños? ¿Les obligaremos a que se adapten a nuestro inmoral modo de vida y que se sometan a nuestras inicuas leyes? Paremos este derroche de insanidades, que podríamos vomitar de indignación ante tanto despropósito.

¿No tiene Alemania la obligación moral de acogerlos como hijos putativos y satisfacer todas sus necesidades y velar por su bienestar? ¿Por ventura es esta manera decente de tratar a los huéspedes? ¿Qué clase de hospitalidad es ésta? ¿Acaso no son los invitados personales de Mamá Merkel?

Alemania vive todavía bajo la sombra siniestras del nazismo. Mientras cualquier alemán, hijo, nieto o bisnieto de algún miembro de la Gestapo, las Waffen SS o de un kapo de Auschwitz vive a cuerpo de rey y tiene acceso ilimitado a los bienes y servicios que presta el próspero Estado alemán (gracias al expolio del Tercer Mundo) y puede consumir a su gusto y paladar, los refugiados, víctimas de la opresión histórica del hombre europeo, son privados de Nutella, en un acto de crueldad voluntaria y calculada que violenta la conciencia humana.

Con episodios de este calibre, la sociedad alemana firma su confesión de culpabilidad, y reconoce su indomable inclinación hacia el Mal, abundandemente probada en pasadas épocas históricas, que pensábamos sepultadas para siempre. Después de las leyes de Nuremberg, de las cámaras de gas, del gueto de Varsovia, de la Operación Barbarroja…, ¡ahora esto!

Del jabón de judío a la Nutella de los “refugees”, la historia de Alemania está jalonada de crímenes monstruosos, mientras que el pueblo alemán no logra salir de este infernal círculo del odio y la barbarie.

Un clamor se eleva ya en todo el continente desde las conciencias vivas que no se resignan a claudicar ante el racismo: “NUTELLA FOR REFUGEES !”
Por Manuel Pablo Conde,

Cuatro jóvenes afganos que no estaban contentos con la vivienda gratuita que les había regalado la administración alemana en la localidad de Falkenfels decidieron destruir su alojamiento con cadenas y listones de madera. Huyeron cuando llegó la policía y, durante la escapada, también destruyeron el parabrisas de un vehículo policial.

Los habitantes de la pequeña localidad dijeron que ya no se sentían seguros y se organizó una cumbre de crisis para encontrar una solución a los disturbios protagonizados por los refugees.

Los alborotadores fueron cuatro jóvenes de 15 y 16 años de Afganistán. Fueron necesarios varios policías para arrestarlos en un bosque cercano.

Los costos estimados de las reparaciones son de 20.000 euros según la policía. No está claro cuándo se reabrirá el alojamiento nuevamente.

La Gaceta Eu.

Soeren Kern.- Un reciente crecida de la violencia perpetrada con cuchillos en toda Alemania vuelve a llamar la atención sobre el deterioro de la seguridad en el país desde que la canciller, Angela Merkel, decidiera en 2015 abrir las puertas a más de un millón de inmigrantes de África, Asia y Oriente Medio.

En los últimos meses, personas armadas con cuchillos, hachas y machetes han causado estragos en los 16 estados federales de Alemania. Se han empleado cuchillos no sólo para cometer atentados yihadistas; también para cometer homicidios, robos, allanamientos, agresiones sexuales, asesinatos por honor y otros tipos de delitos violentos.

La violencia con cuchillos se ha producido en los parques de ocio, carriles para bicicletas, hoteles, parques, plazas públicas, transportes públicos, restaurantes, colegios, supermercados y estaciones de ferrocarril. Muchos alemanes tienen la sensación de que el peligro acecha en todas partes, y que no hay seguridad pública en ninguna.

La policía admite que las cifras les superan y no dan abasto, y que cada vez tienen menos capacidad para mantener el orden público, de día y de noche.

No existen estadísticas fiables sobre la violencia con cuchillos en Alemania, donde la policía ha sido acusada de no reportar muchos delitos, aparentemente para intentar no “inquietar” a la opinión pública.

Sin embargo, una búsqueda en los informes de la policía alemana indica que 2017 va camino de ser un año histórico en lo que respecta a la violencia con cuchillos y los apuñalamientos. La policía reportó más de 3.500 delitos relacionados con cuchillos entre enero y octubre de 2017, frente a aproximadamente 4.000 delitos reportados en todo 2016, y sólo 300 en 2007. En total, en los últimos diez años, los delitos relacionados con cuchillos han aumentado en Alemania más de un 1.200 %.

