Las 10 curiosidades más increíbles de la luna
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Las 10 curiosidades más increíbles de la luna
Las curiosidades más insólitas de nuestra luna en este vídeo, en concreto 10 curiosidades sobre la luna que quizás no sabías, los últimos descubrimientos sobre ella y un análisis.
Infornauta- Cybernauta VIP
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Las 10 curiosidades más increíbles del sistema solar
Las mejores 10 curiosidades del sistema solar. A veces miramos con nuestros telescopios fuera del sistema solar en busca de nuevas inquietudes, sin pensar que en nuestro sistema solar tenemos detalles impresionantes, existen planetas ricos en minerales o hidrocarburos además de que la vida puede prosperar en varios planetas o lunas. Muy pronto sabremos donde...
Infornauta- Cybernauta VIP
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LOS PLANETAS DEL SISTEMA SOLAR. (EA) Breve resumen de sus características.
De los numerosos objetos que giran alrededor de la estrella, gran parte de la masa restante se concentra en ocho planetas cuyas órbitas son prácticamente circulares y transitan dentro de un disco casi llano llamado plano eclíptico.7 Los cuatro más cercanos, considerablemente más pequeños Mercurio, Venus, Tierra y Marte, también conocidos como los planetas terrestres, están compuestos principalmente por roca y metal.8 9 Mientras que los planetas externos, gigantes gaseosos nombrados también como "planetas jovianos", son sustancialmente más masivos que los terrestres. Los dos más grandes, Júpiter y Saturno, están compuestos principalmente de helio e hidrógeno; los gigantes helados, como también se suele llamar a Urano y Neptuno, están formados mayoritariamente por agua congelada, amoniaco y metano.10
Infornauta- Cybernauta VIP
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F. Jimenez del Oso - ¿La Luna es hueca?
El periodista y psicólogo español, Fernando Jimenez del Oso (Q.E.P.D.), expone interesantes pruebas de que la luna es hueca e incluso de la posibilidad de que sea un objeto artificial, misterios aun hoy en día vigentes.
Extracto de TVE (Televisión Española)
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Asombroso- Cybernauta VIP
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El misterio de la cara oculta de la Luna, resuelto 55 años después
Investigadores explican por qué el lado que la Tierra nunca ve tiene un aspecto completamente distinto al que siempre tenemos enfrente
«El hombre de la Luna», que se ve durante el plenilunio en la cara vista de nuestro satélite natural, es una aparente figura humana que, según la tradición, representa a un condenado enviado allá arriba por cometer un horrible crimen. Leyendas aparte, la figura apareció en realidad cuando los meteoritos golpearon el lado que mira hacia la Tierra, creando grandes mares planos de basalto que vemos como áreas oscuras. Sin embargo, no existe ningún «hombre» en la cara oculta de la Luna. Allí hay valles, montañas y cráteres, pero ninguno de estos extensos mares inertes. ¿Por qué? Un equipo de astrofísicos de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.) cree tener una buena respuesta.
«La primera vez que vi un globo de la Luna siendo niño me asombró lo diferente que se veía la cara oculta», recuerda Jason Wright, profesor de astrofísica. «Era todo montañas y cráteres. ¿Dónde estaban los mares? Resulta que ha sido un misterio desde los años cincuenta».
Este misterio se llama el problema de las Tierras Altas Lunares y se remonta a 1959, cuando la nave espacial soviética Luna 3 transmitió a la Tierra las primeras imágenes del lado oscuro de la Luna. Fue llamado oscuro porque no se conocía, no porque la luz del Sol no llegara hasta allí. Los investigadores se dieron cuenta de inmediato de que en ese lado desconocido, siempre de espaldas a nuestro planeta, existía un menor número de mares. Su aspecto era completamente diferente.
Los investigadores de la Estatal de Pensilvania creen que la ausencia de mares en ese lado se debe a una diferencia en el espesor de la corteza entre el lado de la Luna que vemos y el lado oculto, consecuencia de cómo se formó nuestro satélite natural originalmente, según explican en la revista Astrophysical Journal Letters.
La historia a la que hacen referencia comienza hace 4.500 millones de años, cuando un objeto del tamaño de Marte, bautizado como Theia, chocó violentamente contra nuestro planeta. Capas externas de la Tierra y de ese misterioso mundo salieron disparadas hacia el espacio y con el tiempo formaron la Luna.
«Poco después del impacto gigante, la Tierra y la Luna estaban muy calientes», explica Steinn Sigurdsson, profesor de astrofísica. La Tierra y Theia no sólo se derritieron; partes de ellas quedaron vaporizadas, creando un disco de roca, magma y vapor alrededor de nuestro mundo.
Su situación era similar a la de los exoplanetas rocosos descubiertos recientemente muy cerca de sus estrellas. La Luna estaba de 10 a 20 veces más cerca de la Tierra de lo que está ahora, y los investigadores encontraron que rápidamente asumió una posición de acoplamiento de marea con el tiempo de rotación de la Luna igual al período orbital de la Luna alrededor de la Tierra. Desde entonces, probablemente la Luna siempre ha mostrado la misma cara. El anclaje de marea es un producto de la gravedad de ambos objetos.
«Anclada», desde el principio
La Luna, siendo mucho más pequeña que la Tierra, se enfrió más rápidamente. Debido a que la Tierra y la Luna tuvieron un anclaje de marea desde el principio, la Tierra todavía caliente -más de 2.500 grados Celsius- emitía su calor hacia el lado cercano de la Luna. El lado lejano, lejos de la Tierra en ebullición, se enfrió lentamente, mientras que el que miraba hacia nuestro planeta se mantuvo fundido, creando una diferencia de temperatura entre las dos mitades.
Esa diferencia era importante para la formación de la corteza de la Luna, que tiene altas concentraciones de aluminio y calcio, elementos que son muy difíciles de vaporizar.
El aluminio y el calcio se han condensado preferentemente en la atmósfera de la parte fría de la Luna debido a que la cara visible todavía estaba demasiado caliente. Miles de millones de años más tarde, estos elementos se combinaron con silicatos en el manto de la Luna para formar un tipo de feldespatos, que finalmente se trasladaron a la superficie y formaron la corteza de la Luna. La e la cara oculta tenía más de estos minerales y es más gruesa.
Ahora, la Luna está completamente fría y no está fundida bajo la superficie. A principios de su historia, grandes meteoritos golpearon la cara visible de la Luna, liberando los grandes lagos de lava basáltica que formaron los mares que componen el famoso «hombre en la Luna». Los meteoritos también golpearon la cara oculta de la Luna, pero en la mayoría de los casos, la corteza era demasiado gruesa y no brotó basalto magmático, de forma que el lado oscuro está repleto de valles, cráteres y montañas, pero casi ningún mar. Por eso es tan diferente.
«El hombre de la Luna», que se ve durante el plenilunio en la cara vista de nuestro satélite natural, es una aparente figura humana que, según la tradición, representa a un condenado enviado allá arriba por cometer un horrible crimen. Leyendas aparte, la figura apareció en realidad cuando los meteoritos golpearon el lado que mira hacia la Tierra, creando grandes mares planos de basalto que vemos como áreas oscuras. Sin embargo, no existe ningún «hombre» en la cara oculta de la Luna. Allí hay valles, montañas y cráteres, pero ninguno de estos extensos mares inertes. ¿Por qué? Un equipo de astrofísicos de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.) cree tener una buena respuesta.
«La primera vez que vi un globo de la Luna siendo niño me asombró lo diferente que se veía la cara oculta», recuerda Jason Wright, profesor de astrofísica. «Era todo montañas y cráteres. ¿Dónde estaban los mares? Resulta que ha sido un misterio desde los años cincuenta».
Este misterio se llama el problema de las Tierras Altas Lunares y se remonta a 1959, cuando la nave espacial soviética Luna 3 transmitió a la Tierra las primeras imágenes del lado oscuro de la Luna. Fue llamado oscuro porque no se conocía, no porque la luz del Sol no llegara hasta allí. Los investigadores se dieron cuenta de inmediato de que en ese lado desconocido, siempre de espaldas a nuestro planeta, existía un menor número de mares. Su aspecto era completamente diferente.
Los investigadores de la Estatal de Pensilvania creen que la ausencia de mares en ese lado se debe a una diferencia en el espesor de la corteza entre el lado de la Luna que vemos y el lado oculto, consecuencia de cómo se formó nuestro satélite natural originalmente, según explican en la revista Astrophysical Journal Letters.
La historia a la que hacen referencia comienza hace 4.500 millones de años, cuando un objeto del tamaño de Marte, bautizado como Theia, chocó violentamente contra nuestro planeta. Capas externas de la Tierra y de ese misterioso mundo salieron disparadas hacia el espacio y con el tiempo formaron la Luna.
«Poco después del impacto gigante, la Tierra y la Luna estaban muy calientes», explica Steinn Sigurdsson, profesor de astrofísica. La Tierra y Theia no sólo se derritieron; partes de ellas quedaron vaporizadas, creando un disco de roca, magma y vapor alrededor de nuestro mundo.
