Los 17 pueblos más bonitos de España
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Los 17 pueblos más bonitos de España
¿Rincones con encanto? ¿Pueblos que están congelados en el tiempo? En España hay más de 8.000 municipios y muchos son tan bonitos que sería imposible nombrarlos todos. Pero hay algunos que destacan tanto que no nos hemos podido resistir y te traemos una lista de algunos de los pueblos más bonitos de España, uno por cada Comunidad Autónoma.
Así que prepárate porque te gusten el mar, la montaña, el campo o la historia, aquí encontrarás pueblos españoles para todos los gustos. Diferentes, variados y con elementos que los hacen únicos por muchos motivos… pero con una cosa en común: son tan bonitos que si los visitas los recordarás toda la vida.
Sigue leyendo e inspírate. Descubrirlos es tan fácil como ponerte al volante y hacer una ruta en coche para descubrir algunos de los rincones con más encanto de España.
Empezamos:
1. Arcos de la Frontera, Andalucía
Este pequeño municipio gaditano es una joya por los cuatro costados. Arcos de la Frontera es el pueblo blanco por excelencia, con sus casas encaladas, sobre un promontorio con vistas espectaculares sobre el tajo del Guadalete y las serranías cercanas. Sus miradores no son aptos para los que sufren de vértigo pero, si nos tuviéramos que quedar con algo, sería con la calma que respiran sus calles empedradas, la luz que se refleja en las paredes níveas y los arcos que están por todas partes. Andalucía en estado puro… y el lugar ideal para escaparte, aunque sea sólo un fin de semana.
2. Trujillo, Extremadura
Lugar de nacimiento del conquistador Francisco Pizarro, Trujillo es mucho más que una de las plazas mayores más bonitas del mundo. Este pueblo extremeño es uno de los más monumentales de Extremadura y rezuma historia por cada una de sus piedras. Una alcazaba árabe la domina desde las alturas, las murallas la rodean y en su interior se despliega un laberinto de calles estrechas y de piedra que casi siempre desembocan en esa plaza mítica y tan perfecta para pasar un atardecer de verano. Entre palacios, torres y el legado de los que hicieron fortuna en América es fácil pensar que hemos viajado al siglo XVI.
3. Cadaqués, Cataluña
A Cadaqués se llega atravesando una carretera de curvas que serpentea por los paisajes increíbles del cabo de Creus. Situada al final, de cara al mar, es una perla que brilla cuando el sol la ilumina y que ha inspirado a artistas a lo largo de los siglos. Sí, es el pueblo de Dalí, pero también uno de los pueblos de pescadores con más encanto de la geografía española. Sus casitas encaladas, la iglesia que se eleva sobre los tejados, las barquitas de pescadores… Cadaqués es una obra de arte que condensa la esencia del Mediterráneo.
4. Combarro, Galicia
A orillas del Atlántico, los 7 kilómetros que separan Combarro de Pontevedra son un viaje en el tiempo. Aquí los relojes se detuvieron hace años y quizás por eso su casco antiguo es un festival de hórreos y cruceros, testimonio de la vida en Galicia a lo largo de la historia. La palabra “pintoresco” no le hace justicia a este rincón forjado por el mar y la tradición que tan bien ha sabido conservar su patrimonio.
5. Albarracín, Aragón
Con sus edificios en tonos ocres y la muralla que se encarama por la montaña, Albarracín es uno de los pueblos más bonitos de España. Situado entre barrancos y valles, este rincón de Aragón fue inaccesible durante siglos… y eso se nota. El paisaje áspero abraza a este conjunto amurallado, mientras un meandro del río Guadalviar fluye a sus pies. Sus calles empedradas, cuestas imposibles y la fabulosa iglesia de Santa María de Albarracín son algunos puntos imprescindibles en cualquier visita. Y algunas de las mejores vistas se tienen desde lo alto del castillo, que controla el paisaje como nadie.
