El Gobierno convoca las primeras ayudas del año al cine español por 35 millones
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El Gobierno convoca las primeras ayudas del año al cine español por 35 millones
Un día después de la presentación del proyecto de presupuestos generales, el gobierno compromete 35 millones para el cine español.
EL DESPILFARRO DEL DÍA
El Instituto de Cinematografía y las Artes Audiovisuales, dependiente del ministerio de Cultura, ha convocado la primera línea de subvenciones del presente ejercicio destinadas al cine español. Se trata de ayudas económicas para la amortización de los gastos de producción de largometrajes estrenados con posterioridad al 30 de junio de 2010 y hasta el 31 de diciembre de ese mismo año. En el caso de películas cuyo rodaje, además, comenzara en el primer semestre de 2010, el productor podrá llegar a embolsarse un máximo de 2 millones de euros por largometraje.
Por otra parte, las comunidades autónomas también tienen previsto conceder subvenciones a las películas rodadas en su territorio o en la lengua cooficial de su región en el caso de autonomías con lengua propia. El gobierno de España reconoce esta circunstancia, al aclarar que el dinero que reparte anualmente tiene como objeto compensar "la desigual implantación en el territorio de los agentes del sector, sin que ello impida el establecimiento de diferentes medidas de fomento por parte de las comunidades autónomas".
Dado que el éxito en taquilla es un mérito a la hora del reparto de este dinero público, las principales candidatas a recibir subvenciones millonarias son las películas "Tres metros sobre el cielo", producida por Antena 3 y el filme español que más recaudó en el periodo señalado con de 1,3 millones de euros, y "Los ojos de Julia", producida por TV3, que se situó en segunda posición con unos ingresos por venta de entradas de 1,1 millones de euros...
EL DESPILFARRO DEL DÍA
El Instituto de Cinematografía y las Artes Audiovisuales, dependiente del ministerio de Cultura, ha convocado la primera línea de subvenciones del presente ejercicio destinadas al cine español. Se trata de ayudas económicas para la amortización de los gastos de producción de largometrajes estrenados con posterioridad al 30 de junio de 2010 y hasta el 31 de diciembre de ese mismo año. En el caso de películas cuyo rodaje, además, comenzara en el primer semestre de 2010, el productor podrá llegar a embolsarse un máximo de 2 millones de euros por largometraje.
Por otra parte, las comunidades autónomas también tienen previsto conceder subvenciones a las películas rodadas en su territorio o en la lengua cooficial de su región en el caso de autonomías con lengua propia. El gobierno de España reconoce esta circunstancia, al aclarar que el dinero que reparte anualmente tiene como objeto compensar "la desigual implantación en el territorio de los agentes del sector, sin que ello impida el establecimiento de diferentes medidas de fomento por parte de las comunidades autónomas".
Dado que el éxito en taquilla es un mérito a la hora del reparto de este dinero público, las principales candidatas a recibir subvenciones millonarias son las películas "Tres metros sobre el cielo", producida por Antena 3 y el filme español que más recaudó en el periodo señalado con de 1,3 millones de euros, y "Los ojos de Julia", producida por TV3, que se situó en segunda posición con unos ingresos por venta de entradas de 1,1 millones de euros...
Extranauta- Cybernauta VIP
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Wert dispara un 74% las ayudas públicas para producir cine español
El departamento de Wert ha decidido subir de 3 a 5,3 millones el presupuesto para esta línea de ayudas al cine español.
"POR EL ELEVADO NÚMERO DE SOLICITUDES"
El 13 de abril de este año, el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales hizo pública, entre otras, una convocatoria de subvenciones para la producción de largometrajes por importe total de tres millones de euros.
Se trata de unas subvenciones que el beneficiario recibe por adelantado y que, consumado el proyecto, ha de justificar económicamente mediante la presentación de determinados documentos. Dicha resolución establecía, como viene siendo habitual, la posibilidad de que la partida destinada a este gasto se incrementara durante la vigencia de la convocatoria en función de las disponibilidades presupuestarias del ministerio.
Pues bien, este jueves el ICAA publica en el diario oficial la buena noticia de que las subvenciones para la producción de películas españolas han sido aumentadas en más de 2, 2 millones de euros hasta llegar a los 5.231.133 euros con 50 céntimos, lo que supone un incremento de más del 74% en las ayudas públicas destinadas a este fin.