Su situación era similar a la de los exoplanetas rocosos descubiertos recientemente muy cerca de sus estrellas. La Luna estaba de 10 a 20 veces más cerca de la Tierra de lo que está ahora, y los investigadores encontraron que rápidamente asumió una posición de acoplamiento de marea con el tiempo de rotación de la Luna igual al período orbital de la Luna alrededor de la Tierra. Desde entonces, probablemente la Luna siempre ha mostrado la misma cara. El anclaje de marea es un producto de la gravedad de ambos objetos.
«Anclada», desde el principio
La Luna, siendo mucho más pequeña que la Tierra, se enfrió más rápidamente. Debido a que la Tierra y la Luna tuvieron un anclaje de marea desde el principio, la Tierra todavía caliente -más de 2.500 grados Celsius- emitía su calor hacia el lado cercano de la Luna. El lado lejano, lejos de la Tierra en ebullición, se enfrió lentamente, mientras que el que miraba hacia nuestro planeta se mantuvo fundido, creando una diferencia de temperatura entre las dos mitades.
Esa diferencia era importante para la formación de la corteza de la Luna, que tiene altas concentraciones de aluminio y calcio, elementos que son muy difíciles de vaporizar.
El aluminio y el calcio se han condensado preferentemente en la atmósfera de la parte fría de la Luna debido a que la cara visible todavía estaba demasiado caliente. Miles de millones de años más tarde, estos elementos se combinaron con silicatos en el manto de la Luna para formar un tipo de feldespatos, que finalmente se trasladaron a la superficie y formaron la corteza de la Luna. La e la cara oculta tenía más de estos minerales y es más gruesa.
Ahora, la Luna está completamente fría y no está fundida bajo la superficie. A principios de su historia, grandes meteoritos golpearon la cara visible de la Luna, liberando los grandes lagos de lava basáltica que formaron los mares que componen el famoso «hombre en la Luna». Los meteoritos también golpearon la cara oculta de la Luna, pero en la mayoría de los casos, la corteza era demasiado gruesa y no brotó basalto magmático, de forma que el lado oscuro está repleto de valles, cráteres y montañas, pero casi ningún mar. Por eso es tan diferente.
Ciencianauta- Cybernauta VIP
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Lo que no sabes de los viajes lunares
1. La primera nave en alunizar no fue el módulo lunar ‘Eagle’ del Apolo XI sino la sonda soviética no tripulada Luna 2, que pisó la superficie del satélite el 14 de septiembre de 1959.
2. El gran hombre del programa espacial ruso, Sergei Korolev, director científico durante toda la década de los cincuenta y principios de los sesenta y artífice del Sputnik, el primer satélite en órbita de la historia, estuvo a punto de ser olvidado en la cárcel donde pasó seis años tras una purga de Stalin. Afortunadamente fue liberado tras la Segunda Guerra Mundial y pudo liderar el programa espacial soviético durante su etapa de mayor esplendor. Falleció en 1968, cuando EEUU ya orbitaba sobre la Luna. Su muerte distanció para siempre a la URSS en la carrera espacial.
3. La perrita Laika no fue el único animal en el espacio. Estados Unidos lanzó al chimpancé Ham the Chimp, que subió al espacio el 31 de enero de 1961 y regresó 16 minutos y 39 segundos después. Ham alcanzó una altura suborbital en una cápsula de tamaño real y probó su utilidad para el vuelo espacial humano.
4. El físico ruso Konstantin Tsiolkovski fue uno de los grandes pioneros en el estudio teórico de los viajes espaciales en los primeros años del siglo XX. Convirtió su casa de Kaluga en un taller y aunque no llegó a diseñar ningún cohete operativo, avanzó mucho en los modelos aerodinámicos y llegó a calcular la velocidad de escape de la Tierra, 8 km por segundo.
5. Por el lado americano, el inventor Robert H. Goddard fue un infatigable constructor de cohetes y registró numerosas patentes de sistemas de propulsión con combustibles líquidos. El 16 de marzo de 1926 hizo volar un cohete durante 2,5 segundos hasta una altura de más de 12 metros en la granja de su tío Effie.
6. Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio, fue escogido, además de por su adiestramiento, por su carácter extrovertido, ideal para la propaganda del régimen, y por su corta estatura, que le permitió introducirse en la reducida cabina del Vostok 1. Alan Sheppard fue el primer estadounidense en el espacio aunque su nombre no pasaría a la historia.
7. Alexei Leonov fue el primer cosmonauta de la historia en dar un paseo espacial fuera del vehículo. Lo hizo en marzo de 1965 durante la misión del Vosjod 2. A pesar de este éxito la nave tuvo un fallo en el aterrizaje y cayó sobre los montes Urales, muy lejos del punto de recogida. Los astronautas Leonov y Kubasov pasaron una noche al raso rodeados de lobos hambrientos antes de ser rescatados.
8. Las misiones Apolo recibieron un impulso decisivo cuando el presidente John F. Kennedy hizo público un desafío a la URSS en su discurso del 25 de mayo de 1961: “esta nación debe comprometerse a conseguir, antes de una década, el objetivo de poner a un hombre en la luna y devolverlo a la tierra sano y salvo”.
9. La descripción de la misión Apolo XI, según la NASA, era bastante escueta: “Efectuar un alunizaje tripulado y regresar”, aunque el presupuesto que la agencia atribuyó aquel año 1969 a su consecución no lo fue en absoluto, nada menos que tres mil millones de dólares.
10. El Saturno V, el propulsor de las naves Apolo fue el cohete de combustible líquido más potente jamás creado por el hombre. Medía más de 100 metros, como un edificio de 36 pisos, y pesaba 3 millones de kilos. Fue creado por el científico de origen alemán Wernher von Braun. Su potencia era tan enorme que en caso de producirse una explosión podía enviar fragmentos de 45 kilos a cinco kilómetros de distancia, de ahí que los invitados al lanzamiento se situasen a una distancia de seguridad superior a los cinco kilómetros y medio.
11. El momento estelar de la llegada del hombre a la Luna estuvo a punto de no ser televisado. El módulo lunar llevaba demasiado peso y había que ahorrar combustible, por lo que los técnicos de la NASA recomendaron eliminar todo el material que no fuese imprescindible para las telecomunicaciones. Cuando la Casa Blanca se enteró de la decisión de los técnicos montó el cólera y decidió que la televisión era tan importante como el más básico aparato telemétrico. La retransmisión de la llegada del hombre a la Luna era poco menos que una prioridad nacional.
12. El problema de espacio fue resuelto por la marca de lentes Angénieux, que fabricó unos objetivos de las cámaras específicos para el viaje a la Luna, más pequeños, ligeros, fáciles de usar y compatibles con las cámaras Westinghouse que llevaban las misiones Apolo. Angénieux modificó la parte posterior del objetivo de 6 x 12,5 a 6 x 25 y lo adaptó para las condiciones especiales previstas durante la misión. Esto incluía un innovador proceso mecánico de lubricación, pues la lubricación normal se evaporaría y cubriría el objetivo con una fina capa de material atomizado. Además fue necesario desarrollar un nuevo método para el tratamiento de las superficies ópticas que también protegiera el equipo de la radiación solar.
13. Se estima que entre 600 y mil millones de personas vieron en directo la llegada del hombre a la Luna. En España eran las 3,56 horas de la madrugada del lunes 21 de julio cuando ocurrió y el encargado de retransmitir el suceso fue el periodista Jesús Hermida.
14. La NASA contaba con tres estaciones terrestres, una en Goldstone (California) y dos australianas en Camberra. Sin embargo, la base española de Fresnedillas, en Madrid, cuyo papel era en principio de reserva, tuvo un papel fundamental en la misión al ser la primera que contactó con la nave en el momento del descenso. Durante unos tensos segundos, mientras pasaba por la cara oculta de la Luna, la nave dejó de tener contacto con la estación espacial hasta que los astronautas oyeron un mensaje: “Aquí Houston, Madrid acaba de recibir vuestra señal”. Gracias a la antena Dino, de sólo 26 metros, la NASA pudo enviar y recibir instrucciones a los astronautas. “Sin las vitales comunicaciones mantenidas entre el Apolo 11 y la estación madrileña, nuestro aterrizaje en la Luna no habría sido posible”, reconoció Armstrong.
15. Gracias a la estación de Fresnedillas, podemos decir que hubo 103 españoles involucrados en la primera llegada del hombre a la Luna, de los cuales 20 eran del propio pueblo.
16. Cuando el módulo Eagle se disponía a aterrizar sobre el Mar de la Tranquilidad, Neil Armstrong observó que la zona elegida era demasiado rocosa y tomó los mandos de la nave quitando el piloto automático. El piloto maniobró hacia una zona más llana a unos 6 kilómetros de allí y aterrizó en el último momento cuando apenas quedaba combustible.
17. El controlador del vuelo utilizó un cronómetro de aguja de la marca Heder para marcar el tiempo de combustible que le quedaba a la nave durante su descenso a la superficie lunar. Su agónico anuncio de “60 segundos” y de “30 segundos” dirigido a la tripulación permanecerá como uno de los momentos de mayor tensión de la historia. Con sólo medio minuto de margen, la sonda pudo aterrizar en la Luna y la misión fue un éxito.