6. Cudillero, Asturias
Las casas de mil colores de Cudillero dan al mar y se sitúan, como si fueran los escalones de un anfiteatro, entre la montaña y el Cantábrico. Este pueblecito de pescadores de Asturias tiene uno de los puertos más interesantes de la zona… y también algunos de los mejores paisajes. Subiendo y bajando por sus cuestas empinadas encontrarás miradores en los que el azul del mar y el cielo se funde con el verde del paisaje y las tejas de las casas. Tranquillo y lleno de encanto, siéntate en la playa y disfruta del momento.
7. Frías, Castilla y León
La burgalesa Frías es un rincón de postal. Esta ciudad medieval impresionante está en pleno valle del Ebro y quizás su elemento más destacado es el Castillo de los Duques de Frías, del siglo XI, encaramado a un cerro y rodeado por un foso. Su Torre del Homenaje es el mejor mirador del entorno, la muralla un encanto y las casas colgadas que desafían la ley de la gravedad una maravilla con todas las de la ley. En verano, si te atreves, te podrás dar un chapuzón en el río mientras contemplas uno de los pueblos más bonitos de España.
8. Hondarríbia, País Vasco
En la bahía de Txingudi, a orillas de la desembocadura del Bidasoa, está Hondarribia, una joya arquitectónica que haría la delicia de cualquier aficionado a la fotografía (y a la buena gastronomía). Su casco viejo está sembrado de casas solariegas por las que parece que no pasa el tiempo, con sus balcones de hierro forjado y sus aleros tallados. El Castillo de Carlos V es el corazón palpitante de esta villa marinera en la que se sirven algunos de los mejores pintxos de la zona. Todo el mundo habla maravillas de Hondarribia, ¿será por algo?
9. Alcalá del Júcar, Castilla-La Mancha
El encalado Alcalá del Júcar parece sacado de un cuento de hadas. Sus casas se han ajustado con los años a la forma de la ladera de la montaña, que está coronada por un castillo árabe desde el que las vistas son indescriptibles. Aquí es posible pisar adoquines pero también cruzar el puente romano que cruza dramáticamente el río Júcar. Este lugar histórico cuenta también con una red de cuevas de leyenda… y es perfecto para practicar deportes de aventura. Nunca un lugar tan pequeño había dado tanto de sí.
10. Deià, Islas Baleares
Aunque toda la Sierra de Tramuntana de Mallorca es paradisíaca, el pueblecito de Deià es de los que te roban el corazón y se lo quedan. Está ubicado en un entorno maravilloso de peñas verdes, olivos, encinas y pinos y muy cerca del azul del mar Mediterráneo. Deià tiene tintes de refugio y aquí parece que los minutos pasen más lentamente. Si quieres capturar el paisaje con la mirada nada mejor que subir hasta el cementerio cruzando las calles empinadas y deleitándote con las casas de piedra y las flores. Muy cerca están Valldemossa y Sóller, también preciosos.
11. Garachico, Islas Canarias
El colorido y diminuto Garachico condensa en su territorio la esencia del Tenerife colonial. Es un lugar maravilloso forjado por la naturaleza y la historia, que todavía hoy se respira en el ambiente. La erupción volcánica que destruyó su puerto en 1706 les arrebató una fuente de riquezas pero, a la vez, contribuyó a que el pueblo se conservara tan bien. Pasear por sus calles es un placer… pero todavía lo es más bañarse en las piscinas de rocas que la lava creó a su paso. ¡Ideal para refrescarse!
12. Bocairent, Comunidad Valenciana
En el interior de Valencia, Bocairent es un misterio por desentrañar. De origen musulmán y con una oferta de turismo rural importante, este pueblo de casas de piedra amarillenta está lleno de subidas y bajadas, calles con adoquines y un aire muy especial. Su casco urbano está plagado de fuentes que se esconden en recovecos del laberinto urbano. Y las vistas de la Sierra de Mariola son sobrecogedoras. Si te gusta andar no te vayas sin subir a la Ermita del Santo Cristo que está en la cima de una montaña frente a Bocairent.
