Los ultraprocesados aceleran el envejecimiento y triplican el riesgo de fragilidad en ancianos
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Los ultraprocesados aceleran el envejecimiento y triplican el riesgo de fragilidad en ancianos
Investigadores españoles han confirmado que tomar más de tres raciones al día de alimentos industriales tiene graves consecuencias para la salud
Hace tiempo que sabemos que los productos ultraprocesados no son un buen aliado en la despensa. Y esa creencia sigue de actualidad, ya que investigadores del Ciber de Obesidad y Nutrición del CSIC, adscritos a la Universidad de Navarra, han constatado que «un alto consumo de estos alimentos, que podría equivaler a más de tres raciones al día, acelera el envejecimiento celular al acortar los telómeros, que son los fragmentos finales de los cromosomas, ya que existe una asociación entre ambos hechos», asegura Lucía Alonso, primera firmante del estudio publicado en la revista científica «American Journal of Clinical Nutrition».
Pero este hallazgo no es el único, ya que investigadores del Ciber de Epidemiología y Salud Pública y de Imdea-Food Institute del CSIC han confirmado que la ingesta de ultraprocesados se asocia a un riesgo hasta tres veces superior de desarrollar el síndrome de fragilidad en los ancianos.
«La fragilidad es un síndrome geriátrico caracterizado por la presencia de tres o más de las siguientes situaciones: pérdida de peso involuntario, cansancio; debilidad muscular (disminución de la fuerza de presión), marcha lenta y disminución de la actividad física», detalla Javier Gómez Pavó, jefe de Geriatría del Hospital de la Cruz Roja de Madrid y miembro del Grupo de Liderazgo de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, SEGG. Y esa fragilidad tiene consecuencias directas, ya que «a mayor debilidad, mayor estado de disminución de las reservas fisiológicas con un aumento del riesgo de padecer eventos adversos de salud como hospitalización o muerte, así como pérdida de función, discapacidad, dependencia, caídas y con ello peor calidad de vida», añade Gómez Pavó.
Ante este escenario, los expertos coinciden en afirmar que la alimentación juega un papel «crucial»: «Una baja ingesta de proteínas, de calorías con deficiencia de micronutrientes, se encuentra directamente relacionada con la pérdida de masa muscular al necesitar del músculo como fuente energética. Así, ante el déficit nutricional el organismo entra en catabolismo, es decir, destruye, metaboliza las proteínas del músculo para obtener energía, cerrando el círculo vicioso de la fragilidad», explica Gómez Pavó.
Y frente a ello, el experto en Geriatría aconseja «una dieta variada como la mediterránea es sin duda la más recomendable: verduras, hortalizas, legumbres ricas en proteínas de origen vegetal con carnes y pescado, sin abusar tanto de carnes rojas como de pescado azul, y todo ello aderezado con una copa de vino en la comida». Link
Hace tiempo que sabemos que los productos ultraprocesados no son un buen aliado en la despensa. Y esa creencia sigue de actualidad, ya que investigadores del Ciber de Obesidad y Nutrición del CSIC, adscritos a la Universidad de Navarra, han constatado que «un alto consumo de estos alimentos, que podría equivaler a más de tres raciones al día, acelera el envejecimiento celular al acortar los telómeros, que son los fragmentos finales de los cromosomas, ya que existe una asociación entre ambos hechos», asegura Lucía Alonso, primera firmante del estudio publicado en la revista científica «American Journal of Clinical Nutrition».
Pero este hallazgo no es el único, ya que investigadores del Ciber de Epidemiología y Salud Pública y de Imdea-Food Institute del CSIC han confirmado que la ingesta de ultraprocesados se asocia a un riesgo hasta tres veces superior de desarrollar el síndrome de fragilidad en los ancianos.