18. Tras aterrizar, los astronautas prepararon el módulo de regreso por si había complicaciones. Nadie sabía realmente lo que se iban a encontrar en el satélite y todas las precauciones eran pocas. Una vez preparado el regreso, los astronautas debían retirarse a descansar pero estaban tan excitados que adelantaron el paseo lunar.
19. Pese a las dificultades y los imprevistos el aterrizaje de Armstrong, un piloto de gran pericia, fue tan perfecto y suave que los amortiguadores de las patas del módulo lunar ni siquiera se comprimieron. De ahí que Armstrong, tras bajar por la escalerilla, aún tuviera que dar un salto de casi un metro para llegar a la superficie lunar.
20. Las primeras palabras de Armstrong no fueron “un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad, sino un breve relato de lo que veía: “Estoy al pie de la escalerilla. Las patas de aterrizaje sólo se hunden en el suelo 1 ó 2 centímetros, aunque de cerca, la superficie parece muy finamente granulada, casi como polvo, muy fina. Voy a bajar”. Fue entonces cuando pronunciaría su frase histórica, que llevaba ya ensayada.
21. Hay también una pequeña polémica sobre la pronunciación de Neil Armstrong en inglés, aunque bien puede tratarse de un corte en la comunicación. Lo que parece escucharse es: “That’s one small step for (a) man; one giant leap for mankind”. Sin el artículo (a), man y mankind significan lo mismo, humanidad, y la frase habría perdido sentido. Lo más probable es que el sonido de radio hubiera tenido alguna interferencia que hubiese borrado el artículo.
22. Mucho menos conocida fue la primera frase de Buzz Aldrin, que cuando le tocó descender del módulo dijo: “Quizás para Neil fuera un pequeño paso pero mí ha sido un bonito salto”. En Houston rieron la broma y entre las risas, se escucha a Aldrin continuar: “Bonito, bonito, una magnífica desolación”.
23. El panel de control del módulo de mando del Apolo XI tenía 566 interruptores, un telescopio y un ordenador de 16 k de memoria que pesaba 30 kilos, mucho menor que el de cualquier aparato electrónico de hoy en día – incluso un reloj digital o una lavadora –, pero suficiente para recibir las instrucciones de vuelo desde las estaciones de tierra.
24. El módulo lunar distaba mucho de ser un vehículo lunar ligero, aerodinámico y elegante. Su aspecto era tosco y brillante, más parecido a un atrezzo de ciencia ficción de serie B que a un vehículo ultramoderno, pero lo cierto es que su fiabilidad fue absoluta. Medía más de siete metros con las patas extendidas, con 4,3 metros de ancho y una capacidad de 6,65 metros cúbicos. Pesaba 15 toneladas y empleaba baterías en vez de combustible, para reducir peso.
25. Los trajes espaciales de los astronautas no fueron diseñados por ninguna empresa textil de última generación, sino que fueron hechos a mano por un equipo de ancianas costureras. La necesidad de crear trajes a medida con una cámara de aire interna y perfectamente estancos derivó en la contratación de un grupo de expertas costureras de avanzada edad.
26. Dentro de todos sus cálculos y estudios, la NASA pasó por alto los efectos del viaje espacial sobre las necesidades fisiológicas básicas de los astronautas y no contempló la posibilidad de que ocasionase diarreas… como así ocurrió. Uno de los astronautas, enfermo de gastroenteritis por las fluctuaciones del viaje, tuvo que tomar antidiarreicos para evitar efectos desagradables. Resulta curioso saber que de las dos preguntas más habituales que les hacen a los astronautas una es cómo van al baño y la otra, si han visto un OVNI.
27. La famosa pisada de Neil Armstrong sobre la Luna, icono de la presencia humana en el satélite no fue sólo una foto curiosa. Los científicos no sabían qué tipo de suelo habría en la Luna, ni tampoco su dureza y grosor, de modo que la huella perfectamente dibujada sobre el polvo lunar ayudó a resolver la incógnita.
28. De hecho, aunque todos los indicios llevaban a pensar que el suelo de la Luna era blando, pronto se dieron cuenta de que no lo era en absoluto y que debajo de la fina capa de polvo había roca dura. Prueba de ello fue la ardua tarea de clavar la bandera en la superficie para iniciar la retransmisión, lo que se consiguió a duras penas y tras esforzados intentos.
29. Buzz Aldrin, el segundo astronauta en pisar la superficie de la Luna, fue también la primera persona en comulgar en el espacio exterior. Miembro de la Iglesia Presbiteriana, Aldrin se llevó un pequeño kit de comunión que contenía una Biblia, un cáliz de plata y un frasquito de vino y tras pedir por radio unos segundos de silencio y meditación, leyó en las Escrituras: “soy la vid, ustedes las ramas. Quienquiera que more en mí traerá mucho fruto” y comulgó. “El primer líquido vertido en la Luna y el primerísimo alimento comido allí fueron los elementos de la comunión”, diría después el astronauta con cierto orgullo.
30. Las manifestaciones religiosas de los astronautas estaban prohibidas por la NASA debido a los problemas que hubo tras la misión del Apolo VIII un año antes. Tras lograr su objetivo de orbitar diez veces sobre la Luna, en la Nochebuena de 1968, sus tripulantes Borman, Lovell y Anders leyeron unos pasajes de la Biblia, despidiéndose con un: “Buenas Noche, buena suerte, feliz Navidad y que Dios les bendiga”, lo que fue muy criticado por algunos activistas ateos y defensores del laicismo, que lo consideraron un exceso en una misión gubernamental.
31. Cuenta la leyenda urbana que al subir al módulo tras el primer paseo lunar de la historia, Neil Armstrong miró a la cámara y dijo: “buena suerte señor Gorsky”. La leyenda desarrolla su propia explicación e imagina a un señor Gorsky, vecino de un Armstrong niño que juega al beisbol junto a su casa. El pequeños Neil acude junto a la ventana de Gorsky a recoger una bola y entonces escucha: “¿Sexo oral? Tendrás sexo oral cuando el hijo del vecino vaya a la Luna”. La anécdota es divertida y muy americana, pero absolutamente falsa. Ni Armstrong pronunció la frase ni tampoco existe un tal señor Gorsky, vecino del joven astronauta.
32. Mientras estaban sobre la superficie de la Luna, Armstrong y Aldrin mantuvieron una conversación con el presidente Nixon, la conferencia más larga realizada hasta entonces que no era de tipo técnico. “Hola Neil y Buzz, les estoy hablando por teléfono desde el despacho oval de la Casa Blanca y seguramente esta sea la llamada telefónica más importante jamás hecha, porque gracias a lo que han conseguido, desde ahora el cielo forma parte del mundo de los hombres y como nos hablan desde el Mar de la Tranquilidad, ello nos recuerda que tenemos que duplicar los esfuerzos para traer la paz y la tranquilidad a la Tierra”, dijo Nixon. Tras unos breves minutos de conversación, el presidente norteamericano colgó el teléfono y murmuró con humor: “Bueno, espero que no me carguen los gastos de esta conferencia”.
33. Edwin Buzz Aldrin aseguró haber visto un OVNI cerca de la nave cuando viajaban a la Luna. Se trataba de una luz fija que no pertenecía a la nave y que en un momento, comenzó a moverse en elipses. El testimonio de Aldrin se llevó a un documental de Science Channel en el que se rodeó de misterio y se aseguró que el astronauta no fue el primero ni el último en ver luces no identificadas durante un viaje espacial. Aldrin, Collins y Armstrong no quisieron alertar a Houston con un problema tan poco convencional y en vez de ello, preguntaron por la distancia del satélite S-IBV, tratando de encontrar una explicación racional. Sin embargo, el satélite estaba entonces a 6.000 millas de distancia. Años después, se aceptó la explicación de que se trataba de cuatro paneles que se separaron en una de las fases del viaje.
34. Stanley Kubrik, que por entonces estaba rodando ‘2001 una odisea en el espacio’ quiso contratar a una aseguradora que le compensara por las pérdidas que sufriría el estreno de su película si los astronautas encontraban vida en la Luna pero ninguna quiso hacerlo. Todas pensaban que era una opción demasiado probable como para arriesgarse.
35. Tras la vuelta a la Tierra, los astronautas Armstrong, Collins y Aldrin fueron puestos en cuarentena durante tres semanas. La NASA quería comprobar que no habían regresado con microorganismos desconocidos que pudiesen causar una epidemia en la Tierra.
36. Aunque en la NASA todos eran optimistas, el Gobierno de los Estados Unidos ya había preparado un discurso por si fallaba el viaje. El discurso fue preparado por el escritor y columnista William Safire, asesor de Nixon y redactor de muchos de sus discursos. El discurso empezaba con una frase que jamás sería utilizada: “el destino ha decretado que los hombres que viajaron a la luna para explorar en paz, se queden en la Luna para descansar en paz”.
