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LEYENDAS URBANAS II

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LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Empty Descansando en el Avión

Mensaje por Asombroso Dom Dic 09, 2012 11:27 pm

Una mañana de invierno una de las azafatas del avión que hacía cualquier ruta de vuelo se dirigía por el pasillo del avión hacia la cabina de mando después de atender a los pasajeros. Entonces se acercó a uno de los pilotos y le informó de que la cabina de descanso estaba libre. Entonces el hombre se levantó y se marchó a dormir un rato. Cuando el piloto entró en la pequeña cabina estaba totalmente oscura, pero al apoyar una mano en una de las literas notó un bulto. Había alguien durmiendo, pero la azafata le había comunicado que la pequeña cabina estaba vacía. Alumbró con una linterna de bolsillo hacia la cama y observó con sorpresa que había una niña de unos cinco años tumbada en la litera . La arropó con la manta y sin hacer mucho ruido salió de la habitación y cerró la puerta.

Al momento fue a buscar a la azafata y le contó lo que había sucedido. Ésta, le dijo que era imposible porque no iban niños en ese vuelo. El piloto no se lo podía creer, el había tocado con sus propias manos el cuerpo de la pequeña.¡¡ Incluso notó su respiración mientras dormía!!

Entonces la azafata con cara de preocupación le dijo – ¿Ve usted esa pareja de allí al fondo? ¿ La ve?- repetía, dirigiéndose con la cabeza hacia una joven pareja con los rostros pálidos y demacrados.

Sí, sí, por supuesto que los veo… afirmó el piloto.

¿ Pero qué tienen que ver ellos en la historia? Preguntó con cara de intriga

Se dirigen al entierro de su hija, ella va abajo en un ataúd, junto con el resto de mercancías…contestó ella.

El piloto se quedó pálido al escuchar la noticia y salió corriendo a la cabina donde vio a la niña. Allí no había nadie. Se acercó al baño a refrescarse la cara y al mirarse al espejo se dio cuenta de que había escrito algo con un pequeño dedo, decía:

Gracias por arroparme…
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LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Empty La Ayuda de un Desconocido

Mensaje por Asombroso Dom Dic 09, 2012 11:27 pm

Una mujer finalizó sus compras en unos grandes almacenes y cargada de bolsas se dirigió al aparcamiento donde tenía su vehículo. Al llegar se encontró con una de las ruedas de su coche pinchada, abrió su maletero y sacó la rueda de repuesto y las herramientas necesarias para realizar el cambio. Como no tenía mucha experiencia le estaba resultado complicado cambiar el neumático.

Un hombre muy guapo, vestido con traje y corbata y con un lujoso maletín de cuero se ofreció gentilmente a ayudarla, entre los dos cambiaron en pocos minutos la rueda del coche mientras conversaban. Ambos frecuentaban el centro comercial a la hora de la comida porque él trabajaba cerca, por lo que dijeron que si alguna vez volvían a coincidir quedarían para comer juntos. El hombre una vez que ganó confianza le pidió a la mujer si podía acercarle en coche a la otra planta del parking, ya que sin darse cuenta se había equivocado al bajar en el ascensor y tenía su coche aparcado en un piso superior, a ella no le supondría mucho porque tenía que pasar por allí para dirigirse a la salida.

La mujer no quería parecer ingrata y decirle al hombre que no, pero no estaba dispuesta a montar en su coche a alguien que apenas conocía; por lo que fingió haber olvidado una bolsa en una de las tiendas y le pidió al señor que la esperara un minuto mientras subía a recogerla. Cuando el hombre permaneció sentado en su coche esperando en lugar de subir con ella a la planta en la que supuestamente tenía el coche empezó a sospechar. Por lo que una vez dentro del centro comercial se dirigió a un miembro del equipo de seguridad para contarle el caso.

Al llegar ambos a su coche éste estaba vacío, pero el hombre en su huida (probablemente al ver al seguridad) olvidó su maletín en el asiento de atrás del coche. Tras diez minutos de espera el seguridad y la mujer llamaron a la policía para que se encargara de entregar el maletín a su propietario. Los agentes en busca de algún tipo de identificación abrieron el maletín, nadie podía esperar lo que encontraron dentro.

El maletín estaba lleno de distintos tipos de cuchillos, una cuerda, esparadrapo y una cámara de fotos. Lo que encontraron dentro de la memoria de la misma les dejó estupefactos.

El hombre secuestraba mujeres que torturaba y violaba antes de ejecutarlas, su fetiche era fotografiar a sus víctimas que al parecer eran muchas. Los agentes de inmediato le pidieron a la mujer que les mostrara la rueda que había cambiado el asesino. La rueda estaba perfectamente, tan solo encontraron un pequeño trozo de madera con el que al parecer había vaciado el aire de la misma obstruyendo la válvula de entrada de aire.

El asesino tras localizar una posible presa que se encontraba sola en el parking, vaciaba uno de los neumáticos y esperaba pacientemente a que regresara para ofrecerse a ayudarla y ganarse su confianza, de este modo ellas accedían a meterse con él en el coche donde las atacaba y secuestraba.
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LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Empty Leyendas de Cuervos

Mensaje por Asombroso Dom Dic 09, 2012 11:28 pm

Corvus covax, el cuervo

El Cuervo es un ave de gran inteligencia que en muchas mitologías es reverenciado y temido. Las leyendas de este enigmático pájaro se remontan siglos atrás, habiendo sido inmortalizado con su siniestra presencia como un mal presagio...

El cuervo común mide entre 52 y 69 centímetros de longitud y su peso varía de 0,69 a 1,7 kilogramos. Viven generalmente de 10 a 15 años pero algunos individuos han alcanzado los 40 años. Una parte de su éxito se debe a su régimen omnívoro; el cuervo común es extremadamente oportunista, alimentándose de carroña, insectos, residuos alimentarios, cereales, bayas, frutas y pequeños animales. En algunos lugares su alto número y asombrosa adaptación a casi cualquier habitat les ha fraguado una reputación de "plaga". El cuervo común posee uno de los cerebros más grandes de todas las especies de aves. Se ha observado como los cuervos dirigen a otros animales para que trabajen para ellos, por ejemplo llamando a los lobos y a los coyotes al lugar de una carroña.


El ave negra en la Mitología

La presencia de los cuervos en guerras, escenas de muerte, junto a su apetito carroñero han promovido al ave negra como un heraldo de la muerte. En numerosas culturas existe mención de este ave en sus leyendas:

- En la mitología Nórdica la imagen del dios Odin tiene un cuervo en cada hombro, Huginn representa el pensamiento, mientras Muninn es la memoria. Odin enviaba a sus aves a recorrer el mundo para que observen que sucede, el viejo dios temía por la muerte de ambas. Su miedo es el de los ancianos ante la pérdida de la capacidad para pensar y recordar.

Los vikingos utilizaban mucho la imagen del cuervo. La ponían como símbolo en sus velas. Ragnar Lodbrok tenía una bandera llamada “Reafan” y bordada en ella la imagen de un cuervo. Según la leyenda, si la bandera flotaba al viento, Lodbrok vencería pero si la bandera colgaba sin movimiento, se perdería la batalla.

- En la mitología Griega, Apolo, el dios del sol envió un cuervo blanco a proteger a Corinis, una mortal de quien el dios del sol se enamoró. Cuando ella le fue infiel en un descuido del cuervo, el ave voló hasta los cielos y le dijo a Apolo lo sucedido. El dios quemó al cuervo y sus plumas se hicieron negras y desde entonces esta ave es asociada con malas noticias. Si se lo escucha graznar advierte de una muerte próxima; si vuela por una casa, esta tendrá mala suerte. Los campesinos que veían un cuervo volar sobre su rebaño saben que uno de los animales perecerá pronto.