Además de esta subida notable en el dinero público que los contribuyentes vamos a entregar a los productores de cine español, el propio ministerio decidió a los pocos días suavizar las condiciones establecidas en la convocatoria inicial para optar a estas ayudas, mediante una modificación legal por la que aumentó de cuatro a seis meses el plazo para el inicio del rodaje de la película agraciada.
El motivo aducido por el departamento de Ignacio de Wert para incrementar de forma tan notable el dinero destinado a este fin es, según reza la citada resolución, "el elevado número de solicitudes presentadas a la convocatoria"...
"POR EL ELEVADO NÚMERO DE SOLICITUDES"
El 13 de abril de este año, el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales hizo pública, entre otras, una convocatoria de subvenciones para la producción de largometrajes por importe total de tres millones de euros.
Se trata de unas subvenciones que el beneficiario recibe por adelantado y que, consumado el proyecto, ha de justificar económicamente mediante la presentación de determinados documentos. Dicha resolución establecía, como viene siendo habitual, la posibilidad de que la partida destinada a este gasto se incrementara durante la vigencia de la convocatoria en función de las disponibilidades presupuestarias del ministerio.
Pues bien, este jueves el ICAA publica en el diario oficial la buena noticia de que las subvenciones para la producción de películas españolas han sido aumentadas en más de 2, 2 millones de euros hasta llegar a los 5.231.133 euros con 50 céntimos, lo que supone un incremento de más del 74% en las ayudas públicas destinadas a este fin.
Además de esta subida notable en el dinero público que los contribuyentes vamos a entregar a los productores de cine español, el propio ministerio decidió a los pocos días suavizar las condiciones establecidas en la convocatoria inicial para optar a estas ayudas, mediante una modificación legal por la que aumentó de cuatro a seis meses el plazo para el inicio del rodaje de la película agraciada.
El motivo aducido por el departamento de Ignacio de Wert para incrementar de forma tan notable el dinero destinado a este fin es, según reza la citada resolución, "el elevado número de solicitudes presentadas a la convocatoria"...
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El cine español recibe al menos 130 millones al año de las teles y el Estado
La falta de subvenciones y el alza del IVA fueron los principales protagonistas de los Goya, una gala caracterizada por la falta de espectáculo y las críticas al Gobierno de turno. Es cierto que, desde que Mariano Rajoy llegó a la Moncloa, las ayudas directas al cine español -Fondo de protección de la cinematografía- han caído un 56,2%, desde los 77,06 millones de euros de 2011 hasta los 33,77 millones aprobados en los últimos presupuesto generales.
Pero a estas ayudas directas a la amortización y puesta en marcha de los proyectos hay que sumar los más de 90 millones que cada año tienen que destinar por ley sólo al cine español RTVE, las televisiones autonómicas y las cadenas y operadores privados, como Mediset, Atresmedia, Digital + o Telefónica.
Una factura que como mínimo eleva a los 130 millones de euros las ayudas públicas que recibió el sector cinematográfico español en 2013, frente a los apenas 72 millones de euros que recaudaron en taquilla las películas españolas ese mismo año, siendo el 14 por ciento de la cuota total de mercado. sigue
El cine español y el arte del trinque
Pero a estas ayudas directas a la amortización y puesta en marcha de los proyectos hay que sumar los más de 90 millones que cada año tienen que destinar por ley sólo al cine español RTVE, las televisiones autonómicas y las cadenas y operadores privados, como Mediset, Atresmedia, Digital + o Telefónica.
Una factura que como mínimo eleva a los 130 millones de euros las ayudas públicas que recibió el sector cinematográfico español en 2013, frente a los apenas 72 millones de euros que recaudaron en taquilla las películas españolas ese mismo año, siendo el 14 por ciento de la cuota total de mercado. sigue
El cine español y el arte del trinque
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El Tribunal de Cuentas detecta "deficiencias" en la concesión de ayudas al cine en la etapa de Sinde
El Tribunal de Cuentas ha detectado "deficiencias" e "incumplimientos" en la gestión de varias subvenciones al cine durante el año 2011, etapa de Ángeles González Sinde al frente del ministerio de Cultura, según se desprende del informe de fiscalización del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) de ese año, al que ha tenido acceso Europa Press.