37. El Apolo XI partió de la Tierra el 16 de julio de 1969 a las 9,32 horas de la mañana, según la hora de Nueva York y tocó la superficie lunar el 20 de julio a las 16,17 minutos. El primer paso de Armstrong tuvo lugar aquel mismo día a las 22,56 horas. El 21 de julio de 1969 a las 13,54 horas los astronautas partieron de la Luna y aterrizaron en nuestro planeta el 24 de julio a las 12,50 horas. En total, la misión duró 195 horas, 18 minutos y 35 segundos, de los que 21 horas, 38 minutos y 21 segundos se pasaron sobre la superficie lunar y el resto fueron horas de viaje.
38. El Apolo XI escapó de la gravedad terrestre a una velocidad de 29.000 kilómetros por hora y alcanzó una velocidad máxima de 40.000 km/h durante una travesía de 390.000 kilómetros.
39. Entre todas las misiones Apolo han recogido cerca de 400 kilos de polvo y roca lunar que han sido estudiados con detenimiento por los científicos de la NASA. Estas muestras fueron esenciales a la hora de poder reconstruir una historia detallada de la superficie lunar.
40. A cambio de todas las rocas recogidas, los astronautas dejaron sobre la superficie lunar un disco con mensajes y saludos de todas las naciones del mundo, las medallas de Yuri Gagarin y Vladimir Komarov, las insignias de los astronautas Grissom, White y Chaffee, fallecidos en un incendio del Apolo 1 y un sello de correos de 10 centavos.
41. Dos jóvenes becarios de la NASA, Thad Roberts y su novia Rebecca, robaron en la primavera de 2002 unas piedras lunares con la intención de venderlas por Internet. Los jóvenes fueron capturados por el FBI, que tasó el robo en 30 millones de dólares – el valor de su venta total, al precio al que pretendían colocarlas – cuando trataban de vendérselas a un coleccionista belga. La historia ‘Sex on the moon’, de Ben Mezrich, relata el suceso.
42. Los objetos de los astronautas son muy codiciados para los coleccionistas y en las casas de apuestas alcanzan precios muy elevados. En 2011 se subastaron enseres personales llevados en algunas de las misiones Apolo como el plan de vuelo firmado por Aldrin, un paquete de cigarrillos llevados en el Apolo XII, un calendario de Playboy de 1969 (llevado extraoficialmente) o una foto de los tripulantes del Challenger. El objeto que alcanzó más valor fue la bandera de reserva del Apolo XI, que alcanzó los 30.000 dólares. Los rusos también vendieron sus propios enseres y obtuvieron buenas sumas, como los informes y las cartas manuscritas de Yuri Gagarin, que superaron los 100.000 dólares.
43. Gene Cernan, comandante del Apolo XVII fue el último hombre en pisar en la Luna. Lo hizo en diciembre de 1972. El Apolo XVII fue el primer y último despegue nocturno de un cohete Saturno V.
44. Las condiciones geográficas del Cabo Kennedy han dado multitud de anécdotas de animales involucrados en los lanzamientos. En el Apolo Soyuz se coló un mosquito gigante en la cabina, tan grande que los astronautas ya hablaban de un polizón. En una ocasión hubo que detener un lanzamiento porque un aligátor se había introducido en un desagüe de la rampa de lanzamiento. Las avispas son también un problema habitual, porque se refugian en las elevadas rampas de disparo y no se las puede fumigar por miedo a dañar los instrumentos.
45. Al Apolo XVII le debemos una de las fotografías más famosas y hermosas jamás tomadas que tiene además un enorme poder simbólico al mostrar nuestro planeta como una pequeña canica azul en el espacio. Relatando su experiencia en la Luna, Neil Armstrong pronunció una frase que ayuda a comprender su significado: “Levanté mi pulgar y oculté el planeta Tierra. No me sentí como un gigante. Me sentí muy, muy pequeño”.
Algunas sí que las sabía
> 13 fascinantes curiosidades sobre la Luna llena que debes conocer ya mismo
2. El gran hombre del programa espacial ruso, Sergei Korolev, director científico durante toda la década de los cincuenta y principios de los sesenta y artífice del Sputnik, el primer satélite en órbita de la historia, estuvo a punto de ser olvidado en la cárcel donde pasó seis años tras una purga de Stalin. Afortunadamente fue liberado tras la Segunda Guerra Mundial y pudo liderar el programa espacial soviético durante su etapa de mayor esplendor. Falleció en 1968, cuando EEUU ya orbitaba sobre la Luna. Su muerte distanció para siempre a la URSS en la carrera espacial.
3. La perrita Laika no fue el único animal en el espacio. Estados Unidos lanzó al chimpancé Ham the Chimp, que subió al espacio el 31 de enero de 1961 y regresó 16 minutos y 39 segundos después. Ham alcanzó una altura suborbital en una cápsula de tamaño real y probó su utilidad para el vuelo espacial humano.
4. El físico ruso Konstantin Tsiolkovski fue uno de los grandes pioneros en el estudio teórico de los viajes espaciales en los primeros años del siglo XX. Convirtió su casa de Kaluga en un taller y aunque no llegó a diseñar ningún cohete operativo, avanzó mucho en los modelos aerodinámicos y llegó a calcular la velocidad de escape de la Tierra, 8 km por segundo.
5. Por el lado americano, el inventor Robert H. Goddard fue un infatigable constructor de cohetes y registró numerosas patentes de sistemas de propulsión con combustibles líquidos. El 16 de marzo de 1926 hizo volar un cohete durante 2,5 segundos hasta una altura de más de 12 metros en la granja de su tío Effie.
6. Yuri Gagarin, el primer hombre en el espacio, fue escogido, además de por su adiestramiento, por su carácter extrovertido, ideal para la propaganda del régimen, y por su corta estatura, que le permitió introducirse en la reducida cabina del Vostok 1. Alan Sheppard fue el primer estadounidense en el espacio aunque su nombre no pasaría a la historia.
7. Alexei Leonov fue el primer cosmonauta de la historia en dar un paseo espacial fuera del vehículo. Lo hizo en marzo de 1965 durante la misión del Vosjod 2. A pesar de este éxito la nave tuvo un fallo en el aterrizaje y cayó sobre los montes Urales, muy lejos del punto de recogida. Los astronautas Leonov y Kubasov pasaron una noche al raso rodeados de lobos hambrientos antes de ser rescatados.
8. Las misiones Apolo recibieron un impulso decisivo cuando el presidente John F. Kennedy hizo público un desafío a la URSS en su discurso del 25 de mayo de 1961: “esta nación debe comprometerse a conseguir, antes de una década, el objetivo de poner a un hombre en la luna y devolverlo a la tierra sano y salvo”.
9. La descripción de la misión Apolo XI, según la NASA, era bastante escueta: “Efectuar un alunizaje tripulado y regresar”, aunque el presupuesto que la agencia atribuyó aquel año 1969 a su consecución no lo fue en absoluto, nada menos que tres mil millones de dólares.
10. El Saturno V, el propulsor de las naves Apolo fue el cohete de combustible líquido más potente jamás creado por el hombre. Medía más de 100 metros, como un edificio de 36 pisos, y pesaba 3 millones de kilos. Fue creado por el científico de origen alemán Wernher von Braun. Su potencia era tan enorme que en caso de producirse una explosión podía enviar fragmentos de 45 kilos a cinco kilómetros de distancia, de ahí que los invitados al lanzamiento se situasen a una distancia de seguridad superior a los cinco kilómetros y medio.
11. El momento estelar de la llegada del hombre a la Luna estuvo a punto de no ser televisado. El módulo lunar llevaba demasiado peso y había que ahorrar combustible, por lo que los técnicos de la NASA recomendaron eliminar todo el material que no fuese imprescindible para las telecomunicaciones. Cuando la Casa Blanca se enteró de la decisión de los técnicos montó el cólera y decidió que la televisión era tan importante como el más básico aparato telemétrico. La retransmisión de la llegada del hombre a la Luna era poco menos que una prioridad nacional.
12. El problema de espacio fue resuelto por la marca de lentes Angénieux, que fabricó unos objetivos de las cámaras específicos para el viaje a la Luna, más pequeños, ligeros, fáciles de usar y compatibles con las cámaras Westinghouse que llevaban las misiones Apolo. Angénieux modificó la parte posterior del objetivo de 6 x 12,5 a 6 x 25 y lo adaptó para las condiciones especiales previstas durante la misión. Esto incluía un innovador proceso mecánico de lubricación, pues la lubricación normal se evaporaría y cubriría el objetivo con una fina capa de material atomizado. Además fue necesario desarrollar un nuevo método para el tratamiento de las superficies ópticas que también protegiera el equipo de la radiación solar.
13. Se estima que entre 600 y mil millones de personas vieron en directo la llegada del hombre a la Luna. En España eran las 3,56 horas de la madrugada del lunes 21 de julio cuando ocurrió y el encargado de retransmitir el suceso fue el periodista Jesús Hermida.
