SUECIA, capital de las violaciones. Como la inmigración islámica ha destrozado Suecia, por Pat Condell
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Muere una joven sueca de 22 años fallece tras ser violada brutalmente por un inmigrante
Nueva tragedia en Suecia. Una mujer sueca falleció este mes de diciembre tras ser violada brutalmente por un inmigrante de origen africano en agosto. Los hechos tuvieron lugar en la localidad de Gällivare.
El inmigrante, de 19 años y procedente de Eritrea, violó a la joven de 22 años al aprovechar que había quedado con ella tras conocerla en una web de citas.
Según un testigo, tras ser violada brutalmente por el inmigrante, la chica sufría numerosos dolores, en las piernas y en la cara.
Tras la violación, la joven, que quedó con numerosas secuelas psicológicas, siguió recibiendo amenazas por parte de un amigo del agresor, también un inmigrante. La joven falleció el pasado mes de diciembre al no superar la depresión en la que entró tras ser violada. Link
El inmigrante, de 19 años y procedente de Eritrea, violó a la joven de 22 años al aprovechar que había quedado con ella tras conocerla en una web de citas.
Según un testigo, tras ser violada brutalmente por el inmigrante, la chica sufría numerosos dolores, en las piernas y en la cara.
Tras la violación, la joven, que quedó con numerosas secuelas psicológicas, siguió recibiendo amenazas por parte de un amigo del agresor, también un inmigrante. La joven falleció el pasado mes de diciembre al no superar la depresión en la que entró tras ser violada. Link
Leónidas- Cybernauta-Gran-Master
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Suecia se va a pique: Las ciudades suecas experimentan un aumento del 300 por ciento en tiroteos durante el 2017
La inseguridad por la inmigración es una realidad en Suecia. Las principales ciudades del país han experimentado un aumento del 300 por ciento en tiroteos durante el año 2017. Así lo asegura el medio de comunicación sueco, SVT,
Helsinborg, una de las principales ciudades del país ha sido la ciudad que más ha visto aumenta la delincuencia en sus calles, con más de 20 casos de tiroteos durante el 2017, mientras que durante el 2016, solamente se produjeron cinco tiroteos.
En menos de un año, el número de tiroteos se ha disparado en la ciudad de 100.000 habitantes y en otras ciudades del país.
“Los disparos se producen por tres motivos principales: drogas, dinero o más armas. Son los tres ingredientes principales”, ha dicho Sven Holgerson, resposnable de la policía de Helsinborg.
Estadísticas emitidas por el Centro Nacional Sueco de Estadística relacionado con el motivo de las muertes, muestra que los tiroteos mortales se han doblado en Suecia en los últimos nueve años.
No es ninguna novedad que la violencia criminal está relacionada con la llegada masiva de inmigrantes y con la creación de zonas ‘no-go zones’ en las que los inmigrantes controlan absolutamente todo lo que ocurre en esas zonas.
Al igual que Alemania, Suecia se ha convertido en el paraíso para los inmigrantes y refugiados debido a las numerosas ayudas que reciben. Link
Helsinborg, una de las principales ciudades del país ha sido la ciudad que más ha visto aumenta la delincuencia en sus calles, con más de 20 casos de tiroteos durante el 2017, mientras que durante el 2016, solamente se produjeron cinco tiroteos.
En menos de un año, el número de tiroteos se ha disparado en la ciudad de 100.000 habitantes y en otras ciudades del país.
“Los disparos se producen por tres motivos principales: drogas, dinero o más armas. Son los tres ingredientes principales”, ha dicho Sven Holgerson, resposnable de la policía de Helsinborg.
Estadísticas emitidas por el Centro Nacional Sueco de Estadística relacionado con el motivo de las muertes, muestra que los tiroteos mortales se han doblado en Suecia en los últimos nueve años.
No es ninguna novedad que la violencia criminal está relacionada con la llegada masiva de inmigrantes y con la creación de zonas ‘no-go zones’ en las que los inmigrantes controlan absolutamente todo lo que ocurre en esas zonas.
Al igual que Alemania, Suecia se ha convertido en el paraíso para los inmigrantes y refugiados debido a las numerosas ayudas que reciben. Link
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Así es la desesperación de una madre sueca: “Mis hijos no tienen futuro aquí por culpa de la violencia que ha traído la inmigración”
Jessica S., una madre sueca, no dudó en mostrar su desesperación a través de un grupo de Facebook llamado ‘Krakow Expats’, que sirve para buscar trabajo en Polonia.
Esta mujer, madre de varios niños, reconoce estar resesperada por la situación que vive el país en relación al aumento de violencia e inseguridad debido a la llegada masiva de inmigrantes.
“Hola, soy una madre sueca que comienza a perder toda la esperanza por el futuro de mis hijos aquí en Suecia. Creo que la situación está siendo vista tal y como es en Polonia es por ello por lo que me gustaría irme de Suecia y poder trabajar en Polonia”, comienza diciendo.
“Los medios de comunicación intentan hacer que todo está bien, que no hay ningún problema, pero no es así. No voy a decir que todos los inmigrantes sean malos, pero Suecia es incapaz de controlar a aquellos que vienen con la única intención de delinquir“, afirma.
“La situación está empeorando. La policía se ha rendido y en la pequeña ciudad en la que resido también hay inmigrantes que no esconden su odio hacia los valores occidentales. Lo cierto es que estoy asustada y encima, todos los impuestos están destinados a mantener a los delincuentes”, insiste.
“Me gustaría trabajar y pagar impuestos en un país que no haya perdido su cabeza. Este mensaje no solamente lo escribo para buscar trabajo, sino para que abran los ojos. Suecia está hundiéndose y parece que a nadie le importa”, sentencia.
El mensaje se ha convertido en viral y cientos de polacos están hablando con Jessica para que pueda mudarse de Suecia y trabajar en Polonia, país que rechaza la inmigración.
