La selección española de waterpolo se ha proclamado campeona de Europa

11-10. Remontada para la historia de una España campeona de Europa

Un parcial de 3-0 en el último cuarto, para pasar del 8-10 a un 11-10 rematado con un gol antológico de Álvaro Granados, ha dado a España el oro europeo, el único que faltaba en su palmarés



Ya ha llegado. La selección española masculina de waterpolo se ha proclamado campeona de Europa tras una remontada para la historia en la final del Europeo de Croacia. España ha ganado por 11-10 al conjunto croata con una reacción de escándalo en el último cuarto que le ha dado el oro y, de paso, el pasaporte para los Juegos de París.

Era el título que faltaba. Tras una búsqueda de muchas décadas, tras tres finales perdidas, tras muchas generaciones que se quedaron a las puertas del éxito. La selección de waterpolo, campeona olímpica en Atenas 1996, tricampeona del mundo en Perth 1998, Fukuoka 2001 y Budapest 2022, ya tiene la pieza final del puzle de su palmarés: un oro europeo que vuelve a coronar a la generación de la 'era David Martín', la misma que acumula siete medallas y un cuarto puesto en los últimos ocho grandes campeonatos.

Un gol antológico de reverso de Álvaro Granados a cuarenta y ocho segundos para el final del partido ha culminado una victoria española que parecía escaparse al final del tercer cuarto, cuando Loren Fatovic ponía casi sobre la bocina el 8-10 croata con el que se llevaba al último parcial. Sin embargo, España ha tirado de defensa en los últimos ocho minutos ante los ataques alargados de los croatas, sin ideas para buscar la sentencia, y ha obtenido su recompensa con un gol que ya es historia del waterpolo español.

David Martín se la ha jugado en el último cuarto dando el relevo en la portería a Unai Aguirre, con un 7/17 en paradas. Le ha suplido un Edu Lorrio que también ha espoleado a sus compañeros con tres paradas claves en tres lanzamientos croatas. Así, Granados, con su tercer gol del partido, los mismos que Bernat Sanahuja y uno más que Alberto Munarriz, ha puesto la sentencia final a un encuentro en el que España siempre ha seguido creyendo en sus posibilidades.

Porque lo cierto es que no han arrancado bien las cosas para ella, pero la selección ha sabido encontrar su ritmo poco a poco en el partido. Un inicio demoledor de los croatas en ataque no hacía presagiar nada bueno. El parcial inicial de 3-5 se asemejaba mucho al altísimo ritmo que ya se había visto en el partido inicial del campeonato entre ambos, con muchos goles y poco protagonismo de las defensas. Una dinámica que la selección necesitaba cambiar.

Dicho y hecho. Poco a poco, España ha ido encontrándose a sí misma, igualando el marcador y poniendo en aprietos los disparos de los croatas desde la primera línea. En ellos, Luka Bukic, con cuatro goles, ha empezado rompiendo por completo a la defensa española, con todos sus tantos en los trece primeros minutos. Después, España ha encontrado la fórmula para poder frenarle y, con ello, para también hallar su juego.

Desde él se ha crecido, con la defensa como seña de identidad para dejar en 4/10 a los croatas en superioridad. España, sin estar brillante en sus ataques con hombre de más, sí ha firmado un 5/10 que ha acabado siendo suficiente. Croacia ha anotado la única opción desde el punto del penalti de la que ha dispuesto, en un día con el portero croata Marko Bijac (catorce paradas, por las siete de Unai Aguirre y las tres de Lorrio) sobresaliente para su equipo. Pero no les ha bastado a los croatas.

En parte, porque España nunca le ha perdido la cara a un partido en el que el inicio era el peor posible para sus intereses. Un ritmo endiablado, con un intercambio continuo de golpes, no parecía la mejor tónica para un equipo español al que le gusta mantener el control desde su defensa. Vrlic le ganaba la posición a Sergi Cabanas en la defensa interior en los primeros compases para forzar un penalti que no desaprovechaba Zuvela: a España le tocaba ir a la contra desde el primer minuto.

Bernat Sanahuja respondía con un tiro centrado en superioridad, pero Croacia ni se inmutaba. Bukic, también en hombre de más, encontraba la escuadra corta. Le tocaba responder a Granados, con algo de fortuna en un desvío de un bloqueo croata, y a Munarriz, batiendo por debajo del brazo a Bijac. Pero, pese al 3-2, el ritmo no convenía en absoluto a España y así lo dejaba claro Croacia: Vukicevic desde lejos, Bukic en una contra y Marinic Kragic tras un regalo de Zuvela después de otra pérdida española colocaban un inquietante 3-5 al final del primer cuarto.

Siempre en el partido

Los problemas crecían de inicio en el segundo, con un disparo picado de Bukic al palo largo para anotar su tercer gol y hacer el 3-6. Además, Bijac se crecía una y otra vez en la portería croata para cerrar la opción del gol español. Al menos, hasta que Alberto Munarriz se sacaba una genialidad de su brazo en forma de gol de falta directa para levantar los ánimos españoles: 4-6 a poco más de seis minutos del descanso.

Despertaba España desde donde tocaba, la defensa. Respondía Larumbe con un gran tiro picado desde posición central para poner el 5-6. Tan solo Bukic, tras subir el balón, rompía la exhibición defensiva de un Munarriz omnipresente en recuperaciones y bloqueos. España estaba dos abajo, pero había subido la intensidad atrás. Así, Blai Mallarach servía en superioridad el 6-7 a Álex Bustos en la boya para que España llegara muy metida en el partido al descanso.

Era clave entrar del todo en él en la reanudación. Lo hacía España con una gran parada de Unai Aguirre, con un gran bloqueo a una superioridad croata y con una mejor contra de Bernat Sanahuja para poner el empate delante de Bijac. Arrancaba un partido nuevo, pero era Croacia quien parecía tener más armas para ganarlo: Marinic Kragic al palo corto ponía el 7-8 y, pese al palmeo de Roger Tahull a una gran asistencia de Álvaro Granados en superioridad, Zuvela y Loren Fatovic al límite en dos posiciones finales volvían a dejar a España contra las cuerdas: 8-10 abajo a falta de ocho minutos.

Era el momento para el entrenador. La apuesta de David Martín era clara: darle la oportunidad bajo palos a Edu Lorrio, el mismo hombre que paró el penalti decisivo en la final del Mundial de Budapest de hace dos años. Nuevamente, la jugada le salía perfecta. El portero del Astralpool Sabadell detenía los dos primeros lanzamientos croatas en el último parcial, pero España seguía atascada una y otra vez en ataque, con ese 8-10 abajo a 4:07 del final.

De nuevo aparecía la pizarra de David Martín con un tiempo muerto en superioridad. Bernat Sanahuja con un tiro picado lo transformaba en el 9-10 para que España siguiera creyendo. Lo demostraba el equipo desde la defensa, con un Lorrio inmenso, a pesar de que Bijac se empeñaba en cerrarle las puertas del gol a Alberto Munarriz. No podía con Granados: primero con un tiro central picado, Álvaro ponía el 10-10 a 1:37 del final. Después, con un reverso antológico filtrado en la boya, en un tiro que parecía imposible, lograba el gol definitivo para que la remontada se hiciera realidad.

Para que desaparecieran los gafes, para que duelan un poco menos todos los reveses sufridos en tantas y tantas luchas por las medallas europeas en el pasado. Para que ya no haya imposibles: España es, tras muchas y muchas décadas de lucha, al fin, campeona de Europa.
¡Enhorabuena!