14. La NASA contaba con tres estaciones terrestres, una en Goldstone (California) y dos australianas en Camberra. Sin embargo, la base española de Fresnedillas, en Madrid, cuyo papel era en principio de reserva, tuvo un papel fundamental en la misión al ser la primera que contactó con la nave en el momento del descenso. Durante unos tensos segundos, mientras pasaba por la cara oculta de la Luna, la nave dejó de tener contacto con la estación espacial hasta que los astronautas oyeron un mensaje: “Aquí Houston, Madrid acaba de recibir vuestra señal”. Gracias a la antena Dino, de sólo 26 metros, la NASA pudo enviar y recibir instrucciones a los astronautas. “Sin las vitales comunicaciones mantenidas entre el Apolo 11 y la estación madrileña, nuestro aterrizaje en la Luna no habría sido posible”, reconoció Armstrong.
15. Gracias a la estación de Fresnedillas, podemos decir que hubo 103 españoles involucrados en la primera llegada del hombre a la Luna, de los cuales 20 eran del propio pueblo.
16. Cuando el módulo Eagle se disponía a aterrizar sobre el Mar de la Tranquilidad, Neil Armstrong observó que la zona elegida era demasiado rocosa y tomó los mandos de la nave quitando el piloto automático. El piloto maniobró hacia una zona más llana a unos 6 kilómetros de allí y aterrizó en el último momento cuando apenas quedaba combustible.
17. El controlador del vuelo utilizó un cronómetro de aguja de la marca Heder para marcar el tiempo de combustible que le quedaba a la nave durante su descenso a la superficie lunar. Su agónico anuncio de “60 segundos” y de “30 segundos” dirigido a la tripulación permanecerá como uno de los momentos de mayor tensión de la historia. Con sólo medio minuto de margen, la sonda pudo aterrizar en la Luna y la misión fue un éxito.
18. Tras aterrizar, los astronautas prepararon el módulo de regreso por si había complicaciones. Nadie sabía realmente lo que se iban a encontrar en el satélite y todas las precauciones eran pocas. Una vez preparado el regreso, los astronautas debían retirarse a descansar pero estaban tan excitados que adelantaron el paseo lunar.
19. Pese a las dificultades y los imprevistos el aterrizaje de Armstrong, un piloto de gran pericia, fue tan perfecto y suave que los amortiguadores de las patas del módulo lunar ni siquiera se comprimieron. De ahí que Armstrong, tras bajar por la escalerilla, aún tuviera que dar un salto de casi un metro para llegar a la superficie lunar.
20. Las primeras palabras de Armstrong no fueron “un pequeño paso para el hombre pero un gran paso para la humanidad, sino un breve relato de lo que veía: “Estoy al pie de la escalerilla. Las patas de aterrizaje sólo se hunden en el suelo 1 ó 2 centímetros, aunque de cerca, la superficie parece muy finamente granulada, casi como polvo, muy fina. Voy a bajar”. Fue entonces cuando pronunciaría su frase histórica, que llevaba ya ensayada.
21. Hay también una pequeña polémica sobre la pronunciación de Neil Armstrong en inglés, aunque bien puede tratarse de un corte en la comunicación. Lo que parece escucharse es: “That’s one small step for (a) man; one giant leap for mankind”. Sin el artículo (a), man y mankind significan lo mismo, humanidad, y la frase habría perdido sentido. Lo más probable es que el sonido de radio hubiera tenido alguna interferencia que hubiese borrado el artículo.
22. Mucho menos conocida fue la primera frase de Buzz Aldrin, que cuando le tocó descender del módulo dijo: “Quizás para Neil fuera un pequeño paso pero mí ha sido un bonito salto”. En Houston rieron la broma y entre las risas, se escucha a Aldrin continuar: “Bonito, bonito, una magnífica desolación”.
23. El panel de control del módulo de mando del Apolo XI tenía 566 interruptores, un telescopio y un ordenador de 16 k de memoria que pesaba 30 kilos, mucho menor que el de cualquier aparato electrónico de hoy en día – incluso un reloj digital o una lavadora –, pero suficiente para recibir las instrucciones de vuelo desde las estaciones de tierra.
24. El módulo lunar distaba mucho de ser un vehículo lunar ligero, aerodinámico y elegante. Su aspecto era tosco y brillante, más parecido a un atrezzo de ciencia ficción de serie B que a un vehículo ultramoderno, pero lo cierto es que su fiabilidad fue absoluta. Medía más de siete metros con las patas extendidas, con 4,3 metros de ancho y una capacidad de 6,65 metros cúbicos. Pesaba 15 toneladas y empleaba baterías en vez de combustible, para reducir peso.
25. Los trajes espaciales de los astronautas no fueron diseñados por ninguna empresa textil de última generación, sino que fueron hechos a mano por un equipo de ancianas costureras. La necesidad de crear trajes a medida con una cámara de aire interna y perfectamente estancos derivó en la contratación de un grupo de expertas costureras de avanzada edad.
26. Dentro de todos sus cálculos y estudios, la NASA pasó por alto los efectos del viaje espacial sobre las necesidades fisiológicas básicas de los astronautas y no contempló la posibilidad de que ocasionase diarreas… como así ocurrió. Uno de los astronautas, enfermo de gastroenteritis por las fluctuaciones del viaje, tuvo que tomar antidiarreicos para evitar efectos desagradables. Resulta curioso saber que de las dos preguntas más habituales que les hacen a los astronautas una es cómo van al baño y la otra, si han visto un OVNI.
27. La famosa pisada de Neil Armstrong sobre la Luna, icono de la presencia humana en el satélite no fue sólo una foto curiosa. Los científicos no sabían qué tipo de suelo habría en la Luna, ni tampoco su dureza y grosor, de modo que la huella perfectamente dibujada sobre el polvo lunar ayudó a resolver la incógnita.
28. De hecho, aunque todos los indicios llevaban a pensar que el suelo de la Luna era blando, pronto se dieron cuenta de que no lo era en absoluto y que debajo de la fina capa de polvo había roca dura. Prueba de ello fue la ardua tarea de clavar la bandera en la superficie para iniciar la retransmisión, lo que se consiguió a duras penas y tras esforzados intentos.
29. Buzz Aldrin, el segundo astronauta en pisar la superficie de la Luna, fue también la primera persona en comulgar en el espacio exterior. Miembro de la Iglesia Presbiteriana, Aldrin se llevó un pequeño kit de comunión que contenía una Biblia, un cáliz de plata y un frasquito de vino y tras pedir por radio unos segundos de silencio y meditación, leyó en las Escrituras: “soy la vid, ustedes las ramas. Quienquiera que more en mí traerá mucho fruto” y comulgó. “El primer líquido vertido en la Luna y el primerísimo alimento comido allí fueron los elementos de la comunión”, diría después el astronauta con cierto orgullo.
30. Las manifestaciones religiosas de los astronautas estaban prohibidas por la NASA debido a los problemas que hubo tras la misión del Apolo VIII un año antes. Tras lograr su objetivo de orbitar diez veces sobre la Luna, en la Nochebuena de 1968, sus tripulantes Borman, Lovell y Anders leyeron unos pasajes de la Biblia, despidiéndose con un: “Buenas Noche, buena suerte, feliz Navidad y que Dios les bendiga”, lo que fue muy criticado por algunos activistas ateos y defensores del laicismo, que lo consideraron un exceso en una misión gubernamental.
31. Cuenta la leyenda urbana que al subir al módulo tras el primer paseo lunar de la historia, Neil Armstrong miró a la cámara y dijo: “buena suerte señor Gorsky”. La leyenda desarrolla su propia explicación e imagina a un señor Gorsky, vecino de un Armstrong niño que juega al beisbol junto a su casa. El pequeños Neil acude junto a la ventana de Gorsky a recoger una bola y entonces escucha: “¿Sexo oral? Tendrás sexo oral cuando el hijo del vecino vaya a la Luna”. La anécdota es divertida y muy americana, pero absolutamente falsa. Ni Armstrong pronunció la frase ni tampoco existe un tal señor Gorsky, vecino del joven astronauta.
32. Mientras estaban sobre la superficie de la Luna, Armstrong y Aldrin mantuvieron una conversación con el presidente Nixon, la conferencia más larga realizada hasta entonces que no era de tipo técnico. “Hola Neil y Buzz, les estoy hablando por teléfono desde el despacho oval de la Casa Blanca y seguramente esta sea la llamada telefónica más importante jamás hecha, porque gracias a lo que han conseguido, desde ahora el cielo forma parte del mundo de los hombres y como nos hablan desde el Mar de la Tranquilidad, ello nos recuerda que tenemos que duplicar los esfuerzos para traer la paz y la tranquilidad a la Tierra”, dijo Nixon. Tras unos breves minutos de conversación, el presidente norteamericano colgó el teléfono y murmuró con humor: “Bueno, espero que no me carguen los gastos de esta conferencia”.