Este es solamente un mensaje, pero son muchos los suecos que están hartos de la situación de un país que ha pasado de ser un paraíso a uno de los más peligrosos de Europa.
Asco de políticos y de votantes.
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Suecia está desesperada: El primer ministro sueco no descarta recurrir al Ejército para hacer frente a las pandillas formadas por inmigrantes
Stefan Lofven, primer ministro sueco, ha anunciado estar preparado para enviar al Ejército a las calles y poner fin a la violencia que sufre el país nórdico.
En las últimas semanas, Suecia ha sufrido numerosos ataques en sus calles, la gran mayoría protagonizado en las zonas conocidas como ‘no go zones’ en las que los inmigrantes impiden que las fuerzas de seguridad entren para mantener el orden.
En declaraciones a la agencia de noticias TT, Stefan Lofven señaló: “No es mi primera opción, pero si tengo que sacar a los militares a la calle para recuperar la seguridad en las calles, lo haré”.
Su anuncio se produce después de que cuatro personas murieran en un tiroteo y otra persona muriera tras la explosión de una granada de mano en la estación de tren de Estocolmo.
Los medios suecos informan de que más de 300 personas fueron heridas de bala durante incidentes relacionados con las bandas criminales que están tomando el control de las calles, en su gran mayoría formada por inmigrantes llegados al país recientemente.
Este miércoles, a última hora de la tarde, una comisaría fue atacado con un explosivo precisamente en una de las ‘no go zones’.
El ataque se produjo en el barrio de Rosengard, situado en la ciudad de Malmö, una de las más afectadas por la llegada masiva de inmigrantes. Link
En las últimas semanas, Suecia ha sufrido numerosos ataques en sus calles, la gran mayoría protagonizado en las zonas conocidas como ‘no go zones’ en las que los inmigrantes impiden que las fuerzas de seguridad entren para mantener el orden.
En declaraciones a la agencia de noticias TT, Stefan Lofven señaló: “No es mi primera opción, pero si tengo que sacar a los militares a la calle para recuperar la seguridad en las calles, lo haré”.
Su anuncio se produce después de que cuatro personas murieran en un tiroteo y otra persona muriera tras la explosión de una granada de mano en la estación de tren de Estocolmo.
Los medios suecos informan de que más de 300 personas fueron heridas de bala durante incidentes relacionados con las bandas criminales que están tomando el control de las calles, en su gran mayoría formada por inmigrantes llegados al país recientemente.
Este miércoles, a última hora de la tarde, una comisaría fue atacado con un explosivo precisamente en una de las ‘no go zones’.
El ataque se produjo en el barrio de Rosengard, situado en la ciudad de Malmö, una de las más afectadas por la llegada masiva de inmigrantes. Link
Extranauta- Cybernauta VIP
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Venganzas criminales con granadas: qué hay detrás de la ola de atentados en Suecia
Bandas organizadas a menudo compuestas por jóvenes de origen migrante utilizan armamento de guerra para saldar sus cuentas y amedrentar a sus rivales. Cada vez más, los policías son su objetivo
Hace unos 200 años que Suecia no sufre ningún conflicto armado en su territorio. Sin embargo, el creciente uso de granadas de mano entre las bandas criminales ha puesto en alerta a la población. El pasado 7 de enero, un hombre fallecía en un suburbio de Estocolmo tras recoger uno de estos artefactos del suelo; diez días más tarde, otro explosivo detonaba junto a una comisaría de policía. Y este fin de semana, un grupo de desconocidos lanzó otro contra un apartamento en Gotemburgo, en la costa oeste del país.
Son solo los últimos episodios de un fenómeno que viene repitiéndose desde hace algunos años. Según las estadísticas, entre 2010 y 2016 hubo 77 ataques con granadas, de los que 55 terminaron en explosión. Un arma normalmente relacionada con países en guerra que se ha puesto de moda entre los grupos de delincuentes suecos, muchos de ellos integrados por jóvenes migrantes que se dedican al narcotráfico o al proxenetismo en los barrios más pobres de las principales ciudades.
Los ajustes de cuentas y las recientes luchas por el control del territorio se han traducido en un creciente número de tiroteos y lanzamientos de granadas. Aunque la intensificación de la acción policial también ha conllevado un significativo aumento de los ataques contra los agentes del orden en estos últimos meses.
Según los investigadores, gran parte de este insólito arsenal procede de la antigua Yugoslavia. Es barato y fácil de conseguir y las bandas lo utilizan principalmente como amenaza, aunque, en varios episodios, parece probado que su objetivo era matar. Estas granadas, además, suponen un riesgo añadido para la población por las dudosas condiciones en que han sido almacenadas.
Suecia afronta en 2018 un año electoral. Y, con los comicios generales previstos para septiembre, está claro que la ley y el orden serán uno de los temas centrales durante la carrera electoral.
En esta clave se lee la reciente propuesta del primer ministro socialdemócrata, Stefan Lofven, que hace unos días no descartaba sacar a la calle a los militares para intentar atajar el problema de las bandas. "No sería mi primera opción sacar al ejército, pero estoy preparado para hacer lo que sea necesario para garantizar la eliminación del crimen organizado", declaró a la agencia TT. Y, en respuesta a la insistente petición de las fuerzas del orden, que llevan años pidiendo más recursos, el Gobierno también inyectará unos 7.100 millones de coronas (más de 720 millones de euros) hasta el año 2020, además de acceder a endurecer los castigos para delitos cometidos con armas y darles mayor libertad para vigilar llamadas y correos electrónicos.
