Asesinan de manera brutal a un Guardia Civil en un control de tráfico de Barbastro
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Asesinan de manera brutal a un Guardia Civil en un control de tráfico de Barbastro
Un Guardia Civil de Tráfico del cuartel de Barbastro falleció este viernes por la tarde en acto de servicio al ser arrollado por un vehículo con cinco ocupantes que se saltó un control de carretera y luego se dio a la fuga. El suceso ocurrió a las 19.40 en la denominada rotonda de los Cuarteles, en el kilómetro 158 de la carretera N-240, en uno de los accesos a la ciudad.
Anoche, la Guardia Civil detuvo inicialmente a tres personas y más tarde a las otras dos. Fuentes de la investigación indicaron que la persona que se cree que iba al volante no tenía permiso de conducir. También se desconocía quién era el propietario del coche.
El agente fallecido es José Antonio Pérez Pérez, de 54 años y natural de Zamora, aunque residía desde hace 27 años en la capital del Somontano, a cuyo cuerpo de Tráfico fue destinado. Estaba casado, tenía una hija de 30 años y era muy conocido en la ciudad, por lo que su muerte causó una gran consternación.
El atropello fue brutal y premeditado, según los testigos. Los dos agentes apostados en la rotonda para realizar un control rutinario dieron el alto a un vehículo modelo Opel Astra de color blanco. En un primer momento, el coche se detuvo y el agente se dirigió a los ocupantes, cinco jóvenes de entre 20 y 30 años, para solicitarles la documentación. Al parecer, en ese momento, uno de los individuos que viajaba en el turismo agarró del brazo al guardia civil y el vehículo emprendió la fuga en dirección a Huesca.
Arrastrado decenas de metros
El agente fue arrastrado decenas de metros por el carril de acceso a la N-240 hasta que se desplomó en el suelo, muriendo en el acto a causa de las heridas que le produjo el contacto con el asfalto, aunque algunas fuentes señalaban que también se golpeó con el quitamiedos.
Tras certificar su muerte, el cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Zaragoza para realizarle la autopsia. El cadáver fue levantado por el juez de Barbastro pasadas las 22.00. Los posibles autores se enfrentan a delitos de atentado contra agente de la autoridad con resultado de muerte y contra la seguridad vial.
Tras darse a la fuga, el Opel Astra colisionó lateralmente contra un turismo Audi que circulaba por la N-240 en dirección contraria y en el que viajaba un matrimonio con sus tres hijos, que resultaron ilesos. Después tomaron uno de los accesos a la ciudad y abandonaron el vehículo para emprender la huida a pie.
La Guardia Civil montó un amplio dispositivo de búsqueda registrando el barrio de San Valentín, el más cercano al incidente, y la calle Cotiella. De esta se llevaron a un joven como sospechoso de ser uno de los ocupantes. A otro lo encontraron en el cruce de la avenida Pirineos con Corona de Aragón, mientras cruzaba andando por un paso de cebra. Y hay un tercer sospechoso. Se desconocía el paradero de los otros dos ocupantes.
Los tres individuos localizados fueron conducidos hasta el cuartel de la Guardia Civil para ser interrogados, mientras la Policía Judicial de la Guardia Civil seguía recabando pruebas para esclarecer los hechos y su autoría.
En el lugar del siniestro se personaron decenas de agentes de la Guardia Civil, todos los que estaban trabajando la pasada noche en el cuartel de Barbastro e incluso algunos que no se encontraban de servicio. También acudieron desde otros puntos de la provincia. La carretera N-240 estuvo cortada hasta la medianoche, desviando el tráfico.
El funeral, el domingo
La subdelegada del Gobierno, María Teresa Lacruz, acudió al lugar donde se registró el homicidio acompañada del teniente coronel jefe de la Comandancia de Huesca, Vicente Reig, y del alcalde de Barbastro, Antonio Cosculluela. Los dos primeros se desplazaron posteriormente al cuartel para mostrar sus condolencias a la viuda. Lacruz declinó hacer valoraciones. "Ha sido una tragedia. Estamos todos consternados", se limitó a decir.