33. Edwin Buzz Aldrin aseguró haber visto un OVNI cerca de la nave cuando viajaban a la Luna. Se trataba de una luz fija que no pertenecía a la nave y que en un momento, comenzó a moverse en elipses. El testimonio de Aldrin se llevó a un documental de Science Channel en el que se rodeó de misterio y se aseguró que el astronauta no fue el primero ni el último en ver luces no identificadas durante un viaje espacial. Aldrin, Collins y Armstrong no quisieron alertar a Houston con un problema tan poco convencional y en vez de ello, preguntaron por la distancia del satélite S-IBV, tratando de encontrar una explicación racional. Sin embargo, el satélite estaba entonces a 6.000 millas de distancia. Años después, se aceptó la explicación de que se trataba de cuatro paneles que se separaron en una de las fases del viaje.
34. Stanley Kubrik, que por entonces estaba rodando ‘2001 una odisea en el espacio’ quiso contratar a una aseguradora que le compensara por las pérdidas que sufriría el estreno de su película si los astronautas encontraban vida en la Luna pero ninguna quiso hacerlo. Todas pensaban que era una opción demasiado probable como para arriesgarse.
35. Tras la vuelta a la Tierra, los astronautas Armstrong, Collins y Aldrin fueron puestos en cuarentena durante tres semanas. La NASA quería comprobar que no habían regresado con microorganismos desconocidos que pudiesen causar una epidemia en la Tierra.
36. Aunque en la NASA todos eran optimistas, el Gobierno de los Estados Unidos ya había preparado un discurso por si fallaba el viaje. El discurso fue preparado por el escritor y columnista William Safire, asesor de Nixon y redactor de muchos de sus discursos. El discurso empezaba con una frase que jamás sería utilizada: “el destino ha decretado que los hombres que viajaron a la luna para explorar en paz, se queden en la Luna para descansar en paz”.
37. El Apolo XI partió de la Tierra el 16 de julio de 1969 a las 9,32 horas de la mañana, según la hora de Nueva York y tocó la superficie lunar el 20 de julio a las 16,17 minutos. El primer paso de Armstrong tuvo lugar aquel mismo día a las 22,56 horas. El 21 de julio de 1969 a las 13,54 horas los astronautas partieron de la Luna y aterrizaron en nuestro planeta el 24 de julio a las 12,50 horas. En total, la misión duró 195 horas, 18 minutos y 35 segundos, de los que 21 horas, 38 minutos y 21 segundos se pasaron sobre la superficie lunar y el resto fueron horas de viaje.
38. El Apolo XI escapó de la gravedad terrestre a una velocidad de 29.000 kilómetros por hora y alcanzó una velocidad máxima de 40.000 km/h durante una travesía de 390.000 kilómetros.
39. Entre todas las misiones Apolo han recogido cerca de 400 kilos de polvo y roca lunar que han sido estudiados con detenimiento por los científicos de la NASA. Estas muestras fueron esenciales a la hora de poder reconstruir una historia detallada de la superficie lunar.
40. A cambio de todas las rocas recogidas, los astronautas dejaron sobre la superficie lunar un disco con mensajes y saludos de todas las naciones del mundo, las medallas de Yuri Gagarin y Vladimir Komarov, las insignias de los astronautas Grissom, White y Chaffee, fallecidos en un incendio del Apolo 1 y un sello de correos de 10 centavos.
41. Dos jóvenes becarios de la NASA, Thad Roberts y su novia Rebecca, robaron en la primavera de 2002 unas piedras lunares con la intención de venderlas por Internet. Los jóvenes fueron capturados por el FBI, que tasó el robo en 30 millones de dólares – el valor de su venta total, al precio al que pretendían colocarlas – cuando trataban de vendérselas a un coleccionista belga. La historia ‘Sex on the moon’, de Ben Mezrich, relata el suceso.
42. Los objetos de los astronautas son muy codiciados para los coleccionistas y en las casas de apuestas alcanzan precios muy elevados. En 2011 se subastaron enseres personales llevados en algunas de las misiones Apolo como el plan de vuelo firmado por Aldrin, un paquete de cigarrillos llevados en el Apolo XII, un calendario de Playboy de 1969 (llevado extraoficialmente) o una foto de los tripulantes del Challenger. El objeto que alcanzó más valor fue la bandera de reserva del Apolo XI, que alcanzó los 30.000 dólares. Los rusos también vendieron sus propios enseres y obtuvieron buenas sumas, como los informes y las cartas manuscritas de Yuri Gagarin, que superaron los 100.000 dólares.
43. Gene Cernan, comandante del Apolo XVII fue el último hombre en pisar en la Luna. Lo hizo en diciembre de 1972. El Apolo XVII fue el primer y último despegue nocturno de un cohete Saturno V.
44. Las condiciones geográficas del Cabo Kennedy han dado multitud de anécdotas de animales involucrados en los lanzamientos. En el Apolo Soyuz se coló un mosquito gigante en la cabina, tan grande que los astronautas ya hablaban de un polizón. En una ocasión hubo que detener un lanzamiento porque un aligátor se había introducido en un desagüe de la rampa de lanzamiento. Las avispas son también un problema habitual, porque se refugian en las elevadas rampas de disparo y no se las puede fumigar por miedo a dañar los instrumentos.
45. Al Apolo XVII le debemos una de las fotografías más famosas y hermosas jamás tomadas que tiene además un enorme poder simbólico al mostrar nuestro planeta como una pequeña canica azul en el espacio. Relatando su experiencia en la Luna, Neil Armstrong pronunció una frase que ayuda a comprender su significado: “Levanté mi pulgar y oculté el planeta Tierra. No me sentí como un gigante. Me sentí muy, muy pequeño”.
Algunas sí que las sabía
> 13 fascinantes curiosidades sobre la Luna llena que debes conocer ya mismo
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Nave espacial encontrada en la luna
Este es un vídeo sobre una nave espacial antigua encontrada en la Luna por la misión Apolo 15 en su sobrevuelo, posición que quedaría marcada para su futura visita en una misión secreta en conjunto con Rusia. Lo que encontraron es realmente increíble una nave de tamaño descomunal en la cual encontraron material biológico y dos cuerpos, se cree que esta nave tiene alrededor de 1500 millones de años.
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Hay miles de tardígrados en la Luna y todo se debe a un accidente humano
Cuando miras a la Luna, tal vez hayan unos cuantos tardígrados, también conocidos como «osos de agua», devolviéndote la mirada.
En abril de este año Israel fracasó en su intento de convertirse en la cuarta nación en alunizar. El motor de la nave Beresheet falló a 149 metros de la superficie de la Luna, provocando un accidente que rompió en pedazos la nave israelí. Pero Beresheet llevaba una carga que posiblemente no se ha dañado: miles de tardígrados, uno de los seres vivos más peculiares que conocemos hasta el momento.
No es la primera muestra de ADN que ahora mismo reside en la Luna, ese honor es para las heces de los astronautas que llegaron a la Luna décadas atrás. Sin embargo estos tardígrados depositados por la nave israelí sí son el organismo vivo de la Tierra que ahora «se ha apoderado» del satélite.
Para entender cómo han acabado miles de tardígrados en la Luna hay que entender por qué Beresheet (la nave israelí) se los llevó a bordo en su viaje espacial. Todo se lo debemos a Arch Mission Foundation, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es crear «una copia de seguridad del planeta Tierra». La organización creó un archivo de 30 millones de páginas de información que fue enviado a la Luna para preservarlo en caso de que a la Tierra le pase algo, una copia de seguridad en toda regla. También cuentan con otra viajando en el Tesla Roadster que Elon Musk envió al espacio.
Arch Mission Foundation se enfrentaba al dilema de conseguir enviar 30 millones de páginas de información en algo analógico (que no requiera por ejemplo de un reproductor que descodifique la información) que no ocupase mucho espacio. Encontraron la solución en escribir toda la información en capas de vidrio donde se colocan átomos de níquel para conseguir imágenes de alta resolución a nanoescala. Futuras civilizaciones sólo necesitarían un microscopio con aumento 1000x para poder leer las imágenes.
Mediante este proceso Arch Mission Foundation ha podido enviar a la Luna miles de imágenes de alta resolución, casi toda la Wikipedia en inglés, miles de libros clásicos y más curiosidades de la Tierra. Todo ello en 25 capas de niquel de micras de espesor. ¿Y entre capa y capa? Resina para protegerlas que están impregnadas de muestras de sangre humana y miles de tardígrados deshidratados.
Precisamente estas capas de resina con tardígrados puede que hayan conseguido que la misión sea un éxito para Arch Mission Foundation. Su objetivo era dejar la copia de seguridad en la Luna, lo que le pasar a Beresheet ya es otro asunto. Dado el reducido tamaño de la caja con la copia de seguridad y la resina con tardígrados que reduce los impactos… es muy probable que la copia de seguridad se haya salvado. Y los tardígrados desde luego también.
Resurrección selenita
En realidad estos tardígrados no están ahora colonizando la Luna. Como se ha indicado, están deshidratados. Si bien es cierto que se ha creado un mito alrededor de los tardígrados sobre su extrema supervivencia, a fin de cuentas son seres vivos que necesitan comida y agua para sobrevivir, lo van a tener difícil en la Luna.