Lo cierto es que los suecos están cada vez más preocupados por la creciente inseguridad. Según los últimos datos hechos públicos por el Consejo Estatal sobre la Prevención del Crimen (Brå), el incremento de la delincuencia inquieta a casi un tercio del país (29%), cuatro puntos más que el año pasado. Y el hecho de que muchos de estos crímenes, sobre todo los relacionados con las bandas, los cometan inmigrantes o hijos de inmigrantes, alimenta el discurso de los Demócratas de Suecia, un partido contrario a los extranjeros. "Hay personas asesinadas a tiros en pizzerías, otros mueren tras coger una granadas de mano que encuentran por la calle. Esta es la nueva Suecia; el nuevo y emocionante paraíso dinámico y multicultural", proclamaba con sarcasmo hace unos días Jimmie Akesson, líder de esta formación.
Si bien la alarma social es elevada, lo cierto es que la tasa de criminalidad en el país escandinavo no es de las más altas a nivel internacional. Como el resto de Europa, Suecia se sitúa a años luz de los varios miles de muertos anuales por armas de fuego de Estados Unidos y también registra menos que países vecinos, como Portugal, Italia o Irlanda. Las muertes por causas violentas en Suecia, de hecho, han disminuido desde los años noventa. Sin embargo, nadie puede negar que el fenómeno de los tiroteos y ataques con granadas está en auge. Y el hecho de que el problema se circunscriba a los barrios más excluidos socialmente y ataña, principalmente, a jóvenes inmigrantes añade fuego al debate.
Aunque no falta quien lo vincula a la llegada masiva de refugiados de estos últimos años, el problema es más lejano y se remonta a los que llegaron al país a lo largo de las últimas décadas y que no han conseguido integrarse. En los barrios más conflictivos, por ejemplo, la tasa de paro alcanza el 30 o incluso el 40%, frente al escaso 5 o 6% nacional. Esto lleva a algunos a caer en la criminalidad. Les da dinero, un modo de vida y también un estatus.
Quienes más sufren la violencia que se deriva de ello, de hecho, son los vecinos de estos barrios. Uno de los episodios más tristes fue la muerte en agosto de 2016 de un niño de ocho años de origen africano, que falleció después de que alguien lanzara una granada contra el apartamento en el que estaba.
Más reciente es la trágica muerte de un hombre de 63 años, que el pasado 7 de enero había salido a pasear en bicicleta y cogió una granada del suelo pensando que era un juguete. Poco después, el artefacto explotaba acabando con su vida e hiriendo a una mujer. Ocurrió junto a la estación de metro de Vårby gård, en uno de los llamados guetos de Estocolmo. Una historia que ha causado impresión en una población que quiere seguir saliendo a la calle sin poner en riesgo su vida. enlace
Hace unos 200 años que Suecia no sufre ningún conflicto armado en su territorio. Sin embargo, el creciente uso de granadas de mano entre las bandas criminales ha puesto en alerta a la población. El pasado 7 de enero, un hombre fallecía en un suburbio de Estocolmo tras recoger uno de estos artefactos del suelo; diez días más tarde, otro explosivo detonaba junto a una comisaría de policía. Y este fin de semana, un grupo de desconocidos lanzó otro contra un apartamento en Gotemburgo, en la costa oeste del país.
Son solo los últimos episodios de un fenómeno que viene repitiéndose desde hace algunos años. Según las estadísticas, entre 2010 y 2016 hubo 77 ataques con granadas, de los que 55 terminaron en explosión. Un arma normalmente relacionada con países en guerra que se ha puesto de moda entre los grupos de delincuentes suecos, muchos de ellos integrados por jóvenes migrantes que se dedican al narcotráfico o al proxenetismo en los barrios más pobres de las principales ciudades.
Los ajustes de cuentas y las recientes luchas por el control del territorio se han traducido en un creciente número de tiroteos y lanzamientos de granadas. Aunque la intensificación de la acción policial también ha conllevado un significativo aumento de los ataques contra los agentes del orden en estos últimos meses.
Según los investigadores, gran parte de este insólito arsenal procede de la antigua Yugoslavia. Es barato y fácil de conseguir y las bandas lo utilizan principalmente como amenaza, aunque, en varios episodios, parece probado que su objetivo era matar. Estas granadas, además, suponen un riesgo añadido para la población por las dudosas condiciones en que han sido almacenadas.
Ley y orden en año electoral
El Gobierno ha propuesto varias medidas para tratar de acabar con esta situación. Por un lado, se quiere cuadruplicar la pena mínima para todos aquellos que sean detenidos con una granada en su poder. Y, al mismo tiempo, se ha propuesto una especie de amnistía para todas aquellas personas que decidan entregar voluntariamente estas pequeñas bombas a la policía. Los criminales que den el paso deberían verse libres de cualquier tipo de cargo. Una medida que ya se ha llevado a cabo con éxito en el pasado con otro tipo de armas, pero que nunca se había probado en el caso de las granadas.Suecia afronta en 2018 un año electoral. Y, con los comicios generales previstos para septiembre, está claro que la ley y el orden serán uno de los temas centrales durante la carrera electoral.
En esta clave se lee la reciente propuesta del primer ministro socialdemócrata, Stefan Lofven, que hace unos días no descartaba sacar a la calle a los militares para intentar atajar el problema de las bandas. "No sería mi primera opción sacar al ejército, pero estoy preparado para hacer lo que sea necesario para garantizar la eliminación del crimen organizado", declaró a la agencia TT. Y, en respuesta a la insistente petición de las fuerzas del orden, que llevan años pidiendo más recursos, el Gobierno también inyectará unos 7.100 millones de coronas (más de 720 millones de euros) hasta el año 2020, además de acceder a endurecer los castigos para delitos cometidos con armas y darles mayor libertad para vigilar llamadas y correos electrónicos.
