Los pueblos más bonitos de España que parecen sacados de un cuento de hadas

Recorremos todo el país en busca de los rincones a los que mejor les sienta el invierno. Esos medievales, de montaña o entre valles que nos trasladan a un escenario de película.

Recorremos la geografía española de Asturias a Huesca, Gerona o Cáceres a la caza y captura no solo de algunos de los pueblos más bonitos de nuestro país, sino también de aquellos que parecen estar rescatados de un auténtico cuento de hadas.

Sallent de Gállego y sus brujas
Las hadas, los elfos y las brujas forman parte de la idiosincrasia de este bonito enclave oscense ubicado en el Valle del Tena. Allí, dicen los antiguos, han habitado todo tipo de seres encantados desde tiempos inmemoriales hasta el punto de contar con su propia Feria de Brujas, Mitos y Leyendas, celebrada en junio desde hace 11 años ya. Pero Sallent de Gállego es mucho más. También destino ideal para disfrutar de la nieva, ya que se encuentra a apenas cinco minutos en coche de la estación de Formigal, perteneciente al grupo Aramón. Además, es un buen sitio descubrir la Ruta del Vino de Somontano, una de las más jóvenes de nuestro país, con referencias clave como la vanguardista bodega Sommos, una joya arquitectónica especializada en vinos exclusivos y diferentes.

Santa Pau, perdido entre volcanes
Con sus calles empedradas, su iglesia del siglo XIV y su castillo, Santa Pau es el típico pueblo medieval de catálogo. Ubicado en pleno Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa (Gerona), lo cobijan las sierras de Sant Julià del Mont y Santa María de Finestres. Para pasar la noche el mejor lugar es Cal Sastre, un acogedor hotel rural con mucho encanto levantado sobre dos bellas casas de piedra del siglo XV. Sus dueños, Jesús Pont y Eva Moliner, rinden homenaje a la profesión del abuelo del primero, por lo que en la decoración se cuelan ajadas máquinas de coser o colecciones de botones. Su restaurante de cocina de Km0 merece capítulo aparte. Es perfecto para probar el plato estrella de la zona, las judías de Santa Pau, cultivas en tierra volcánica. Otras delicatessen: el canelón de butifarra y setas.

Cudillero, esencia marinera
Otro de los pueblos de cuento que salpican la geografía española es Cudillero, enmarcado en el concejo homónimo del Occidente de Asturias y catalogado oficialmente como uno de los más bonitos de nuestro país. Su esencia marinera se desparrama por cada esquina, salpicada de tabernas con solera, palacetes indianos, vertiginosos miradores y lonjas de pescados. Además, es uno de los Pueblos Ejemplares del Principado, un distinción concedida por la Princesa de Asturias a aquellos lugares caracterizados por defender el entorno en el que se ubican, así como su patrimonio histórico, cultural o artístico.

Guadalupe, una joya arquitectónica
El pueblo extremeño en el que se reunieron los Reyes Católicos y Cristóbal Colón antes de la primera partida de este último rumbo al Nuevo Mundo acoge un tesoro arquitectónico como pocos en la Península Ibérica: el Real Monasterio de Santa María de Guadalupe. Construido en el siglo XIV, fue una de las mecas del conocimiento en España durante siglos, ya que en él se encontraba el Colegio de Medicina y Cirugía, donde cuentan las crónicas que se realizó la primera disección humana. Aunque el edificio es la principal atracción turística del lugar, este destino cacereño también es conocido por su parador y por sus callejuelas empedradas de tinte medieval salpicadas de arcos y fachadas en tonos claros, entre las que se cuela el conjunto histórico de la judería de Guadalupe.


Artiés, un capricho alpino
El último destino de cuentos de hadas es Artiés, una villa medieval aupada a más de 1.100 metros de altura en el Valle de Arán leridano. Su arquitectura tradicional alpina, con preciosas casonas de piedra, madera y pizarra, recrea a la perfección ese ambiente apacible en plena naturaleza. Su ubicación, a siete kilómetros de la exclusiva estación de esquí de Baqueira-Beret, lo convierte en el lugar ideal para disfrutar de la nieve en invierno. En verano, en cambio, las actividades preferidas de sus visitantes son las rutas de senderismo, a caballo o en bici entre los infinitos bosques de abetos y lagos de aguas cristalinas que rodean el lugar.


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Ocho puntos de calidad excepcional votados y elogiados en las redes sociales de la mítica editorial de viajes

Potes (Cantabria)
Conocida como la villa de los Puentes y de las torres, Potes es uno de atractivos de Cantabria por antonomasia. Gracias a sus particularidades geográficas, se alza cómo un territorio llano rodeado de montañas, gran sabor popular y mucho encanto a través de sus callejuelas y caserones, que ayudan a imaginar tiempos pasados repletos de historia junto a un plato de cocido leblaniego.

Cadaqués (Cataluña)
Salvador Dalí lo consideró toda su vida el pueblo más bonito del mundo y no se quedaba corto al afirmarlo porque una sola visita a este rincón catalán para que nos conquiste. La casa museo del pintor, su casco antiguo, el mirador de la iglesia de Santa María, el parque nacional del Cap de Creu despiertan un aire mágico propio del surrealismo. Un aislamiento natural donde pervive la sensación del tiempo dormido.


Cudillero (Asturias)

Cudillero rezuma mar y pesca por los cuatro costados, y aún conserva tradiciones tan singulares como la del curadillo, manjar único, inventado por los marineros pixuetos en épocas pasadas, cuando dejaban deshidratarse pequeños escualos durante meses a la puerta de sus casas. Por su peculiar orografía, Cudillero tiene vistas espectaculares desde el faro o la atalaya. Además impresiona su entrada por El Pito, con la sucesión de casas indianas que hay en la zona, además del Palacio Selgas, un espléndido conjunto del siglo XIX conocido como el


Besalú (Cataluña)

La villa de Besalú es uno de esos pueblos medievales de la comarca de la Garrotxa en Girona con más encanto del Pirineo Catalán. Famoso especialmente por el Puente Medieval de Besalú, la Judería y el Mikvé. El puente de Besalú incluso ha inspirado novelas como El puente de los judíos, del escritor Martí Gironell, hijo predilecto de la localidad.



Lastres (Asturias)

Encajonado entre el mar y la montaña, este pueblo marinero antaño dedicado a la pesca de ballenas y fortín ante posibles invasiones por la costa, fue distinguido como Pueblo Ejemplar de Asturias, galardón que la Fundación Princesa de Asturias le otorgó en 2010. A día de hoy es un enclave conocido por su excelente gastronomía del mar y su singular belleza. Podee, además, un espectacular casco antiguo de calles empedradas, palacios y casa blasonadas que se entremezclan con las sencillas viviendas de pescadores con un denominador común: la brisa que acaricia las espléndidas panorámicas al Cantábrico.


Albarracín (Teruel)

Con un espectacular casco histórico, Albarracín nos espera a 1182 metros de altitud. Declarado Conjunto Histórico-Artístico desde 1961, este pueblo entra sin lugar a dudas con letras de oro en nuestro catálogo y es un pueblo que no te puedes perder. Aquí te transportarás en el tiempo sin ningún esfuerzo y si vienes en invierno, las nieves y el frío harán que lo sientas aún más auténtico. Actualmente está propuesta por la UNESCO para ser declarada Patrimonio de la Humanidad.


