Feminazis

BEATRIZ ROJO: http://gaceta.es/beatriz-rojo/feminazis-11052014-0924
Cada vez está más extendida la creencia de que no se puede ser buena actriz, siendo espectacularmente guapa.

Mientras el decorador de Obama y embajador consorte convierte la sede diplomática en España en una jaula de grillos que haría las delicias de Oscar Wilde, la "bardemcitis" se adueña de Hollywood.

Una liga de feminazis adoctrina a las estrellas para que no se dejen discriminar por actitudes y comportamientos "machistas" tales como hablar de moda o trucos de belleza. ¿Resultado? Actrices quejicosas que se niegan a ser retratadas en la alfombra roja, superestrellas que apelan a su intimidad para evitar a toda costa dejarse ver con sus parejas, modelos e it girls que renuncian a desvelar sus dietas y entrevistas televisivas pactadas como si de un debate de púgiles políticos se tratase.

Cada vez está más extendida la creencia de que no se puede ser buena actriz, siendo espectacularmente guapa. Uno de los dogmas de las feministas radicales, en su mayoría más parecidas a Lucía Etxebarría que a Marilyn Monroe.

Por culpa de esta mitología progre las intérpretes se empeñan en esconder sus curvas y en prescindir de sus rutilantes atuendos para disfrazarse de zarrapastrosas, llegando a aparecer absolutamente irreconocibles. Cuanto más feas, más posibilidades de llevarse el Óscar, cuanto más antipáticas más reputadas entre sus colegas. Adiós al glamour de los focos, al narcisismo de las vedette de antaño. Ni "mamá quiero ser artista" ni lentejuela que valga.

Es el apocalipsis de la femineidad. Eso sí, esas socialistas con aire de gobernanta no desaprovechan la oportunidad de fotografiarse en el Vogue atavíadas de grandes damas a la par que con mirada inquisidora juzgan a las rubias de mechas.

Virginia Woolf o Clara Campoamor se revolverían en su tumba de ver en qué ha quedado su legado. Unas se convierten en activistas de lo cutre, y otras, como Lindsay Lohan desempolvan el machismo más rancio acusando a Jennifer Lawrence de conseguir papeles a cambio de sexo. Normal que Eva Mendes no quiera contestar, cuando le preguntan si en Hollywood hay peleas de gatas.

A Lindsay ha vuelto a írsele la olla. Me explican que en terminología exacta se trataría de un secuestro amígdalar, lo que comúnmente calificamos de cruce de cables y los hombres explican con un "está con la regla". Liarla parda. Un bloqueo mental que convierte al que lo sufre en un ser irracional a medio camino entre una enfurecida Letizia a la que traten de fotografiar con un móvil y una desequilibrada Zelda Fitzgerald ingresando en una clínica mental en Suiza. Añádase a esto unas gotitas de Melendi en vuelo, 2 pizcas de Raquel Bollo versus Aguasantas y 1/2 vaso de Britney Spears y obtendrán el brote psicótico al que nos referimos.

Tal como yo veo el asunto, es algo así como lo q debió sufrir Maria Callas al saber que Onassis se casaba con Jackie, y lo que frecuentemente le ocurre a Naomi Campbell con sus personal assistants agredidas. La amígdala de Mia Farrow aún sufre síndrome de Estocolmo tras enterarse del romance entre su marido, Woody Allen, y su hija adoptiva, Soon Yi.

Ante estos secuestros amigdalares, son muchos los que reaccionan como zoquetes desalmados, como trozos de carne con ojos que ni sienten ni padecen... y no se les ocurre otra cosa que emular la teoría del amor del abogado de Cristina de Borbón. Y eso exactamente es lo que le ocurrió al letrado de Isabel Pantoja, que para justificar el desconocimiento de la tonadillera sobre los tejemanejes de Julián Muñoz, alude a las "hormonas" de la folclórica. ¿Acabarán la menstruación y la menopausia como eximentes en procesos penales? El machismo, cuando nos conviene, es menos machismo.

- Señor Juez soy inocente, en esos momentos me encontraba sufriendo enajenación mental transitoria por tener la regla

- Haberlo dicho antes, queda usted absuelta de todos los cargos.