Lo cierto es que los suecos están cada vez más preocupados por la creciente inseguridad. Según los últimos datos hechos públicos por el Consejo Estatal sobre la Prevención del Crimen (Brå), el incremento de la delincuencia inquieta a casi un tercio del país (29%), cuatro puntos más que el año pasado. Y el hecho de que muchos de estos crímenes, sobre todo los relacionados con las bandas, los cometan inmigrantes o hijos de inmigrantes, alimenta el discurso de los Demócratas de Suecia, un partido contrario a los extranjeros. "Hay personas asesinadas a tiros en pizzerías, otros mueren tras coger una granadas de mano que encuentran por la calle. Esta es la nueva Suecia; el nuevo y emocionante paraíso dinámico y multicultural", proclamaba con sarcasmo hace unos días Jimmie Akesson, líder de esta formación.
Un problema de integración
Con un total de 43 fallecidos por armas de fuego y más de 300 tiroteos registrados en 2017, todo el mundo en Suecia reconoce que hay un problema. "El potencial de violencia que hemos visto en los suburbios de Estocolmo, en concreto Rinkeby, Tensta y Husby, y también en la ciudad de Malmö, es significativo. Las cosas evolucionan rápido cuando las redes criminales empiezan a dispararse entre ellas", admitía este fin de semana Dan Eliasson, el jefe de la policía nacional sueca, según recoge el diario digital 'The Local'. "Es difícil eliminar de golpe los homicidios, pero tenemos que hacer que el nivel caiga considerablemente", añadió.Si bien la alarma social es elevada, lo cierto es que la tasa de criminalidad en el país escandinavo no es de las más altas a nivel internacional. Como el resto de Europa, Suecia se sitúa a años luz de los varios miles de muertos anuales por armas de fuego de Estados Unidos y también registra menos que países vecinos, como Portugal, Italia o Irlanda. Las muertes por causas violentas en Suecia, de hecho, han disminuido desde los años noventa. Sin embargo, nadie puede negar que el fenómeno de los tiroteos y ataques con granadas está en auge. Y el hecho de que el problema se circunscriba a los barrios más excluidos socialmente y ataña, principalmente, a jóvenes inmigrantes añade fuego al debate.
Aunque no falta quien lo vincula a la llegada masiva de refugiados de estos últimos años, el problema es más lejano y se remonta a los que llegaron al país a lo largo de las últimas décadas y que no han conseguido integrarse. En los barrios más conflictivos, por ejemplo, la tasa de paro alcanza el 30 o incluso el 40%, frente al escaso 5 o 6% nacional. Esto lleva a algunos a caer en la criminalidad. Les da dinero, un modo de vida y también un estatus.
Quienes más sufren la violencia que se deriva de ello, de hecho, son los vecinos de estos barrios. Uno de los episodios más tristes fue la muerte en agosto de 2016 de un niño de ocho años de origen africano, que falleció después de que alguien lanzara una granada contra el apartamento en el que estaba.
Más reciente es la trágica muerte de un hombre de 63 años, que el pasado 7 de enero había salido a pasear en bicicleta y cogió una granada del suelo pensando que era un juguete. Poco después, el artefacto explotaba acabando con su vida e hiriendo a una mujer. Ocurrió junto a la estación de metro de Vårby gård, en uno de los llamados guetos de Estocolmo. Una historia que ha causado impresión en una población que quiere seguir saliendo a la calle sin poner en riesgo su vida. enlace
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Suecia - Como Destruir Un País
Suecia siempre ha sido un modelo a seguir, un país a imitar para muchos europeos. Han conseguido construir una sociedad altamente civilizada, capaz de generar una riqueza enorme y con un Gobierno que no es corrupto. Muchos suecos describen su infancia como haber nacido en el paraíso. Las generaciones anteriores, mediante un enorme esfuerzo, habían garantizado un futuro prometedor a las nuevas, y todo parecía indicar que seguiría así... Hasta que llegó el multiculturalismo, la inmigración masiva sin asimilación que destruye la cultura de un pequeño país que no puede asimiliar tantos refugiados.
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La Policía de Seguridad de Suecia avisa: “La violencia del islam está provocando una amenaza nunca antes conocida”
La Policía de Seguridad de Suecia, más conocido como el Säpo, ha confirmado que el país vive “unas amenazas que no vivía desde hace mucho tiempo”.
“En los últimos dos años, la seguridad mundial ha empeorado y en Suecia las amenazas son mayores que en otros lugares de Europa”, ha reconocido Anders Thornberg, miembro de la Policía de Seguridad de Suecia.
“No podemos ocultar que el el islamismo violento causa el mayor nivel de amenaza que ha tenido Suecia en muchos años”, añade.
Según los registros del Säpo sueco, al menos 2.000 islamistas radicales viven en el país.
“El islam más radical está creciendo en toda Europa. Los ataques de Manchester Londres y Barcelona demuestran que debemos trabajar juntos para hacer frente a este problema”, insiste.
Pero Thornberg también alerta del crecimiento de la extrema derecha debido a la masiva llegada de inmigrantes: “También hemos notado un crecimiento de la extrema derecha debido al aumento de la presencia de inmigrantes y sobre todo de musulmanes. Europa debe tener cuidado en muchos aspectos”.
Suecia es el país que más inmigrantes y refugiados ha recibido en los últimos diez años. El país nórdico es conocido por su permisividad con los inmigrantes, sobre todo con los musulmanes. https://casoaislado.com/la-policia-seguridad-suecia-avisa-la-violencia-del-islam-esta-provocando-una-amenaza-nunca-conocida/
Leónidas- Cybernauta-Gran-Master
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Una mujer polaca se fue a Suecia buscando “una vida mejor” y acabó siendo violada por dos árabes e ignorada por la Policía
Ha pasado un año desde que Agnieszka Wiśniewska fue violada por dos jóvenes árabes en Suecia, pero es ahora cuando la polaca ha decidido contar su historia y lo ha hecho en declaraciones a Radio Szczecin.