- En la fabula del Rey Arturo, describen que él no murió y se transformó mágicamente en un cuervo. De acuerdo a la leyenda, si alguna vez todos los cuervos de la Torre de Londres desaparecieran, el Imperio Británico caería de inmediato ante la ausencia de sus guardianes. Este mito nació en el siglo XIX, época en la que los cuervos de la torre se alimentaban de los ojos de los criminales ajusticiados por el Imperio.

- En los relatos hebreos existe una extraña relación entre el cuervo y la paloma, aves importantes en la imagen de Dios, el cuervo guía al hombre en las tinieblas, es el centinela de la Luna. Mientras la paloma dirige al hombre a la luz, el sol y la vida. Noé envió ambas aves en busca de tierra seca. El cuervo no regresó al encontrar abundante comida, mientras que la paloma trajo esperanza. Esta fábula muestra al cuervo como la sabiduría y la paloma como el conocimiento.

- En el budismo el protector del Dharma Mahakal es representado por un cuervo, por su asociación con la tierra y los gusanos. Figura que reencarnó en el primer Dalai Lama, quien de acuerdo a la leyenda, durante su nacimiento su hogar fue atacado por ladrones, forzando a sus padres huir. Cuando regresaron temiendo lo peor se sorprendieron de ver al Dalai Lama con vida y rodeado de cuervos. Desde ese momento los Dalai Lama son protegidos por los cuervos, y las aves son mencionadas en el budismo y las disciplinas tibetanas.



Cuervo y alma

Los círculos de ocultismo hablan sobre la participación del cuervo como un guía las almas de los muertos al otro mundo. Sin embargo existen ocasiones donde el fallecido pereció injustamente o no era su tiempo de morir. En estos raras ocasiones, leyendas de nativos americanos, en las que el alma no puede descansar y debe regresar para reparar el daño que sufrido. El autor James O'Barr escribió el popular comic “The Crow”, el Cuervo en 1989, lo hizo para poder lidiar con la pérdida de su prometida a manos de un conductor ebrio.

Posteriormente en 1994 la historia fue llevada al cine, donde Brandon Lee inmortalizó a Eric Draven, un joven músico que regresa de entre los muertos para saciar su sed de venganza. El cuervo es su fuente de poder y le otorga invunerabilidad, fuerza y la visión de todo lo que puede ver la negra ave. Posteriores sagas de la película ensombrecieron un clásico del cine en el que por desgracia Brandon Lee perdió la vida en un desafortunado accidente.


El ave más inteligente

Los cuervos han demostrado altos grados de recursividad y memoria. Siendo los pájaros más inteligentes, pueden aprender palabras y oraciones cortas incluso mejor que un loro, su capacidad para imitar es realmente sorprendente. Cuervo hablando.

Saben contar en diferente escala, es decir que si tres humanos entran a una sala con cuervos, y se van dos visitantes, las aves saben que aún queda una persona. También han demostrado cierta atracción hacia pequeños y brillantes objetos, los cuales roban y esconden. Cuervo usando un alambre como gancho para conseguir comida.

Muestran aptitudes de planificación y comunicación con individuos, algunas especies como los Corvus moneduloides aprenden a usar herramientas para obtener su comida. Es muy conocido el caso de unos cuervos que aprendieron a usar el tráfico de vehículos en una carretera para abrir nueces, Cuervos abren nueces usando coches en carretera.

Sorprendentemente estas aves respetan a sus ancianos, a quienes traen comida, de acuerdo a las investigaciones esto demuestra que la especie está familiarizada con el concepto de respetar a sus mayores. A pesar de poseer tanta inteligencia los cuervos no son buenas mascotas, como bien dice el dicho popular "Cría cuervos y te sacarán los ojos".
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LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Empty El Fantasma del Ascensor

Mensaje por Asombroso Miér Oct 09, 2013 11:38 pm

Sally había recibido un ultimátum de su profesor, o entregaba esa misma noche el trabajo que llevaba días posponiendo o suspendería su asignatura.

El ritmo de estudio que había en la Universidad de Adelaida (al sur de Australia) era realmente muy duro pero ese no era el motivo por el que Sally había descuidado sus obligaciones. La verdad es que si el ritmo de trabajo era duro el de las fiestas era frenético, y a pesar de que Sally era una buena estudiante se estaba dejando guiar excesivamente por un grupo de “amigas” que la llevaban de borrachera en borrachera.

Su profesor tenía en especial estima a Sally pues había demostrado sus grandes dotes e inteligencia en el primer ciclo del curso, por este motivo decidió darle una segunda oportunidad para entregar, o mejor dicho repetir completamente, su trabajo de fin de curso. Sally estaba desbordada con esta tarea y llevaba prácticamente dos días sin dormir. Se mantenía despierta a base de café, y tanta cafeína la mantenía medio paranoica y muy susceptible.

Eran las tres de la madrugada y tras hacer el último repaso a un trabajo del que estaba realmente orgullosa salió corriendo por el campus para entregarlo antes de irse a tomar un merecido descanso. Estaba un poco lejos del colegio mayor donde residía, en el edificio Napier. Una construcción de forma rectangular que por alguna extraña razón le provocaba escalofríos al recorrer sus pasillos. El hecho es que Sally era bastante asustadiza y la “sobredosis” de cafeína que llevaba en el cuerpo no le ayudaba a mantener la calma mientras recorría de madrugada el largo corredor de la sexta planta que llevaba al despacho del profesor.

Al llegar a su destino introdujo por debajo de la puerta del despacho su trabajo, con la esperanza de que su profesor lo encontrara a la mañana siguiente y le cambiara su calificación, permitiéndola avanzar a un nuevo curso. El camino de regreso al ascensor la mantenía medio paranoica, estaba muerta de miedo mientras caminaba por unos pasillos en los que no había ni un alma. Cuando de repente…

Justo cuando estaba a pocos metros del ascensor apareció la figura de un hombre que salió de una de las puertas del pasillo de enfrente. El hombre con la cara totalmente desencajada avanzaba con un brazo sobre su pecho y otro extendido hacia ella, sus ojos abiertos como platos y una mueca atroz provocaron en Sally tanto miedo que ésta corrió hacia el ascensor y empezó a aporrear los botones como si con este gesto pudiera acelerar la llegada del elevador. Cuando parecía que el hombre la iba a alcanzar y Sally estaba a punto de salir corriendo en dirección contraria (un camino que bien sabía no la llevaría a ningún lado pues no tenía salida) sonó el timbre del ascensor.

De un salto se introdujo en su interior y marcó la planta baja mientras aporreaba el botón que cerraba las puertas, como si de una película de acción se tratase el ascensor se cerró medio segundo antes de que el hombre pudiera sujetar sus puertas y Sally escuchó como golpeaba débilmente el metal que se había cerrado frente a él.

Sally no había corrido tanto en su vida, a gran velocidad cruzó el campus y cerró con llave la puerta de su cuarto. A pesar de su estado de nerviosismo, el cansancio causado por la inesperada carrera y el hecho de que llevara dos días sin dormir provocaron que se derrumbara en la cama y cayera profundamente dormida.

Al día siguiente Sally despertó de mejor humor, recordaba el suceso de la noche anterior pero no le quiso dar mayor importancia. Miró la hora y tras ducharse se dispuso a regresar nuevamente al despacho de su profesor para tratar con él la posibilidad de aprobar la asignatura, estaba casi segura de que cuando viera su excelente trabajo no dudaría en subirle la nota.

Mientras avanzaba por el campus pudo observar un tumulto de gente que se agolpaba junto al edificio Napier, en el que había sufrido el incidente la noche anterior. Al llegar a la zona vio un par de coches patrulla de la policía, una furgoneta y una ambulancia que parecía empezar a abandonar el lugar.