13. Olite, Navarra
¿Un castillo con almenas, torres acabadas en punta y que parece sacado de una película de Disney? No, no hablamos de Carcasona. Nos referimos al precioso Palacio Real de Olite, una obra maestra construida durante el reinado de Carlos III y que posiblemente es uno de los castillos más bonitos del mundo. Si lo dudas, acércate. Y si todavía necesitas razones, que sepas que el pueblo de Olite haría las delicias de cualquier amante de la historia. Además de visitar sus iglesias, si puedes, alójate en el Palacio Viejo que hoy es un parador de turismo de los que quitan el hipo.
14. San Vicente de la Barquera, Cantabria
Pese a que últimamente es más conocido por ser el pueblo de David Bustamante, que su fama no os asuste. San Vicente de la Barquera es un rincón cántabro maravilloso y a ratos muy bucólico. Esta villa marinera ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre vivir de cara al mar y su historia medieval. Además de la Iglesia de Santa Maria de los Ángeles y el Santuario de la Barquera, explora el Castillo del Rey y luego contempla su reflejo en las aguas. Encerrada por la muralla, la Puebla Vieja es una delicia… y cruzar el puente de la Maza es posiblemente lo más cercano a andar sobre las aguas que podrás vivir. Ya, si eso, acércate a la casa del hijo más ilustre del pueblo.
15. Santo Domingo de la Calzada, La Rioja
Profundamente marcado por el Camino de Santiago, Santo Domingo de la Calzada es una gozada para pasear, comer y pasar unos días entre calles laberínticas medievales. Su casco antiguo oculta verdaderos tesoros centenarios como sus robustas murallas, la solemne catedral que da nombre al pueblo o el antiguo Hospital. Sin hablar de lo bonita que es la plaza España, del siglo XIV y en la que tomarse una copa de Rioja sabe mejor.
16. Caravaca de la Cruz, Murcia
Pese a un cierto aire de decadencia, Caravaca de la Cruz es la constatación de que en Murcia hay mucho más que playas, huerta y sobreexplotación urbanística. Esta localidad se gestó entorno a su famosa (y muy bonita, por cierto) basílica barroca, que está en lo alto del pueblo bajo la protección del alcázar de los taifas que dominaron estos lares mucho antes. Caravaca de la Cruz es un lugar increíble para los amantes de la arquitectura y el arte renacentista y barroco, con ejemplos repartidos por todas partes. Así que no hace falta, ni siquiera que vayas a ver la reliquia de la cruz de Jerusalén. El paisaje, sus calles y su gente son la mejor excusa.
17. Chinchón, Comunidad de Madrid
En pleno centro de la península y en la pequeña Comunidad de Madrid se ocultan gemas como Chinchón. Un pueblo que gira alrededor de una plaza, destaca por sus edificios barrocos y la historia que todavía hoy se puede palpar. Entre los magníficos soportales de la ilustre Plaza Mayor de Chinchón fue donde se proclamó rey Felipe V, rodeado de edificios de tres plantas con balcones de madera. El lugar fue corral de comedias y plaza de toros, y hoy es ideal para tomar algo o quedar con amigos (aunque no hace falta que sea el típico anís). El monasterio de los Agustinos (ahora un Parador), la barroca Casa de la Cadena, la iglesia de la Asunción y la Torre del Reloj son otros de los rincones más fascinantes de Chinchón.
Somos conscientes de que en esta lista faltan muchísimos y de que en España hay tantos pueblos preciosos que no daríamos abasto. Así que si crees que el tuyo debería estar en esta lista déjanos un comentario. Prometemos tomar nota e incluirlo en futuras listas de pueblos bonitos de España.
Así que prepárate porque te gusten el mar, la montaña, el campo o la historia, aquí encontrarás pueblos españoles para todos los gustos. Diferentes, variados y con elementos que los hacen únicos por muchos motivos… pero con una cosa en común: son tan bonitos que si los visitas los recordarás toda la vida.
Sigue leyendo e inspírate. Descubrirlos es tan fácil como ponerte al volante y hacer una ruta en coche para descubrir algunos de los rincones con más encanto de España.