Alquézar (Aragón)

Presume de la merecida denominación de 'Pueblo más bonito de España'. Su casco medieval con el castillo, la colegiata y sus encantadoras calles empedradas solo son capaces de competir en belleza con las pasarelas del río Vero, una de las rutas senderistas más populares y frecuentadas de todo Aragón. Cada año miles de visitantes realizan este sencillo pero espectacular recorrido de menos de dos horas que nos permite adentrarnos en un singular enclave natural de la Sierra de Guara.


Pedraza (Segovia)

Siempre ha sido conocida, pero, desde hace unos años, aún más: los dos primeros sábados de julio se organiza el Concierto de las Velas. Un espectáculo estival que reúne 35.000 velas encendidas en esta plaza medieval, que, como tantas otras, está porticada y coronada por una iglesia, en este caso, la de San Juan Bautista, que data del siglo XIII. La única puerta de entrada era a esta villa declarada Conjunto monumental por su incomparable belleza era la antigua cárcel y, junto a esta, destaca su castillo y las maravillosas calles empedradas que dieron nombre al pueblo –los romanos la llamaron Petraria por su emplazamiento sobre una gran piedra–.


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Esta villa cuenta con un castillo del siglo XIII y en sus alrededores se localiza una cueva con pinturas rupestres que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad




En la zona montañosa de la comarca del Maestrazgo, sobre un cerro rocoso, se alza uno de los pueblos más singulares de Castellón. Esta localidad, de apenas 200 habitantes, es un destino rural ideal para una escapada de fin de semana, pues gracias a sus encantos, permite desconectar del estrés y el ajetreo de las grandes ciudades. Además, debido a su emplazamiento privilegiado, ofrece una de las mejores vistas de toda la región. Estamos hablando de Ares del Maestre, una villa medieval que conecta la historia pasada de esta zona con el presente gracias a su rico conjunto monumental.

Un castillo con impresionantes vistas

La historia de Ares del Maestre se remonta a tiempos prehistóricos, como lo evidencian las pinturas rupestres halladas en la Cueva Remigia, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Estas pinturas, que datan del periodo neolítico, constituyen un testimonio invaluable de la presencia humana en la zona desde tiempos ancestrales. Además, a lo largo de su historia, Ares del Maestre ha sido testigo del paso de distintas civilizaciones, incluidas las ibéricas, romanas y musulmanas, cada una dejando su huella en la cultura y arquitectura del municipio.

De este modo, el castillo emerge como uno de los principales atractivos de la villa. Este data del siglo XIII y aunque hoy en día se encuentran principalmente ruinas, sigue siendo un punto de interés para los visitantes debido a su significativa historia y las impresionantes vistas panorámicas que ofrece del paisaje circundante. A los pies de la fortaleza, el casco histórico no deja indiferente a nadie. De todo su conjunto monumental destaca la iglesia parroquial de la Asunción, la cual se caracteriza por su impresionante fachada barroca del siglo XVIII y por su torre campanario, que es menor a la altura del resto del edificio.



Igualmente, la plaza mayor es el centro neurálgico del pueblo y desde ella parte el camino para disfrutar del resto de puntos de interés. Así, sus calles conducen a espacios como los Porches, la antigua lonja, que todavía mantiene sus arcos góticos-mudéjares del siglo XIV, el Ayuntamiento, el cual se construyó sobre las antiguas murallas y presenta un estilo gótico. Además, este edificio destaca por albergar la Sala Capitular del siglo X y la antigua prisión del pueblo.

Un paraíso natural

La geografía de Ares del Maestre juega un papel crucial en su atractivo turístico. El municipio se encuentra rodeado de montañas y valles, ofreciendo una multitud de paisajes naturales que invitan a la exploración. Para los aficionados al senderismo y a las actividades al aire libre, Ares del Maestre presenta una variedad de rutas y senderos que atraviesan su impresionante terreno montañoso. Estas rutas no solo permiten a los visitantes apreciar la belleza natural de la zona, sino también descubrir lugares de interés como la Masía de la Tosca y el Barranco de la Guitarra.



Igualmente, otra de las actividades imprescindibles es acercarse hasta el Barranc dels Molins, un espacio que acoge hasta cinco molinos de agua que datan de entre los siglos XVII y XVIII, así como a la mencionada Cueva Remigia. Este enclave permite disfrutar de uno de los mayores legados culturales de la región, sus pinturas rupestres.

Cómo llegar

Desde Castellón de la Plana, el viaje hasta Ares del Maestre es de alrededor de 1 hora y 5 minutos por la vía CV-15. Por su parte, desde Teruel el trayecto tiene una duración estimada de 1 hora y 55 minutos por la carretera A-226.

¡Asombroso!

Castilla y León es territorio de esa España interior y de turismo rural que nos aleja de los ruidos y de las aglomeraciones de la ciudad, para mostrarnos la belleza y la paz de los pueblos más pequeños. En esta Comunidad existen distintos municipios que, pese a no ser tan famosos, pueden presumir de tener un encanto especial. Es lo que hemos visto a través del portal especializado en viajes Vero4Travel, que ha designado a un pueblo de Castilla y León como el más bonito de España. Se trata de Urueña, situado en la provincia de Valladolid.

Urueña, en Castilla y León, el pueblo más bello de España

No es la primera vez que este bonito pueblo vallisoletano ostenta un reconocimiento de este tipo. Hace unos días, el prestigioso medio británico The Times el que tuvo a bien elegir a Urueña entre los sitios «más puros y de gran belleza» de entre todos los rincones que podemos visitar en España.

Situado a 60 kilómetros de la ciudad de Valladolid, es conocida como la Villa del Libro y cuenta con 10 librerías, pese a su bajo número de habitantes (apenas 200). Aunque el municipio sea conocido por esta peculiaridad, cuenta con muchos más encantos para sus visitantes. Uno de ellos es su castillo, cuya construcción data del siglo XI: el recinto tiene una forma rectangular, a excepción de la Torre del Homenaje que es cuadrada.



El castillo está unido a la muralla que protegía a la ciudad, estructura que se conserva al 80% de su totalidad. El Ayuntamiento de Urueña señala en su página web dos posibles rutas para pasear por sus alrededores. Un recorrido en el que se puede apreciar las ruinas del monasterio benedictino del Bueso y el valle de la Ermita y, por otro, el tramo entre la Puerta de la Villa y el mirador del Cubo Nuevo, en el que se vislumbra la Tierra de Campos y la Sierra de la Culebra y los Montes de León.

Aquí se conserva el encanto de los trazados medievales

Junto al castillo, el otro gran elemento patrimonial más importante de Urueña es la ermita de la Anunciada, que se levanta en un pequeño valle. La ermita se construyó en el siglo XII en estilo románico lombardo, muy extendido por Cataluña y Aragón, pero que, en Castilla y León, sólo cuenta con este ejemplo completo.

Es ahí donde radica otro de los puntos más destacados de este municipio de Valladolid, en Castilla y León. Y no es otro que su casco urbano. O lo que es lo mismo; una buena parte de su belleza reside en el excelente estado de conservación de su casco urbano.