Uno de los amigos de Sally le explicó lo sucedido:

- Parece que esta noche ha muerto el conserje del edificio, el hombre ha sufrido un ataque al corazón y como no había nadie para ayudarle ha muerto mientras trataba de subir al ascensor. Una señora de la limpieza casi se muere del susto cuando al abrir las puertas de la sexta planta su cadáver se ha desplomado a sus pies. Parece que intentó subirse pero este nunca llegó a tiempo y murió apoyado en sus puertas.

Sally se quedó muda, inmediatamente comprendió que aquel hombre que la había asustado la noche anterior no hacía más que pedirle ayuda. Con su último aliento trataba de llegar a ella para que le ayudara, pero ella en su ataque de pánico le había cerrado las puertas en sus narices acabando de esta forma con su única posibilidad de sobrevivir. Estaba asustada y pensativa cuando sintió una mano sobre su hombro.

- Buenos días Sally – dijo su profesor – Espero que no vengas a entregarme el trabajo a estas horas, te dejé bien claro que anoche se cerraba el plazo.
- Buenos días, disculpe que no le hubiera visto, anoche introduje bajo su puerta el trabajo y precisamente venía ahora pare preguntarle que le había parecido.
- ¿Por la noche? ¿Y no viste nada raro? Al parecer han encontrado al conserje muerto en la misma planta en la que está mi despacho.
- La verdad es que cuando yo fui todo estaba vacío y no vi a nadie – dijo Sally con una fingida sonrisa.

- Bueno parece que esta mañana nadie va a poder entrar en las instalaciones, por lo menos hasta que levanten el cadáver, así que si te parece bien podemos quedar esta tarde a partir de las siete en mi despacho para revisar tu trabajo. Antes, me temo que me será imposible, este triste incidente me ha retrasado mucho en mis obligaciones.

Sally asintió a su profesor y se dirigió a la cafetería del campus para desayunar algo. Andaba atontada, como un zombi, su cabeza no paraba de dar vueltas al suceso de la noche anterior ¿podría haber salvado la vida de aquel hombre si le hubiera ayudado? ¿cómo podía haber mentido tan descaradamente al preguntarle su profesor si había visto algo extraño?

Durante el resto del día se reunió con sus amigas para tratar de despejar la mente y olvidar el suceso. Hasta que llegó la tarde…

Faltaban escasos minutos para la cita que tenía con su profesor y Sally se encontraba frente al edificio, los recuerdos nuevamente se agolparon en su mente, más cuando las puertas del ascensor se abrieron frente a ella. Espero un par de minutos deseando que alguien más tuviera que tomar su mismo camino para subir acompañada, pero el edificio nuevamente estaba vacío. Presionó el botón de la sexta planta y observó como se cerraban las puertas, un movimiento familiar que le hizo revivir suceso de la noche anterior.

Instantes después de comenzar a moverse el ascensor, Sally sintió un escalofrío recorrer su espalda, súbitamente su respiración pareció convertirse en humo, como cuando el aliento es exhalado en una fría noche de invierno. Trató de apoyar su espalda en la pared pero le temblaban tanto las piernas que no podía moverse y entonces lo vio…

Reflejado en el metal de la puerta una silueta de hombre parecía acercarse detrás de ella, temblando comenzó a girar la cabeza y por el rabillo del ojo pudo ver una sombra. Justo en ese momento el ascensor se detuvo súbitamente y las luces se apagaron. Sally sintió tanto miedo que no aguantó la presión y se desmayó.

Minutos después una voz conocida la despertó, era un compañero de la universidad que la encontró tumbada en el suelo del ascensor. La ayudó a salir del edificio y la llevó a enfermería donde le diagnosticaron un fuerte estado de shock. Sally nunca más volvería a ser la misma, se volvió retraída y pensativa, abandonó los estudios pues no soportaba la idea de seguir en el campus. Pero nunca reveló su culpa en lo sucedido.

Dicen que desde entonces ese ascensor tiene un comportamiento extraño, sus botones parecen no responder correctamente y es común que los que suben en él por la noche acaben en la sexta planta aunque no fuera ese su destino. Muchos otros han relatado como sentían descender la temperatura rápidamente o como han visto fugazmente por el rabillo del ojo una sombra que nunca estaba cuando se giraban a ver que sucedía.
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LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Empty La Maldición de Carmen Winstead

Mensaje por Asombroso Miér Oct 16, 2013 9:33 pm

Cuenta la leyenda que un grupo de amigas queriendo gastar una broma a una compañera del colegio la tiraron por el hueco de una alcantarilla. La chica se partió el cuello en la caída y desde entonces comenzaron a…
Finalizada la hora del almuerzo escolar, la maestra les comunicó a los alumnos que la junta directiva había planificado un simulacro de incendio en el que todos debían participar.

Poco después sonó la alarma y los alumnos salieron para reunirse en el patio. Era un día caluroso, con el cielo despejado y un sol que hacía arder la piel, llenando las frentes de los estudiantes con pequeñas gotas de sudor.

La maestra comenzó a leer la lista de nombres. Todos alzaban la mano y decían “presente” de forma mecánica, consumidos por el aburrimiento. Sin embargo, una chica de un grupo de cinco amigas se fijó en el hecho de que Carmen (una compañera de clase) estaba de pie junto a la alcantarilla, a la que le faltaba la tapa desde hacía semanas, y aún faltaba bastante para que la maestra leyera su nombre. Sus ojos brillaron. Carmen estaba entre las últimas de la larga lista organizada en orden alfabético: ¿qué pasaría cuando la llamen si caía en la alcantarilla? “¡Carmen está en la alcantarilla!”, podrían corear y entonces todos reirían a carcajadas y la pobre Carmen sería el hazme reír. Quién sabe, incluso podrían terminar por bautizarla como “La Chica de la Alcantarilla”. La oportunidad de romper el aburrimiento y hacer historia era perfecta, así que les comunicó discretamente la idea a sus cuatro amigas y todas empezaron a agolparse en torno a Carmen, fingiendo torpeza para empujarla y hacerla caer sin que aquello pareciese premeditado…

La maniobra fue perfecta, Carmen apenas emitió sonidos de queja mientras la hacían caer y, cuando dijeron su nombre, las cinco chicas empezaron a gritar: “¡Ella está en la alcantarilla¡ ¡Ella está en la alcantarilla!”.

Un mar de carcajadas se desató, pero las risas empezaron a silenciarse cuando la maestra se acercó a ver y, antes de que emitiera palabra alguna, se giró y miró a todos con una mueca impregnada de angustia y terror. La situación no inspiraba risa alguna: Carmen había caído de cabeza en el hueco y al aterrizar su cabeza se había torcido hacia un lado en una posición totalmente imposible, su cara casi sin piel después de haberse raspado contra las paredes de la alcantarilla en la caída y una mueca espantosa como si hubiera tratado de gritar y no hubiese tenido el tiempo suficiente. La sangre se dispersaba en un charco que se mezclaba con el excremento húmedo y maloliente que impregnaba todo su cuerpo.

Las cinco chicas se acercaron a ver. Una lágrima asomó tímidamente en la mejilla de la autora de la broma mientras sus ojos atónitos contemplaban como una gorda cucaracha yacía sobre lo que alguna vez fue el rostro de Carmen, moviendo sus antenas como para ver si todo estaba bien. Pero nada estaba bien, y ella y cada una de sus amigas se sintieron como uno de esos repulsivos insectos cuando la Policía vino y determinó que Carmen tenía el cuello roto y estaba muerta. Según dijeron, al caer Carmen se golpeó con las escaleras metálicas, de tal forma que perdió la cara y después se rompió el cuello al estrellarse contra el cemento.