El ICAA es un organismo autónomo, adscrito al citado ministerio, a través de la Secretaría de Estado de Cultura. Entre sus fines se encuentra desarrollar la creación, incrementar la producción y favorecer la distribución de producciones españolas; la proyección y promoción exterior de la cinematografía y de las artes audiovisuales españolas; o la recuperación, restauración, conservación e investigación y difusión del patrimonio cinematográfico, entre otras.
Así, el ICAA convocó en aquel año 16 líneas de ayudas en régimen de concurrencia competitiva, cuya finalidad consistía en el fomento, producción, distribución, conservación y promoción de la actividad cinematográfica y audiovisual, así como el acceso al crédito y el empleo de nuevas tecnologías.
Su importe ascendía a los 71,43 millones de euros y sus bases reguladoras presentaron "carencias" como "la omisión o la insuficiente definición" del objeto de subvencionable, o la existencia de inconsistencias entre el contenido de las bases reguladoras y el de las convocatorias.
Asimismo, el órgano fiscalizador alerta de que en los procedimientos de selección y valoración analizados se ha constatado la "incorrecta aplicación" de los criterios de valoración establecidos en las bases reguladoras y en la convocatoria.
SE "INFRINGE" LA LEY DE SUBVENCIONES
En este contexto, también argumenta cómo en la solicitud, concesión y justificación de las subvenciones se infringieron "diversos" preceptos de la normativa reguladora de las subvenciones. Entre ellos, destaca la resolución de concesión de subvenciones y su notificación fuera de plazo, la ausencia de destrucción de la documentación técnica aportada (guiones o proyectos de películas) o la falta de la adopción de medidas que garantizasen su confidencialidad, la falta de justificación total o parcial de algunas subvenciones o incluso la inclusión de justificantes de gasto no subvencionables.
De forma más detallada, por ejemplo, en cuanto a las ayudas para el fomento de la realización de películas cinematográficas de largometraje, en régimen de coproducción internacional, el órgano fiscalizador advierte de que sus bases reguladoras no definieron el objeto de la subvención, vulnerando la Ley General de Subvenciones (LGS).
Al mismo tiempo, refleja que las bases reguladoras del resto de ayudas, a excepción de las destinadas al desarrollo de proyectos de películas cinematográficas de largometraje, definieron el objeto subvencionable de manera genérica, por lo que no se dio cumplimiento a lo previsto en la Ley de Subvenciones, cuando ésta establece que debe expresarse el objeto de la subvención.
En el capítulo de las ayudas para la conservación del patrimonio cinematográfico, las bases reguladoras y la convocatoria no establecieron los criterios de valoración, ni su ponderación, requisitos "expresamente exigidos" en la mencionada LGS.
A su vez, la institución auditora ha constatado una "incoherencia" entre la base reguladora de la línea de ayudas para la realización de obras audiovisuales con empleo de nuevas tecnologías y la convocatoria para 2011, al haberse establecido que el plazo para iniciar el rodaje empezaba a contar desde la percepción de la ayuda, mientras que en la convocatoria el computo señalado se iniciaba desde su aceptación.
En el examen del procedimiento de concesión de las líneas de ayudas concedidas en régimen de concurrencia competitiva por el ICAA en 2011 el Tribunal de Cuentas pone de manifiesto "incumplimientos" como que en cuatro de las 15 ayudas analizadas se superó, al menos en alguna de las convocatorias o fases el plazo de 15 días establecido para resolver el procedimiento de concesión, contado desde la fecha de elevación de la propuesta de resolución, incumpliendo el reglamento general de subvenciones.
Por lo que se refiere a la valoración de los proyectos, del análisis de contenido del acta de la reunión del 8 de noviembre de 2011 se desprende que el Comité Asesor de la línea de subvención a ayudas para proyectos culturales y de formación no reglada valoró "erróneamente" aquellos proyectos que incluían medidas encaminadas al fomento de la igualdad de género.
Por otra parte, en seis de las 15 ayudas analizadas, la resolución de la concesión de las convocatorias se dictó fuera del plazo dispuesto en las mismas. Además, en tres líneas de ayudas (organización de festivales, conservación patrimonio cinematográfico y realización de obras audiovisuales con nuevas tecnologías) la notificación de la concesión de las ayudas se realizó fuera de plazo.