No en vano es Conjunto Histórico y forma parte de los Pueblos Más Bonitos de España. Aquí se conserva el encanto de los trazados medievales, estrechos e irregulares, de casas bajas y fachadas y tejados uniformes. También el nombre de muchas de sus calles remite a un pasado de viejas tradiciones u oficios.

Deporte y gastronomía

Para los amantes del deporte, y más allá de que sea un sitio privilegiado para desconectar del bullicio de la ciudad y perderse entre sus rincones de piedra y naturaleza, este pueblo profundiza en varios caminos de montaña para realizar paseos y rutas de bicicleta.

Atraídos por la intensa vida cultural, no es menos interesante su gastronomía, basada en las buenas viandas de la zona donde no falta el vino de la Ribera del Duero.

En este municipio, concretamente, es muy significativa la gastronomía relacionada con la matanza del cerdo, realizada durante los meses de invierno. Una matanza de la que se extraen embutidos como chorizos o jamones. También es un sitio donde se degustan buenos dulces, como son los bollos de aceite, rosquillas, pastas y magdalenas.

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La villa se enclava en mitad de la naturaleza, constituyendo un paraíso para una escapada rural y un destino único en Burgos

La comarca de Las Merindades invita al viajero a perderse en su singular belleza natural de la mano de parajes que quitan el aliento. Estos hacen de la región uno de los mejores destinos rurales de nuestro país, permitiendo alejarse del bullicio de las grandes ciudades y conectar con la naturaleza de una forma única. De esta forma, son muchos los rincones ocultos en formas de cascadas, río y pequeños pueblos que sorprenden al viajero. Estos últimos son quizá, uno de los principales atractivos de la comarca, pues algunos de ellos son de los más bonitos de España.

Este es le caso de una localidad que es diferente a las demás gracias a una peculiaridad única que la pone en el ojo de todo viajero. Estamos hablando de Puentedey, una pequeña localidad de apenas medio centenar habitantes que destaca por su emplazamiento.

La villa se enclava en lo alto de un puente natural de piedra que sorprende tanto a visitantes como vecinos, del cual deriva su nombre. Este arco de piedra ha sido esculpido a lo largo de milenios por el río Nela, dando lugar a una de las imágenes más bellas de Burgos. De hecho, fe la única en entrar en la prestigiosa lista de los Pueblos más Bonitos de España en el año 2022,

15 metros sobre el río Nela

La historia de Puentedey está íntimamente ligada a la de su puente. Existen referencias documentales que datan de la Edad Media, periodo durante el cual ya se reconocía la importancia estratégica de este paso natural. Sin embargo, el área ha sido frecuentada desde épocas mucho más remotas, como lo evidencian los restos arqueológicos encontrados en sus inmediaciones. Aunque el símbolo por excelencia es su puente, que declarado Monumento Natural, no solo es una maravilla geológica sino también el emblema de Puentedey.

Su presencia ha marcado la vida y el desarrollo del asentamiento que se ubica sobre él. A lo largo de la historia, esta formación ha sido testigo de múltiples generaciones que han encontrado en este lugar un cruce vital sobre el río, facilitando la conexión entre diferentes territorios de la región. Así, la villa se ha desarrollado sobre esta formación, a unos 15 metros del curso del río Nela, conformando a su vez un patrimonio de lo más pintoresco.

A pesar de su diminuto tamaño, el viajero queda fascinado con monumentos de un gran valor histórico y cultural, como es la iglesia de San Pelayo, un templo de origen románico que guarda en su interior piezas de gran valor artístico e histórico. Destaca también el palacio de los Brizuela, un edificio que data de entre los siglos XV y XVI.

Un entorno kárstico impresionante

Pero Puentedey no es solo memoria y piedra. El entorno natural que rodea al pueblo invita a la exploración y al disfrute de la naturaleza. Las rutas de senderismo y las áreas recreativas próximas permiten a visitantes y locales sumergirse en la belleza del paisaje burgalés, recorriendo bosques de ribera, cascadas y miradores que ofrecen vistas espectaculares del puente y su entorno. Pero esto no es todo, pues por si algo se caracteriza esta región es por ser una de las zonas kársticas más ricas de España.

Así, muy cerca de Puentedey se puede disfrutar uno de los sistemas de cuevas más extensos y fascinantes de nuestro país. Este es Ojo Guareña, una red de galerías y cuevas conectadas entre sí, siendo las más conocidas la Cueva Palomera y la Cueva de la Dolencia. Estas cavidades naturales albergan en su interior un mundo oculto de estalactitas, estalagmitas y otras formaciones kársticas de extraordinaria belleza, formadas a lo largo de millones de años por la acción del agua disolviendo la roca caliza.

¡Asombroso!

Esta localidad destaca por ser uno de los mejores destinos rurales de la provincia. Además, cuenta con un amplio y rico patrimonio arquitectónico y cultural


En la sierra de Cádiz, en mitad de un paisaje dominado por los cultivos de cereales y olivos, se alza uno de los pueblos más singulares de Cádiz. Bañado por el rí­o Guadalporcún, este pueblo es uno de los destinos rurales más visitados de la provincia gracias a su patrimonio natural, pero también a su pintoresco casco urbano, el cual cuenta con una característica única y es uno de sus mayores atractivos.

Estamos hablando de Setenil de las Bodegas, una villa que representa uno de los pueblos más inusuales y fotogénicos de España, gracias a su particular arquitectura y relación única con el entorno. Este pueblo es famoso por sus casas incrustadas en la roca, mostrando una coexistencia armónica entre la naturaleza y la arquitectura humana que se remonta a siglos atrás. Así, pasear por sus calles es una experiencia única en la que el viajero ve como la montaña abraza a las diferentes construcciones y monumentos.



La historia de Setenil de las Bodegas se extiende hasta la prehistoria, evidenciada por los hallazgos arqueológicos en la zona. Sin embargo, fue durante la época medieval cuando adquirió gran parte de su característica estructura urbana. Su nombre proviene de la fortaleza árabe ‘Satinil’, que jugó un papel crucial durante la Reconquista, y del término ‘bodegas’ que alude a las antiguas economías vinícolas del lugar. Así, de la época árabe se pueden encontrar el torreón y la muralla, así como la torre del homenaje que pertenecía al alcázar y el aljibe.

Sin embargo, si por algo destaca, es por sus viviendas y estructuras construidas bajo salientes rocosos o directamente dentro de la roca, una estrategia de adaptación al entorno que ofrece ventajas térmicas naturales. Así, el cañón que forma el río Guadalporcún es el espacio ideal para descubrir las casa-cueva y las diferentes construcciones que se incrustan en él.

De este modo, el viajero no se puede marchar sin visitar las calles Cuevas del Sol, Cuevas de la Sombra, Calle Jabonería, Calle Cabrerías y, sobre todo, la Calle Herrería. Esta última es uno de los mayores atractivos de la villa, pues se encuentra literalmente bajo la roca. La arquitectura típica de la zona, con las casas blancas encoladas, termina por contemplar una imagen que es una de las más bonitas de España.