Minutos después se llevaron el cadáver de Carmen, acompañado por una procesión de moscas cuyos zumbidos eran casi el único ruido en medio del fúnebre silencio. Ese día hubo un interrogatorio después de clases. Todos debían ir.

En el interrogatorio las cinco chicas dijeron que fue un accidente y que ellas fueron testigos. La Policía les creyó y el caso de Carmen Winstead se cerró, pero algo aún más siniestro había comenzado…

Meses después, compañeros de clase de la fallecida Carmen empezaron a recibir correos electrónicos que se titulaban “La empujaron” y afirmaban que a Carmen la habían empujado, que su muerte no era un accidente. También, los correos decían que los culpables debían asumir la responsabilidad del crimen, pues de lo contrario habría terribles consecuencias.  La mayoría pensó que los correos eran una farsa elaborada por alguien que quería divertirse causando temor, pero otros no estaban tan seguros.

Transcurridos unos pocos días tras la cadena de correos, la chica que ideó el plan para ridiculizar a Carmen estaba bañándose cuando de pronto oyó una extraña risa. Cerró el grifo para oír mejor: la risa parecía venir del interior de la ducha. ¿Acaso se estaba volviendo loca? Aterrada, se secó rápidamente, se vistió, se despidió de su madre nerviosamente y se fue a dormir más temprano que de costumbre. Cinco horas después su madre se despertó al oír un portazo en la puerta de entrada. Su hija no estaba en la habitación ni en lugar alguno de la casa. Llamó a la Policía, pero los agentes poco podían hacer al respecto, ya que no se podía interponer una denuncia en personas desaparecidas hasta que transcurrieran 48 horas, aún así prometieron a la desconsolada madre patrullar las calles cercanas para buscar a su hija. La búsqueda de familiares y amigos tampoco tuvo éxito y la chica no apareció aquella noche.

La mañana siguiente mientras el conserje del colegio limpiaba las hojas secas del patio, se encontró que la tapa de la alcantarilla (que habían vuelto a colocar después de producirse la trágica muerte de Carmen)  había sido levantada y apartada a un lado. Al asomarse descubrió algo realmente escalofriante. Parece que la chica desaparecida la había retirado antes de lanzarse de cabeza por el conducto y se encontraba en el fondo con el cuello roto y la cara destruida, borrada por los golpes que se había dado al caer y golpearse con las escaleras metálicas de las cloacas. Una muerte idéntica a la que sufrió Carmen.

El mismo destino les esperaba a las otras cuatro culpables de la muerte de Carmen. Tras la muerte de las dos primeras un equipo del ayuntamiento soldó la alcantarilla para que nadie más pudiera abrirla. Sin embargo eso no pareció impedir a la tercera víctima arrancarla del suelo, algo que requería una fuerza sobrehumana. Por supuesto esa fue la gota que colmó el vaso y se decidió colocar vigilancia las 24 horas del día en ese peligroso punto de encuentro para “suicidas”.

Las dos víctimas restantes  murieron de la misma forma, pero el espíritu de Carmen en esta ocasión las guió hasta alcantarillas cercanas a sus domicilios, la vigilancia podría frustrar sus planes. Una por una cayeron en las  alcantarillas, perdiendo el rostro y rompiéndose el cuello. Todas se habían quedado dormidas antes de su trágica muerte, en ese momento cuando se encontraban más vulnerables, Carmen aprovechaba para poseer sus cuerpos y guiarlas como si se tratara de un caso de sonambulismo hacia un muerte tan cruel como la que ella había sufrido. Un destino cruel porque podían sentir todo lo que ocurría pero no tenían control sobre su cuerpo.

Pero la cadena de muertes no se detuvo ahí, ya que posteriormente otros compañeros de clase de Carmen también fueron encontrados muertos en distintas alcantarillas, con el cuello roto y el rostro anulado. Ellos y ellas también se habían dormido antes de aparecer muertos…

Resultaba muy inquietante pensar que todos esos otros compañeros muertos no habían creído en los correos electrónicos que afirmaban que Carmen fue empujada. ¿Acaso el espíritu de Carmen se estaba vengando? ¿Podría eso explicar muertes tan extrañas en las que no se entendía cómo diablos los cuerpos habían ido a parar a la alcantarilla sin que nadie advirtiese con claridad el rumbo que las víctimas tomaban antes de ser asesinadas? El espíritu de Carmen Winstead andaba suelto y, quien no creyese que ella fue empujada, corría el riesgo de ser castigado con una muerte semejante a la de Carmen, muerte que caería sobre él o ella durante las horas de sueño, con un sigilo que solo se rompería al caer por la alcantarilla…

.

NOTA: Esta leyenda es muy reciente, se empezó a propagar en el año 2006 mediante una cadena de correos en los que afirmaban que si no enviabas la historia a tus amigos Carmen Winstead regresaría del mundo de los muertos a por ti por no creer su historia. Actualmente está resurgiendo en Estados Unidos gracias a mensajes en cadena efectuados en facebook a través de publicaciones en los muros.
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LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Empty La Leyenda del Teke Teke

Mensaje por Asombroso Mar Oct 22, 2013 10:40 pm

Una escalofriante leyenda urbana japonesa habla de una chica que tras ser asustada, en una broma por unas compañeras de clase, acabó en las vías del tren donde murió partida en dos. Desde entonces vaga convertida en un torso…
Entre los japoneses circula una escalofriante leyenda que habla de un espíritu femenino al que le falta la mitad inferior del cuerpo. Dicen que se arrastra con las manos (terminadas en dedos largos, con garras que pueden cortar carne como mantequilla) y que se desplaza haciendo un sonido del cual recibe su nombre: “Teke Teke”.

La versión más difundida cuenta que, en vida, aquel espectro era una joven mujer, que esperaba el tren pero cayó en las vías, no tuvo tiempo de escapar de una muerte horrenda en la que su cuerpo, fue partido en dos… Muy probablemente algunos la vieron caer y no la ayudaron, ya que el Teke Teke es un fantasma que arde en ira, buscando afanosamente compartir con cuantos pueda su amargo destino. Así, cuentan que ha empujado a personas que estaban esperando el tren, que ha atacado con sus garras dejando caras y espaldas sanguinolentas, o incluso, según los más extremistas, que es capaz de arrastrarte y lanzarte a las vías del tren o, si te la encuentras solo en alguna oscura noche, puede destrozarte y usar sus garras para dividir tu cuerpo en dos. Pero el asunto va aún mas lejos; pues, en cualquiera de los casos en que la víctima muere, la versión extrema de la leyenda afirma que se convierte en otro “teke teke” más…

¿Víctima de una mala broma?

Una teoría dice que el Teke Teke es el fantasma de una colegiala japonesa que vaga por las estaciones de tren en Japón. En vida era una chica asustadiza e impresionable, y eso la hacía blanco frecuente de bromas pesadas. Un día de verano (temporada de cigarras en Japón) esas bromas fueron demasiado lejos, y sus compañeros, viéndola que esperaba el tren con la mirada perdida, se acercaron sigilosamente por atrás y le lanzaron una cigarra en el hombro, haciéndola dar un brinco que la hizo terminar en las vias férreas, donde un veloz Shinkansen (tren de alta velocidad) la partió en dos. Desde ese día, ella pena cerca de las estaciones, buscando acabar con bromistas como los que la precipitaron a su muerte, aunque no duda en acabar con inocentes también…

La historia del escolar asesinado

Esta historia, supuestamente real, es ampliamente conocida entre los escolares japoneses. Trata sobre una víctima del fantasma y es como sigue:

Un estudiante de una escuela solo para hombres salió más tarde de lo debido, cuando de pronto, antes de que abandonara el colegio, escuchó un extraño ruido detrás de él. Inquietado, el muchacho se giró y vio que, observándolo desde una de las ventanas del segundo piso de un edificio lleno de aulas, estaba una hermosa chica de misterioso aspecto. Ella lo veía con los brazos apoyados en el alféizar y la cara entre las manos, él no podía ocultar el asombro que le producían aquellas dulces facciones y aquellos ojos negros, profundos y templados. ¿Qué hacía una chica así en un colegio de hombres? Él no lo sabía, y dejó de importarle cuando ella sonrió coqueta y maliciosamente, pero este no fue más que el principio del fin, porque tras un par de segundos ella saltó por la ventana y cayó al pavimento, sin destrozarse, y revelando que su cuerpo carecía de mitad inferior…

Congelado por el terror, el muchacho la vio arrastrarse con los brazos, haciendo un ruido que era como “tek, tek, tek, tek, tek”… Trató de gritar pero la voz no le salía, trató de salir corriendo pero sus piernas solo podían temblar y temblar… Ahora sabía que se trataba del Teke Teke, pero era demasiado tarde; y ella, que iba dejando una estela de sangre nacida de sus órganos expuestos, saltó violentamente sobre él, sacó una guadaña —así dicen, aunque es más creíble pensar que lo mató sin guadaña— y lo cortó en dos, condenándolo con ello a ser otro “teke teke” más.

Kashima Reiko, la leyenda hermana

Muy semejante a la leyenda del Teke Teke, es la leyenda de Kashima Reiko, una chica que también murió pisada por un tren, aunque no fue dividida en dos sino que simplemente perdió sus dos piernas. Desde entonces, dicen que ronda por los baños en busca de víctimas, que toca la puerta y pregunta al ocupante dónde están sus piernas. Kashima espera que la persona le diga que sus piernas están en la Estación Meishin, y que fue ella misma quien se lo dijo. Si la víctima responde indebidamente, Kashima le arrancará salvajemente sus propias piernas…

Explicación racional

Hay varios hechos que nos permiten entender racionalmente la leyenda. Para empezar, la historia (expuesta anteriormente) del chico que murió a manos de una teke teke o de la Teke Teke, es generalmente contada entre los escolares, y son los mismos maestros quienes la alimentan y agregan detalles como aquello de que el espectro persigue a los niños que andan solos por la noche. Esto hace pensar en la leyenda de Hanako San, pues los profesores dicen que Hanako (una chica fantasma) pena sobre todo en baños sucios y descuidados. Como se ve, este tipo de leyendas, al menos en gran parte, sobreviven en la tradición oral pues los profesores, aprovechándose de la credulidad de los estudiantes de primaria, las usan para hacer que los alumnos no hagan ciertas cosas.

Desde otro ángulo muy diferente, esta leyenda, al igual que la de Kashima Reiko, constituye una proyección simbólica, a nivel de las tradiciones orales, del miedo a sufrir una muerte particularmente terrible. De allí que, tanto el Teke Teke como Kashima, no se contentan con aterrorizar sino que buscan hacer que otros mueran de la misma manera; aunque estas situaciones, como bien puede intuirse, están vinculadas a una tendencia cultural que ha atravesado diversas épocas y lugares: la tendencia a percibir a los fantasmas como entes malignos.

De todas formas, estas sencillas explicaciones no invalidan la posibilidad de que algunas víctimas de trenes japonesas hayan quedado partidas por la mitad y posteriormente hayan penado. Así que, si el lector va algún día a Japón, será mejor que no ande solo de noche en las estaciones de tren, porque podría ver algún fantasma partido arrastrándose y, si está cerca de las vías del tren, el susto podría ser suficiente para hacerlo caer y convertirse en un teke teke más…


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LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Empty La Bruja Baba Yaga

Mensaje por Asombroso Miér Oct 23, 2013 10:45 pm

Baba Yaga habita los fríos bosques de Rusia y sobrevive devorando niños. Sin embargo la existencia de la bruja no es sólo para aterrorizar a los humanos, tiene la obligación de proteger la frontera entre el mundo mortal y el espiritual…
La ogra del bosque

La bruja Baba Yaga, una popular leyenda del antiguo folclore eslavo, propio de la narrativa skazki. La leyenda habla de una extraña mujer que habita los fríos bosques de Rusia y sobrevive devorando niños. Sin embargo la existencia de la bruja no es sólo para aterrorizar a los humanos, tiene la obligación de proteger la frontera entre el mundo mortal y el espiritual. Además de su crueldad también se conoce un lado positivo que depende de cómo su adversario o héroe negocie con ella.

Naturaleza de la leyenda

En un principio Baba Yaga estaba relacionada con la canción del coco: “Duerme tesoro, que viene el coco y se come a los niños que duermen poco”. Su presencia en canciones y cuentos de monstruos que se llevan a niños maleducados servía para que, por medio del miedo, los pequeños obedezcan a sus padres. La naturaleza siniestra de Baba Yaga pertenece a la brujería, y su labor también consiste en transmitir sus conocimientos de brujería a las mujeres. Estos “poderes”, eran transmitidos de madre a hija, de ellos se conocen las propiedades de las plantas para hacer pociones, y que en la antigüedad servían para curar, matar, enamorar, y como anticonceptivo.

La apariencia de Baba Yaga varía dependiendo de cada relato, pero en la mayoría de ellos no es muy agraciada y la describen como una anciana alta, huesuda, arrugada y fea, que tiene la nariz aguileña de color azul. Sus pechos son de piedra al igual que su afilada dentadura. Sus dientes son capaces de roer la madera. A menudo es denominada “la de las patas huesudas” o “Baba Yaga pierna huesuda”. Su enmarañado cabello gris parece flotar, dándole siempre un macabro aspecto a su alargado rostro. Se rumoreo que la relación entre la bruja y la serpiente se debe a que Baba Yaga tiene solo una pierna.

Cuando Baba Yaga aparece, su presencia es anticipada por los chasquidos de madera seca que los árboles hacen, seguido de un viento tempestuoso que la impulsa a salir del bosque como un torbellino malvado. La naturaleza ayuda a la bruja a emboscar a su presa, ya sea el héroe del cuento o los entrometidos niños que se perdieron en su territorio. Una vez que Baba Yaga aparece, ella procede a atacar a sus víctimas golpeándolas con sus pechos de piedra y mordiéndolas como un animal salvaje. Resulta imposible escapar de la bruja debido a su excelente olfato, el mismo que le permite rastrear a sus víctimas, dicen las leyendas que huele el miedo de sus presas.

Baba Yaga en la historia

De acuerdo a los textos antiguos de las leyendas rusas, Baba Yaga era una ancestral diosa de la tierra eslava, antes de que las deidades rusas ascendieran al poder. Sin embargo en otras mitologías es buscada por su sabiduría, por ser protectora de las “Aguas de la vida y de la muerte”, líquido con el que se pueden curar heridas y devolver la vida. Baba Yaga es también responsable de los ciclos de la naturaleza, los cuales son guiados por tres jinetes en armadura que controlan el tiempo. Los colores que usan son: blanco, rojo y negro, los que representan el amanecer; el día y la noche. La bruja está pendiente de ellos y en ocasiones los sigue montada en una especie de cubo, y rema el aire usando una escoba.

El nombre de la bruja connota su naturaleza y labor en el mundo, el que está compuesto por dos elementos. El primero “Baba” se traduce como abuela o anciana en muchas de las variaciones eslovacas. Mientras “Yaga”, es un diminutivo femenino para el nombre Jadwiga. “Yaga” también se deriva del antiguo verbo ruso: “Yagat”, que significa abusar o encontrar faltas.

Baba Yaga es una anciana soltera, pero en otros relatos rusos, ella está acompañada de su hija Marinka. También existen rumores de que es la abuela del Diablo, ésto sugiere que tuvo varios hijos, hasta 41 de acuerdo a muchas leyendas.