JUSTIFICACIONES DE GASTOS Y EXPEDIENTES
En el análisis de la justificación de los expedientes de subvenciones de la muestra el Tribunal de Cuentas detecta, por ejemplo, que en la justificación del importe de la ayuda concedida a 14 expedientes (13 a ayudas para proyectos culturales y de formación no reglada y uno de ayudas para la participación de películas españolas en festivales) se incluyeron justificantes de gastos no subvencionables por un importe de 104.406 euros. Sólo en uno de los expedientes, en las ayudas para la conservación del patrimonio cinematográfico se exigió el reintegro.
A su vez, el órgano fiscalizador constata que el 5 por ciento de los justificantes de gasto presentados en las ayudas para proyectos culturales y de formación no reglada se presentaron justificantes de gasto, por importe de 5.472 euros, cuya vinculación con el desarrollo de la actividad objeto de subvención "no ha quedado debidamente acreditada".
Por todo ello, el Tribunal de Cuentas subraya entre sus recomendaciones a la gestión del ICAA que las "deficiencias" e "incumplimientos" en la gestión de las subvenciones concedidas por el organismo deben superarse mediante una evaluación "exhaustiva" de los procedimientos implantados que conduzcan al cumplimiento "riguroso" de la normativa que regula esta materia y a la mejora del control interno de este área de actividad.
El ICAA es un organismo autónomo, adscrito al citado ministerio, a través de la Secretaría de Estado de Cultura. Entre sus fines se encuentra desarrollar la creación, incrementar la producción y favorecer la distribución de producciones españolas; la proyección y promoción exterior de la cinematografía y de las artes audiovisuales españolas; o la recuperación, restauración, conservación e investigación y difusión del patrimonio cinematográfico, entre otras.
Así, el ICAA convocó en aquel año 16 líneas de ayudas en régimen de concurrencia competitiva, cuya finalidad consistía en el fomento, producción, distribución, conservación y promoción de la actividad cinematográfica y audiovisual, así como el acceso al crédito y el empleo de nuevas tecnologías.
Su importe ascendía a los 71,43 millones de euros y sus bases reguladoras presentaron "carencias" como "la omisión o la insuficiente definición" del objeto de subvencionable, o la existencia de inconsistencias entre el contenido de las bases reguladoras y el de las convocatorias.
Asimismo, el órgano fiscalizador alerta de que en los procedimientos de selección y valoración analizados se ha constatado la "incorrecta aplicación" de los criterios de valoración establecidos en las bases reguladoras y en la convocatoria.
SE "INFRINGE" LA LEY DE SUBVENCIONES
En este contexto, también argumenta cómo en la solicitud, concesión y justificación de las subvenciones se infringieron "diversos" preceptos de la normativa reguladora de las subvenciones. Entre ellos, destaca la resolución de concesión de subvenciones y su notificación fuera de plazo, la ausencia de destrucción de la documentación técnica aportada (guiones o proyectos de películas) o la falta de la adopción de medidas que garantizasen su confidencialidad, la falta de justificación total o parcial de algunas subvenciones o incluso la inclusión de justificantes de gasto no subvencionables.
De forma más detallada, por ejemplo, en cuanto a las ayudas para el fomento de la realización de películas cinematográficas de largometraje, en régimen de coproducción internacional, el órgano fiscalizador advierte de que sus bases reguladoras no definieron el objeto de la subvención, vulnerando la Ley General de Subvenciones (LGS).
Al mismo tiempo, refleja que las bases reguladoras del resto de ayudas, a excepción de las destinadas al desarrollo de proyectos de películas cinematográficas de largometraje, definieron el objeto subvencionable de manera genérica, por lo que no se dio cumplimiento a lo previsto en la Ley de Subvenciones, cuando ésta establece que debe expresarse el objeto de la subvención.
En el capítulo de las ayudas para la conservación del patrimonio cinematográfico, las bases reguladoras y la convocatoria no establecieron los criterios de valoración, ni su ponderación, requisitos "expresamente exigidos" en la mencionada LGS.