Su conjunto monumental

Más allá de su legado árabe y sus casas enclavadas en la roca, Setenil de las Bodegas cuenta con un pintoresco conjunto monumental. De este modo, la ermita de San Sebastián se erige como un emblema histórico y cultural, marcando la pauta de la evangelización en el pueblo tras el decisivo triunfo de los Reyes Católicos. Este santuario, reconocido como la primera estructura cristiana de la zona, se distingue por su inmaculada fachada blanca, simbolizando la pureza y la renovación espiritual que caracterizó a la era de la conquista.

Asimismo, otro edificio de gran relevancia es la ermita de San Benito, la cual destaca por albergar en su sagrado altar mayor la venerada imagen del Padre Jesús Nazareno. Esta escultura no es solo una pieza de arte sacro, sino el corazón de la Hermandad de los Negros, representando una faceta profunda de la devoción religiosa que permea en Andalucía. La imagen se destaca entre las tallas más emblemáticas y reverenciadas de la localidad, evidenciando la profunda y arraigada tradición religiosa que define a la región.

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Este es el pueblo más bonito de España: casi hay consenso general

Albarracín, el pueblo más bonito de España según la Asociación de los pueblos más bonitos de España, está siendo considerado por la UNESCO para convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Este pequeño pueblo de la provincia de Teruel, con apenas 1000 habitantes, destaca por su increíble belleza y su riqueza histórica y cultural.

La UNESCO ya ha mostrado interés en proteger este tesoro del patrimonio español incluyéndolo en la lista de Patrimonio de la Humanidad. Albarracín cumple con varios criterios que lo hacen merecedor de este reconocimiento, como su arquitectura medieval única, sus pinturas rupestres y su espectacular entorno natural.

Hasta ahora, no sabemos en qué punto se encuentra el proceso, puesto que las últimas confirmaciones provinieron de la misma agencia especializada de la ONU. La intención es retomarlo durante este año 2024 o, como muy tarde, en 2025, lo que sería una excelente noticia.

Un pueblo con distribución de laberinto y un entorno encantador

Albarracín es un pueblo medieval amurallado situado en la provincia de Teruel, en la comunidad autónoma de Aragón. Se encuentra enclavado en una meseta rodeada de barrancos, en la Sierra de Albarracín. ¿Nunca lo has visto en una de las postales de Teruel? Es uno de los que más aparecen.

Destaca por su arquitectura de tapial y piedra, con calles empedradas, casas solariegas, palacios e iglesias que conservan el sabor de la Edad Media. Entre sus monumentos más emblemáticos se encuentran la Catedral de Santa María de Albarracín, el Palacio Episcopal y las murallas que rodean el casco histórico.

El pueblo está formado por un intrincado laberinto de callejuelas, escaleras, arcos y pasadizos que invitan a perderse y descubrir rincones con encanto. Los edificios históricos se alzan sobre la peña tajada y se funden con el color ocre y rojizo de las paredes de adobe y piedra.

El arte rupestre, el detalle que ha cautivado incluso a la UNESCO

Albarracín cuenta con importantes muestras de arte rupestre levantino declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1998. Se trata de los abrigos y cuevas con pinturas esquemáticas de la Sierra de Albarracín, ubicados en el entorno del Río Guadalaviar y realizados entre el Epipaleolítico y la Edad de Bronce.

Destacan especialmente los abrigos de Rodeno, como el Abrigo del Tío Modesto donde se representan ciervos, uros, cabras y figuras humanas, o la Cueva de los Trepadores con escenas de recolección. Otros abrigos relevantes son los del Arrastradero y Valdecuevas.

El arte rupestre levantino de Albarracín constituye un excepcional testimonio de las sociedades prehistóricas que habitaron estas tierras, plasmando en las paredes rocosas de la sierra aspectos cotidianos de su vida como la caza, la recolección o escenas rituales.

Su declaración como Patrimonio Mundial reconoce el Valor Universal Excepcional de estas manifestaciones artísticas únicas. Igualmente, cuenta con un rico patrimonio cultural que se remonta a la Edad Media. Destacan especialmente sus imponentes murallas y torres medievales que rodean el casco histórico.

¿Qué te ha parecido Albarracín? Lo cierto es que no nos extraña que sea el pueblo más bonito de España, aunque sí nos sorprende que haya cautivado hasta a la UNESCO. ¿Cuántos lugares no habrá en el mundo y se han fijado, precisamente, en uno de nuestro país? Esa no es la única curiosidad que guardamos, ya viste esta república independiente en plena península Ibérica que nadie conoce.

Fuente.

Descubre el encanto de este magnífico pueblo, seleccionado por expertos turísticos como uno de los 100 mejores destinos rurales para una escapada. National Geographic lo ha destacado como una joya entre los municipios pequeños, con su pintoresco entorno y su rica historia. Enclavado en una región pintoresca, con sus aproximadamente 50 habitantes según el censo, supera en encanto incluso a localidades más grandes como Laguardia.
Entre las montañas: un pueblo medieval destacado por National Geographic

Este pueblo es destacado por su belleza y por su temática tan medieval por derecho este se ubica en el octavo puesto de la lista, contiene una población de 40 096 habitantes. El municipal tiene una superficie de 271,77 km², situada a unos 1063 m de altitud, es la segunda capital de provincia más alta, tras Ávila.

Una leyenda que recordó National Geographic dejó muchos dichos importantes como «Calatañazor, donde Almanzor perdió el tambor». La noticia presta especial atención a la arquitectura popular de Calatañazor que le aporta, precisamente, ese encanto que lo caracteriza.

Las casas del famosos Calatañazor están hechas de entrelazados de madera de sabina, chimeneas por las que respiraban las cocinas y barro de adobe. Los mismos vecinos son quienes cuidan y reservan estas reliquias dentro de la casa, son de las cosas que hacen al municipio de Soria bonito.

Descubriendo el encanto y la historia de una capital en miniatura

Hoy se designa más como capital pequeña que como otra cosa pero gracias al turismo se pudo conservar parte de la historia y arquitectura medieval de esta, el pueblo trata de rentabilizar la pátina literaria otorgada por su protagonismo en varias de las Leyendas de los escritores como Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado, Gerardo Diego y de Ángela Figuera Aymerich quienes dedicaron un papel importante al conjunto de la provincia.

Son de escasa comunicación y lo lleva a lo estancado del crecimiento que tiene, tampoco se ven tantas posibilidades de estudio y trabajo para los jóvenes, sin embargo, se van del sus hogares para tener una mejor calidad de vida y estudio. Podemos notar el claro ejemplo de los grandes atletas como Enrique Pascual, Abel Antón, Fermín Cacho, Reyes Estévez y de los equipos de fútbol y voleibol del Club Deportivo Numancia.

Si hablamos de su población podemos decir que en total hay alrededor de 40.0996 habitantes (INE 2023), aunque de todos modos se espera un gran crecimiento constante de población ya que esto sucede del siglo XX. Un pequeño detalle pero no menos importante es que la ciudad posee una pequeña área metropolitana compartida con diversas localidades colindantes que suman un total de casi 50.000 habitantes.