El misterio de su hogar

La casa de Baba Yaga está escondida en lo profundo del bosque del Este de Rusia, vivienda de madera conocida como izbushka. Ubicada en el límite del mundo de los mortales y de los espíritus, por ende la bruja es la protectora de la frontera entre los dos mundos. Su hogar no es como cualquiera, debido a que es sostenido por dos grandes patas de gallina, construcción que se mueve por voluntad propia. En algunas descripciones no tiene ventanas y en otras fábulas sí, también está adornada con los cráneos de infantes en los cuales pone velas dentro para iluminarla. La puerta de entrada normalmente está escondida y no se abrirá a menos que la frase mágica sea dicha: “Izbushka, izbushka, da la espalda al bosque y el frente hacia mí”. En castellano la oración se puede repetir como: “Casita, casita, da la espalda al bosque y gira hacia mí”.

La vivienda está protegida por un sortilegio cuyo efecto hace variar su tamaño. En algunas ocasiones es más pequeña que un ataúd, es por eso que a veces se ve a Baba Yaga totalmente constreñida por las paredes de madera, con la cara aplastada en la ventana y las piernas encogidas. Pero en otros relatos la vivienda es mucho más grande, y rodeada de una cerca hecha de huesos, decorada con calaveras, cuya puerta está enmarcada con huesos de piernas y su cerradura es una boca con dientes afilados. El interior de la choza está atiborrado de carnes y vino, también está protegido por sirvientes invisibles que con manos espectrales atienden a la bruja. Esto sugiere que la casa tiene la capacidad de preservar la comida. En los cuentos de la bruja, ella usa la chimenea de su izbushka para salir por los aires y proteger su guarida.

De acuerdo a las leyendas la izbushka de Baba Yaga protege la entrada de un mundo subterráneo, y es en este lugar donde el poder de la bruja es invencible, y hasta los animales le obedecen. Aquí es donde Baba Yaga crea pociones mágicas y objetos místicos, como por ejemplo el garrote que convierte todo lo que golpea en piedra, o el guslis, un instrumento de cuerdas que se toca solo en la vivienda. Finalmente están sus medios de transporte mágicos, como lo son alfombras voladoras y el mortero que monta, para merodear por el bosque en busca de nuevas víctimas.

Fabulas y magia

En muchos cuentos de la bruja Baba Yaga, se revelan sus habilidades. Ella es una anciana horrorosa y malévola, que vive en lo profundo del bosque sin las comodidades del mundo moderno. Sin embargo la bruja ha podido resolver el dilema de la juventud que las mujeres envidian, el secreto para convertirse de vieja a joven en segundos, sortilegio que usa para engañar al héroe de los cuentos y así poder matarlo.

Entre sus hechizos, la bruja también tiene respuestas para cualquier duda, algunos relatos sugieren que puede responder la razón de la existencia del ser humano. Sin embargo cada pregunta que ella acepta la envejece un año, por ello la bruja no está dispuesta a responder siempre y para pedir su consejo hay que ir preparado con el espíritu limpio, aunque hay rumores que hablan de un té de rosas azules que niega los efectos de envejecimiento de cada pregunta.

Las fabulas se han encargado de describir la naturaleza de Baba Yaga, quien gusta de comer niños pequeños, pero no por ello está en contra de alimentarse de adultos que husmeen en su territorio. En algunos cuentos, cuando la bruja ya ha capturado al héroe, éste engaña a las hijas de Baba Yaga para que entren primero al horno y por ende la anciana ermitaña termina comiéndose a sus hijas y no al héroe. También hay cuentos que hablan de los sirvientes de Baba Yaga, quienes se encargan de someter a las víctimas para después prepararlas en el horno. Es en este relato que la víctima se disfraza con la ropa de las hijas de la bruja y por ende los sirvientes cocinan a las hijas. Estas narraciones sugieren que Baba Yaga no está tan pendiente de sus víctimas, por lo que ha sido engañada en muchas ocasiones y el héroe ha vivido para contar su aventura.

http://www.leyendas-urbanas.com/la-bruja-baba-yaga/
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LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Empty Futakuchi-Onna

Mensaje por Conspiranoico Mar Oct 21, 2014 7:49 am

Las Futakuchi-Onna son mujeres que han sido castigadas por los espíritus con una segunda boca cerca de su nuca. Boca que normalmente queda oculta bajo sus cabellos pero que les murmura y las obliga a traerla comida…

LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Futakuchi-onna

La Futakuchi-Onna pertenece a la familia de los yokai (un tipo de monstruos mitológicos) y tiene el aspecto de una mujer que, por debajo de sus cabellos y algo más arriba de la nuca, tiene una segunda boca completamente funcional (con labios, dientes y lengua). Normalmente es idéntica a su primera boca según la creencia general, aunque otras veces se muestra con un aspecto mucho más escalofriante y grotesco, dientes afilados y un tamaño desproporcionado. Esta segunda boca tiene vida propia, pues al parecer está animada por un espíritu vengativo, que la impulsa a atormentar a su dueña, gritando o chillando si esta no la alimenta directamente o se acerca a los alimentos y no le ofrece, ya que el poder de esta maldita boca secundaria le da la facultad de manipular los cabellos de la mujer para usarlos como tentáculos que usa hábilmente para proporcionarse comida. Según la leyenda, la boca está allí como una forma de castigo a la mujer que lo sufre, normalmente por no comer suficiente o comportarse de forma egoísta con la comida.

Al igual que otros seres mitológicos de aspecto humano, la Futakuchi-Onna suele pasar desapercibida por aquellos con quienes convive y, por lo general, es descubierta después de que una o más personas se percatan de que los alimentos están desapareciendo misteriosamente en proporciones alarmantes, ya que la segunda boca de la Futakuchi-Onna come el doble de lo que come su anfitriona (la mujer en la cual está, a modo de condena…).

Como ya se dio a entender, y es esto lo que resulta más aterrador en la leyenda, la segunda boca de la Futakuchi-Onna tiene conciencia propia y piensa o, para ser más precisos, piensa el espíritu rencoroso y castigador que la controla… Por esto, esta boca viviente no solo puede gritar, chillar y manipular los cabellos de la mujer, sino que además es capaz de obligarla a cometer casi cualquier tipo de acción, incluso un crimen, y la torturara psicológicamente si se niega, murmurando constantemente y avivando el sentimiento de culpa en la mujer, achacándole la falta moral que la llevó a tener una segunda boca y convertirse en un monstruo…

.
La historia del avaro:

Esta historia, pasada de generación en generación como una viva advertencia de los castigos sobrenaturales que puede recibir la tacañería, cuenta que, hace mucho tiempo, vivía en un pueblo un artesano muy trabajador, que estaba aún en edad de tener mujer e hijos, y gozaba de cierta holgura económica porque había renunciado a casarse, no porque fuera muy religioso o porque no le gustaran las mujeres, sino porque le producía una profunda aversión la idea de tener que mantener a una mujer, de tener que pagar una boca más… Su dinero era su dinero, era el dinero que conseguía con su esfuerzo, y no quería compartirlo con nadie, pues deseaba poder disfrutarlo él solo, comprándose buena ropa y cosas que, de tener una boca que mantener, seguramente no podría gozar.

No obstante, todo cambió cuando, cierto día, en el pueblo apareció una nueva habitante, que vino sola, sin esposo, padres, hijos, o tipo alguno de compañía. Esta mujer tenía la piel tersa, blanca como la nieve, los cabellos largos y sedosos, y el rostro inundado por una belleza digna de ser retratada por la mano de un hábil pintor. Apenas la vio, el artesano quedó embelesado; sin embargo, lo que realmente le hizo desearla con intensidad y quererla para sí, fue el enterarse, tras un par de días, que la mujer comía sumamente poco, tan poco que, tenerla en casa, acarrearía un gasto económico insignificante en comparación con todo lo bueno que podría obtener con su compañía. Así, el artesano empezó cortejarla hasta que finalmente la convenció para casarse y la llevó a vivir con él.