Los medios alemanes no informan de la mayor parte de la violencia perpetrada con cuchillos. Los delitos de los que se informa se minimizan como “incidentes aislados”, sin ninguna relación con la inmigración masiva. Además, en muchos de los informes sobre delitos, incluidos los informes policiales, omiten cualquier referencia a la nacionalidad de los perpetradores y las víctimas, aparentemente para evitar encender los ánimos contra la inmigración.

La política migratoria de puertas abiertas de Angela Merkel, sin embargo, puso en marcha un ciclo de violencia que se retroalimenta, donde cada vez más personas llevan cuchillos en público, también para defenderse.

El epicentro de la violencia relacionada con cuchillos en Alemania es Berlín, donde algunas zonas son ahora tan peligrosas que se han convertido efectivamente en zonas de exclusión. En Neukölln y otros barrios con grandes comunidades de inmigrantes, los apuñalamientos se han convertido en algo cotidiano. Los migrantes fueron responsables de al menos el 45 % de los delitos cometidos en la capital alemana en 2016, según el Berliner Morgenpost.

Las ciudades septentrionales de Bremen y Bremerhaven también son semilleros para la violencia con cuchillos. En 2016, al menos 469 personas —más de una al día— fueron apuñaladas en Bremen, según documentos oficiales obtenidos por el periódico Bild. Más de una decena de personas murió en Bremen por heridas producidas por cuchillos. Se registraron otros 165 ataques con cuchillo en la cercana Bremerhaven, lo que supone un aumento del 75 % desde 2014. Los inmigrantes, según Bild, fueron responsables de la mayor parte de la violencia.

Otro punto álgido de la violencia con cuchillos es Renania del Norte-Westfalia; ha habido una ola de apuñalamientos en Bielefeld, Bochum, Bonn, Colonia, Dortmund, Dusseldorf y Essen, entre otras ciudades. El centro de la ciudad de Dusseldorf ha sufrido particularmente una ola de apuñalamientos.

Muchos ataques con cuchillo parecen ser arbitrarios, agresiones indiscriminadas contra transeúntes inocentes, especialmente en los intercambiadores y transportes públicos. Sigue...

La mujer, de 73 años de edad, se encuentra ingresada recuperándose de varias lesiones graves y fracturas en el rostro.

El pasado 13 de diciembre, un hombre de origen africano que andaba en calzoncillos por una calle de la ciudad alemana de Núremberg atacó a una anciana de 73 años, a la que propinó varias patadas en la cabeza tras tirarla al suelo, informa el diario alemán Bild.


Un vecino captó el suceso en vídeo desde su balcón. En la grabación, se observa a un transeúnte vestido únicamente con unos calzoncillos caminando por en medio de una calle, mientras una mujer se acerca hacia él por la acera. Al verla, el hombre le da un fuerte puñetazo en la cara y la mujer cae al asfalto, tras lo cual continúa la agresión con varias patadas en la cabeza de la anciana.

Según Bild, el asaltante fue detenido por los testigos de la escena que llegaron en ayuda de la mujer. El agresor resultó ser un estudiante de 24 años procedente de Camerún.

Actualmente, la mujer se encuentra en un hospital con lesiones graves y fracturas en el rostro.

Nueva víctima debido a la política migratoria de Angela Merkel en Alemania. Una joven de 15 años murió este miércoles tras ser apuñalada por un refugiado afgano, así lo asegura el diario “Die Rheinpfalz”.

El suceso, ha impactado a los vecinos de la localidad de Kandel, en Kandel, Renania-Palatinado, de casi 10.000 habitantes. Fue en un supermercado de la localidad, donde una disputada entre varios adolescentes acabó con una joven de 15 años fallecida tras recibir una puñalada mortal por un refugiado.

La joven, que fue atendida por los sanitarios en el mismo supermercado, acabó falleciendo en el hospital.

Según las primeras investigaciones, el atacante, que no iba con el grupo de los adolescentes, inició una discusión por motivos desconocidos, aunque varias fuentes policiales creen que había una relación entre la víctima y el agresor.