Empezamos:
1. Arcos de la Frontera, Andalucía
Este pequeño municipio gaditano es una joya por los cuatro costados. Arcos de la Frontera es el pueblo blanco por excelencia, con sus casas encaladas, sobre un promontorio con vistas espectaculares sobre el tajo del Guadalete y las serranías cercanas. Sus miradores no son aptos para los que sufren de vértigo pero, si nos tuviéramos que quedar con algo, sería con la calma que respiran sus calles empedradas, la luz que se refleja en las paredes níveas y los arcos que están por todas partes. Andalucía en estado puro… y el lugar ideal para escaparte, aunque sea sólo un fin de semana.
2. Trujillo, Extremadura
Lugar de nacimiento del conquistador Francisco Pizarro, Trujillo es mucho más que una de las plazas mayores más bonitas del mundo. Este pueblo extremeño es uno de los más monumentales de Extremadura y rezuma historia por cada una de sus piedras. Una alcazaba árabe la domina desde las alturas, las murallas la rodean y en su interior se despliega un laberinto de calles estrechas y de piedra que casi siempre desembocan en esa plaza mítica y tan perfecta para pasar un atardecer de verano. Entre palacios, torres y el legado de los que hicieron fortuna en América es fácil pensar que hemos viajado al siglo XVI.
3. Cadaqués, Cataluña
A Cadaqués se llega atravesando una carretera de curvas que serpentea por los paisajes increíbles del cabo de Creus. Situada al final, de cara al mar, es una perla que brilla cuando el sol la ilumina y que ha inspirado a artistas a lo largo de los siglos. Sí, es el pueblo de Dalí, pero también uno de los pueblos de pescadores con más encanto de la geografía española. Sus casitas encaladas, la iglesia que se eleva sobre los tejados, las barquitas de pescadores… Cadaqués es una obra de arte que condensa la esencia del Mediterráneo.
4. Combarro, Galicia
A orillas del Atlántico, los 7 kilómetros que separan Combarro de Pontevedra son un viaje en el tiempo. Aquí los relojes se detuvieron hace años y quizás por eso su casco antiguo es un festival de hórreos y cruceros, testimonio de la vida en Galicia a lo largo de la historia. La palabra “pintoresco” no le hace justicia a este rincón forjado por el mar y la tradición que tan bien ha sabido conservar su patrimonio.
5. Albarracín, Aragón
Con sus edificios en tonos ocres y la muralla que se encarama por la montaña, Albarracín es uno de los pueblos más bonitos de España. Situado entre barrancos y valles, este rincón de Aragón fue inaccesible durante siglos… y eso se nota. El paisaje áspero abraza a este conjunto amurallado, mientras un meandro del río Guadalviar fluye a sus pies. Sus calles empedradas, cuestas imposibles y la fabulosa iglesia de Santa María de Albarracín son algunos puntos imprescindibles en cualquier visita. Y algunas de las mejores vistas se tienen desde lo alto del castillo, que controla el paisaje como nadie.
6. Cudillero, Asturias
Las casas de mil colores de Cudillero dan al mar y se sitúan, como si fueran los escalones de un anfiteatro, entre la montaña y el Cantábrico. Este pueblecito de pescadores de Asturias tiene uno de los puertos más interesantes de la zona… y también algunos de los mejores paisajes. Subiendo y bajando por sus cuestas empinadas encontrarás miradores en los que el azul del mar y el cielo se funde con el verde del paisaje y las tejas de las casas. Tranquillo y lleno de encanto, siéntate en la playa y disfruta del momento.
7. Frías, Castilla y León
La burgalesa Frías es un rincón de postal. Esta ciudad medieval impresionante está en pleno valle del Ebro y quizás su elemento más destacado es el Castillo de los Duques de Frías, del siglo XI, encaramado a un cerro y rodeado por un foso. Su Torre del Homenaje es el mejor mirador del entorno, la muralla un encanto y las casas colgadas que desafían la ley de la gravedad una maravilla con todas las de la ley. En verano, si te atreves, te podrás dar un chapuzón en el río mientras contemplas uno de los pueblos más bonitos de España.