Anoche se sucedían en las redes sociales las muestras de condolencia procedentes de los más diversos ámbitos por la muerte de José Antonio Pérez. Su capilla ardiente se instalará en el Ayuntamiento de Barbastro a partir de las 19.00 de este sábado. El funeral, que se espera multitudinario, tendrá lugar en la catedral de Barbastro el domingo a las 13.00 horas. DEP.
Anoche, la Guardia Civil detuvo inicialmente a tres personas y más tarde a las otras dos. Fuentes de la investigación indicaron que la persona que se cree que iba al volante no tenía permiso de conducir. También se desconocía quién era el propietario del coche.
El agente fallecido es José Antonio Pérez Pérez, de 54 años y natural de Zamora, aunque residía desde hace 27 años en la capital del Somontano, a cuyo cuerpo de Tráfico fue destinado. Estaba casado, tenía una hija de 30 años y era muy conocido en la ciudad, por lo que su muerte causó una gran consternación.
El atropello fue brutal y premeditado, según los testigos. Los dos agentes apostados en la rotonda para realizar un control rutinario dieron el alto a un vehículo modelo Opel Astra de color blanco. En un primer momento, el coche se detuvo y el agente se dirigió a los ocupantes, cinco jóvenes de entre 20 y 30 años, para solicitarles la documentación. Al parecer, en ese momento, uno de los individuos que viajaba en el turismo agarró del brazo al guardia civil y el vehículo emprendió la fuga en dirección a Huesca.
Arrastrado decenas de metros
El agente fue arrastrado decenas de metros por el carril de acceso a la N-240 hasta que se desplomó en el suelo, muriendo en el acto a causa de las heridas que le produjo el contacto con el asfalto, aunque algunas fuentes señalaban que también se golpeó con el quitamiedos.
Tras certificar su muerte, el cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Zaragoza para realizarle la autopsia. El cadáver fue levantado por el juez de Barbastro pasadas las 22.00. Los posibles autores se enfrentan a delitos de atentado contra agente de la autoridad con resultado de muerte y contra la seguridad vial.
Tras darse a la fuga, el Opel Astra colisionó lateralmente contra un turismo Audi que circulaba por la N-240 en dirección contraria y en el que viajaba un matrimonio con sus tres hijos, que resultaron ilesos. Después tomaron uno de los accesos a la ciudad y abandonaron el vehículo para emprender la huida a pie.
La Guardia Civil montó un amplio dispositivo de búsqueda registrando el barrio de San Valentín, el más cercano al incidente, y la calle Cotiella. De esta se llevaron a un joven como sospechoso de ser uno de los ocupantes. A otro lo encontraron en el cruce de la avenida Pirineos con Corona de Aragón, mientras cruzaba andando por un paso de cebra. Y hay un tercer sospechoso. Se desconocía el paradero de los otros dos ocupantes.
Los tres individuos localizados fueron conducidos hasta el cuartel de la Guardia Civil para ser interrogados, mientras la Policía Judicial de la Guardia Civil seguía recabando pruebas para esclarecer los hechos y su autoría.
En el lugar del siniestro se personaron decenas de agentes de la Guardia Civil, todos los que estaban trabajando la pasada noche en el cuartel de Barbastro e incluso algunos que no se encontraban de servicio. También acudieron desde otros puntos de la provincia. La carretera N-240 estuvo cortada hasta la medianoche, desviando el tráfico.
El funeral, el domingo
La subdelegada del Gobierno, María Teresa Lacruz, acudió al lugar donde se registró el homicidio acompañada del teniente coronel jefe de la Comandancia de Huesca, Vicente Reig, y del alcalde de Barbastro, Antonio Cosculluela. Los dos primeros se desplazaron posteriormente al cuartel para mostrar sus condolencias a la viuda. Lacruz declinó hacer valoraciones. "Ha sido una tragedia. Estamos todos consternados", se limitó a decir.
Anoche se sucedían en las redes sociales las muestras de condolencia procedentes de los más diversos ámbitos por la muerte de José Antonio Pérez. Su capilla ardiente se instalará en el Ayuntamiento de Barbastro a partir de las 19.00 de este sábado. El funeral, que se espera multitudinario, tendrá lugar en la catedral de Barbastro el domingo a las 13.00 horas. DEP.