Tras el crimen, en el supermercado se podía leer un letrero en el que se anunciaba que “estaba cerrada por la investigación policial” que se estaba llevando a cabo. Se espera que el agresor declare este mismo jueves ante la Justicia alemana.

Alemania es junto a Suecia el país de la Unión Europea más con más refugiados en sus fronteras. Angela Merkel ha recibido numerosas críticas por permitir la entrada de cientos de miles de refugiados. Link

Los abusos sexuales que sufrieron más de 1.000 mujeres durante la celebración de la Nochevieja del 2015 en diferentes ciudades de Alemania, principalmente en Colonia, ha provocado un cambio en la actitud de las mujeres alemanas; tienen miedo de salir a las calles a celebrar las grandes fiestas.

Según la propia policía alemana, fueron pocas las mujeres que se atrevieron a celebrar este año la Nochevieja en las calles y aún así, numerosas mujeres fueron abusadas sexualmente.

Por ejemplo, en la tercera ciudad más grande de Alemania, Múnich, se vio a muy poca gente celebrando la Nochevieja en la calle, sobre todo mujeres, quienes prefirieron las fiestas privadas en casas o locales con seguridad. Por otro lado, en las principales plazas de la ciudad, como la ‘Marienplatz’ sí se vieron numerosos inmigrantes.

En Stuttgart también ocurrió algo parecido. Olef Petersen, portavoz de la policía de la ciudad, ha reconocido: “En comparación con otro años, este año se vieron muy pocas mujeres en la Schlossplatz”.

Lo mismo ocurrió en Hannover, Frankfurt o Hamburgo, donde las mujeres se quedaron celebrando la Nochevieja en casa de amigos o discotecas que reforzaron su seguridad.

Borwin Bandelow, profesor de la Universidad de Berlín, ha valorado esta situación: “Hay un miedo terrible. Las mujeres tienen el miedo de que algo les pase si acuden a celebraciones públicas”.

“Este año se pudo evitar lo que ocurrió en Colonia porque se desplegó una gran cantidad de seguridad y sobre todo, porque las mujeres no se atrevieron a salir a la calle”, añade.

Los políticos alemanes han expresado su conmoción por un nuevo informe de la Policía Federal alemana que muestra hubo cerca de 100 crímenes de odio contra los cristianos en Alemania el año pasado.

El sitio web del gobierno alemán Deutsche Welle dice que una cuarta parte de los 97 casos fueron ataques contra iglesias y símbolos cristianos, y hubo 14 casos de crímenes violentos “anticristianos” entre los solicitantes de asilo o refugiados.

Un portavoz del partido Unión Demócrata Cristiana de la canciller Angela Merkel pidió la cifra “alarmante” y dijo que el problema necesita ser tratado de la misma manera que “los ataques antisemitas con razón se están tratando en este momento.”

Las puertas se abren, que sigue la persecución de los cristianos en todo el mundo, registraron 743 casos de ataques contra los cristianos en los hogares de refugiados alemanes durante ocho meses en 2016, un año en que varios cientos de miles de refugiados que llegaron a Alemania desde Siria e Irak y se vieron obligados a vivir juntos en refugios colectivos.

Las puertas se abren Alemania dijo a Deutsche Welle, “Las víctimas nos dijeron que los atacantes podrían decir cosas como ‘Yo te cortaré la cabeza, no creyente,’ ‘Usted está contaminando la cocina’ o ‘Estás profanando la nevera.’”

El ministro del Interior de Baviera, Joachim Herrmann dijo que la integración en Alemania requiere tolerancia absoluta de los valores cristianos.

“Cualquier persona que quiera vivir aquí debe distanciarse de cualquier disposición anticristiana“, dijo Herrmann. “De lo contrario, simplemente no son bienvenidos.” N.C

La ausencia de controles y comprobaciones efectivas por parte de las autoridades europeas ha provocado un fraude sin precedentes.

Miles de personas han accedido a Europa sin ningún tipo de control fronterizo gracias al ‘Welcome Refugees’ proclamado por la canciller alemana, Angela Merkel. Muchos teóricos refugiados, que en realidad eran migrantes económicos, trataron de aprovecharse de la legislación europea y se hicieron pasar por niños. Nadie se lo impidió.