Inicialmente todo fue alegría, pues la mujer era una compañera agradable y entretenida, y además el artesano veía con gran complacencia que, efectivamente, eran muy ciertos los rumores sobre lo poco que comía. No obstante, el tiempo pasó y el hombre se percató de que sus reservas de alimentos estaban disminuyendo de manera misteriosa, y en cantidad tal que era como si, además de él y la mujer, viviesen dos personas más en la casa, aunque sabía que no habían entrado a robarle porque, justamente por lo aferrado que era a sus posesiones, cuidaba muy bien que nadie entrara a su hogar. Entonces: ¿acaso su esposa se estaba comiendo la reserva cuando él no la veía, cuando dormía o no estaba?… Eso le resultaba un poco difícil de creer porque ella seguía siendo tan delgada como cuando la conoció, y ya debería estar como un luchador de sumo si comiese tanto; sin embargo, se decidió a espiarla para disipar sospechas, de modo que, cierta mañana, fingió ir al trabajo y se quedó escondido en casa…

Lo que vio lo dejó sin palabras, lo horrorizó, y habría gritado si no fuese porque temió perder su vida. Y es que allí, en la cama donde durmió tantas noches con aquella mujer de piel blanca como el marfil, yacía una cosa horrenda, inimaginable, que él no alcanzaba a entender cómo no pudo sentir con sus manos al acariciarle la cabeza a su esposa… Era una boca, con lengua, dientes y labios, una boca viviente que su mujer tenía en la parte de atrás de la cabeza, por encima de la nuca. Esta boca murmuraba cosas que él no alcanzaba a oír, pero creyó que eran acusaciones porque su mujer lloraba con cara de remordimiento, mientras la boca controlaba los cabellos de ella como si fuesen tentáculos, hasta que la mujer se levantó y se acercó a un plato de arroz, y entonces la boca viviente usó los cabellos para agarrar una cuchara y engullir con voracidad la comida…

Fue lo más espantoso que jamás vio en toda su existencia, y unos días después pensó en divorciarse de su esposa, pero la segunda boca intuyó el plan y lo sorprendió en la bañera, llevándoselo a las montañas para matarlo, aunque allí él consiguió escapar y se escondió entre las hierbas y el agua verdosa de un pantano, donde permaneció hasta que su endemoniada mujer desistió y se marchó. Esta es la versión más conocida del final: en la otra, la mujer lo encuentra y lo asesina, devorándole el rostro lentamente con su boca secundaria…

.
¿Por qué se transforman en un Futakuchi-Onna?

Existen cuatro versiones sobre la procedencia de la segunda boca que caracteriza a estos monstruos, cada una podría considerarse una leyenda independiente aunque todas tienen puntos en común.

La mujer que no come: En la actualidad se le llama “anorexia”, pero siempre hubo mujeres que se privaban de comer pudiendo hacerlo para mantener la línea: así, cuando enfermaban gravemente, a veces eran castigadas por las fuerzas que gobiernan el mundo sobrenatural, y el castigo era la aparición de una boca viviente que las obligaba a comer…

La mujer que no alimenta a los hijastros: Cuentan que, cuando una madrastra no alimenta a sus hijastros y sólo da de comer a su propia descendencia, es gravemente castigada si esa conducta causa, directa o indirectamente (haciéndolo más proclive a enfermarse y no recuperarse de las enfermedades), la muerte de un hijastro o una hijastra. Entonces le cae una terrible maldición, en la que el espíritu del difunto hijastro o hijastra entra en ella, en su cabeza, donde la atormenta murmurando cosas, y haciéndole crecer una segunda boca que comerá mucho más de lo que le fue negado en vida. Esta creencia se relaciona con una conmovedora historia, en la que una madrastra malvada tenía una hija y una hijastra. A la hija la trataba bien, y le daba de comer en abundancia, en detrimento de la relegada hijastra a la que apenas daba lo suficiente para evitarle la muerte; sin embargo, esto fue mermando la salud de la criatura, que se enfermaba constantemente y un día falleció… Después, pasados unos 49 días (el tiempo máximo en que el alma está en el más allá antes de reencarnar, según el budismo), la madrastra empezó a sentir terribles dolores en la parte posterior de su cabeza: sentía que se le estaba abriendo el hueso, que algo le estaba creciendo, y a veces le parecía escuchar la voz de la hijastra en su cabeza, hasta que un día se despertó y tenía una boca en la parte que le causaba los dolores… Esta boca hablaba con la voz de la hijastra, pues estaba animada por su espíritu que, sediento de venganza, le exigía los alimentos que en vida no le dio, pero en mucha mayor cantidad…

La madre egoísta: Parecida a la versión anterior, una creencia dice que la maldición de la boca viviente también cae sobre todas las madres que, bien por tacañería, por glotonería o ambas cosas, se alimentan bien sólo ellas y a sus hijos no dan casi nada de comer, haciendo que se enfermen y mueran. A ellas, les viene la condena de que, el espíritu del hijo difunto, les atormentará bajo la forma de una boca viviente en la parte posterior de la cabeza…

La esposa del leñador: Esta versión no se generaliza y se relaciona con una historia particular, en la que un leñador estaba un día cortando un árbol, cuando de pronto su esposa se acercó y él, sin querer, le dio un hachazo un poco por arriba de la nuca… Esto no mató a la mujer, pero la herida nunca sanó, y una boca viviente creció en su lugar… http://www.leyendas-urbanas.com/futakuchi-onna/
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LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Empty Nunca Ayudes a un Desconocido

Mensaje por Conspiranoico Miér Oct 29, 2014 8:22 am

¿Es aconsejable ayudar a alguien que necesita nuestra ayuda? Nuestro instinto nos dice que debemos ayudarnos los unos a los otros. Pero a veces sin saberlo nos podemos poner en peligro o caer en una trampa…
LEYENDAS URBANAS II - Página 3 Nunca_ayudes

La Segunda Guerra Mundial había acabado, pero el daño que habían causado los alemanes durante la ocupación y sobre todo durante su repliegue tras perder la Batalla de Normandía había dejado al pueblo francés en la más absoluta miseria. Con muchos de sus cultivos incendiados y sin casi ganadería, comer se había convertido en un privilegio al que sólo unos pocos podían aspirar.

En medio de este caos acceder a un trozo de carne o un huevo era casi imposible y sólo en el mercado negro se podía conseguir un alimento fresco que llevarse a la boca. Por supuesto sus desmesurados precios eran controlados por un grupo de gente sin escrúpulos que eran capaces de ver morir de hambre a sus compatriotas con tal de aumentar su fortuna. No es por eso extraño que se pagaran relojes de oro, joyas heredadas generación tras generación u obras de arte por un simple mendrugo de pan.

Monique, la protagonista de esta historia, no era ajena a la situación. Durante la ocupación se había visto obligada a “ofrecer” sus encantos femeninos a los soldados alemanes para poder comer. Por este motivo entre una multitud de gente casi famélica, por un hambre prolongada durante meses (si no años), Monique destacaba por su lozanía y por tener algún kilito de mas, algo totalmente inusual y que la hacía verse más atractiva que la mayoría de las mujeres de su edad. Monique sabía que esa era su mejor arma para seguir consiguiendo comida, pero la situación se había vuelto tan tensa que ya nadie parecía requerir sus “servicios”, preferían comer, que su compañía.