Más difícil aún es comenzar a sobrevivir, ya que ahora mismo están deshidratados y en un estado del que no pueden ser recuperados a no ser que se encuentren en unas condiciones de ambiente óptimas y con la ayuda de humanos. En la Tierra hemos conseguido «resucitar» tardígrados deshidratados durante más de 10 años, pero se requieren de unas condiciones concretas para hacerlo. Hay que ir a la Luna de nuevo para resucitarlos, porque ahora mismo se encuentran en el Mar de la Serenidad sin nadie que se ocupe de ellos.
Realmente no es nada irresponsable, las organizaciones espaciales como la NASA permiten que esto ocurra en la Luna. En la Luna y no en otros lugares, porque nuestro satélite no tiene ahora mismo un interés para la comprensión de la vida. En otros lugares como Marte, que tiene más potencial para albergar vida, la esterilización es mucho mayor para evitar posibles contaminaciones biológicas.
Los tardígrados son sólo el principio para Arch Mission Foundation, en las próximas misiones a la Luna quieren enviar muestras de ADN de más humanos y especies en peligro de extinción. El objetivo es preservar la información de la Tierra en caso de que ocurra algo, y hacerlo en la Luna es mucho más seguro que aquí en la Tierra. Aunque de paso eso pueda implicar depositar miles de tardígrados en la Luna.
Fuente
En abril de este año Israel fracasó en su intento de convertirse en la cuarta nación en alunizar. El motor de la nave Beresheet falló a 149 metros de la superficie de la Luna, provocando un accidente que rompió en pedazos la nave israelí. Pero Beresheet llevaba una carga que posiblemente no se ha dañado: miles de tardígrados, uno de los seres vivos más peculiares que conocemos hasta el momento.
No es la primera muestra de ADN que ahora mismo reside en la Luna, ese honor es para las heces de los astronautas que llegaron a la Luna décadas atrás. Sin embargo estos tardígrados depositados por la nave israelí sí son el organismo vivo de la Tierra que ahora «se ha apoderado» del satélite.
Una copia de seguridad de la Tierra
Para entender cómo han acabado miles de tardígrados en la Luna hay que entender por qué Beresheet (la nave israelí) se los llevó a bordo en su viaje espacial. Todo se lo debemos a Arch Mission Foundation, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es crear «una copia de seguridad del planeta Tierra». La organización creó un archivo de 30 millones de páginas de información que fue enviado a la Luna para preservarlo en caso de que a la Tierra le pase algo, una copia de seguridad en toda regla. También cuentan con otra viajando en el Tesla Roadster que Elon Musk envió al espacio.
Arch Mission Foundation se enfrentaba al dilema de conseguir enviar 30 millones de páginas de información en algo analógico (que no requiera por ejemplo de un reproductor que descodifique la información) que no ocupase mucho espacio. Encontraron la solución en escribir toda la información en capas de vidrio donde se colocan átomos de níquel para conseguir imágenes de alta resolución a nanoescala. Futuras civilizaciones sólo necesitarían un microscopio con aumento 1000x para poder leer las imágenes.
Mediante este proceso Arch Mission Foundation ha podido enviar a la Luna miles de imágenes de alta resolución, casi toda la Wikipedia en inglés, miles de libros clásicos y más curiosidades de la Tierra. Todo ello en 25 capas de niquel de micras de espesor. ¿Y entre capa y capa? Resina para protegerlas que están impregnadas de muestras de sangre humana y miles de tardígrados deshidratados.
Precisamente estas capas de resina con tardígrados puede que hayan conseguido que la misión sea un éxito para Arch Mission Foundation. Su objetivo era dejar la copia de seguridad en la Luna, lo que le pasar a Beresheet ya es otro asunto. Dado el reducido tamaño de la caja con la copia de seguridad y la resina con tardígrados que reduce los impactos… es muy probable que la copia de seguridad se haya salvado. Y los tardígrados desde luego también.
Resurrección selenita
En realidad estos tardígrados no están ahora colonizando la Luna. Como se ha indicado, están deshidratados. Si bien es cierto que se ha creado un mito alrededor de los tardígrados sobre su extrema supervivencia, a fin de cuentas son seres vivos que necesitan comida y agua para sobrevivir, lo van a tener difícil en la Luna.
Más difícil aún es comenzar a sobrevivir, ya que ahora mismo están deshidratados y en un estado del que no pueden ser recuperados a no ser que se encuentren en unas condiciones de ambiente óptimas y con la ayuda de humanos. En la Tierra hemos conseguido «resucitar» tardígrados deshidratados durante más de 10 años, pero se requieren de unas condiciones concretas para hacerlo. Hay que ir a la Luna de nuevo para resucitarlos, porque ahora mismo se encuentran en el Mar de la Serenidad sin nadie que se ocupe de ellos.
Contaminación biológica
La pregunta que puede surgir al ver que ahora mismo hay seres vivos esparcidos por la superficie lunar es cómo repercute esto en el futuro si estamos llevando un ser vivo a un ambiente aún desconocido sin saber las consecuencias que pueda suponer.Realmente no es nada irresponsable, las organizaciones espaciales como la NASA permiten que esto ocurra en la Luna. En la Luna y no en otros lugares, porque nuestro satélite no tiene ahora mismo un interés para la comprensión de la vida. En otros lugares como Marte, que tiene más potencial para albergar vida, la esterilización es mucho mayor para evitar posibles contaminaciones biológicas.
Los tardígrados son sólo el principio para Arch Mission Foundation, en las próximas misiones a la Luna quieren enviar muestras de ADN de más humanos y especies en peligro de extinción. El objetivo es preservar la información de la Tierra en caso de que ocurra algo, y hacerlo en la Luna es mucho más seguro que aquí en la Tierra. Aunque de paso eso pueda implicar depositar miles de tardígrados en la Luna.
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Extraño descubrimiento revela que la Luna se está oxidando (sin agua líquida ni oxígeno)
Nuestra querida compañera de baile ha sido bastante estudiada desde que la pisamos. Sabemos que prácticamente no hay aire, que hay hielo de agua, pero no agua líquida. Sin embargo, un nuevo hallazgo en las latitudes elevadas de la Luna parece desafiar el paradigma: hematita, una forma oxidada del hierro que, aquí en la Tierra, requiere la presencia tanto de aire como de agua para formarse.
Cabe destacar que la Luna es constantemente bombardeada con chorros de hidrógeno provenientes del viento solar, un agente reductor que «dona» sus electrones a los materiales con los que interactua. Y la oxidación se da justamente debido a la pérdida de electrones, por lo que, incluso si los elementos requeridos estuvieran presentes para que ocurra la oxidación, el viento solar cancelaría el proceso.
«Es muy desconcertante», dice el científico planetario Shuai Li de la Universidad de Hawái en Manoa. «La Luna es un entorno terrible para que se forme hematita».
La hematita en cuestión fue descubierta gracias a datos recabados por el instrumento Moon Mineralogy Mapper (M3), diseñado por la NASA, que voló a bordo de Chandrayaan-1, la primera misión de la India a la Luna. Este instrumento utilizó la imagería hiperespectral para llevar a cabo un análisis espectroscópico, proporcionando un mapa mineralógico de la superficie lunar.
De esta manera, Li y sus colegas identificaron depósitos de hielo en altas latitudes alrededor de los polos lunares. Al examinar los datos, se dieron cuenta de algo extraño.
«Cuando examiné los datos de M3 para las regiones polares, encontré algunas caracterísitcas espectrales y patrones diferentes a aquellos que vemos en latitudes inferiores o en las muestras tomadas por las misiones Apolo», comenta el experto. «Me dio curiosidad el saber si era posible que hubiera algo que indicara reacciones entre el agua y la roca en la Luna. Pero luego de meses de investigación, descubrí que estaba viendo la firma de la hematita».
«Más hematita en la cara visible sugiere que tal vez nuestro planeta tenga algo que ver», sospecha Li. «Esto me recuerda a un descubrimiento hecho por la misión japonesa Kaguya, que detectó cómo la atmósfera superior de la Tierra puede ser arrastrada hacia la superficie lunar a través del viento solar, cuando la Luna se ubica dentro de la magnetocola terrestre. Por lo que el oxígeno atmosférico terrestre podría tener el papel de oxidante mayor para producir esta hematita».
Durante la luna llena, nuestro satélite está en la magnetocola de la Tierra, la región más alejada del Sol de la magnetosfera. En esos periodos de tiempo, cerca del 99 % del viento solar es bloqueado y no puede alcanzar la Luna, interrumpiendo el paso del hidrógeno que cancelaría el proceso de oxidación. Combinando estos tres ingredientes: ínfimas cantidad de agua molecular, ínfimas cantidades de oxígeno, y una breve ventana de tiempo cada mes en la cual el óxido puede formarse libremente —más unos pocos miles de millones de años—, tenemos como resultado la hematita observada en la Luna. No obstante, esto no significa que el misterio este completamente resuelto.