Agnieszka Wiśniewska explica que fue en 2007 cuando llegó a Suecia por primera vez: “Quería vivir una vida tranquila. Había leído en los periódicos que era un gran país para familias con niños”.
Decidió emigrar a Suecia, encontró un trabajo, aprendió a hablar inglés y llevaba una vida de lo más normal en Estocolmo hasta el día en el que ocurrió el ataque.
“Era un día como otro cualquiera. Estaba regresando a casa después de comprar pan y comida para mis gatos. Era de noche ya pero estaba cerca de casa. Entonces, dos hombres con rasgos árabes se me acercaron. Me sentí amenazada“, explica.
“En Suecia hay muchas mujeres que tienen miedo de salir cuando ya está anocheciendo”, añade.
“Me cogieron por la chaqueta y me llevaron hasta un bosque cercano que había y ahí empezó todo”, dice.
Pese a que trató de evitar ser violada, Agnieszka Wiśniewska fue violada violentamente. Fue golpeada y estamparon su cabeza en repetidas ocasiones contra el tronco de un árbol.
Los coches pasaban apenas a 200 metros de distancia y cuando vio que se aproximaba un camión, gritó con todas sus fuerzas para pedir ayuda, lo que provocó que sus atacantes decidieran huir.
Wiśniewska pudo llamar a la policía y ser trasladada a un hospital para ser examinada y curar sus heridas. Más tarde la policía le llamó para preguntarle si podía testificar por teléfono pero al estar su hijo en casa, sugirió que prefería declarar en la propia comisaría.
“Nadie me volvió a llamar. No tuve la oportunidad de denunciar lo que ocurrió en comisaría. Había un testigo, un ciclista que pasó durante el ataque y se detuvo para ayudarme. A él tampoco le llamaron pese a que dio toda la información. Ningún policía le preguntó qué vio o qué recordaba”, afirma.
Pero no solamente eso. Cuando trató de acudir a una consulta de un psicólogo público, le dijeron que tenía que esperar porque “los refugiados también tienen traumas y tienen prioridad”. Tuvieron que pasar 11 meses hasta que por fin pudo conseguir la primera cita.
Terrible historia la que ha denunciado una mujer polaca.
Agnieszka Wiśniewska explica que fue en 2007 cuando llegó a Suecia por primera vez: “Quería vivir una vida tranquila. Había leído en los periódicos que era un gran país para familias con niños”.
Decidió emigrar a Suecia, encontró un trabajo, aprendió a hablar inglés y llevaba una vida de lo más normal en Estocolmo hasta el día en el que ocurrió el ataque.
“Era un día como otro cualquiera. Estaba regresando a casa después de comprar pan y comida para mis gatos. Era de noche ya pero estaba cerca de casa. Entonces, dos hombres con rasgos árabes se me acercaron. Me sentí amenazada“, explica.
“En Suecia hay muchas mujeres que tienen miedo de salir cuando ya está anocheciendo”, añade.
“Me cogieron por la chaqueta y me llevaron hasta un bosque cercano que había y ahí empezó todo”, dice.
Pese a que trató de evitar ser violada, Agnieszka Wiśniewska fue violada violentamente. Fue golpeada y estamparon su cabeza en repetidas ocasiones contra el tronco de un árbol.
Los coches pasaban apenas a 200 metros de distancia y cuando vio que se aproximaba un camión, gritó con todas sus fuerzas para pedir ayuda, lo que provocó que sus atacantes decidieran huir.
Wiśniewska pudo llamar a la policía y ser trasladada a un hospital para ser examinada y curar sus heridas. Más tarde la policía le llamó para preguntarle si podía testificar por teléfono pero al estar su hijo en casa, sugirió que prefería declarar en la propia comisaría.
“Nadie me volvió a llamar. No tuve la oportunidad de denunciar lo que ocurrió en comisaría. Había un testigo, un ciclista que pasó durante el ataque y se detuvo para ayudarme. A él tampoco le llamaron pese a que dio toda la información. Ningún policía le preguntó qué vio o qué recordaba”, afirma.
Pero no solamente eso. Cuando trató de acudir a una consulta de un psicólogo público, le dijeron que tenía que esperar porque “los refugiados también tienen traumas y tienen prioridad”. Tuvieron que pasar 11 meses hasta que por fin pudo conseguir la primera cita.
Terrible historia la que ha denunciado una mujer polaca.
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La policía sueca suplica a sus gobernantes: “¡Ayúdennos!”
Es curioso que el presidente de la República Francesa y niño bonito de la causa globalista, Emmanuel Macron, haya alertado de la inminencia de una ‘guerra civil europea’ por culpa del creciente nacionalismo, porque todo apunto a que podría tener razón a medias.
Es decir, hay países en la UE que, efectivamente, están alcanzando unos grados de conflictividad y violencia nunca vistos. Solo que el responsable no parece ser precisamente el nacionalismo, sino ese otro factor que tanto desean en Bruselas y sobre el que nunca comentan cosas malas: la inmigración masiva procedente de Oriente Medio y el Norte de África.
Un caso de estudio en este sentido -casi de estudio clínico- es el de Suecia.
Hasta hace no mucho, Suecia era conocida en el resto del mundo por el ‘modelo sueco’ que todavía invocan algunos izquierdistas españoles, un Estado del Bienestar generosísimo y las políticas más progresistas que se pueda imaginar, combinado todo ello -de ahí su atractivo- con una sociedad rica, civilizada y enormemente segura.
Y entonces fue cuando decidieron que ser sueco era anticuado y que mejor ser África. Si les parece una hipérbole de mal gusto, permítanme asegurarles que un ministro sueco reconoció expresamente ante los medios su ferviente deseo de africanizar Suecia. Como lo oyen.
El caso es que abrieron sus fronteras a todos los habitantes del Tercer Mundo que quisieran disfrutar de la bicoca de sus prestaciones sociales a pesar del frío y, como habrán adivinado, muchos se apuntaron.