Un poco angustiada por el hambre, que por primera vez empezaba a sufrir desde que comenzó el conflicto, recorría el mercado buscando alguien a quien poder “convencer” para que le diera una pieza de fruta o un trozo de pan. Algo de carne era algo impensable ya que el único puesto que aún la despachaba tenía unos precios prohibitivos y sus distribuidores parecían inmunes a sus encantos. Mientras miraba con la boca hecha agua como fileteaban un trozo de carne para un señor que había ofrecido como pago un collar de oro un viejecito cayó casi a sus pies.

La turba de gente que se agolpaba junto al puesto de carne había empujado al anciano, quien había recibido un fuerte golpe en la cadera y parecía no poder levantarse. Tal vez la moral de Monique no fuera la más adecuada, pero sin duda la chica tenía un gran corazón y como un resorte se agachó a ayudar al señor para ayudarle a levantarse.

El viejecito aún dolorido le pidió que le ayudara a salir de allí y le guiara hasta unas escaleras que habían cerca para poder sentarse un rato.

- Muchas gracias por tu ayuda jovencita, parece que el hambre le hace olvidar a la gente el respeto por sus mayores.

- Esto es un verdadero caos – dijo Monique – no debería acercarse a ese maldito puesto de carne, las personas se vuelven como animales cuando empiezan las pujas.

- Pero si no me hubiera acercado ahora no tendría esto – dijo el anciano mostrando un paquete con aproximadamente un kilo de carne.

Los ojos de Monique se abrieron como platos, no había visto la carne tan cerca en semanas.

- ¿Cómo te llamas jovencita? – dijo el señor que esbozaba una maliciosa sonrisa mientras Monique tenía los ojos clavados en la comida.

- Monique – dijo sin apartar su mirada de la carne.

- Hagamos un trato Monique – dijo el viejo que sabía que la chica había picado su anzuelo- Si me ayudas a llevar este trozo de carne a mis hijos que viven cerca de aquí, te prometo un filete para ti sola. Al fin y al cabo un favor se paga con otro y yo casi no puedo caminar con el dolor que tengo en la cadera.

Monique que no podía salir de su asombro por tan gentil oferta sólo acertó a asentir con la cabeza mientras miraba al anciano. Este le extendió el paquete y le pidió que esperara un momento mientras escribía en un papel que metió dentro de un sobre que posteriormente cerró.

- Ya de paso aprovecho para que le entregues esta carta a mi hijo Matías – dijo el viejo quitándole importancia – si no, no se va a creer que te he prometido un trozo de carne por el encargo jeje.

Tras despedirse del señor, que aún se sujetaba la cadera con la mano en un claro síntoma de dolor, Monique se dirigió hacia la dirección indicada. Quedaba al otro lado de la plaza, cruzando el mercado, pero algo le perturbó cuando había avanzado sólo unos metros. Uno de los vendedores en el puesto de carne parecía esbozarle una sonrisa, pero no una de esas que le regalaban los hombres para ganarse sus favores, había algo perverso o malicioso en ella. Bajó la cabeza un poco asustada y como si su instinto femenino le avisara sintió que algo raro estaba pasando. Se giró para mirar al anciano pero allí ya no había nadie ¿cómo podía haberse ido tan rápido y escasos segundo antes no podía ni levantarse?.

Continuó su camino hacía la dirección marcada pero había algo en su interior que le decía que tuviera cuidado, una especie de intuición o sexto sentido que le pedía que saliera corriendo y nunca entregara esa carne. Pero como ya habíamos dicho, Monique era una chica honesta que se veía incapaz de robarle a un anciano y a pesar de su miedo, prosiguió con su encargo.

Pero algo la detuvo una vez que llegó al lugar marcado, la dirección exacta estaba en un oscuro y recóndito callejón que quedaba oculto de la mirada indiscreta de todo el que paseara por la calle principal. Ligeramente asustada por la idea de que el viejo hubiese ideado un plan para violarla. Decidió que lo mejor era no arriesgarse, así que ofreció una moneda de pequeño valor a un muchacho de la calle para que terminara el encargo.

Le esperaba en la esquina mientras observaba como el chiquillo llamaba a una sucia puerta de madera en la que se abrió una mirilla por la cual un hombre se asomó para ver quien había llamado y comprobar que no hubiera nadie más con él.

- ¿Es usted Matías? – dijo el chico- su padre le envía esta carta y este paquete de carne.

El hombre no le hizo esperar, abrió la puerta con la intención de recibir el paquete. Pero para sorpresa de Monique, que observaba todo desde la distancia, no agarró el paquete de carne, si no que sujetó fuertemente la muñeca del muchacho y de un tirón lo metió dentro de la casa cerrando la puerta con fuerza. Se comenzaron a escuchar gritos que fueron acallados en pocos segundos…

El bullicio ensordecedor de la plaza había silenciado al pequeño. Pero Monique había sido testigo de todo, así que gritando se dirigió a un par de militares que sabía que siempre vigilaban que todo estuviera en orden cuando el mercado se abría.

- ¡Por favor ayuda, acaban de secuestrar a un niño! – dijo Monique mientras tiraba del brazo de uno de los soldados guiándole hacia el lugar.

En menos de un minuto los militares se encontraban golpeando la puerta del lugar en el que había desaparecido el niño. Un fuerte alboroto se escuchó en el interior del edificio, un par de hombres vociferaban y golpeaban la puerta desde el interior, parecía que estaban colocando muebles y otros objetos pesados para evitar que se abriera con las patadas de los soldados. De repente el ruido cesó y segundos después, por una de las ventanas que habían en el tejado apareció un hombre que velozmente saltó al edificio cercano y desapareció de la vista de Monique, quien gritando avisaba a los militares que estaban escapando por arriba. Un segundo hombre salió y los soldados advertidos por Monique le dispararon, uno de los disparos le acertó en pleno corazón y cayó rodando por el tejado hasta el vacío, golpeando el suelo con un golpe atronador a unos metros de Monique.

Tras un par de minutos, los militares se cercioraron de que nadie mas saliera por la ventana y regresaron a la puerta, que empezaron a golpear con más insistencia hasta que consiguieron abrirla lo suficiente para apartar los muebles con los que los delincuentes habían formado una barricada temporal que impedía acceder al edificio.

Cuando consiguieron entrar se quedaron estupefactos, uno de ellos tuvo que salir inmediatamente mientras vomitaba, su estómago no pudo soportar el presenciar tan macabro espectáculo.

De un gancho colgaba el niño boca abajo con la garganta degollada, un cubo debajo recogía toda la sangre. A escasos metros había una mesa que parecía usarse para separar la carne del hueso y donde se podían ver restos humanos como pies, manos y una cabeza. Junto a unos cuchillos ensangrentados habían varios montones de carne humana que ya estaba lista para ser empaquetada.

Mientras, Monique, ajena al matadero humano que habían visto los militares se acercó al hombre abatido por los disparos, al mirarle más de cerca le reconoció como uno de los hombre que despachaban carne en el mercado. Pero lo que más le llamó la atención fue que de uno de sus bolsillos asomaba el sobre que le había entregado el anciano. La mujer se agachó y tras recogerlo decidió abrirlo, en su interior encontró escrito lo siguiente:

“Esta es la última que os envío hoy, las ventas van mejor que nunca”

Por supuesto cuando los soldados fueron al puesto de carne ya no quedaba nadie allí, seguramente el hombre huido había conseguido avisarles.


NOTA: Son muy comunes las leyendas urbanas que nos alertan de ayudar al prójimo y mucho más cuando se trata de alguien desvalido como un niño o un anciano que parece salir de ninguna parte y nos guían a algún lugar desolado. Aún a día de hoy es habitual escuchar que a una amiga de un amigo la violaron por ayudar a un niño perdido que acabó llevándola a un callejón o una mujer pidiendo socorro que acabó robando a la persona que la auxiliaba. ¿Realidad o leyenda? Sin lugar a duda me aventuraría a decir que en más de una ocasión se hizo realidad.
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