«La fragilidad es un síndrome geriátrico caracterizado por la presencia de tres o más de las siguientes situaciones: pérdida de peso involuntario, cansancio; debilidad muscular (disminución de la fuerza de presión), marcha lenta y disminución de la actividad física», detalla Javier Gómez Pavó, jefe de Geriatría del Hospital de la Cruz Roja de Madrid y miembro del Grupo de Liderazgo de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, SEGG. Y esa fragilidad tiene consecuencias directas, ya que «a mayor debilidad, mayor estado de disminución de las reservas fisiológicas con un aumento del riesgo de padecer eventos adversos de salud como hospitalización o muerte, así como pérdida de función, discapacidad, dependencia, caídas y con ello peor calidad de vida», añade Gómez Pavó.
Ante este escenario, los expertos coinciden en afirmar que la alimentación juega un papel «crucial»: «Una baja ingesta de proteínas, de calorías con deficiencia de micronutrientes, se encuentra directamente relacionada con la pérdida de masa muscular al necesitar del músculo como fuente energética. Así, ante el déficit nutricional el organismo entra en catabolismo, es decir, destruye, metaboliza las proteínas del músculo para obtener energía, cerrando el círculo vicioso de la fragilidad», explica Gómez Pavó.
Alimentos a evitar
Tal y como apuntan las últimas investigaciones, el consumo de productos industriales, snacks, galletas, dulces, pizzas, sopas instantáneas o carnes procesadas está íntimamente ligado con la fragilidad en las personas mayores. «Los alimentos ultraprocesados de larga caducidad y listos en pocos minutos son los preferidos en personas mayores que están aisladas, solas o que no pueden salir con frecuencia al mercado. Pero estos productos son de alta densidad energética y escaso valor nutricional, es decir, aportan muchas calorías en forma de grasas y azúcares, y muy pocos elementos nutritivos en forma de proteínas y micronutrientes. Suelen tener un exceso de grasas saturadas, trans, y de aceites vegetales refinados, como de azúcares y de sal, junto con aditivos, estabilizadores, endulzantes, colorantes y saborizantes. Si se toman de forma aislada u ocasionalmente no tienen por qué ocasionar un problema. Pero cuando poco a poco alteran la costumbre alimentaria convirtiéndose en la base de la dieta, desplazando el consumo de alimentos frescos o de platos caseros, es cuando surge el peligro. Estas dietas aumentan no sólo la fragilidad, sino el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares por el exceso de sal y de azúcares con mayor peligro de desarrollar diabetes mellitus e hipertensión», advierte el geriatra.Y frente a ello, el experto en Geriatría aconseja «una dieta variada como la mediterránea es sin duda la más recomendable: verduras, hortalizas, legumbres ricas en proteínas de origen vegetal con carnes y pescado, sin abusar tanto de carnes rojas como de pescado azul, y todo ello aderezado con una copa de vino en la comida». Link
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¿Qué son y cuáles son los alimentos ultraprocesados?
Los ultraprocesados son productos alimenticios comestibles elaborados industrialmente a partir de sustancias derivadas de otros alimentos. Se caracterizan por ser altos en calorías, grasas saturadas, azúcares y tener una alta carga de aditivos (conservantes, colorantes, edulcorantes, potenciadores de sabor…) que hacen más atractivos el producto al consumidor. Además, estos ingredientes suelen estar sometidos a varios procesamientos previos (por eso se les conoce como “ultra” procesados) como la hidrogenación o fritura de aceites, hidrólisis de proteínas y refinación o extrusión de harinas o cereales. Estos procesos provocan que los alimentos de base pierdan calidad y propiedades nutricionales y dan lugar a productos poco sanos cargados de calorías, sal, grasas poco saludables, azúcar, harinas refinadas y aditivos. Se consideran productos perjudiciales para nuestra salud ya que favorecen el sobrepeso y la obesidad, además de fomentar el desarrollo de enfermedades tales como la diabetes tipo 2, hipertensión, hipercolesterolemia, y muchas otras comorbilidades.
Además de contribuir en el desarrollo de muchas enfermedades también son alimentos que provocan cierta adicción ya que generan sobre nosotros una gran sensación de placer. Esto se debe a que a nuestro cerebro ante los alimentos ricos en azúcar, grasas y sal, libera una serie de sustancias como la dopamina y serotonina que nos hacen sentir placer y bienestar.
