El Pacto Global sobre Inmigración: el fin de Europa

Más del 70% de africanos son musulmanes. Hablar de planificación de la natalidad es imposible, cuando no peligroso.

Cualquier dinero invertido en África para su propio desarrollo se perderá, desaparecerá en una corrupción sistémica y general que se lo traga todo.

El efecto llamada se produce con amplificador. Cada africano que llega a Europa, a los cuatro días está mandando dinero a su pueblo con fotos de su triunfo, para deslumbrar a sus familiares y vecinos, convertido en héroe y ejemplo a seguir. Es el "Vente a Alemania Pepe" de nuestros días.

Los crecimientos de la población en Latinoamérica son también bestiales (Brasil, Méjico o Colombia se han duplicado en pocos años). Habría que añadir la sobrepoblación de países asiáticos como Filipinas, Camboya, Pakistán, India o Bangladés.

Se vive mucho mejor en un piso patera y de mantero, que en Mali o Senegal trabajando en nada y aguantando hambre. Normal que lo vean como un sueño.

Es mentira, como dicen que se echen a la mar en "endebles embarcaciones", salen barcos-nodriza grandes, generalmente pesqueros, que los dejan a pocas millas de las costas de destino, lo que no evita que haya algunos naufragios. Las ONG son cooperadoras necesarias de los traficantes, lo harán de buena fe, pero de una forma estúpida y contraproducente.

Es mentira que vaya a hacer falta mano de obra por envejecimiento de la población europea. Todos los ingenieros del mundo trabajan para eliminar los puestos de trabajo con procesos, materiales y sistemas que no requieran personas. Se invierte mucho dinero en ello y allá en dónde hay un puesto de trabajo se busca alguna forma de eliminarlo. Cualquier empresa, grande o pequeña, prefiere tener máquinas a empleados. Es mentira que se vayan a crear tantos puestos de trabajo como se destruyen, entonces no tendría sentido tanta inversión. Nadie sabe cuántos empleos aparecerán, ni dónde, ni cuándo. Es que no se sabe ni qué deben estudiar los jóvenes. Los trabajos manuales inevitables se harán con empleo precario, eventual, a tiempo parcial o en total informalidad. Todas las tareas que se puedan, se deslocalizarán. Si hoy llamas a tu compañía de electricidad, que ya no tiene oficinas, te contestarán desde Lima o Bogotá. Hasta trabajos que hace dos días "tenían futuro", como los informáticos, hoy ven que las empresas españolas contratan a programadores de la India que trabajan desde allí por unos precios irrisorios.