A su vez, la institución auditora ha constatado una "incoherencia" entre la base reguladora de la línea de ayudas para la realización de obras audiovisuales con empleo de nuevas tecnologías y la convocatoria para 2011, al haberse establecido que el plazo para iniciar el rodaje empezaba a contar desde la percepción de la ayuda, mientras que en la convocatoria el computo señalado se iniciaba desde su aceptación.
En el examen del procedimiento de concesión de las líneas de ayudas concedidas en régimen de concurrencia competitiva por el ICAA en 2011 el Tribunal de Cuentas pone de manifiesto "incumplimientos" como que en cuatro de las 15 ayudas analizadas se superó, al menos en alguna de las convocatorias o fases el plazo de 15 días establecido para resolver el procedimiento de concesión, contado desde la fecha de elevación de la propuesta de resolución, incumpliendo el reglamento general de subvenciones.
Por lo que se refiere a la valoración de los proyectos, del análisis de contenido del acta de la reunión del 8 de noviembre de 2011 se desprende que el Comité Asesor de la línea de subvención a ayudas para proyectos culturales y de formación no reglada valoró "erróneamente" aquellos proyectos que incluían medidas encaminadas al fomento de la igualdad de género.
Por otra parte, en seis de las 15 ayudas analizadas, la resolución de la concesión de las convocatorias se dictó fuera del plazo dispuesto en las mismas. Además, en tres líneas de ayudas (organización de festivales, conservación patrimonio cinematográfico y realización de obras audiovisuales con nuevas tecnologías) la notificación de la concesión de las ayudas se realizó fuera de plazo.
JUSTIFICACIONES DE GASTOS Y EXPEDIENTES
En el análisis de la justificación de los expedientes de subvenciones de la muestra el Tribunal de Cuentas detecta, por ejemplo, que en la justificación del importe de la ayuda concedida a 14 expedientes (13 a ayudas para proyectos culturales y de formación no reglada y uno de ayudas para la participación de películas españolas en festivales) se incluyeron justificantes de gastos no subvencionables por un importe de 104.406 euros. Sólo en uno de los expedientes, en las ayudas para la conservación del patrimonio cinematográfico se exigió el reintegro.
A su vez, el órgano fiscalizador constata que el 5 por ciento de los justificantes de gasto presentados en las ayudas para proyectos culturales y de formación no reglada se presentaron justificantes de gasto, por importe de 5.472 euros, cuya vinculación con el desarrollo de la actividad objeto de subvención "no ha quedado debidamente acreditada".
Por todo ello, el Tribunal de Cuentas subraya entre sus recomendaciones a la gestión del ICAA que las "deficiencias" e "incumplimientos" en la gestión de las subvenciones concedidas por el organismo deben superarse mediante una evaluación "exhaustiva" de los procedimientos implantados que conduzcan al cumplimiento "riguroso" de la normativa que regula esta materia y a la mejora del control interno de este área de actividad.
¿Sabías Que?- Cybernauta VIP
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España, con un BILLÓN de deuda pública, y el PP da 30 millones de euros en subvenciones al cine
El Gobierno ha aprobado un suplemento de crédito de 30 millones de euros para permitir la convocatoria del pago de las ayudas a la amortización de largometrajes correspondientes a 2012, según ha anunciado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta ha explicado que ese crédito irá a cargo del ministerio de Educación, Cultura y Deporte y del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales (ICAA).
Los productores de cine reclamaban 42 millones de euros para el pago de esas ayudas que se conceden por ley dos años después del estreno y en función de una serie de criterios como los resultados de taquilla y la recepción por los espectadores a través de otros medios de difusión.
El Gobierno afirmó en octubre de 2013 que el pago de esas ayudas y las de 2011 se producirían "pronto". De esta forma, en febrero de 2014 se aprobó el pago de 22,5 millones de euros correspondientes al último trimestre de 2011 y quedaba pendiente lo relativo a 2012, una cifra que según los productores es de 42 millones de euros y a la que este viernes se ha dado salida con un suplemento de crédito de 30 millones de euros.
El monto total presupuestado para 2014 en el Fondo de Protección a la Cinematografía -que incluye todas las subvenciones- no alcanza a cubrir esa cantidad, pues suma 33,7 millones, un 13,8 % menos que en 2013. De ahí la necesidad de un suplemento de crédito.