8. Hondarríbia, País Vasco
En la bahía de Txingudi, a orillas de la desembocadura del Bidasoa, está Hondarribia, una joya arquitectónica que haría la delicia de cualquier aficionado a la fotografía (y a la buena gastronomía). Su casco viejo está sembrado de casas solariegas por las que parece que no pasa el tiempo, con sus balcones de hierro forjado y sus aleros tallados. El Castillo de Carlos V es el corazón palpitante de esta villa marinera en la que se sirven algunos de los mejores pintxos de la zona. Todo el mundo habla maravillas de Hondarribia, ¿será por algo?
9. Alcalá del Júcar, Castilla-La Mancha
El encalado Alcalá del Júcar parece sacado de un cuento de hadas. Sus casas se han ajustado con los años a la forma de la ladera de la montaña, que está coronada por un castillo árabe desde el que las vistas son indescriptibles. Aquí es posible pisar adoquines pero también cruzar el puente romano que cruza dramáticamente el río Júcar. Este lugar histórico cuenta también con una red de cuevas de leyenda… y es perfecto para practicar deportes de aventura. Nunca un lugar tan pequeño había dado tanto de sí.
10. Deià, Islas Baleares
Aunque toda la Sierra de Tramuntana de Mallorca es paradisíaca, el pueblecito de Deià es de los que te roban el corazón y se lo quedan. Está ubicado en un entorno maravilloso de peñas verdes, olivos, encinas y pinos y muy cerca del azul del mar Mediterráneo. Deià tiene tintes de refugio y aquí parece que los minutos pasen más lentamente. Si quieres capturar el paisaje con la mirada nada mejor que subir hasta el cementerio cruzando las calles empinadas y deleitándote con las casas de piedra y las flores. Muy cerca están Valldemossa y Sóller, también preciosos.
11. Garachico, Islas Canarias
El colorido y diminuto Garachico condensa en su territorio la esencia del Tenerife colonial. Es un lugar maravilloso forjado por la naturaleza y la historia, que todavía hoy se respira en el ambiente. La erupción volcánica que destruyó su puerto en 1706 les arrebató una fuente de riquezas pero, a la vez, contribuyó a que el pueblo se conservara tan bien. Pasear por sus calles es un placer… pero todavía lo es más bañarse en las piscinas de rocas que la lava creó a su paso. ¡Ideal para refrescarse!
12. Bocairent, Comunidad Valenciana
En el interior de Valencia, Bocairent es un misterio por desentrañar. De origen musulmán y con una oferta de turismo rural importante, este pueblo de casas de piedra amarillenta está lleno de subidas y bajadas, calles con adoquines y un aire muy especial. Su casco urbano está plagado de fuentes que se esconden en recovecos del laberinto urbano. Y las vistas de la Sierra de Mariola son sobrecogedoras. Si te gusta andar no te vayas sin subir a la Ermita del Santo Cristo que está en la cima de una montaña frente a Bocairent.
13. Olite, Navarra
¿Un castillo con almenas, torres acabadas en punta y que parece sacado de una película de Disney? No, no hablamos de Carcasona. Nos referimos al precioso Palacio Real de Olite, una obra maestra construida durante el reinado de Carlos III y que posiblemente es uno de los castillos más bonitos del mundo. Si lo dudas, acércate. Y si todavía necesitas razones, que sepas que el pueblo de Olite haría las delicias de cualquier amante de la historia. Además de visitar sus iglesias, si puedes, alójate en el Palacio Viejo que hoy es un parador de turismo de los que quitan el hipo.
14. San Vicente de la Barquera, Cantabria
Pese a que últimamente es más conocido por ser el pueblo de David Bustamante, que su fama no os asuste. San Vicente de la Barquera es un rincón cántabro maravilloso y a ratos muy bucólico. Esta villa marinera ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre vivir de cara al mar y su historia medieval. Además de la Iglesia de Santa Maria de los Ángeles y el Santuario de la Barquera, explora el Castillo del Rey y luego contempla su reflejo en las aguas. Encerrada por la muralla, la Puebla Vieja es una delicia… y cruzar el puente de la Maza es posiblemente lo más cercano a andar sobre las aguas que podrás vivir. Ya, si eso, acércate a la casa del hijo más ilustre del pueblo.
