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Europa reconoce el fracaso del multiculturalismo y comienza a arrepentirse de su cobardía

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Europa reconoce el fracaso del multiculturalismo y comienza a arrepentirse de su cobardía Empty Europa reconoce el fracaso del multiculturalismo y comienza a arrepentirse de su cobardía

Mensaje por Extranauta Mar Nov 27, 2012 1:54 pm

Somos plenamente conscientes de que el siguiente artículo será considerado por muchos "progres" como racista y xenófobo, pero Voto en Blanco lo publica por fidelidad a la verdad y al análisis certero. La tesis central del artículo no es que la inmigración es un estorbo, sino que los políticos también en materia de inmigración y de integración, han fracasado, han engañado a los ciudadanos y dañado los cimientos de la sociedad y de la cultura españolas.
Europa reconoce el fracaso del multiculturalismo y comienza a arrepentirse de su cobardía 1monoasqueroso
Dos acontecimientos recientes demuestran que el multiculturalismo ha fracasado y que lo que nos han vendido durante años, los políticos del mundo entero, en materia de inmigración, ha resultado ser una estafa absoluta.

El primer acontecimiento es el de la canciller alemana Ángela Merkel, que ha decidido ser sincera con sus ciudadanos y consigo misma al reconocer públicamente que la sociedad multicultural no funciona en Alemania. El segundo viene de Noruega, donde el gobierno ha anunciado que rechazará las donaciones millonarias que Arabia Saudita para construir mezquitas en suelo noruego mientras ese país árabe no respete la libertad religiosa. "Si allí es un delito construir templos a la fe cristiana, sería antinatural aceptar su dinero" recuerdan.

Desde este blog lo hemos venido defendiendo dos tesis sobre este tema: la primera es que Europa debe practicar la reciprocidad con los países musulmanes, de manera que si allí está prohibido construir iglesias y se hostiga a los ´cristianos, aquí debe hacerse lo mismo; la segunda es que la convivencia pacífica de personas con diferentes raíces culturales no funcionará mientras que los musulmanes se nieguen a adaptarse a las culturas que les reciben, una actitud intolerante que es exigida por el mismo Corán.

Lo que nos han vendido los políticos durante años, esa idea de abrir Europa a los inmigrantes para crear sociedades mixtas, ha sido una estafa y un fracaso porque muchos inmigrantes, después de décadas de permanencia en tierras europeas, siguen odiando a los países que les han recibido y viviendo en guettos donde hablan sus propias lenguas y se rigen por sus propias leyes y costumbres.
La actitud de Ángela Merkel es ejemplar porque la mayoría de los políticos europeos, a pesar del evidente fracaso del multiculturalismo y de la negativa a integrarse de los que practican el Islám, siguen defendiendo esa patraña del multiculturalismo light, que conduce a Europa directamente hacia su desaparición como cultura y como identidad.

Los inmigrantes, al igual que los ciudadanos europeos, han sido pasto de las luchas políticas por el poder en toda Europa, utilizados como moneda de cambio de esa clase política tan degradada que padecemos, cuyo único objetivo es mantenerse a cualquier precio en el poder, aunque tengan que destruir el Estado del bienestar conseguido en Europa.

La consecuencia directa de unos inmigrantes que no se integran es la destrucción de la propia sociedad que los acoge, víctima de un largo deterioro que comienza con los servicios sanitarios colapsados, los transportes públicos en crisis, las guarderías, los colegios y los fondos de la seguridad social.

Algunos dirigentes empiezan a darse cuenta del fracaso del multiculturalismo y de la estafa que representa una política de "papeles para todos", apoyada en la mayoría de los países por los "progres", sin que la derecha tuviera arrestos suficientes para oponerse a ella. En Italia, Berlusconi, de manera unilateral decidió la expulsión de todos los gitanos rumanos que se habían asentado en insalubres campamentos de miseria, instalados ilegalmente en distintas ciudades italianas. La razón esgrimida fue que, con la llegada de los nómadas, aumentaron significativamente los delitos, la mendicidad en la calles y actos en contra del civismo y la salud pública.

La política de Berlusconi hizo saltar todas las alarmas en España, donde la izquierda aprovechó las expulsiones de gitanos para fustigar a la derecha, sin reflexionar sobre las razones que había detrás de la medida y sin reconocer el evidente fracaso de la política de acogida incondicional.

La gran mayoría de los que fueron expulsados de Italia se quedaron en Francia o viajaron a España, donde la tensión interracial crece cada día más, no tanto como consecuencia de la llegada de inmigrantes, sino por el fracaso de unas políticas de integración que el gobierno de Zapatero ni siquiera ha puesto en práctica.

El siguiente estallido del drama ocurrió en Francia, el país de las libertades, liderado por un Sarkozy que está demostrando en estos días su valentía frente a los sindicatos. Francia, en contra de las corrientes progres, tomó la polémica decisión de echar del territorio francés el mismo grupo de ciudadanos europeos que habían sido previamente expulsados de Italia, por las mismas razones que provocaron su expulsión de Italia.

Una vez más, la mayoría de los gitanos expulsados de Francia están llegando a España, donde se unen a muchos de sus compañeros de raza que, incapaces de encontrar un trabajo digno, se dedican al robo y al pillaje, en especial de las lineas de suministro eléctrico y telefónico, cuyo cobre venden en el mercado clandestino. Esos robos, unidos a otras muchas fechorías de esos colectivos, causan averías en las telecomunicaciones, problemas en el suministro eléctrico y retrasos en los trenes, cuyas catenarias también son robadas con frecuencia.

La abundancia de delincuentes en algunos colectivos inmigrados a España, en especial los gitanos y magrebíes, constituye un hecho evidente y amparado por las estadísticas. La población inmigrante en España representa aproximadamente el 12%, del total, lo que significa alrededor de 5,7 millones de personas. Entre esos 5.7 millones de personas se produce el 50% de las detenciones por crímenes y delitos graves.

No es la inmigración, sino la incapacidad y torpeza de los políticos gobernantes en España la que está alimentando la xenofobia y el rechazo a ciudadanos extranjeros que, si hubieran sido advertidos de sus derechos y deberes y si hubieran sido acogidos con políticas integradoras eficaces, no se habrían convertido en el terrible problema que hoy son.

http://www.votoenblanco.com/Europa-reconoce-el-fracaso-del-multiculturalismo-y-comienza-a-arrepentirse-de-su-cobardia_a3881.html
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