No hay crisis para algunos. El Ejecutivo del PP destina 30 millones al cine español en subvenciones.
http://www.gaceta.es/noticias/gobierno-destina-30-millones-cine-espanol-12092014-1454-0#sthash.qWVjDxSx.dpuf
Los productores de cine reclamaban 42 millones de euros para el pago de esas ayudas que se conceden por ley dos años después del estreno y en función de una serie de criterios como los resultados de taquilla y la recepción por los espectadores a través de otros medios de difusión.
El Gobierno afirmó en octubre de 2013 que el pago de esas ayudas y las de 2011 se producirían "pronto". De esta forma, en febrero de 2014 se aprobó el pago de 22,5 millones de euros correspondientes al último trimestre de 2011 y quedaba pendiente lo relativo a 2012, una cifra que según los productores es de 42 millones de euros y a la que este viernes se ha dado salida con un suplemento de crédito de 30 millones de euros.
El monto total presupuestado para 2014 en el Fondo de Protección a la Cinematografía -que incluye todas las subvenciones- no alcanza a cubrir esa cantidad, pues suma 33,7 millones, un 13,8 % menos que en 2013. De ahí la necesidad de un suplemento de crédito.
No hay crisis para algunos. El Ejecutivo del PP destina 30 millones al cine español en subvenciones.
http://www.gaceta.es/noticias/gobierno-destina-30-millones-cine-espanol-12092014-1454-0#sthash.qWVjDxSx.dpuf
Briseida- Cybernauta-Premium
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El Gobierno de Rajoy vuelve a regar al cine de la 'Zeja'
Los Presupuestos Generales para el próximo año establecen un incremento del 47 por ciento para la dotación destinada a la Cinematografía. Pasará de 50,69 a 74,54 millones de euros.
El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha anunciado este martes en una comparecencia en el Congreso tras la aprobación del Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2016, que la partida de Cultura contará en 2016 con una dotación presupuestaria de 803,57 millones de euros, un 7,3 por ciento más que en 2015. Pese a este repunte, las cifras quedan lejos de las consignadas en los Presupuestos Generales de 2009, cuando Cultura recibió 1.226,16 millones de euros.
La partida de Arqueología y protección del patrimonio histórico-artístico, que sufraga programas relacionados con la administración, conservación, restauración y protección del patrimonio estatal, es la más alta, con un importe de 156,74 millones de euros, que representan el 19,5 % del total. Por detrás se sitúa la dotación para museos y exposiciones, 152,42 millones de euros, un 19 por ciento del total del presupuesto cultural.
La dotación a la Cinematografía es la que más sube (un 47 por ciento) con una dotación para 2016 de 74,54 millones de euros frente a los 50,69 millones de 2015. Dentro de esta partida, el Fondo de Protección a la Cinematografía obtiene 60 millones de euros, un 64 por ciento más que en 2015 (cuando alcanzó 36,5 millones). Las cifras del Teatro apenas varían (pasan de 53,16 millones a 53,56), y las de Música y Danza pasan de los 92,07 millones de los anteriores presupuestos a 94,20 millones.
El grupo de programas de Bibliotecas y Archivos queda dotado con 70,49 millones de euros, una cantidad superior a la del año 2015 que se dotó con 67,90 millones de euros. Esta partida sirve para hacer frente al desarrollo de las previsiones contenidas en la Ley de la lectura, del libro y de las bibliotecas. El Instituto Cervantes, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, contará el año próximo con un presupuesto de 115,37 millones de euros para el desarrollo de las actividades de sus 64 centros y 12 Aulas Cervantes, frente a los 114,8 millones del año pasado.
ES LA PARTIDA QUE MÁS SUBE
El ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, ha anunciado este martes en una comparecencia en el Congreso tras la aprobación del Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado para 2016, que la partida de Cultura contará en 2016 con una dotación presupuestaria de 803,57 millones de euros, un 7,3 por ciento más que en 2015. Pese a este repunte, las cifras quedan lejos de las consignadas en los Presupuestos Generales de 2009, cuando Cultura recibió 1.226,16 millones de euros.
La partida de Arqueología y protección del patrimonio histórico-artístico, que sufraga programas relacionados con la administración, conservación, restauración y protección del patrimonio estatal, es la más alta, con un importe de 156,74 millones de euros, que representan el 19,5 % del total. Por detrás se sitúa la dotación para museos y exposiciones, 152,42 millones de euros, un 19 por ciento del total del presupuesto cultural.