15. Santo Domingo de la Calzada, La Rioja
Profundamente marcado por el Camino de Santiago, Santo Domingo de la Calzada es una gozada para pasear, comer y pasar unos días entre calles laberínticas medievales. Su casco antiguo oculta verdaderos tesoros centenarios como sus robustas murallas, la solemne catedral que da nombre al pueblo o el antiguo Hospital. Sin hablar de lo bonita que es la plaza España, del siglo XIV y en la que tomarse una copa de Rioja sabe mejor.
16. Caravaca de la Cruz, Murcia
Pese a un cierto aire de decadencia, Caravaca de la Cruz es la constatación de que en Murcia hay mucho más que playas, huerta y sobreexplotación urbanística. Esta localidad se gestó entorno a su famosa (y muy bonita, por cierto) basílica barroca, que está en lo alto del pueblo bajo la protección del alcázar de los taifas que dominaron estos lares mucho antes. Caravaca de la Cruz es un lugar increíble para los amantes de la arquitectura y el arte renacentista y barroco, con ejemplos repartidos por todas partes. Así que no hace falta, ni siquiera que vayas a ver la reliquia de la cruz de Jerusalén. El paisaje, sus calles y su gente son la mejor excusa.
17. Chinchón, Comunidad de Madrid
En pleno centro de la península y en la pequeña Comunidad de Madrid se ocultan gemas como Chinchón. Un pueblo que gira alrededor de una plaza, destaca por sus edificios barrocos y la historia que todavía hoy se puede palpar. Entre los magníficos soportales de la ilustre Plaza Mayor de Chinchón fue donde se proclamó rey Felipe V, rodeado de edificios de tres plantas con balcones de madera. El lugar fue corral de comedias y plaza de toros, y hoy es ideal para tomar algo o quedar con amigos (aunque no hace falta que sea el típico anís). El monasterio de los Agustinos (ahora un Parador), la barroca Casa de la Cadena, la iglesia de la Asunción y la Torre del Reloj son otros de los rincones más fascinantes de Chinchón.
Somos conscientes de que en esta lista faltan muchísimos y de que en España hay tantos pueblos preciosos que no daríamos abasto. Así que si crees que el tuyo debería estar en esta lista déjanos un comentario. Prometemos tomar nota e incluirlo en futuras listas de pueblos bonitos de España.
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Los 13 pueblos que siempre fueron los más bonitos de España (y uno que les supera a todos)
Hace 10 años, el 1 de octubre de 2010, los pueblos más bellos de España decidieron proclamar sus lindezas a los cuatro vientos. Y para ello crearon el Día de los Pueblos más Bonitos de España. Eran solo 14, salpicados por toda la geografía, y ahora ya suman 94. La crisis sanitaria que vivimos impedirá el izado de banderas y de exhibiciones culturales y artísticas pero su fundador y presidente, Francisco Mestre, manda un mensaje de esperanza y optimismo en este cumpleaños tan atípico: "Muchos han descubierto con esta pandemia la existencia y el potencial de los pueblos que pueden ser unos lugares magníficos para vivir, para invertir y para trabajar". Quizá no podremos visitarlos a pie pero sí vamos a hacer un recorrido visual por los 14 primeros pueblos que fueron declarados los más bonitos de España, y que no podemos estar más de acuerdo. Disfruten de sus tradiciones, historia y personalidad porque estos lugares están más vivos que nunca.