Urbanismo de Soria, algunas de sus divisiones más importantes

Soria cuenta con barrios antiguos y medievales, su arquitectura habla exactamente de la época medieval, así como tiene estas divisiones atractivas también tiene divisiones importantes del lugar. en ella se destacan alrededor de 7 divisiones, pero estas son las 3 principales.

Centro: se sitúa el Casco Histórico, donde se encuentran los monumentos más importantes como el Ayuntamiento, la Iglesia de San Juan de Rabanera, el Palacio de los Condes de Gómara o la Iglesia de Santo Domingo.

Avenida de Valladolid – Barriada de Yagüe: situada al noroeste de la ciudad, también conocida como «La Barriada», se desarrolló a las afueras de la ciudad, pero ha sido absorbida por el crecimiento urbanístico de esta. El nombre proviene del general Juan Yagüe, patrocinador de su construcción.

Eduardo Saavedra-Ronda Eloy Sanz Villa: Se encuentra al este, es una zona de nueva construcción en la cual se encuentra además el barrio de Los Royales.

¡Asombroso!

Este pueblo posee varios edificios declarados como bienes de interés cultural y otros atributos que lo convierten en un destino ideal para vivir o visitar



Baños de la Encina es un pueblo de la provincia de Jaén que está catalogado como uno de los más bonitos de España y que destaca por su patrimonio histórico y el hermoso paraje natural que lo rodea. Cuenta con una población de 2.558 habitantes y se ubica en las estribaciones de Sierra Morena, en un cerro que separa esta sierra de la campiña olivarera y cercano al río Rumblar. Descubre este maravilloso enclave.

Un pueblo de origen Neolítico con mucha historia

La historia de Baños de la Encina comienza en el Neolítico, según revelan las pinturas rupestres encontradas al norte del término municipal, y se extiende a través de distintas eras. Esta área de Jaén estuvo ligada a la explotación minera, de cobre y bronce en el II milenio a.C., y más tarde, la de plata durante el Imperio Romano.



La zona experimentó distintas fases de ocupación y abandono, con una notable presencia romana evidenciada por asentamientos como la villa en la Ermita de la Virgen de la Encina, que atravesó varias fases constructivas desde el siglo I hasta el abandono en el siglo V.



Después de la dinastía flavia —Vespasiano (69-79 d.C), Tito (79-81) y Domiciano (81-96)—, que precedió al primer emperador romano de origen hispano y para muchos el mejor de la historia de Roma, Trajano, todo este modelo metalúrgico parece sucumbir, ya que no se han encontrado restos cerámicos en la zona que superen el año 80 d.C.

La historia medieval de este pueblo de Jaén está influenciada por la presencia del castillo de Burgalimar, una fortaleza califal construida en el siglo X con gran relevancia estratégica durante las luchas entre musulmanes y cristianos. El bastión militar y el territorio circundante cambiaron varias veces de manos hasta ser definitivamente conquistados por los cristianos en el siglo XIII.



La época moderna vio a Baños de la Encina bajo una jerarquía social muy definida, con una economía basada principalmente en la agricultura, a pesar de la fuerte polarización social. La desamortización del siglo XVIII benefició a una clase de notables (a los hidalgos y a aquellas personas a quienes se les daba el título de “don”), y las reformas agrarias liberales llevaron a una privatización masiva de tierras comunales, especialmente en el siglo XIX, marcando una transición hacia una economía más agraria y menos dependiente de la ganadería y los montes públicos.

La joya de la corona: el castillo de Burgalimar

Uno de los atractivos turísticos más relevantes de este pueblo de Jaén catalogado como uno de los más bellos del país, es el castillo de Burgalimar —construido en el siglo X por orden del califa al-Hakam—, el más antiguo de España y el segundo de Europa. Declarada como Bien de Interés Cultural en 1931, la fortaleza califal de Baños de la Encina, ubicada en un espolón rocoso sobre el río Guarromán, es un testimonio arquitectónico de gran valor que refleja tanto la ingeniería como la historia militar y social de la región.



El castillo sigue la forma natural de la roca, con una planta que se estrecha en los extremos, y está hecho a base de una mezcla de arcilla, arena, cal y pequeñas piedras. Este método constructivo, aunque económico, proporcionaba resistencia y durabilidad a las estructuras.

La fortificación servía como base para las tropas bereberes en sus campañas contra los cristianos. Posteriormente, tras la reconquista cristiana, se realizó una transformación significativa en el ala este, creando un alcázar con una muralla interior que incluía un torreón circular y partes de muros laterales.

Un patrimonio histórico de primer nivel

Además del castillo, los amantes de la historia encontrarán en Baños de la Encina otros monumentos dignos de admiración:

Casco urbano: El centro histórico de Baños de la Encina fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1969. Todo el casco urbano está plagado de mansiones señoriales y palacios levantados entre los siglos XVI y XVIII. En la calle Trinidad, destacan casas como las de Caridad Zambrano, la de los Pérez Caballero, los Salcedo o Galindo.

Iglesia de San Mateo: Se construyó en el último tercio del siglo XV con traza gótica.

Ermita del Cristo del Llano: Declarada Bien de Interés Cultural en 2009.

Molino de viento del Santo Cristo.

Ermita Virgen de la Encina: De origen medieval y restaurada en el siglo XVII.

Poblado argárico de Peñalosa: un yacimiento arqueológico de la Edad del Bronce del Alto Guadalquivir.



El lince ibérico y otros encantos de Baños de la Encina

El término municipal de Baños de la Encina forma parte del Parque Natural Sierra de Andújar, por lo que aquellos que busquen un lugar para escaparse unos días podrán sumergirse en la naturaleza, pues existen numerosas rutas para ello: sendero o vereda de las Aguas, el camino de la Verónica, El Centenillo, etc.

Además, es uno de los pocos lugares en los que es posible observar al lince ibérico. Pero hay más animales, como el águila imperial o el buitre negro, entre otros. Con las primeras lluvias de otoño, es posible apreciar la berrea del ciervo: la época de celo en la que el ciervo macho emite unos sonidos que consiguen un efecto atronador en los bosques.

Descubre la gastronomía de Jaén en Baños de la Encina

La gastronomía de Baños de la Encina es otro de los pilares de su identidad cultural. Por la proximidad a Sierra Morena, son muy típicos los platos preparados a partir de carne de caza, como el jabalí o el venado, así como con otras carnes de caza menor: conejo, perdiz, etc. Destaca también el cucharro: pan con aceite y tomate acompañado con las tradicionales aceitunas aliñadas, habas, rábanos y bacalao.

Casas venta en Baños de la Encina, Jaén

Solo hace falta echar un vistazo a las viviendas en venta en Baños de la Encina para percatarnos del rico patrimonio cultural que destilan sus calles y edificios. Por ejemplo, este palacio de priores construido en el siglo XVII, antiguo monasterio y cárcel en guerra civil, con 800 m2, 6 habitaciones, tres baños y una parcela de 500 m2.



Actualmente, según reza el anuncio, se ha reformado la mitad del edificio, solo falta la planta media. Cuenta con cuatro plantas, contando sótano y ático.



