La serotonina
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La serotonina
"Un neurotransmisor"
Este neurotransmisor es sintetizado a partir del triptófano, un aminoácido que no es fabricado por el cuerpo, por lo que se debe ser apartado a través de la dieta. La serotonina (5-HT) es comúnmente conocida como la hormona de la felicidad, porque los niveles bajos de esta sustancia se asocian a la depresión y la obsesión.
La serotonina es una sustancia que en la sangre se comporta como una hormona y que en el cerebro actúa como neurotransmisor.
Es decir, que la serotonina es una de las unidades de comunicación que las neuronas captan y emiten para influir unas en otras, creando dinámicas de activación cerebral y efectos en cadena. Así, la serotonina favorece el cruce de información entre las neuronas y que, más allá del encéfalo, sirve a propósitos muy distintos. De hecho, las mayores concentraciones de serotonina no están en el cerebro sino en el tracto gastrointestinal.
E en los intestinos donde cobra importancia una de las funciones más relevantes de la serotonina: la regulación de la digestión. Niveles demasiado altos de serotonina están ligados a la aparición de diarreas, mientras que un déficit excesivo de esta sustancia puede ocasionar estreñimiento. Además, también influye sobre la aparición (o ausencia) del apetito.
Este neurotransmisor es sintetizado a partir del triptófano, un aminoácido que no es fabricado por el cuerpo, por lo que se debe ser apartado a través de la dieta. La serotonina (5-HT) es comúnmente conocida como la hormona de la felicidad, porque los niveles bajos de esta sustancia se asocian a la depresión y la obsesión.
La serotonina es una sustancia que en la sangre se comporta como una hormona y que en el cerebro actúa como neurotransmisor.
Es decir, que la serotonina es una de las unidades de comunicación que las neuronas captan y emiten para influir unas en otras, creando dinámicas de activación cerebral y efectos en cadena. Así, la serotonina favorece el cruce de información entre las neuronas y que, más allá del encéfalo, sirve a propósitos muy distintos. De hecho, las mayores concentraciones de serotonina no están en el cerebro sino en el tracto gastrointestinal.
E en los intestinos donde cobra importancia una de las funciones más relevantes de la serotonina: la regulación de la digestión. Niveles demasiado altos de serotonina están ligados a la aparición de diarreas, mientras que un déficit excesivo de esta sustancia puede ocasionar estreñimiento. Además, también influye sobre la aparición (o ausencia) del apetito.
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