Las 10 pifias más tremendas cometidas por científicos e ingenieros
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Las 10 pifias más tremendas cometidas por científicos e ingenieros
Todo el mundo se equivoca, hasta los más listos.
El drama es que el error lo perpetre una de esas personas cuyos cálculos ponen en riesgo miles de millones en dinero y miles de vidas humanas.
El descubrimiento de la compañía ferroviaria estatal francesa SNCF, en 2014, de que sus trenes nuevos eran demasiado anchos para la mayoría de las estaciones fue embarazoso.
Pero no fue la primera vez que un pequeño error de cálculo tiene serias repercusiones.
En este caso se gastaron US$20.500 millones en la compra de 2.000 trenes que no entran en muchas de las estaciones francesas.
Según SNCF, el fiasco de los trenes franceses fue culpa del operador nacional de las vías RFF.
El ministro de Transporte, Frederic Cuvillier, culpó a lo que calificó de un sistema ferroviario absurdo en el que el operador de las vías es distinto de la compañía de trenes.
Pero a veces no hay nadie más con quien compartir la responsabilidad.
He aquí otros 9 ejemplos en los que un pequeño error ha resultado ser muy caro, o incluso fatal.
La sonda de U$125 millones se acercó demasiado a Marte cuando intentaba maniobrar hacia su órbita, y se cree que se destruyó al entrar en contacto con la atmósfera del planeta.
Una investigación dijo que la causa original de la pérdida fue «el error de conversión de las unidades inglesas a unidades métricas» en una pieza del programa informático que operaba la nave desde la Tierra.
Armado con 64 cañones de bronce, había sido considerada como el barco de guerra más poderoso del mundo.
Los expertos que lo estudiaron desde que fue izado desde el mar en 1961 dicen que la nave es asimétrica: más gruesa a babor que a estribor.
Una razón para esto podría ser que los obreros que la construyeron utilizaron diferentes sistemas de medidas. Los arqueólogos han encontrado cuatro reglas usadas por los constructores: dos estaban calibradas en pies suecos, que tenían 12 pulgadas, mientras que otras dos medían pies de Ámsterdam, con 11 pulgadas.
El calibrador de combustible a bordo del avión no estaba funcionando, por lo que la tripulación utilizó un tubo para medir cuánto combustible había cargado al repostar.
Pero las cosas se complicaron cuando convirtieron estas mediciones de volumen en medidas de peso: tenían el número correcto pero mal la unidad al confundir libras de combustible por kilogramos.
Como resultado, el avión llevaba alrededor de la mitad del combustible que creían.
Por suerte, el piloto fue capaz de aterrizar la aeronave en la carretera de Gimli.
Las primeras imágenes que envió eran borrosas porque el espejo principal del telescopio era demasiado plano. No por mucho –sólo 2,2 micrones, o el equivalente de algo unas 50 veces más delgado de un cabello humano– pero lo suficiente como para poner en peligro el proyecto.
Una teoría es que una diminuta mancha de pintura en un dispositivo usado para probar el espejo provocó las mediciones distorsionadas.
Afortunadamente, los científicos lograron solucionar el problema en 1993, usando un instrumento llamado Reemplazo Axial Correctivo Óptico de Telescopio Espacial (Costar, por sus siglas en inglés).
Se encendieron las disputas sobre quién era responsable: se inició incluso un caso de difamación.
Una teoría es que el enorme percutor, que pesaba 6,5 centenas (alrededor de 330 kilos), era demasiado pesado, al menos para la aleación particular de la que estaba hecha la campana (siete partes de estaño y 22 de cobre).
Los fundidores que moldearon las campanas siempre argumentaron que este material era demasiado frágil.
La segunda campana no fue reemplazada (aún está rota), sólo se giró su posición. El percutor, en cambio, fue reemplazado por uno más ligero.
«Por ejemplo, Reino Unido ha medido la altura en relación a los niveles del mar en Cornwall, mientras que Francia mide la altura en relación a niveles del mar en Marsella», explica Philip Woodworth, del Centro Oceanográfico Nacional británico en Liverpool.
Alemania, por su parte, mide la altura en relación al Mar del Norte, mientras que Suiza, como Francia, opta por el Mediterráneo.
Esto provocó un problema en Laufenburg, un pueblo que tiene un pie en Alemania y otro en Suiza.
A medida las dos mitades de un nuevo puente se acercaban en 2003, se hizo evidente que en lugar de estar a la misma altura «sobre el nivel del mar», un lado estaba 54cm más alto que el otro.
Los constructores sabían que había una diferencia de 27cm entre las dos versiones de nivel del mar, pero por alguna razón se multiplicó por dos en lugar de restarse.
El lado alemán tuvo que ser bajado para poder completar el puente.
Las raciones que recibían eran de 4.500 calorías por día, algo que es insuficiente cuando hay que arrastrar trineos, especialmente a gran altura.
Según Mike Stroud, médico veterano en la exploración polar y experto en nutrición, los expedicionarios de Scott estaban recibiendo 3.000 calorías menos de las que sus cuerpos necesitaban, y habrían perdido 25kg de peso antes de alcanzar su destino y emprender el regreso.