Las autoridades guardaron (aún guardan) un controvertido silencio cuando comenzaron a comenzarse los primeros casos de suplantación de menores. En 2016, tras unas duras negociaciones entre Francia e Inglaterra, Theresa May aceptó las condiciones francesas y siguiendo los principios de la convención de Dublín, que establece que los menores que viajan solos deben ser acogidos en aquellos países donde ya tienen familiares, abrió sus fronteras. La polémica surgió cuando los primeros inmigrantes llegaron al país desde Calais y su aspecto no era, precisamente, el de unos niños.

Las fotografías de los diarios británicos mostraron a un grupo de adultos, de entre 20 y 30 años de edad, esperando para completar los trámites de entrada. Las redes sociales destacaron especialmente la imagen de un hombre enjuto, ya casi con arrugas, que a todas luces no es menor. La opinión pública puso el grito en el cielo y denunció la ausencia de controles “especiales para este tipo casos”.

‘El caso de la menor asesinada’

“Un niño refugiado de 15 años mata a una menor edad en Kandel”. Este fue el titular que muchos medios alemanes eligieron para titular el desenlace de un caso que había generado una oleada de suspicacias en la opinión pública. Un informe médico que se ha hecho público esta semana demuestra que el asesino tiene en realidad 20 años y entró al país engañando a las autoridades.

Un grupo de médicos realizaron un examen en profundidad de sus manos, dientes y otras partes del cuerpo gracias a una máquina de rayos X. Die Welt ha informado, no obstante, que el afgano será juzgado como un menor por lo que la condena máxima que puede recibir será menor a los quince años.

El pasado 27 de diciembre, el hombre fue arrestado tras apuñalar a la adolescente hasta la muerte en el interior de la farmacia. Los investigadores creyeron entonces que se trataba de un crimen pasional, pues ambos habían mantenido una relación meses atrás.

Una práctica habitual

Un pediatra sueco desmontó las cifras que las autoridades ofrecen a diario acerca de la crisis de refugiados. Este hombre, encargado de tratar a alguno de los miles de recién llegados, aseguró haber visto a muchas personas catalogadas como niños que en realidad son mayores de edad e incluso algunos de ellos superan los cuarenta años.

“Son muchos los casos de supuestos niños que tienen barba y bigote”, recordó Josef Mileread, cuyas palabras crearon conmoción en todo el país. Suecia ha acogido durante el último año a 31.000 solicitantes de asilo, unas cifras muy elevadas teniendo en cuenta su población. Sin embargo, sorprende que aquí el número de menores no acompañados en la Agencia de Inmigración sea tan elevado.

Milerad reveló que estas cifras están adulteradas y mostró para ello el caso de varios adultos que trataron de hacerse pasar por niños. Las condiciones para los menores no acompañados son mucho más beneficiosas, es más complicado que sean deportadas, por lo que muchos refugiados tratan de lograr este estatus.

Vergüenza de medios y de justicia.

Arnold Mengelkoch, oficial de inmigración en el suburbio de Neukölln, en Berlín, ha reconocido en el diario Der Tagesspiegel, que la capital alemana está “volviendo a la Edad Media por culpa de la inmigración.

En las últimas semanas, son varias las historias que han salido a la luz y que confirman que las costumbres de los inmigrantes están afectando a la libertad y seguridad de los berlineses.

“Muchos refugiados tienen una imagen de la mujer equivocada. Se piensan que son los hombres los que dictan las reglas. Cualquiera que no use un pañuelo en la cabeza, es considerada un objeto sexual”, ha dicho Arnold Mengelkoch.

“Con este tipo de mentalidad, Berlín está volviendo a la Edad Media”, insiste.

Por su parte, una ciudadana de 48, en declaraciones al mismo medio, ha dicho: “Llevo viviendo más de 20 años en Berlín y por primera vez ya no me siento a salvo en esta ciudad. Algo está fuera de control”.

Peter Hermanns, que dirige un alojamiento para refugiados, también se muestra crítico con la actitud de los refugiados hacia las mujeres: “Muchos refugiados me preguntan cómo tratar a las mujeres. Llegan a Alemania con una idea sobre la mujer totalmente diferente a la que se tiene en occidente. Es muy complicado cambiar su mentalidad”.

Así está la situación en Berlín.

Los alemanes entienden que cuando los invasores musulmanes, ya hostiles y agresivos, cometan un crimen, serán liberados inmediatamente después de ser arrestados, lo que ha convertido a Berlín en una zona de peligro para la población nativa.