Uno de los mayores problemas es que son productos que predominan en los supermercados, y que resultan muy atractivos y altamente apetecibles. Las industrias alimentarias que se dedican a producir estos alimentos, invierten mucho dinero en marketing y publicidad con el fin de que los productos resulten más atractivos y glamurosos, siendo los niños y los jóvenes los consumidores más vulnerables.
¿Qué son y cuáles son los alimentos ultraprocesados?
Los ultraprocesados son productos alimenticios comestibles elaborados industrialmente a partir de sustancias derivadas de otros alimentos. Se caracterizan por ser altos en calorías, grasas saturadas, azúcares y tener una alta carga de aditivos (conservantes, colorantes, edulcorantes, potenciadores de sabor…) que hacen más atractivos el producto al consumidor. Además, estos ingredientes suelen estar sometidos a varios procesamientos previos (por eso se les conoce como “ultra” procesados) como la hidrogenación o fritura de aceites, hidrólisis de proteínas y refinación o extrusión de harinas o cereales. Estos procesos provocan que los alimentos de base pierdan calidad y propiedades nutricionales y dan lugar a productos poco sanos cargados de calorías, sal, grasas poco saludables, azúcar, harinas refinadas y aditivos. Se consideran productos perjudiciales para nuestra salud ya que favorecen el sobrepeso y la obesidad, además de fomentar el desarrollo de enfermedades tales como la diabetes tipo 2, hipertensión, hipercolesterolemia, y muchas otras comorbilidades.
Además de contribuir en el desarrollo de muchas enfermedades también son alimentos que provocan cierta adicción ya que generan sobre nosotros una gran sensación de placer. Esto se debe a que a nuestro cerebro ante los alimentos ricos en azúcar, grasas y sal, libera una serie de sustancias como la dopamina y serotonina que nos hacen sentir placer y bienestar.
Uno de los mayores problemas es que son productos que predominan en los supermercados, y que resultan muy atractivos y altamente apetecibles. Las industrias alimentarias que se dedican a producir estos alimentos, invierten mucho dinero en marketing y publicidad con el fin de que los productos resulten más atractivos y glamurosos, siendo los niños y los jóvenes los consumidores más vulnerables.
¿Qué alimentos están incluidos en el grupo de los ultraprocesados?
Dentro de este grupo de alimentos se encuentran las bebidas azucaradas, precocinados, bollería industrial, carnes procesadas, galletas, lácteos azucarados, postres, dulces, cereales refinados, pizzas, nuggets, snacks, etc.
Es verdad que también existen productos procesados que sí son saludables, y por eso, se consideran buenos procesados, ya que no modifican la calidad del alimento. Estos serían el aceite de oliva, las conservas de verduras y legumbres, o los congelados de pescado, verduras y hortalizas.
¿Cómo evitar su consumo?
Lo más importante es basar nuestra alimentación en productos frescos, locales y de temporada, complementar la dieta con buenos procesados y evitar los ultraprocesados.
Para esquivar dichos productos es importante:
Aprender a leer etiquetas e identificar los ingredientes más y menos saludables.
Planificar los menús semanales para evitar la improvisación por falta de tiempo y decantarnos por productos poco sanos.
Crear una lista de la compra a base de alimentos frescos, naturales y mínimamente procesados.
Realizar la compra sin hambre para evitar tentaciones e intentar acudir a mercados ya que ofrecen productos frescos y menos ultra procesados que los supermercados y grandes superficies.
Aprender a cocinar, recetas sencillas y que no nos lleven mucho tiempo para elaborar postres, pizzas, pan… caseros.
“Reaprender” a comer, saber elegir los alimentos en cada momento (por ej. al salir a comer fuera de casa) y convertirnos, a la vez, en un ejemplo de estilo de vida saludable para que los que nos rodean.
Poco a poco irás educando tu paladar y disfrutarás del sabor real y auténtico de los alimentos. ¨Si no te gusta el chocolate sin azúcar es que no te gusta el chocolate Link
Además de contribuir en el desarrollo de muchas enfermedades también son alimentos que provocan cierta adicción ya que generan sobre nosotros una gran sensación de placer. Esto se debe a que a nuestro cerebro ante los alimentos ricos en azúcar, grasas y sal, libera una serie de sustancias como la dopamina y serotonina que nos hacen sentir placer y bienestar.
