Familia y Vida quiere legalizar “de pleno derecho” a las familias de todos los inmigrantes, sean legales o no

La inmigración en España está poniendo en evidencia muchas faltas de sentido común en la sociedad, muchos dogmatismos impuestos por una casta intelectual y muchas carencias en el Estado de Derecho. Como trasfondo, existe un lucrativo negocio controlado por ONGs, que además se dedican a amenazar con excomuniones laicas a quien ose analizar la realidad. Muchos cobran por ello sobresueldos, con el añadido en imagen de aparecer como humanitarios. Los medios de comunicación se hacen eco de una doctrina políticamente correcta, que, sin embargo, la población está muy lejos de compartir.

Las mismas autoridades, en sus conversaciones privadas, aceptan un deterioro social futuro que conduciría a muchas ciudades españolas al esquema conflictivo de Marsella. De puertas para dentro se dedican a denigrar a los ciudadanos que denuncian el deterioro de la convivencia en sus barrios, en vez de poner remedio a la situación.

Lo que la inmigración está evidenciando es, amén de estúpidos complejos de culpa, sobre todo un mal funcionamiento del Estado de Derecho, que pone en peligro no ya la integración, sino la misma convivencia, perjudicando a todos. Y mientras la delincuencia se dispara, la Policía tiene pocos medios y está atenazada por sus mandos, temerosos de ser criticados por los medios de comunicación y los partidos de corte “progresista”.

En el sector político considerado patriótico existen también grupos que abogan abiertamente por una inmigración abierta a todos. Es el caso del partido Familia y Vida, que defiende en su programa político “la reagrupación y legalización de pleno derecho de las familias de los inmigrantes”, así como “el acceso de todas las personas extranjeras al conjunto básico de derechos, como la educación y la sanidad independientemente de su situación administrativa”.

Familia y Vida, que concurre a las próximas elecciones Europeas en unión de AES y de la Comunión Tradicionalista Carlista, propone asimismo un “plan de diálogo para promover un enriquecimiento recíproco de las diversas culturas de nuestro país en un marco de pluralismo que vaya más allá de la simple tolerancia” y “dotar de todos los recursos necesarios a los centros de acogida e internamiento de inmigrantes”.

Entre las propuestas buenistas de este partido tampoco falta “establecer como prioridad la lucha contra la pobreza en particular en África” y “una inmediata cancelación completa e incondicional de la deuda exterior de los países pobres altamente endeudados”.

Como se ve, ninguna diferencia en materia migratoria con los partidos de la casta.