Fuente
Albarracín (Teruel)
A 1182 metros de altitud, Albarracín está declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1961. Sus murallas, sus casas encaramadas en la roca, su castillo y su catedral hacen de Albarracín una visita imprescindible de la provincia de Teruel. Una ciudad para transportarse en el tiempo, un pueblo de casas rojas, abrazado a la montaña, donde el orden de las calles se improvisó sobre la marcha y una gran muralla frenó en su día a los peores enemigos. Con nieve, resulta aún más auténtico.Ayllón (Segovia)
Es una villa medieval ubicada en la Sierra de Ayllón asentada en las faldas de una rojiza colina y lindando con la provincia de Soria. Su elegante plaza mayor y las siete iglesias de la villa son algunas de las riquezas que ofrece este bello pueblo. Desde que fue reconquistada, vio en sus calles a numerosos reyes: Alfonso VI, Alfonso VII, Alfonso VIII, Fernando III, Fernando IV, Juan II y ya en 1929, la infanta doña Isabel. Ayllón está declarado Conjunto Histórico - Artístico de carácter nacional por Decreto 1.201/73, de 19 de mayo, y ha obtenido varios premios, entre ellos en 1973 el primer premio del Concurso de Embellecimiento de Pueblos y el accésit del Primer Premio Nacional en 1974.Calaceite (Teruel)
Municipio de torreones, elevados cerros, murallas, caballeros y leyendas. Uno de los pueblos con más personalidad de la región, con bellos alrededores que ofrecen rutas entre musgo y variados árboles. Fue declarada Conjunto Histórico-Artístico en 1973. Desde su Plaza Mayor, con su ayuntamiento del año 1609, se van tejiendo los recorridos por donde visitaremos el pueblo, a través de sus preciosas calles, y en donde podremos ver casas solariegas en piedra decoradas con balcones de forja, iglesias o plazas como la de Los Artistas. Tortas, mostachones, escaldadas, bollitos preñaos, son sus especialidades gastronómicas.Lucainena de las Torres (Almería)
Este espectacular pueblo de estampa blanca es un refugio ideal para el visitante que busque un clima más cálido. Además, a unos 30 kilómetros de la localidad, se encuentra un conocido parque temático situado en pleno Desierto de las Tabernas donde se recrean los escenarios de las películas del oeste americana: un lugar de gran originalidad donde hay una Reserva Natural con más de 800 animales.Maderuelo (Segovia)
Maderuelo es una población medieval que, pese al paso de los siglos, sigue anclada en lo alto del espolón de roca donde se asienta. Es famosa por sus vinos de la cercana Denominación de Origen Rivera del Duero y por productos como el cordero lechal o los embutidos.Medinaceli (Soria)
Declarada Conjunto Histórico Artístico, la villa de Medinaceli convive hoy con su pasado y presente. Se trata de una ciudad que ha conservado el encanto de ciudad medieval. Su origen se sitúa en un primitivo poblado celtibérico, que sería conquistada por los musulmanes los cuales le dieron el nombre de Medina Slim. Este municipio del sur de Soria cuenta con un reconocido patrimonio natural digno de visitar. Si nos acercamos hasta Medinaceli podremos disfrutar de sus espacios naturales tales como el nacimiento del río Jalón entre otros.Mojácar (Almería)
Villa caracterizada por el color blanco de sus casas en lo alto de una montaña, por las flores de sus balcones, sus casas encaladas con arcos y cúpulas a su mirador del castillo, Iglesias y ermitas de notable gusto y su fuente mora de doce caños. Esta localidad costera es uno de los pueblos más antiguos de España. Un municipio blanco, lleno de colorido y magia, que ofrece al turista un remanso de paz para unos días de tranquilidad, enmarcado en una arquitectura andaluza de hileras de casitas típicas, plazoletas y vestigios de las civilizaciones que por allí pasaron.Morella (Castellón)
Situada en el extremo norte de la Comunidad Valenciana y a sólo 60 kilómetros de la costa, Morella aparece en los ojos del visitante envuelta del encanto que le transmiten la posición estratégica, que llena el paisaje, y las murallas centenarias coronadas por el robusto castillo a más de mil metros de altura. Sus dieciséis torres, seis portales y casi dos kilómetros de muralla configuran una silueta única, coronada por el imponente castillo. Declarada Conjunto Histórico-Artístico, con un excelente trabajo de rehabilitación municipal que ha sido reconocido por las ciudades Patrimonio de la Humanidad con el premio Patrimonio y que posee la declaración de la UNESCO en el abrigo rupestre de Morella la Vella, esta ciudad te seducirá también por su tradición, monumentos, gastronomía, folclore y su entorno.Pampaneira (Granada)