Se asume que Scott y sus compañeros murieron de hambre en su viaje polar.
Los competidores en eventos de 7,5km tendrían que cubrir menos de 7,4km, mientras que los de los eventos de 12,5km deberían recorrer 12,3km.
Un arreglo apresurado aseguró que la pista tendría la longitud correcta para la primer competencia, tres días después.
Alargar una pista de biatlón es claramente más fácil que alargar una piscina.
Se ha dicho a menudo que las piscinas de 50m británicas de Leeds y de Crystal Palace, en Londres, habían sido construidas unos centímetros más cortas. A veces, se ha dicho, porque los diseñadores no tenían en cuenta el grosor de los azulejos.
Estas historias, sin embargo, parecen ser mitos urbanos.
Pero la gente se dio cuenta la estructura de 350m de largo se tambaleaba de forma alarmante cuando caminaban sobre ella. Una de las dificultades del diseño de un puente peatonal es el efecto de las “pisadas sincronizadas”: a medida que el puente rebota o se balancea la gente ajusta sus pasos al ritmo de los movimientos del puente, magnificándolos sin darse cuenta.
En este caso, los diseñadores tomaron en cuenta los pasos sincronizados de arriba abajo, pero no el efecto de lado a lado.
Al año siguiente comenzaron los trabajos para instalar amortiguadores para reducir el balanceo. Volvió a abrirse al público en 2002.
El drama es que el error lo perpetre una de esas personas cuyos cálculos ponen en riesgo miles de millones en dinero y miles de vidas humanas.
El descubrimiento de la compañía ferroviaria estatal francesa SNCF, en 2014, de que sus trenes nuevos eran demasiado anchos para la mayoría de las estaciones fue embarazoso.
Pero no fue la primera vez que un pequeño error de cálculo tiene serias repercusiones.
En este caso se gastaron US$20.500 millones en la compra de 2.000 trenes que no entran en muchas de las estaciones francesas.
Según SNCF, el fiasco de los trenes franceses fue culpa del operador nacional de las vías RFF.
El ministro de Transporte, Frederic Cuvillier, culpó a lo que calificó de un sistema ferroviario absurdo en el que el operador de las vías es distinto de la compañía de trenes.
Pero a veces no hay nadie más con quien compartir la responsabilidad.
He aquí otros 9 ejemplos en los que un pequeño error ha resultado ser muy caro, o incluso fatal.
El Orbitador del Clima de Marte
Diseñado para orbitar Marte como el primer satélite meteorológico interplanetario, el Orbitador de Marte se perdió en 1999 porque el equipo de la NASA utilizó el sistema imperial o anglosajón de unidades (que utiliza medidas como las pulgadas, millas o galones) mientras que uno de los contratistas utilizó el sistema métrico decimal (que se basa en medidas como el metro, el kilo o el litro).La sonda de U$125 millones se acercó demasiado a Marte cuando intentaba maniobrar hacia su órbita, y se cree que se destruyó al entrar en contacto con la atmósfera del planeta.
Una investigación dijo que la causa original de la pérdida fue «el error de conversión de las unidades inglesas a unidades métricas» en una pieza del programa informático que operaba la nave desde la Tierra.
La nave Vasa
En 1628, una multitud presenció con horror en Suecia el hundimiento de Vesa, un nuevo buque de guerra, a menos de dos kilómetros de la costa y en su viaje inaugural. En el suceso murieron 30 tripulantes.Armado con 64 cañones de bronce, había sido considerada como el barco de guerra más poderoso del mundo.
Los expertos que lo estudiaron desde que fue izado desde el mar en 1961 dicen que la nave es asimétrica: más gruesa a babor que a estribor.
Una razón para esto podría ser que los obreros que la construyeron utilizaron diferentes sistemas de medidas. Los arqueólogos han encontrado cuatro reglas usadas por los constructores: dos estaban calibradas en pies suecos, que tenían 12 pulgadas, mientras que otras dos medían pies de Ámsterdam, con 11 pulgadas.
El planeador de Gimli
En 1983, un vuelo de la compañía Air Canada se quedó sin combustible cuando volaba sobre el pueblo de Gimli, en la provincia de Manitoba. Canadá había cambiado al sistema métrico decimal en 1970, y el avión había sido el primero de Air Canada en usar medidas métricas.El calibrador de combustible a bordo del avión no estaba funcionando, por lo que la tripulación utilizó un tubo para medir cuánto combustible había cargado al repostar.
Pero las cosas se complicaron cuando convirtieron estas mediciones de volumen en medidas de peso: tenían el número correcto pero mal la unidad al confundir libras de combustible por kilogramos.
Como resultado, el avión llevaba alrededor de la mitad del combustible que creían.
Por suerte, el piloto fue capaz de aterrizar la aeronave en la carretera de Gimli.