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El gitano que asesinó al Guardia Civil de Barbastro: 'No sé porque lo he hecho, soy menor'
No sólo declaran que "no saben" porque asesinaron José Antonio Pérez, sino que además ninguno de los cuatro menores que viajaban en el vehículo, ha mostrado signos de arrepentimiento por la trágica muerte del agente.
Publica Benemérita al Día, la revista oficial del Circulo Ahumada, que los cuatro menores ocupantes del vehículo implicado en la muerte de Jose Antonio Pérez, agente de Tráfico de la Guardia Civil de Barnastro, están emparejados por lazos familiares, y que ninguno de ellos disponia de carnet. Según el testimonio del propio conductor, "habrían salido a dar una vuelta".
El presunto homicida, un joven de 17 años, conducía en el momento de ser parado en el control, bajo los efectos de las drogas. El vehículo pertenecía a su padre. El supuesto asesino tiene numerosos antecedentes delictivos por robo de vehículos y tráfico de drogas.
En cuanto a los otros tres ocupantes del vehículo, se sabe que, A.J. el conductor, se había casado a los 12 años por el rito gitano con su prima, que viajaba como copiloto en el momento del siniestro. Los dos tienen ahora 17 años. En la parte trasera viajaba otra pareja de 14 años, también familiares.
José Antonio les dio el alto a las 19:35 del viernes en la rotonda de intersección entre la N-240 y la N-123, a las afueras de Barbastro (Huesca), en una ubicación donde habitualmente la Guardia Civil suele practicar este tipo de controles preventivos, tanto de alcoholemia como de drogas.
José Antonio extendió por la ventanilla a A.J. un test de drogas, momento en el que, según se desprende de la investigación, "los ocupantes del vehículo aprovecharon para agarrar con fuerza por los brazos al agente hasta introducirle en el coche, arrancando de forma brusca con el agente dentro hasta chocar frontalmente a unos 500 metros con un vehículo que circulaba en sentido contrario, y en el que viajaba una familia de cinco componentes. La fuerza de la colisión provocó que el agente saliera despedido del vehículo y recibiera un fuerte golpe en la cabeza, lo que le causó la muerte casi de manera instantánea, también en esta colisión resultó herido de gravedad el conductor del Audi".
Cuando A.J., el conductor, fue detenido y preguntado por el fiscal de menores "¿Por qué agarró al agente por los brazos y se dio a la fuga?", la respuesta de fue (literalmente) "No lo sé... soy menor", sin ninguna otra explicación, una lección que llevaba bien aprendida. Tampoco mostró muestras de arrepentimiento o nerviosismo, ni en el momento de su detención ni durante el interrogatorio. Incluso trató de mentir al fiscal cuando alegó que no era él quien conducía, sino otra persona, aunque al final, y ante la insistencia del funcionario, acabó reconociendo que era él quien llevaba el vehículo.
Según el relato de los hechos, tras el impacto con el otro coche, los cuatro jóvenes salieron huyendo. El conductor y su mujer, se escondieron tras una bionda de la carretera; otro de los ocupantes, de 14 años, permaneció en un trastero toda la noche, a pesar de tener una pierna rota, mientras que la cuarta joven, también de 14 años, y que resultó herida en el hombro a la altura del cinturón de seguridad, acudió a casa de un familiar y posteriormente al hospital, donde contó que había tenido un accidente de circulación, lo que puso sobre aviso a la Guardia Civil, que no tenía constancia de ningún otro siniestro que no fuera el que le costó la vida a José Antonio.
Una vez localizada, la menor relató una historia rocambolesca a los agentes, ya que, según su testimonio "un coche la había atropellado y, al ir distraída consultando el teléfono móvil, éste se le clavó en el hombro".
El juez de menores de Huesca ha decretado el internamiento en un centro de menores (en régimen cerrado) del conductor que causó la muerte al Guardia Civil. Se le acusa de ser autor de un homicidio, a lo que habría que añadir los delitos de conducción temeraria, circular sin el correspondiente permiso e ir bajo los efectos de las drogas.
Sin embargo los otros tres menores, fueron puestos bajo la custodia directa de sus progenitores, a disposición de la Fiscalía.