¿Resultado? Oh, por ejemplo, esta meca del feminismo se ha convertido en el segundo país con mayor número de violaciones por habitante. En solo dos semanas a principios de este año, se registraron cinco explosiones en el país, algo que ya empieza a dejar de ser excepcional. Y en las encuestas sobre qué es lo que más preocupa a los suecos de cara a las elecciones de septiembre, la seguridad y el orden público figuran en primer lugar.
Los asesinatos con arma de fuego por ajustes de cuentas entre bandas -invariablemente formadas por varones de origen no nativo que viven en sus propios territorios al margen del Estado- han pasado de cuatro al año a principios de los noventa a 40 el año pasado. Los disturbios callejeros, a veces verdaderos motines, la quema de coches y los ataques a policías, ambulancias y otros servicios sociales son ya el pan nuestro de cada día. Los tiroteos ya ni siquiera aparecen en los medios si no hay muertos o son lo bastante masivos e intensos. Lo que ayer era excepcional, ahora es cotidiano.
El pasado jueves, un programa de la BBC describía cómo las granadas de mano se habían convertido en el arma favorita usada por las bandas en las ciudades más densamente pobladas por los inmigrantes de primera o segunda generación.
Hasta cierto punto, es perfectamente posible vivir en Suecia y no notar que nada esencial haya cambiado, porque el crimen está muy localizado en zonas concretas -exactamente donde se concentra la población inmigrante- y la prevalencia de la corrección política en los medios y la clase política impide que se abra un debate serio y libre sobre la cuestión.
Algo, sin embargo, está cambiando. Ya se filtran reconocimientos oficiosos de la existencia de no-go zones -que siguen aumentando, dejando en la práctica al margen de la soberanía sueca áreas cada vez más amplias de territorio- y, sobre todo, la policía ha empezado a hablar.
Porque la moral en el cuerpo está por los suelos, sobre todo por la ‘ley del silencio’ impuesta administrativamente sobre la criminalidad entre los recién llegados. Las dimisiones de agentes son continuas. La máxima autoridad policial, el comisario Dan Eliasson, se dirigió recientemente a los políticos en una rueda de prensa para suplicarles ayuda. “¡Ayúdennos, ayúdennos!”, llegó a repetir Eliasson, al tiempo que informaba que las ‘zonas prohibidas’ habían pasado en un solo año de 55 a 61.
Según Eliasson, hay al menos 5.000 pandilleros , delincuentes habituales, divididos en doscientas bandas que operan en las zonas prohibidas. Eliasson advirtió que si esta tendencia se mantiene, el orden social se vendrá abajo en Suecia. La gaceta
Es decir, hay países en la UE que, efectivamente, están alcanzando unos grados de conflictividad y violencia nunca vistos. Solo que el responsable no parece ser precisamente el nacionalismo, sino ese otro factor que tanto desean en Bruselas y sobre el que nunca comentan cosas malas: la inmigración masiva procedente de Oriente Medio y el Norte de África.
Un caso de estudio en este sentido -casi de estudio clínico- es el de Suecia.
Hasta hace no mucho, Suecia era conocida en el resto del mundo por el ‘modelo sueco’ que todavía invocan algunos izquierdistas españoles, un Estado del Bienestar generosísimo y las políticas más progresistas que se pueda imaginar, combinado todo ello -de ahí su atractivo- con una sociedad rica, civilizada y enormemente segura.
Y entonces fue cuando decidieron que ser sueco era anticuado y que mejor ser África. Si les parece una hipérbole de mal gusto, permítanme asegurarles que un ministro sueco reconoció expresamente ante los medios su ferviente deseo de africanizar Suecia. Como lo oyen.
El caso es que abrieron sus fronteras a todos los habitantes del Tercer Mundo que quisieran disfrutar de la bicoca de sus prestaciones sociales a pesar del frío y, como habrán adivinado, muchos se apuntaron.
¿Resultado? Oh, por ejemplo, esta meca del feminismo se ha convertido en el segundo país con mayor número de violaciones por habitante. En solo dos semanas a principios de este año, se registraron cinco explosiones en el país, algo que ya empieza a dejar de ser excepcional. Y en las encuestas sobre qué es lo que más preocupa a los suecos de cara a las elecciones de septiembre, la seguridad y el orden público figuran en primer lugar.
Los asesinatos con arma de fuego por ajustes de cuentas entre bandas -invariablemente formadas por varones de origen no nativo que viven en sus propios territorios al margen del Estado- han pasado de cuatro al año a principios de los noventa a 40 el año pasado. Los disturbios callejeros, a veces verdaderos motines, la quema de coches y los ataques a policías, ambulancias y otros servicios sociales son ya el pan nuestro de cada día. Los tiroteos ya ni siquiera aparecen en los medios si no hay muertos o son lo bastante masivos e intensos. Lo que ayer era excepcional, ahora es cotidiano.
El pasado jueves, un programa de la BBC describía cómo las granadas de mano se habían convertido en el arma favorita usada por las bandas en las ciudades más densamente pobladas por los inmigrantes de primera o segunda generación.
Hasta cierto punto, es perfectamente posible vivir en Suecia y no notar que nada esencial haya cambiado, porque el crimen está muy localizado en zonas concretas -exactamente donde se concentra la población inmigrante- y la prevalencia de la corrección política en los medios y la clase política impide que se abra un debate serio y libre sobre la cuestión.
Algo, sin embargo, está cambiando. Ya se filtran reconocimientos oficiosos de la existencia de no-go zones -que siguen aumentando, dejando en la práctica al margen de la soberanía sueca áreas cada vez más amplias de territorio- y, sobre todo, la policía ha empezado a hablar.
