la característica más distintiva de las morsas

Los grandes colmillos de la morsa, que pueden llegar a medir un metro, les sirve para múltiples menesteres: como apoyo al salir del agua, como herramienta para abrir agujeros en el hielo y como arma para defender su territorio. En realidad son dientes caninos muy grandes que no dejan de crecer en toda su vida.

Las morsas macho también usan los colmillos de forma agresiva para defender su territorio y, durante la época de apareamiento, para proteger sus harenes de hembras.

Las morsas son animales muy sociables y se alimentan preferentemente de moluscos, pudiendo bucear hasta 90 metros de profundidad en busca de alimento.

Los otros rasgos característicos de la morsa son igualmente útiles. Como sus alimentos favoritos, en especial el marisco, se encuentran cerca del oscuro fondo marino, las morsas usan sus muy sensibles bigotes, llamados vibrisas, como detectores.

Sus cuerpos repletos de grasa les permiten vivir cómodamente en la región ártica. Las morsas son capaces de ralentizar su ritmo cardiaco para soportar la temperatura polar de las aguas circundantes.

En la actualidad solo los nativos americanos tienen permiso para cazar morsas, ya que la supervivencia de la especie se vio amenazada en el pasado por la excesiva caza. La gran demanda de sus colmillos, aceite, piel y carne en los siglos XVIII y XIX llevaron a la morsa a la extinción en el Golfo de San Lorenzo y alrededor de la isla de Sable, frente a la costa de Nueva Escocia..

Más información: es.wikipedia.org