A José Antonio, un agente muy conocido y querido en la Barbastro, tan sólo le quedaba un año para pasar a la reserva activa. Ayer, el ministro del Interior le puso, a título póstumo, la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. MD
Publica Benemérita al Día, la revista oficial del Circulo Ahumada, que los cuatro menores ocupantes del vehículo implicado en la muerte de Jose Antonio Pérez, agente de Tráfico de la Guardia Civil de Barnastro, están emparejados por lazos familiares, y que ninguno de ellos disponia de carnet. Según el testimonio del propio conductor, "habrían salido a dar una vuelta".
El presunto homicida, un joven de 17 años, conducía en el momento de ser parado en el control, bajo los efectos de las drogas. El vehículo pertenecía a su padre. El supuesto asesino tiene numerosos antecedentes delictivos por robo de vehículos y tráfico de drogas.
En cuanto a los otros tres ocupantes del vehículo, se sabe que, A.J. el conductor, se había casado a los 12 años por el rito gitano con su prima, que viajaba como copiloto en el momento del siniestro. Los dos tienen ahora 17 años. En la parte trasera viajaba otra pareja de 14 años, también familiares.
José Antonio les dio el alto a las 19:35 del viernes en la rotonda de intersección entre la N-240 y la N-123, a las afueras de Barbastro (Huesca), en una ubicación donde habitualmente la Guardia Civil suele practicar este tipo de controles preventivos, tanto de alcoholemia como de drogas.
José Antonio extendió por la ventanilla a A.J. un test de drogas, momento en el que, según se desprende de la investigación, "los ocupantes del vehículo aprovecharon para agarrar con fuerza por los brazos al agente hasta introducirle en el coche, arrancando de forma brusca con el agente dentro hasta chocar frontalmente a unos 500 metros con un vehículo que circulaba en sentido contrario, y en el que viajaba una familia de cinco componentes. La fuerza de la colisión provocó que el agente saliera despedido del vehículo y recibiera un fuerte golpe en la cabeza, lo que le causó la muerte casi de manera instantánea, también en esta colisión resultó herido de gravedad el conductor del Audi".
Cuando A.J., el conductor, fue detenido y preguntado por el fiscal de menores "¿Por qué agarró al agente por los brazos y se dio a la fuga?", la respuesta de fue (literalmente) "No lo sé... soy menor", sin ninguna otra explicación, una lección que llevaba bien aprendida. Tampoco mostró muestras de arrepentimiento o nerviosismo, ni en el momento de su detención ni durante el interrogatorio. Incluso trató de mentir al fiscal cuando alegó que no era él quien conducía, sino otra persona, aunque al final, y ante la insistencia del funcionario, acabó reconociendo que era él quien llevaba el vehículo.
Según el relato de los hechos, tras el impacto con el otro coche, los cuatro jóvenes salieron huyendo. El conductor y su mujer, se escondieron tras una bionda de la carretera; otro de los ocupantes, de 14 años, permaneció en un trastero toda la noche, a pesar de tener una pierna rota, mientras que la cuarta joven, también de 14 años, y que resultó herida en el hombro a la altura del cinturón de seguridad, acudió a casa de un familiar y posteriormente al hospital, donde contó que había tenido un accidente de circulación, lo que puso sobre aviso a la Guardia Civil, que no tenía constancia de ningún otro siniestro que no fuera el que le costó la vida a José Antonio.
Una vez localizada, la menor relató una historia rocambolesca a los agentes, ya que, según su testimonio "un coche la había atropellado y, al ir distraída consultando el teléfono móvil, éste se le clavó en el hombro".
El juez de menores de Huesca ha decretado el internamiento en un centro de menores (en régimen cerrado) del conductor que causó la muerte al Guardia Civil. Se le acusa de ser autor de un homicidio, a lo que habría que añadir los delitos de conducción temeraria, circular sin el correspondiente permiso e ir bajo los efectos de las drogas.
Sin embargo los otros tres menores, fueron puestos bajo la custodia directa de sus progenitores, a disposición de la Fiscalía.
A José Antonio, un agente muy conocido y querido en la Barbastro, tan sólo le quedaba un año para pasar a la reserva activa. Ayer, el ministro del Interior le puso, a título póstumo, la Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil. MD
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