Si lo que se busca es una vivienda enclavada en un casco histórico, este chalet independiente en venta por 140.000 euros es una opción a considerar. Esta casa disfruta de unas vistas excepcionales del castillo de Burgalimar y consta de 3 plantas, 409 m2, 6 habitaciones y 5 baños.



Adentrate en la cultura.

Nos introducimos en el corazón de Andalucía para descubrir estas casas-cueva excavadas que dan la sensación de vivir dentro de la tierra.

En el corazón de Andalucía oriental, entre paisajes agrestes cargados de historia y cultura, se encuentra una ciudad que parece desafiar el paso del tiempo. Se trata de Guadix, ubicada en la provincia de Granada y con apenas 18.700 habitantes. Este pintoresco lugar ofrece a los visitantes una visión fascinante de una forma de vida que ha perdurado durante siglos: sus miles de casas cueva subterráneas, un patrimonio arquitectónico único que nos transporta a otra época de la historia de España.

Guadix es uno de los asentamientos humanos más antiguos de la Península Ibérica. De hecho, hay constancia de presencia de un poblado permanente en la Edad de Bronce. Su historia está entretejida con hilos de diversas culturas, incluidas las íberas, romanas, visigodas y árabes. Cada civilización ha dejado su huella en Guadix, contribuyendo al paisaje cultural único de la ciudad. Pero, ¿de dónde procede esta tradición de las casas cueva?

El origen de las casas cueva

Las casas cueva están talladas en la suave roca de toba. En el Barrio de las Cuevas, donde hay censadas unas 2.000, sigue siendo en gran medida una comunidad viva, con aproximadamente la mitad de la población de la ciudad residiendo en estas casas subterráneas en las que el aislamiento natural de la tierra proporciona un entorno confortable y estable; cálido en invierno y fresco en verano (siempre suelen tener una temperatura constante durante todo el año en torno a los 20 grados centígrados), lo que la convierten en una vivienda muy sostenible, sobre todo teniendo en cuenta el ascenso de las temperaturas de los últimos años que está obligando a un uso masivo de opciones de refrigeración en los hogares.

Anteriormente, estas cuevas eran lugares destinados a la protección del ser humano, pero el paso del tiempo ha hecho que sus habitantes conviertan estos lugares en auténticas casas que reúnen unas excelentes condiciones de habitabilidad. El hecho de que haya miles de viviendas de este tipo ha hecho que este municipio sea considerado “Capital Europea de las Cuevas”. Para su construcción, se aprovecharon los pequeños cerros que salpican la zona, creando un entorno único con aires prehistóricos.


Las casas en las cuevas de la zona de Guadix y alrededores, surgen aproximadamente en 1452, momentos antes de la Guerra de Granada (1482 y 1492) que condujo, posteriormente, a la conocida Reconquista de los Reyes Católicos del dominio árabe tras la toma de Granada el 2 de enero de 1492, el mismo año que se produjo el descubrimiento de América (12 de octubre de 1492).

¿Sabías que cuando los musulmanes invadieron la península ibérica renombraron a Guadix -originalmente Acci, por eso su gentilicio es accitano-, como Wadi Ash”? Tras la Reconquista, y el inicio de la transformación de ciudad musulmana a cristiana, se readaptó la palabra árabe para acabar con el nombre por el que conocemos este municipio actualmente, Guadix.

“Las primeras cuevas habitables datan de 1452, justo después de la toma de Granada por los Reyes Católicos, cuando los moriscos, huyendo de la ciudad, se cobijaron en pueblos como Guadix. Muchos de ellos no querían huir de la que hasta ese momento había sido su tierra y vieron en las montañas la mejor opción para esconderse sin necesidad de abandonar Granada”, explica el Centro de Interpretación de las Cuevas de Guadix.

Modificaciones en la Edad Media

Fue precisamente tras la reconquista de la región cuando estas cuevas comenzaron a ser utilizadas como refugio por las minorías que no estaban integradas en la vida urbana de Guadix. las cuevas se convirtieron en refugio para quienes se encontraban al margen del nuevo orden social establecido por los Reyes Católicos.

Dentro de estas casas subterráneas se preservaron y continuaron las tradiciones y costumbres de diferentes grupos étnicos, como los judíos.

En la actualidad

Las viviendas subterráneas de Guadix no son sólo residenciales. Con el tiempo, las casas cueva de Guadix evolucionaron. Aparte de encalarse sus paredes, se ampliaron para incluir varias estancias, como cocinas, salas de estar, capillas, restaurantes e incluso talleres donde los artesanos mantienen viva la artesanía tradicional de tiempos pasados. Los visitantes pueden explorar varias cuevas que se han convertido en museos, como el Centro de Interpretación de las Cuevas, un museo donde se puede ver cómo es una de estas construcciones en la roca, a la par que exhibe muebles y herramientas tradicionales, que permiten conocer la vida cotidiana de los habitantes de las cavernas. También hay casas cueva que han sido restauradas y acondicionadas parra ser alquiladas como alojamiento para experimentar la vida en cuevas de primera mano.


¡Asombroso!

La localidad alberga un rico patrimonio histórico y artístico que se puede disfrutar a través de la conocida como Ruta del Amor

Bañado por el rí­o Guadalporcún, en el corazón de la sierra de Cádiz, Setenil de las Bodegas emerge como uno de los pueblos más bonitos de España. Gracias a su espectacular distribución y encantos únicos, se ha convertido en uno de los destinos predilectos de la región. Todo ello gracias a sus casas incrustadas en la roca, mostrando una coexistencia armónica entre la naturaleza y la arquitectura humana que se remonta a siglos atrás. Así, pasear por sus calles es una experiencia única en la que el viajero ve como la montaña abraza a las diferentes construcciones y monumentos.
Sus impresionantes casas-cueva y su castillo

El origen de Setenil de las Bodegas se remonta a la prehistoria, así lo demuestran los restos arqueológicos encontrados en la zona. Durante la época medieval, la ciudad consolidó gran parte de su estructura urbana, época de la que proviene su nombre, resultante de la fusión entre la denominación de la fortaleza árabe ‘Satinil’, esencial en el contexto de la Reconquista, y el término ‘bodegas’, que hace referencia a su tradicional economía basada en la viticultura. Entre las reliquias de su pasado árabe, destacan elementos arquitectónicos como el torreón, la muralla, la torre del homenaje, que formaba parte del alcázar, y el aljibe.



Una de las características más notables de la localidad es la peculiaridad de sus viviendas y estructuras, muchas de las cuales están construidas bajo salientes rocosos o, en casos más impresionantes, directamente dentro de la roca. Esta ingeniosa adaptación al entorno no solo se integra de manera armoniosa con el paisaje, sino que además aprovecha las ventajas térmicas naturales que esta técnica constructiva ofrece. El cañón formado por el río Guadalporcún se presenta como el escenario ideal para explorar estas casa-cueva y las diversas edificaciones que se integran magistralmente en el entorno rocoso.

De este modo, es imprescindible recorrer algunas de las calles más emblemáticas de la localidad, entre ellas, Cuevas del Sol, Cuevas de la Sombra, Calle Jabonería, Calle Cabrerías y, especialmente, Calle Herrería. Esta última representa uno de los principales atractivos turísticos, pues se ubica literalmente bajo la roca. El diseño arquitectónico tradicional del área, caracterizado por sus casas encaladas de blanco, ofrece un panorama que es considerado como uno de los más pintorescos de España.