Uno de los mayores problemas es que son productos que predominan en los supermercados, y que resultan muy atractivos y altamente apetecibles. Las industrias alimentarias que se dedican a producir estos alimentos, invierten mucho dinero en marketing y publicidad con el fin de que los productos resulten más atractivos y glamurosos, siendo los niños y los jóvenes los consumidores más vulnerables.
¿Qué son y cuáles son los alimentos ultraprocesados?
Los ultraprocesados son productos alimenticios comestibles elaborados industrialmente a partir de sustancias derivadas de otros alimentos. Se caracterizan por ser altos en calorías, grasas saturadas, azúcares y tener una alta carga de aditivos (conservantes, colorantes, edulcorantes, potenciadores de sabor…) que hacen más atractivos el producto al consumidor. Además, estos ingredientes suelen estar sometidos a varios procesamientos previos (por eso se les conoce como “ultra” procesados) como la hidrogenación o fritura de aceites, hidrólisis de proteínas y refinación o extrusión de harinas o cereales. Estos procesos provocan que los alimentos de base pierdan calidad y propiedades nutricionales y dan lugar a productos poco sanos cargados de calorías, sal, grasas poco saludables, azúcar, harinas refinadas y aditivos. Se consideran productos perjudiciales para nuestra salud ya que favorecen el sobrepeso y la obesidad, además de fomentar el desarrollo de enfermedades tales como la diabetes tipo 2, hipertensión, hipercolesterolemia, y muchas otras comorbilidades.
Además de contribuir en el desarrollo de muchas enfermedades también son alimentos que provocan cierta adicción ya que generan sobre nosotros una gran sensación de placer. Esto se debe a que a nuestro cerebro ante los alimentos ricos en azúcar, grasas y sal, libera una serie de sustancias como la dopamina y serotonina que nos hacen sentir placer y bienestar.
Uno de los mayores problemas es que son productos que predominan en los supermercados, y que resultan muy atractivos y altamente apetecibles. Las industrias alimentarias que se dedican a producir estos alimentos, invierten mucho dinero en marketing y publicidad con el fin de que los productos resulten más atractivos y glamurosos, siendo los niños y los jóvenes los consumidores más vulnerables.
¿Qué alimentos están incluidos en el grupo de los ultraprocesados?
Dentro de este grupo de alimentos se encuentran las bebidas azucaradas, precocinados, bollería industrial, carnes procesadas, galletas, lácteos azucarados, postres, dulces, cereales refinados, pizzas, nuggets, snacks, etc.
Es verdad que también existen productos procesados que sí son saludables, y por eso, se consideran buenos procesados, ya que no modifican la calidad del alimento. Estos serían el aceite de oliva, las conservas de verduras y legumbres, o los congelados de pescado, verduras y hortalizas.
¿Cómo evitar su consumo?
Lo más importante es basar nuestra alimentación en productos frescos, locales y de temporada, complementar la dieta con buenos procesados y evitar los ultraprocesados.
Para esquivar dichos productos es importante:
Aprender a leer etiquetas e identificar los ingredientes más y menos saludables.
Planificar los menús semanales para evitar la improvisación por falta de tiempo y decantarnos por productos poco sanos.
Crear una lista de la compra a base de alimentos frescos, naturales y mínimamente procesados.
Realizar la compra sin hambre para evitar tentaciones e intentar acudir a mercados ya que ofrecen productos frescos y menos ultra procesados que los supermercados y grandes superficies.
Aprender a cocinar, recetas sencillas y que no nos lleven mucho tiempo para elaborar postres, pizzas, pan… caseros.
“Reaprender” a comer, saber elegir los alimentos en cada momento (por ej. al salir a comer fuera de casa) y convertirnos, a la vez, en un ejemplo de estilo de vida saludable para que los que nos rodean.
Poco a poco irás educando tu paladar y disfrutarás del sabor real y auténtico de los alimentos. ¨Si no te gusta el chocolate sin azúcar es que no te gusta el chocolate Link
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