Discursos de cine que nos levantaron la moral

1. Braveheart
Lo pronuncia... Mel Gibson
Nos motiva porque... Seguramente, este es el parlamento más conmovedor jamás pronunciado frente a una cámara por un hombre con faldas (perdón, con kilt). Aunque el rigor histórico de la película sea tirando a nulo, y por mucho que el discurso de Enrique V nos convirtiese en ingleses de corazón, aquí nos convertimos en escoceses para luchar junto a William Wallace


2. Gladiator
Lo pronuncia... Russell Crowe

Nos motiva porque... Puestos a defender el Limes Romanus en lo más crudo del invierno germano, está bien tener como jefe a un Máximo Décimo Meridio tan ducho en la oratoria como en la estrategia . Por otra parte, este discurso tan breve pero intenso no sólo sirve para motivar a legionarios con ganas de bronca, sino que funciona en multitud de situaciones: que se lo pregunten a Pep Guardiola y a sus huestes futboleras del Barça.

3. El Señor de los anillos: El retorno del rey
Lo pronuncia... Viggo Mortensen

Nos motiva porque... Cuando todo parece perdido, cuando tu existencia (y la de toda la Tierra Media) depende de un hobbit con serios problemas emocionales y, sobre todo, cuando la superioridad de tu enemigo es, a ojo de buen cubero, de unos 100.000 a uno, sólo hay dos cosas que pueden ayudarte a mantener la moral. La primera es tener a Aragorn, en la cúspide de su carisma, encabezando tus filas. La segunda, un discurso como este.


4. V de Vendetta
Lo pronuncia... Hugo Weaving

Nos motiva porque... Aunque su respeto al tebeo original de Alan Moore sea discutible (en forma y fondo), algo tenía que tener esta película. Porque la máscara de su héroe es emblema del movimiento Anonymous y de 'indignados' varios, porque desde que la vimos no dejamos de celebrar un 5 de noViembre por todo lo alto, y porque discursos como este resultan del todo incuestionables. Recuerda: "las ideas son a prueba de balas".

5. 300
Lo pronuncia... David Wenham

Nos motiva porque... Al final, resulta que los espartanos de las Termópilas eran muy machotes, pero no eran lo bastante numerosos como para que los persas no les masacrasen . Pero la memoria queda, las lenguas vuelan y por mucho que Gerard Butler y Michael Fassbender ya no estén con nosotros, su ejemplo inspira y convence: si quieres saber lo que viene después, lee algo acerca de la Batalla de Platea.

6. El gran dictador
Lo pronuncia... Charles Chaplin

Nos motiva porque... En 1941, con la II Guerra Mundial rugiendo en Europa, el genial comediante hace vibrar al mundo haciéndose pasar por un barbero judío que se hace pasar por Adolf Hitler... ¡Perdón!, por Astolfo Hinkel, dictador de Tomania, y se pone serio para concluír un festín de risas y enredos. El auténtico führer se lo tomó como una patada en salva sea la parte, y con razón.

7. El club de la lucha
Lo pronuncia... Brad Pitt

Nos motiva porque... ¿Qué hace falta para que el bueno de Brad (aquí, el líder luchador Tyler Durden) convierta a un grupo de oficinistas en una banda de terroristas dispuestos a dinamitar rascacielos? ¿Que les enseñe los pectorales, dices? Bueno, en algunos casos sí, pero en general creemos que un discurso como este, tan breve y tan intenso, resultaría más eficaz.

8. Un domingo cualquiera
Lo pronuncia... Al Pacino

Nos motiva porque... Aunque no entendamos ni mú de fútbol americano, y aunque no nos consta que ningún entrenador de la Liga BBVA haya usado este monólogo como herramienta de motivación, ver a un Pacino en modo carismático arengando a un equipo de armarios humanos nos pone lágrimas en los ojos. En plena crisis personal, y sin callarse nada, el viejo Al demuestra que la sinceridad también vale como estímulo, a lo largo de cuatro minutos escalofriantes.

9. Bienvenido Mr. Marshall
Lo pronuncian... José Isbert y Manolo Morán
Nos motiva porque... Dice la leyenda que Luis García Berlanga aconsejó a sus actores que pensaran en Mussolini y Hitler para enunciar esta arenga. El caso es que, sea ello cierto o no, su actitud durante la charla evoca realidades demasiado patentes: un munícipe (Isbert) en pleno ataque de analfabetismo funcional, y un asesor (Morán) con más cara que espalda y ansiando sacar tajada. ¿Os suena de algo?

10. Matar a un ruiseñor
Lo pronuncia... Gregory Peck
Nos motiva porque... A estas alturas del reportaje, había algo que se echaba mucho de menos: un discurso judicial. Y este, te lo garantizamos, es de los buenos, porque lo pronuncia el abogado Atticus Finch (en pocas palabras: un héroe como no hay dos) durante un injustificable juicio racista contra un negro acusado de haber violado a una chica blanca. El hecho de que el proceso tenga lugar en un pueblo del Sur profundo, y que tanto el abogado como el acusado se hayan librado por poco de un linchamiento contribuyen, entre otras cosas, a que sus casi siete minutos se pasen volando.

La cita: "Sólo tengo piedad en mi corazón para la principal testigo de la acusación: es una víctima de la pobreza y de la ignorancia, pero esa piedad no alcanza a poner la vida de un hombre en la estacada (...) ¿Qué hizo ella? Hizo algo que en nuestra sociedad es inmencionable: besó a un hombre negro. No a un viejo, sino a un hombre joven y fuerte".

11. Patton
Lo pronuncia... George C. Scott

Nos motiva porque... Aunque uno no comulgue con la retórica militar del protagonista (como el actor que lo interpreta, el cual rechazó su Oscar por ello) lo cierto es que es escuchar esta charla, tan kilométrica como eficaz, y entrarnos unas ganas locas de enrolarnos en los Malditos Bastardos e irnos a la Francia ocupada a matar nazis. Lo mejor de todo: el guionista Francis Ford Coppola fue despedido por los productores precisamente por negarse a borrar esta escena de su libreto. ¿Adivinas qué parte del filme es hoy la más recordada?

La cita: "Ningún hijoputa ha ganado nunca una guerra muriendo por su país: la ganó haciendo que otro pobre hijoputa muriese por el suyo. (...) La guerra es un asunto sangriento: derramad su sangre, o ellos derramarán la vuestra. Rajadles las tripas, disparadles a la barriga. Cuando palpéis un montón de pringue que un momento antes era la cabeza de cabeza de vuestro mejor amigo, entonces sabréis lo que tenéis que hacer. Ah, y no quiero mensajes diciendo que 'mantenemos posiciones': ¡Aquí sólo avanzamos, y avanzamos para patearles el culo!".

12. 17. Las uvas de la ira
Lo pronuncia... Henry Fonda
Nos motiva porque... No todo van a ser presidentes, reyes y generales en esta lista. Perseguido por la justicia de los ricos, el bracero sindicalista Tom Joad se marcó uno de los discursos más conmovedores de la historia del cine con esta llamada al orgullo obrero, según la novela de John Steinbeck. Para que luego digan que John Ford era un facha.

La cita: "Estaré en todas partes, en la oscuridad, allí donde puedas mirar. Donde se luche para que los hambrientos puedan comer, estaré allí. Allá donde un policía haya apaleado a un inocente, yo estaré. Allá donde los niños rían al sentir hambre, estaré. Y allá donde los hombres coman de la tierra que trabajan, y vivan en las casas que levanten, también estaré allí".

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