Qué ver en Setenil de las Bodegas

Setenil de las Bodegas guarda muchos más secretos más allá de su impresionante estructura de casas incrustadas en la roca. Entre sus joyas históricas y culturales se encuentra la ermita de San Sebastián, considerada el primer edificio cristiano del lugar tras la reconquista de los Reyes Católicos. Este templo se caracteriza por su prístina fachada blanca, símbolo de la pureza y renovación espiritual que trajo consigo la era de la conquista.

Otro punto de interés es la ermita de San Benito, que resguarda en su altar mayor la venerada imagen del Padre Jesús Nazareno, pieza clave del arte sacro y centro de la Hermandad de los Negros. Esta escultura es una de las más emblemáticas y reverenciadas, reflejando la profunda devoción religiosa andaluza y la rica tradición que permea la región.

La Ruta del Amor en Setenil de las Bodegas: un recorrido para los más románticos

Una de las mejores formas de disfrutar de todos los encantos de este pueblo es a través de la conocida como Ruta del Amor. Se trata de un paseo interurbano que recorre las calles cueva más impresionantes de la localidad. El itinerario cuenta con cinco paradas, siendo la Escalera del Carmen su punto de partida. A esta le siguen otros espacios como jabonerías, Mina, Herrería y Villa.

Igualmente, cada parada tiene un nombre evocador que lleva el romanticismo a su punto más álgido. ‘Hagamos juntos el camino’, ‘Susúrrame al oído’, ‘Andábamos para encontrarnos’, ‘Bésame en este rincón’ y ‘Lo mejor de Setenil está aquí' son los elegidos para dar vida a los tramos de esta ruta.
Hoteles y dónde comer


Los restaurantes de Setenil de las Bodegas ofrecen al viajero una increíble experiencia gastronómica de la mano de los mejores productos locales. Así, destacan de todos sus establecimientos el Bar Frasquito, Bar La Escueva y Restaurante Casa Palmero. Por su parte, algunos de los alojamientos donde uno puede descansar son Casas Rurales El Tajo, Casa Rural Las Cuevas de Setenil y El Almendral. Todos ellos con más de cuatro estrellas en las reseñas de Google.

Te puede interesar: El pueblo conocido como la ‘capital del cava’ que es perfecto para visitar en primavera: tiene una de las bodegas más antiguas de España

El tiempo en Setenil de las Bodegas

La temperatura en Setenil de las Bodegas es más bien cálida. La temporada de más calor es del 16 de junio al 12 de septiembre, siendo la temperatura máxima promedio diaria es más de 27 °C. El mes más cálido del año es agosto, con una temperatura máxima promedio de 29 °C y mínima de 16 °C. En cuanto a la temporada fría, esta es del 15 de noviembre al 10 de marzo, y la temperatura máxima promedio diaria es menos de 16 °C. El mes más frío del año en Setenil de las Bodegas es enero, con una temperatura mínima promedio de 2 °C y máxima de 12 °C (datos extraídos del portal web weatherspark.com).

Link.

Destino ideal para un turismo rural con una riqueza natural y cultural

España enfrenta una creciente amenaza de despoblación, con 3.000 pueblos abandonados y otros 2.000 que están a punto de seguir el mismo camino, una situación particularmente aguda en Galicia y Asturias. Este fenómeno evidencia un desafío significativo a nivel nacional, con implicaciones culturales, económicas y sociales profundas.



Estas dos comunidades presentan el mayor número de localidades que ya han quedado vacías o están en riesgo de perder a todos sus habitantes. Hoy nos centramos en una pequeña localidad asturiana, As Veigas, que ha sabido renacer de sus cenizas. Perdió a toda su ciudadanía y hoy forma parte de esa España vaciada.

Pueblo de cuento de hadas

Rodeado de un frondoso bosque a orillas del río Turia, se encuentra As Veigas. Es un destino ideal para aquellas personas que busquen un turismo más rural rodeado de paisajes naturales y lugares misteriosos. Disfrutarán de todo un cuento de hadas al pasear por sus calles empedradas y explorar sus antiguas cabañas.

En el corazón de la Reserva de la Biosfera de Oscos, Eo y Terras de Burón, emerge este pueblo reconocido no sólo por su valor paisajístico sino también por su importancia cultural e histórica. As Veigas, en Taramundi, considerada Centro de Turismo Rural, ofrece al visitante una experiencia única en contacto con la naturaleza y la tradición, como apunta la web ayuntamiento.es.

Se distingue por estar bañado por un río vital que añade al paisaje una belleza serena e impresionante, convirtiéndolo en un destino perfecto para aquellos que buscan despejarse del bullicio de la vida moderna. El pueblo cuenta con tres casas rurales que proveen alojamiento a los visitantes, garantizando una estancia acogedora y plena de comodidades, mientras se explora la vasta riqueza natural y cultural de la zona.

“El puente aguanta”

El encanto de la aldea no reside sólo en lo espectacular de su paisaje, sino en el recorrido para llegar hasta ahí. Es necesario cruzar un pequeño puente en el que hay un cartel donde podemos leer: “El puente aguanta”. Puede ser que, lejos de darnos seguridad, provoque justo el efecto contrario. La buena noticia es que, de momento, no se ha registrado ningún accidente.

Recorrer el pueblo a pie es una actividad obligatoria. Caminando por sus calles, podremos observar las casas que nos transportarán a otra época, con sus muros de piedra tosca y sus puertas y ventanas de madera macerada.

En este paseo también daremos con unos hórreos centenarios de estilo asturiano y gallego. A uno de ellos se le conoce como la Casa del Cura, bajo él encontramos una taberna tradicional, el lugar perfecto para poder disfrutar de una típica sidra de la zona. Tan tradicional es la taberna, que utilizan el río para enfriar las botellas de esta bebida, tal y como menciona la página de turismo de Asturias.

Una gastronomía de mar y montaña

Taramundi tiene una oferta diversa de artesanía local, gastronomía tradicional con platos que fusionan los sabores del mar y la montaña, rutas de senderismo y cercanía con playas destacadas, como la de Las Catedrales, reconocida como una de las mejores de España, como apunta la web de As Veigas.

Fuente.

Aunque está catalogado como uno de los miles de pueblos españoles abandonados, su historia rebosa vitalidad y renovación.

En la vasta geografía española, marcada por paisajes de ensueño y ricas tradiciones, la historia de Ruesta emerge como un testimonio de resiliencia en medio de la España Vaciada. Situada en la encrucijada de las comarcas de las Cinco Villas y la Jacetanía, este pueblo zaragozano se erige como un bastión de lucha contra el abandono.

Con sus raíces hundidas en la tierra que abraza al río Aragón y al Camino de Santiago en su variante del camino francés, Ruesta encarna la dualidad entre el pasado y el presente, entre el éxodo y la esperanza. Aunque está catalogado como uno de los miles de pueblos españoles abandonados, su historia rebosa vitalidad y renovación.