Porque la moral en el cuerpo está por los suelos, sobre todo por la ‘ley del silencio’ impuesta administrativamente sobre la criminalidad entre los recién llegados. Las dimisiones de agentes son continuas. La máxima autoridad policial, el comisario Dan Eliasson, se dirigió recientemente a los políticos en una rueda de prensa para suplicarles ayuda. “¡Ayúdennos, ayúdennos!”, llegó a repetir Eliasson, al tiempo que informaba que las ‘zonas prohibidas’ habían pasado en un solo año de 55 a 61.
Según Eliasson, hay al menos 5.000 pandilleros , delincuentes habituales, divididos en doscientas bandas que operan en las zonas prohibidas. Eliasson advirtió que si esta tendencia se mantiene, el orden social se vendrá abajo en Suecia. La gaceta
Última Hora- Cybernauta VIP
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Una mujer sueca, defensora de los refugiados, es violada por dos afganos tras salir con ellos de fiesta para demostrar que “son gente normal”
Según informa el diario sueco ‘Fria Tider’, una mujer sueca de mediana edad fue violada y abusada por dos refugiados afganos en el centro de acogida en el que residían.
La mujer, que formaba parte de un grupo de Facebook que critica las deportaciones de inmigrantes ilegales, quería demostrar que los refugiados afganos no son peligrosos y de paso, criticar a los que ella llamaba xenófobos por querer que fuesen deportados.
Los hechos ocurrieron cuando ya de noche, estando de fiesta por las calles de Ljungby, no dudó en irse con los dos refugiados afganos para tratar de demostrar que también se puede hacer vida con ellos.
Tras conocerlos fuera de un pub, decidió acompañar a los dos refugiados a un centro de refugiados en la localidad de Ljungby.
Pero cuando llegaron a la habitación de los dos refugiados, la situación empeoró rápidamente. Uno de ellos comenzó a abusar de ella y pese a que ella aseguró que no quería nada, el otro de los refugiados presentes, llamado Anwar, la violó mientras el otro se masturbaba mirando la violación.
En declaraciones a la policía sueca, tras presentar la denuncia, la mujer aseguró: “Nunca había tenido miedo de hablar y conocer a gente de otros países y con otras culturas”.
Tras llamar a la policía y presentar la denuncia, ambos fueron arrestados. El Juzgado de Växjö ha condenado esta semana a Anwar a un año y tres meses de cárcel por la violación, mientras que el otro refugiado, solamente tendrá que pagarle una multa de 2.300 euros.
La mujer, por su parte, ha quedado traumatizada y desde entonces, acude todas las semanas a un psicólogo y sufre insomnio.
La mujer era una fiel defensora de los refugiados.
La mujer, que formaba parte de un grupo de Facebook que critica las deportaciones de inmigrantes ilegales, quería demostrar que los refugiados afganos no son peligrosos y de paso, criticar a los que ella llamaba xenófobos por querer que fuesen deportados.
Los hechos ocurrieron cuando ya de noche, estando de fiesta por las calles de Ljungby, no dudó en irse con los dos refugiados afganos para tratar de demostrar que también se puede hacer vida con ellos.
Tras conocerlos fuera de un pub, decidió acompañar a los dos refugiados a un centro de refugiados en la localidad de Ljungby.
Pero cuando llegaron a la habitación de los dos refugiados, la situación empeoró rápidamente. Uno de ellos comenzó a abusar de ella y pese a que ella aseguró que no quería nada, el otro de los refugiados presentes, llamado Anwar, la violó mientras el otro se masturbaba mirando la violación.
En declaraciones a la policía sueca, tras presentar la denuncia, la mujer aseguró: “Nunca había tenido miedo de hablar y conocer a gente de otros países y con otras culturas”.
Tras llamar a la policía y presentar la denuncia, ambos fueron arrestados. El Juzgado de Växjö ha condenado esta semana a Anwar a un año y tres meses de cárcel por la violación, mientras que el otro refugiado, solamente tendrá que pagarle una multa de 2.300 euros.
La mujer, por su parte, ha quedado traumatizada y desde entonces, acude todas las semanas a un psicólogo y sufre insomnio.
La mujer era una fiel defensora de los refugiados.
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Un refugiado sirio viola a una niña de 12 años porque “no sabía que era ilegal”
Un refugiado sirio, de 17 años, ha sido sentenciado a seis meses de reclusión en un centro de menores tras violar a una niña de 12 años, así lo asegura ‘Fria Tider’ y lo recogemos en CasoAislado.com.
Los hechos ocurrieron en Suecia y ser sometido a un interrogatorio por los agentes de la autoridad, el refugiado se limitó a decir “no saber que era ilegal”.
Pese a que el adolescente refugiado había cometido otros delitos, la justicia sueca ha decidido no deportarlo.
Joakim Lamotte, periodista sueco, fue quien investigó un caso que en un principio había sido ignorado por la Policía.
Tras las informaciones publicadas por Lamotte, se inició un debate en todo el país nórdico, que incluso obligó al primer ministro, Stefan Löfven, a dar explicaciones sobre los motivos por los que la Policía no dio
El Juzgado de Uddevalla ha condenado al joven a seis meses de internamiento en un centro de detención, además de tener que pagar una multa de 13.300 euros por los daños causados a la joven de 12 años.
Este refugiado llegó a Suecia en 2014. Lo hizo sin la compañía de un adulto, por lo que el Gobierno sueco se hizo cargo de él, pagándole absolutamente todos los gastos.
Asco de moros y de políticos.
Los hechos ocurrieron en Suecia y ser sometido a un interrogatorio por los agentes de la autoridad, el refugiado se limitó a decir “no saber que era ilegal”.
Pese a que el adolescente refugiado había cometido otros delitos, la justicia sueca ha decidido no deportarlo.
Joakim Lamotte, periodista sueco, fue quien investigó un caso que en un principio había sido ignorado por la Policía.