Enclavado en el Parque Nacional de Sierra Nevada, Pampaneira es un lugar de fuerte herencia musulmana donde el viajero se encontrará con una auténtica joya de la Alpujarra. Emplazada entre montañas y con su conjunto de casitas blancas dispuestas de forma escalonada, en calles muy angotas. Imprescindible probar el plato típico Alpujarreño, que combina muchos productos típicos de la zona. que combina muchos productos típicos de la zona como chorizo, jamón, morcilla, patatas, huevos...Puertomingalvo (Teruel)
Rodeado por un increíble entorno natural propio de la Serranía del Maestrazgo, al noroeste de la comarca de Gúdar-Javalambre, este pintoresco lugar merece un paseo por sus estrechas calles repletas de edificaciones de dos o tres alturas de mampostería y sillería y, a la vez, de arquitectura popular, con su ayuntamiento del siglo XIV. Arcos y portales, ventanas geminadas, aleros de madera y detalles ornamentales se extienden por todo el casco histórico, declarado en 1982 Bien de Interés Cultural, en la categoría de Conjunto Histórico Artístico. Su castillo-fortaleza, es la joya de la corona y jugó un importante por su posición estratégica en los tiempos de la reconquista.Rubielos de Mora (Teruel)
Rubielos de Mora se abre como gran mirador natural sobre el altiplano de Teruel, recibiendo con fundada razón la calificación de "Pórtico de Aragón". Otro de los sobrenombres que ostenta es de "Corte de sierra" por el gran número de casas solariegas y edificios notables que forma su Conjunto Histórico Artístico (Premio Europa Nostra 1983). Todo ello enmarcado en las murallas que protegían la villa, que llegó a contar con 7 portales para acceder a la villa de las que todavía hoy, podemos admirar dos, la de San Antonio y del Carmen (S. XIV). La villa de Rubielos pertenece a la Red de Municipios por la calidad de vida "Cittaslow" y es lugar de sellado en el Camino del Cid. Callejeando por Rubielos encontrarán un sin fin de casas solariegas y pequeños palacios que pertenecieron a grandes nobles donde destaca el trabajo de la piedra y la forja, sus aleros o sus escudos.Santillana del Mar (Cantabria)
Conocida como la "villa de las tres mentiras" porque ni es santa, ni llana ni tiene mar, Santillana del Mar, sí es una ciudad marítima de colinas de áreas amplias y limpias, con mayor valor histórico-artístico de España. Resulta idónea para el turismo familiar, ya que ofrece playa, naturaleza y variadas actividades de ocio. A escasos kilómetros de la villa, se encuentra el famoso Parque de la Naturaleza Cabárcenos, uno de los parques zoológicos más impresionantes de Europa.Valderrobres (Teruel)
Valderrobres posee un patrimonio arquitectónico de gran valor. En su término existen seis ermitas de época medieval o moderna, además de restos de antiguas fábricas y elementos arquitectónicos artesanales como la Cueva del Mas de Juanos; por no hablar de las más de cien masías esparcidas por su amplio territorio. Respecto a su gastronomía, destaca por sus productos cárnicos, ternasco al horno, cabrito, escabechados de perdiz o conejo. Este municipio turolense está en la comarca del Matarraña, conocida como la Toscana Española. El pintoresco pueblo de Valderrobres es el lugar ideal para visitar si lo que queremos es conocer la comarca del Matarraña, un paraíso natural y patrimonial menos explotado por el turista, lo que nos proporciona un plus de tranquilidad para pasar las vacaciones en familia.Valverde de los Arroyos (Guadalajara)
Su conjunto urbanístico llama en seguida la atención por el color negro de la mayor parte de la mayoría de sus edificios, construidos en pizarra. Este pueblo calmo nos ofrece un paseo inolvidable a la Chorrera de Despeñalagua, una cascada escalonada natural de ciento veinte metros de alto, a dos kilómetros del pueblo. La leyenda local cuenta que, como en otra época el pueblo no tenía agua para abastecer sus huertas, un habitante de Valverde se propuso cavar hasta encontrarla, siendo la propuesta tan bien acogida por los valverdenses que todos los habitantes comenzaron a picar a la vez hasta descubrir aquel manantial que hoy nutre y riega su flora.Fuente
¿Sabías Que?- Cybernauta VIP
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