LA HISTORIA DE RUESTA

El embalse de Yesa, erigido en 1965, marcó un punto de inflexión en la vida de Ruesta y de sus vecinos. La negación de vastas extensiones de terreno agrícola provocó un éxodo masivo, dejando a su paso un panorama desolador de calles vacías y casas abandonadas. Esco y Tiermas, dos poblaciones hermanas, compartieron el destino de Ruesta, sumiéndose en el silencio de la desolación.

Sin embargo, en medio de la oscuridad, surgió un rayo de esperanza. En 1988, la Confederación General del Trabajo tomó las riendas de Ruesta, con el firme propósito de insuflar vida nuevamente en sus calles vacías. Así, con determinación y esfuerzo, se inició un proceso de revitalización que transformó la desolación en un oasis de actividad social y cultural.

UN HILO DE ESPERANZA

El corazón de este renacimiento palpita en el antiguo castillo de Ruesta, testigo mudo de siglos de historia. Sus torres, erguidas con orgullo sobre el horizonte, son faros de esperanza para los peregrinos que recorren el Camino de Santiago. En su interior, la Casa de Cultura de Ramón Acín y los albergues Casa Valentín y Casa Alifonso son testigos del compromiso por preservar la identidad y el legado de este pueblo.

Gracias a esta asistencia, se pudo crear los albergues de Casa Valentín y Casa Alifonso. En el año 2000 se terminó la Casa de Cultura de Ramón Acín donde se celebraron conferencias, reuniones y encuentros.

PATRIMONIO HISTÓRICO

El castillo de Ruesta, joya arquitectónica que se alza imponente en el paisaje, no solo es un símbolo de fortaleza física, sino también un recordatorio de las épocas pasadas. Con sus torres y murallas, ofrece un vistazo al pasado medieval de la región, atrayendo a historiadores, arqueólogos y curiosos por igual.

EL FUTURO DE RUESTA

Hoy, Ruesta es un ejemplo de resistencia y superación en la lucha contra la despoblación. Su historia, marcada por la adversidad y la perseverancia, nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, la luz de la comunidad y la solidaridad puede alumbrar un nuevo amanecer.

En las calles empedradas de Ruesta, el eco de su resurgimiento resuena como un canto de esperanza para la España Vaciada y más allá. Con cada paso de los peregrinos que recorren el Camino de Santiago, con cada evento cultural que anima sus plazas y calles, Ruesta renueva su compromiso con el futuro, demostrando que, cuando una comunidad se une en pos de un objetivo común, ningún desafío es insuperable.

En Castellar de la Frontera parece como si el tiempo se hubiera detenido para siempre dentro de la magia de sus muros y torres medievales



Si algo distingue a España es el número de castillos y alcazabas que aún permanecen en pie adornando pueblos y ciudades que parecen detenidas en el tiempo. Una de las regiones donde más se pueden encontrar fortalezas es Andalucía. Allí, la provincia de Jaén es reconocida por ser la que más castillos tiene en todo el país. No obstante, esta joya patrimonial, también adorna las vistas de cientos de pueblos y ciudades más. Justamente, uno de estos pueblos, que además ha sido reconocido como uno de los más lindos de España, es Castellar de la Frontera (Cádiz).

La particularidad de este pueblo ubicado en la provincia de Cádiz no es solamente contar con una fortaleza medieval como parte de su majestuoso paisaje. En este caso, se trata más bien que el pueblo creció al interior del Castillo, y no fuera de él como suele ser lo típico. Gracias a esto, hoy en día podemos encontrar un Castellar viejo, que es el pueblo que descansa en la alcazaba. Y Castellar Nuevo junto con la Almoraima. Donde precisamente también puede encontrase una torre musulmana que tiene el mismo nombre.

El Castellar Viejo se encuentra sobre una montaña desde donde se puede apreciar toda la Bahía de Algeciras y el Peñón de Gibraltar. Además, está muy cerca del Parque Natural de los Alcornocales, logrando así un maravilloso entorno verde que lo convierte en el pulmón de la comarca. Según las autoridades de turismo del pueblo, el origen del Castellar Viejo se remonta a la Edad del Bronce, entre los años 1.700 y 1.100 A.C. No obstante, su aspecto actual se desprende del período de la conquista musulmana, época en la que se llamó Al-Qars. Castellar fue además un fortín muy importante dentro de las guerras entré árabes y cristianos. Hasta que estos últimos la conquistaron definitivamente en 1434.

La villa al interior de la fortificación se caracteriza por una belleza singular. Callejuelas estrechas y arracimadas, así como calles con un notorio tinte islámico hacen a los visitantes trasladarse a otro tiempo y lugar. Convirtiéndose así en una parada obligada para quienes visitan el sur de España. Por su parte, el nuevo Castellar se terminó de construir en 1971 a 8Km del viejo. Allí decidieron trasladarse todos los vecinos del casco antiguo para iniciar una nueva etapa en la historia de la villa anclada en la fortaleza de la montaña. Quienes visiten esta joya andaluza tendrán la posibilidad de conocer las riquezas de dos pueblos en uno. Uno bañado por toda la herencia andalusí y uno moderno que, sin olvidar sus raíces, se levanta de nuevo para seguir creciendo.

¡Asombroso!

Este pueblo de España figura entre los más bonitos de este país. Cuáles son algunos de sus principales atractivos

Viajar en el tiempo es posible. No, nadie ha creado una máquina que lo posibilite, pero hay otras maneras. Una de ellas es visitando uno de los pueblos más hermosos que tiene España. Tiene alrededor de mil años, poco más de 2 mil habitantes y mucha historia en cada una de sus calles y casas.

Este pueblo español, que figura entre los más bonitos de este país, es Valderrobres, un lugar que parece congelado en el tiempo, ideal para saber cómo era una ciudad hace mil años, pero también con la capacidad de volverse inolvidable para todas aquellas personas que lo visiten.




Pueblos más bonitos de España: Valderrobres

El pueblo español de Valderrobres impacta con su hermosura desde el principio. El río Matarraña llega hasta la entrada de la ciudad y se hace responsable de marcar el límite entre lo viejo y lo moderno, pero en este lugar es la historia lo que hace que sea tan bello.

Un puente de piedra que lleva al medioevo y que presenta un estilo gótico recibe a toda aquella persona que quiera visitar el pueblo de Valderrobres. A partir de ese momento, todo turista que llegue, sabrá que no solamente viajó en el tiempo, sino que se encuentra en una especie de museo al aire libre.

Viajar por el casco antiguo y pasear por cada metro cuadrado que tiene Valderrobres es hacer un camino que hicieron otras personas hace cientos de años. El Portal San Roque, palacios, ermitas y otras construcciones antiguas son parte del paisaje de este pueblo tan lindo que también es perfecto para los amantes de la arquitectura.

Otra de las cualidades que tiene este pueblo son sus habitantes. Sí, son pocos, alrededor de 2500 personas viven en Valderrobres, pero su forma de ser provoca que nadie se quiera ir de allí.



Cómo llegar al pueblo de Valderrobres

Para llegar al pueblo de Valderrobres, se puede hacer en coche, autobús o tren. En el caso de los autobuses, la empresa que viaja hasta este lugar es HIFE, que tiene servicios directos u otros con conexiones, dependiendo de la ciudad de partida.

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