Tras las informaciones publicadas por Lamotte, se inició un debate en todo el país nórdico, que incluso obligó al primer ministro, Stefan Löfven, a dar explicaciones sobre los motivos por los que la Policía no dio
El Juzgado de Uddevalla ha condenado al joven a seis meses de internamiento en un centro de detención, además de tener que pagar una multa de 13.300 euros por los daños causados a la joven de 12 años.
Este refugiado llegó a Suecia en 2014. Lo hizo sin la compañía de un adulto, por lo que el Gobierno sueco se hizo cargo de él, pagándole absolutamente todos los gastos.
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Suecia da la espalda a los ‘progres’ y el partido antiinmigración ganaría las elecciones
Los suecos quieren dejar de ser considerados los ciudadanos más permisivos con la inmigración ilegal de toda Europa. En los últimos años, Suecia se ha convertido en un ejemplo a no seguir con sus políticas migratorias a favor de acoger a todo inmigrante ilegal que llegara al país nórdico.
A medida que se han ido produciendo las consecuencias esperadas de la inmigración masiva; aumento de las tasas de delincuencia, violaciones y gastos en ayudas públicas, los ciudadanos suecos han ido cambiando su postura en relación a la inmigración, pasando de ser una sociedad “progre” a una sociedad que quiere defender sus fronteras.
Las últimas encuestas confirman este cambio. Stefan Löfven, actual presidente de Suecia, perdería las próximas elecciones, viendo como los Demócratas de Suecia de Jimmie Akesson ganarían las elecciones del próximo mes de septiembre.
Desde la última encuesta, realizada hace algo más de un mes, Los Demócratas de Suecia, que rechazan la inmigración y quieren deportar a los inmigrantes ilegales, han ganado un 3% de apoyo, alcanzando el 26,1% de los votos y superando al Partido Socialdemócrata Sueco, que conseguiría solamente el 21,7%, muy cerca del 20,6%, su peor resultado en toda su historia.
Los Moderados, partido que también apoya la inmigración, también pierde votantes, pasando del 20,4% al 17,1%.
Si los resultados de encuesta realizada por Sentio acaban por confirmarse el próximo 9 de septiembre, los Demócratas Suecos ganarán las elecciones por primera vez en su historia.
Los suecos abren los ojos.
A medida que se han ido produciendo las consecuencias esperadas de la inmigración masiva; aumento de las tasas de delincuencia, violaciones y gastos en ayudas públicas, los ciudadanos suecos han ido cambiando su postura en relación a la inmigración, pasando de ser una sociedad “progre” a una sociedad que quiere defender sus fronteras.
Las últimas encuestas confirman este cambio. Stefan Löfven, actual presidente de Suecia, perdería las próximas elecciones, viendo como los Demócratas de Suecia de Jimmie Akesson ganarían las elecciones del próximo mes de septiembre.
Desde la última encuesta, realizada hace algo más de un mes, Los Demócratas de Suecia, que rechazan la inmigración y quieren deportar a los inmigrantes ilegales, han ganado un 3% de apoyo, alcanzando el 26,1% de los votos y superando al Partido Socialdemócrata Sueco, que conseguiría solamente el 21,7%, muy cerca del 20,6%, su peor resultado en toda su historia.
Los Moderados, partido que también apoya la inmigración, también pierde votantes, pasando del 20,4% al 17,1%.
Si los resultados de encuesta realizada por Sentio acaban por confirmarse el próximo 9 de septiembre, los Demócratas Suecos ganarán las elecciones por primera vez en su historia.
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¿Sabías Que?- Cybernauta VIP
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Re: SUECIA, capital de las violaciones. Como la inmigración islámica ha destrozado Suecia, por Pat Condell
Soy un tío blanco hetero y en este vídeo hablo de los problemas en Suecia alrededor de la inmigración masiva. Sobre la corrección política que impide un debate honesto entre las parte y que esconde o intenta tapar episodios criminales protagonizados por inmigrantes para no fomentar el odio, lo que se traduce en el auge de partidos extremistas y anti-inmigración.
Josuhe- Cybernauta-Premium
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Suecia: Tolerancia a prueba ante la migración
En la actualidad Suecia, un país aparentemente tranquilo, cuenta con 23 zonas 'no-go', donde ni siquiera se recomienda la entrada. Durante la afluencia migratoria del 2014 y 2015, Suecia aceptó a 244.178 solicitantes de asilo, por mucho la tasa per cápita más alta en la UE. Desde entonces los crímenes violentos se han disparado, especialmente las agresiones sexuales. Algunos suecos están hartos de lo que ven, como la pasividad de las autoridades, y han decidido actuar...
Cybernauta- Co-Administrador
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Cuatro inmigrantes africanos violan vaginal y analmente a una mujer discapacitada
Cuatro inmigrantes eritreos, entre 17 y 20 años de edad, han sido acusados de haber violado a una mujer discapacitada en la ciudad de Bromma, situada en Suecia.
Según informa el portal ‘Fria Tider’, la violación tuvo lugar entre el 5 y 6 de mayo del presente años y según los cargos presentados, los cuatro africanos violaron vaginal y analmente a la mujer discapacitada.
Los hombres sujetaron a la mujer por sus brazos y piernas, provocándole durante la violación, numerosas heridas por todo el cuerpo, incluyendo en sus partes íntimas. Los cuatro atacantes se fueron turnando para violar a la mujer.
Además, en los cargos se detalla que la mujer fue incapaz de defenderse ya que “es discapacitada y se encontró indefensa en un ambiente poco familiar para ella con los cuatro atacantes”.
Como tal, el ataque está siendo considerado especialmente despiadado y cruel. El fiscal no ha dudado en pedir que los cuatro inmigrantes sean deportados si finalmente son declarados culpables.
Así lo informa Fria Tider.
Leónidas- Cybernauta-Gran-Master
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