El Telescopio Espacial Hubble
El Hubble es famoso por sus hermosas imágenes del espacio y se considera un gran éxito de la NASA. Sin embargo, despegó tras un comienzo difícil.Las primeras imágenes que envió eran borrosas porque el espejo principal del telescopio era demasiado plano. No por mucho –sólo 2,2 micrones, o el equivalente de algo unas 50 veces más delgado de un cabello humano– pero lo suficiente como para poner en peligro el proyecto.
Una teoría es que una diminuta mancha de pintura en un dispositivo usado para probar el espejo provocó las mediciones distorsionadas.
Afortunadamente, los científicos lograron solucionar el problema en 1993, usando un instrumento llamado Reemplazo Axial Correctivo Óptico de Telescopio Espacial (Costar, por sus siglas en inglés).
Big Ben
La campana del Big Ben en el Parlamento de Londres se rompió en una prueba en 1857 y fue fundida para ser moldeada de nuevo. Pero la nueva campana, cuya colocación llevó tres días en 1859, se rompió también rápidamente.Se encendieron las disputas sobre quién era responsable: se inició incluso un caso de difamación.
Una teoría es que el enorme percutor, que pesaba 6,5 centenas (alrededor de 330 kilos), era demasiado pesado, al menos para la aleación particular de la que estaba hecha la campana (siete partes de estaño y 22 de cobre).
Los fundidores que moldearon las campanas siempre argumentaron que este material era demasiado frágil.
La segunda campana no fue reemplazada (aún está rota), sólo se giró su posición. El percutor, en cambio, fue reemplazado por uno más ligero.
El Puente de Laufenburg
¿Qué es el nivel del mar? Varía de un lugar a otro y diferentes países usan distintos puntos de referencia.«Por ejemplo, Reino Unido ha medido la altura en relación a los niveles del mar en Cornwall, mientras que Francia mide la altura en relación a niveles del mar en Marsella», explica Philip Woodworth, del Centro Oceanográfico Nacional británico en Liverpool.
Alemania, por su parte, mide la altura en relación al Mar del Norte, mientras que Suiza, como Francia, opta por el Mediterráneo.
Esto provocó un problema en Laufenburg, un pueblo que tiene un pie en Alemania y otro en Suiza.
A medida las dos mitades de un nuevo puente se acercaban en 2003, se hizo evidente que en lugar de estar a la misma altura «sobre el nivel del mar», un lado estaba 54cm más alto que el otro.
Los constructores sabían que había una diferencia de 27cm entre las dos versiones de nivel del mar, pero por alguna razón se multiplicó por dos en lugar de restarse.
El lado alemán tuvo que ser bajado para poder completar el puente.
La dieta del explorador Scott
El explorador polar Robert Falcon Scott cometió un error fatal al calcular la cantidad de comida que sus hombres iban a necesitar durante su expedición al Polo Sur entre 1910 y 1912.Las raciones que recibían eran de 4.500 calorías por día, algo que es insuficiente cuando hay que arrastrar trineos, especialmente a gran altura.
Según Mike Stroud, médico veterano en la exploración polar y experto en nutrición, los expedicionarios de Scott estaban recibiendo 3.000 calorías menos de las que sus cuerpos necesitaban, y habrían perdido 25kg de peso antes de alcanzar su destino y emprender el regreso.
Se asume que Scott y sus compañeros murieron de hambre en su viaje polar.
La pista de biatlón de Sochi
El día previo a la inauguración de las Olimpíadas de Invierno de Sochi, en Rusia, se descubrió que la pista de biatlón –que debía ser un circuito de 2,5km– era 40 metros más corta.Los competidores en eventos de 7,5km tendrían que cubrir menos de 7,4km, mientras que los de los eventos de 12,5km deberían recorrer 12,3km.
Un arreglo apresurado aseguró que la pista tendría la longitud correcta para la primer competencia, tres días después.
Alargar una pista de biatlón es claramente más fácil que alargar una piscina.
Se ha dicho a menudo que las piscinas de 50m británicas de Leeds y de Crystal Palace, en Londres, habían sido construidas unos centímetros más cortas. A veces, se ha dicho, porque los diseñadores no tenían en cuenta el grosor de los azulejos.
Estas historias, sin embargo, parecen ser mitos urbanos.
El Puente del Milenio en Londres
Para marcar la entrada en el nuevo milenio, Londres construyó un puente peatonal en junio de 2000 que une el famoso museo de arte Tate Modern, en la ribera sur del río Támesis, con la orilla norte cercana a la catedral de Saint Paul.Pero la gente se dio cuenta la estructura de 350m de largo se tambaleaba de forma alarmante cuando caminaban sobre ella. Una de las dificultades del diseño de un puente peatonal es el efecto de las “pisadas sincronizadas”: a medida que el puente rebota o se balancea la gente ajusta sus pasos al ritmo de los movimientos del puente, magnificándolos sin darse cuenta.
En este caso, los diseñadores tomaron en cuenta los pasos sincronizados de arriba abajo, pero no el efecto de lado a lado.
Al año siguiente comenzaron los trabajos para instalar amortiguadores para reducir el balanceo. Volvió a abrirse al público en 2002.
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