«De modo interesante, la hematita, aunque en menos cantidad, no está en absoluto ausente en la cara oculta de la Luna, donde es más complicado que llegue el oxígeno de la Tierra», advierte Li. «La pequeña cantidad de agua observada en las latitudes lunares altas tal vez haya estado substancialmente involucrada en el proceso de formación de la hematita en la cara oculta, lo que tiene importantes implicaciones para la interpretación de este elemento observado en algunos de los asteroides tipo-S con rastros de agua». Poner nuestras manos en este mineral sería algo revelador, ya que además es posible que los depósitos de hematita aún retengan isotopos de oxígeno de las diferentes eras de la historia de nuestro planeta, remontándose a miles de millones de años. «Este descubrimiento reformulará el conocimiento sobre las regiones polares de nuestro satélite natural. La Tierra quizás haya tenido un papel importante en la evolución de la superficie de la Luna», concluye Li.
¿Será posible?
Cabe destacar que la Luna es constantemente bombardeada con chorros de hidrógeno provenientes del viento solar, un agente reductor que «dona» sus electrones a los materiales con los que interactua. Y la oxidación se da justamente debido a la pérdida de electrones, por lo que, incluso si los elementos requeridos estuvieran presentes para que ocurra la oxidación, el viento solar cancelaría el proceso.
«Es muy desconcertante», dice el científico planetario Shuai Li de la Universidad de Hawái en Manoa. «La Luna es un entorno terrible para que se forme hematita».
La hematita en cuestión fue descubierta gracias a datos recabados por el instrumento Moon Mineralogy Mapper (M3), diseñado por la NASA, que voló a bordo de Chandrayaan-1, la primera misión de la India a la Luna. Este instrumento utilizó la imagería hiperespectral para llevar a cabo un análisis espectroscópico, proporcionando un mapa mineralógico de la superficie lunar.
De esta manera, Li y sus colegas identificaron depósitos de hielo en altas latitudes alrededor de los polos lunares. Al examinar los datos, se dieron cuenta de algo extraño.
«Cuando examiné los datos de M3 para las regiones polares, encontré algunas caracterísitcas espectrales y patrones diferentes a aquellos que vemos en latitudes inferiores o en las muestras tomadas por las misiones Apolo», comenta el experto. «Me dio curiosidad el saber si era posible que hubiera algo que indicara reacciones entre el agua y la roca en la Luna. Pero luego de meses de investigación, descubrí que estaba viendo la firma de la hematita».
¿Pero cómo llegó allí?
Una pista para resolver el misterio podría yacer en cómo esta distribuida la hematita en nuestro satélite. Se corresponde con trazas de agua previamente identificadas y relacionadas con impactos. Los científicos creen que tras el calor generado por los impactos, podría aumentar la oxidación producto de la mezcla de partículas de agua con el hierro en la superficie. La hematita también fue hallada en la cara de la Luna que siempre mira hacia la Tierra. Eso, de acuerdo a los investigadores, es realmente interesante.«Más hematita en la cara visible sugiere que tal vez nuestro planeta tenga algo que ver», sospecha Li. «Esto me recuerda a un descubrimiento hecho por la misión japonesa Kaguya, que detectó cómo la atmósfera superior de la Tierra puede ser arrastrada hacia la superficie lunar a través del viento solar, cuando la Luna se ubica dentro de la magnetocola terrestre. Por lo que el oxígeno atmosférico terrestre podría tener el papel de oxidante mayor para producir esta hematita».
Durante la luna llena, nuestro satélite está en la magnetocola de la Tierra, la región más alejada del Sol de la magnetosfera. En esos periodos de tiempo, cerca del 99 % del viento solar es bloqueado y no puede alcanzar la Luna, interrumpiendo el paso del hidrógeno que cancelaría el proceso de oxidación. Combinando estos tres ingredientes: ínfimas cantidad de agua molecular, ínfimas cantidades de oxígeno, y una breve ventana de tiempo cada mes en la cual el óxido puede formarse libremente —más unos pocos miles de millones de años—, tenemos como resultado la hematita observada en la Luna. No obstante, esto no significa que el misterio este completamente resuelto.
Las áreas azuladas en esta imagen compuesta del instrumento M3 a bordo de la sonda Chandrayaan-1, muestran agua concentrada en los polos de la Luna.
«De modo interesante, la hematita, aunque en menos cantidad, no está en absoluto ausente en la cara oculta de la Luna, donde es más complicado que llegue el oxígeno de la Tierra», advierte Li. «La pequeña cantidad de agua observada en las latitudes lunares altas tal vez haya estado substancialmente involucrada en el proceso de formación de la hematita en la cara oculta, lo que tiene importantes implicaciones para la interpretación de este elemento observado en algunos de los asteroides tipo-S con rastros de agua». Poner nuestras manos en este mineral sería algo revelador, ya que además es posible que los depósitos de hematita aún retengan isotopos de oxígeno de las diferentes eras de la historia de nuestro planeta, remontándose a miles de millones de años. «Este descubrimiento reformulará el conocimiento sobre las regiones polares de nuestro satélite natural. La Tierra quizás haya tenido un papel importante en la evolución de la superficie de la Luna», concluye Li.
¿Será posible?
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Conspiranoico- Cybernauta-Premium
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Esta revelación de la NASA te dejará sin aliento: descubren cuevas en la Luna y abren nuevas puertas a establecerse allí
El hallazgo ilusiona a los expertos con un lugar donde los seres humanos puedan asentarse en la búsqueda de colonizar la Luna. Aun así, hay desafíos todavía para solucionar.
En un descubrimiento que promete transformar nuestra comprensión de la Luna, un grupo de científicos con ayuda de la NASA han encontrado un sistema de cuevas cerca del lugar de aterrizaje del Apolo 11. Estos podrían ser increíblemente valiosos para los futuros astronautas que esperan establecerse en la Luna.
Utilizando imágenes de radar de la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter, los investigadores de la Universidad de Trento han determinado que enormes pozos lunares podrían ser tragaluces de grandes cuevas y túneles bajo la superficie lunar, ofreciendo un refugio potencial para futuras bases humanas.
Casi 55 años después del lanzamiento del Apolo 11 (la primera misión que llevó humanos a la Luna), los científicos han encontrado evidencia de un gran sistema de cuevas cerca del lugar de aterrizaje de esos astronautas. El lugar es conocido como Mare Tranquillitatis.
Este descubrimiento es increíblemente emocionante, sobre todo porque se trata de un lugar con potencial prometedor para futuros refugios y bases lunares. Además de proporcionar un refugio natural contra los rayos cósmicos nocivos, un sistema de cuevas también proporciona una temperatura estable.
Qué opciones tiene la NASA para asentamientos en la Luna
Es probable que Mare Tranquillitatis no sea el primer lugar en el que los humanos intenten asentarse en la Luna. Aun así, la existencia de una cueva hace que sea muy probable la existencia de otras, por lo que los científicos ahora esperan que haya otras en lugares más adecuados para el asentamiento humano.
El Mare Tranquillitatis no es la primera opción de los científicos para una base humana porque no tiene uno de los otros ingredientes importantes necesarios para la supervivencia. No hay hielo en el ecuador lunar y, por lo tanto, no hay fácil acceso al agua para que los astronautas beban, produzcan oxígeno y la distribuyan para el combustible de los cohetes.
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En un descubrimiento que promete transformar nuestra comprensión de la Luna, un grupo de científicos con ayuda de la NASA han encontrado un sistema de cuevas cerca del lugar de aterrizaje del Apolo 11. Estos podrían ser increíblemente valiosos para los futuros astronautas que esperan establecerse en la Luna.
Utilizando imágenes de radar de la sonda espacial Lunar Reconnaissance Orbiter, los investigadores de la Universidad de Trento han determinado que enormes pozos lunares podrían ser tragaluces de grandes cuevas y túneles bajo la superficie lunar, ofreciendo un refugio potencial para futuras bases humanas.
La NASA descubre un enorme sistema de cuevas en la Luna
Casi 55 años después del lanzamiento del Apolo 11 (la primera misión que llevó humanos a la Luna), los científicos han encontrado evidencia de un gran sistema de cuevas cerca del lugar de aterrizaje de esos astronautas. El lugar es conocido como Mare Tranquillitatis.
Este descubrimiento es increíblemente emocionante, sobre todo porque se trata de un lugar con potencial prometedor para futuros refugios y bases lunares. Además de proporcionar un refugio natural contra los rayos cósmicos nocivos, un sistema de cuevas también proporciona una temperatura estable.
Qué opciones tiene la NASA para asentamientos en la Luna
Es probable que Mare Tranquillitatis no sea el primer lugar en el que los humanos intenten asentarse en la Luna. Aun así, la existencia de una cueva hace que sea muy probable la existencia de otras, por lo que los científicos ahora esperan que haya otras en lugares más adecuados para el asentamiento humano.
El Mare Tranquillitatis no es la primera opción de los científicos para una base humana porque no tiene uno de los otros ingredientes importantes necesarios para la supervivencia. No hay hielo en el ecuador lunar y, por lo tanto, no hay fácil acceso al agua para que los astronautas beban, produzcan oxígeno y la distribuyan para el combustible de los cohetes.
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