Un deslave en términos geológicos

Un corrimiento de tierra (llamados erróneamente alud o aluvión en algunas partes), también llamado deslave, es el desplazamiento de una masa grande de tierra que se desprende por una vertiente o ladera, precipitándose a ella.

Los corrimientos de tierra pueden ser provocados por terremotos, erupciones volcánicas o inestabilidad en las zonas circundantes, así como explosiones causadas por el hombre para construcciones. Los corrimientos de barro o lodo (deslaves) son un tipo especial de corrimiento cuyo causante es el agua que penetra en el terreno por precipitaciones fuertes, modificándolo y provocando el deslizamiento. Esto ocurre con cierta regularidad en varios lugares como durante los períodos de lluvias.

Los corrimientos de tierra pueden tener consecuencias devastadoras, causando daños a la propiedad, infraestructuras y pérdida de vidas humanas. Además, pueden generar bloqueos en ríos y cursos de agua, provocando inundaciones y otros desastres secundarios.

Son fenómenos naturales que, si bien no se pueden prevenir por completo, sí se pueden gestionar de manera efectiva para reducir su impacto y proteger vidas y bienes. La comprensión de las causas y los mecanismos que desencadenan estos eventos, junto con la implementación de medidas preventivas y de mitigación, son claves para construir comunidades más resilientes ante este tipo de desastres.