La dotación a la Cinematografía es la que más sube (un 47 por ciento) con una dotación para 2016 de 74,54 millones de euros frente a los 50,69 millones de 2015. Dentro de esta partida, el Fondo de Protección a la Cinematografía obtiene 60 millones de euros, un 64 por ciento más que en 2015 (cuando alcanzó 36,5 millones). Las cifras del Teatro apenas varían (pasan de 53,16 millones a 53,56), y las de Música y Danza pasan de los 92,07 millones de los anteriores presupuestos a 94,20 millones.
El grupo de programas de Bibliotecas y Archivos queda dotado con 70,49 millones de euros, una cantidad superior a la del año 2015 que se dotó con 67,90 millones de euros. Esta partida sirve para hacer frente al desarrollo de las previsiones contenidas en la Ley de la lectura, del libro y de las bibliotecas. El Instituto Cervantes, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, contará el año próximo con un presupuesto de 115,37 millones de euros para el desarrollo de las actividades de sus 64 centros y 12 Aulas Cervantes, frente a los 114,8 millones del año pasado.
ES LA PARTIDA QUE MÁS SUBE
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No es cine, sino sectarismo subvencionado
El cine español es un agujero negro por el que se tiran decenas de millones de euros a costa del bolsillo del contribuyente para enriquecer a unos pocos.
Como cada año, la celebración de los premios Goya será de todo menos la gran fiesta del cine español, tal y como pregonan sus artífices, sino más bien un nuevo acto político cargado de sectarismo y mediocridad en el que actores, productores y directores se ponen de acuerdo para reivindicar sus particulares soflamas ideológicas e identitarias, marcadas, en esta ocasión, por la ola de rancio y abyecto feminismo que, por desgracia, recorre hoy España de norte a sur.
El cine español, salvo contadas excepciones, no es cine porque el cine como tal, más allá de ser un arte, es también un negocio, perteneciente a la muy lucrativa industria del entretenimiento, que mueve decenas de miles de millones de dólares alrededor del globo con el único fin de cautivar y agradar al público, en lugar de conformar un selecto gremio alimentado a base de subvenciones. El cine español es, en realidad, un agujero negro por el que se tiran decenas de millones de euros todos los años, a costa, como siempre, del bolsillo del contribuyente, para enriquecer a unos pocos, sin que ello se traduzca tan siquiera en películas con un mínimo de calidad e interés.
Semejante despilfarro de recursos, ya sea vía subvenciones directas o derechos de emisión por parte de TVE, se va, directamente, por el desagüe del olvido, el ostracismo y la vergüenza, puesto que la inmensa mayoría de títulos que se producen en España no valen ni el soporte en el que se filmaron. Basta observar la ridícula audiencia que cosecha el cine español en televisión o la aún más penosa taquilla que recauda en las salas para evidenciar que esto no tiene nada de negocio y sí mucho de chiringuito estatal.
El cine español no es cine porque, si bien todos -sin excepción- tienen derecho a expresar libremente sus convicciones ideológicas, tanto a nivel personal como profesional, una cosa es hacer política a través de la producción de películas y documentales con tu dinero, arriesgando tu propio capital o el de otros socios en la difusión de tus convicciones, a riesgo de que no gusten al siempre soberano público, y otra muy distinta que lo hagas con dinero ajeno -entiéndase público-, sin perder un solo euro en el intento por muy desastroso y ruinoso que haya resultado la proyección del filme, que es justo lo que sucede en España con su particular guerracivilismo en forma de películas.
Y el cine español no es cine porque, lejos de trabajar y esforzarse para entretener a las masas, se vanagloria de estar al servicio de las elites políticas e intelectuales, conformando así una nueva casta de privilegiados cuyo único mérito es saber manejarse en el oscuro y deleznable mundo del clientelismo político.
Los Goya tan sólo celebran esa triste combinación de despilfarro público, sectarismo político y elitismo social. El público no pinta nada en esta historia y el contribuyente aún menos. Y lo más sangrante es que el Gobierno del PP, pese a la abierta enemistad que le profesa el mundo del cine, agacha la cabeza para seguir alimentando al monstruo, demostrando así su falta absoluta de dignidad propia e inteligencia política. Mientras los premiados disfrutan de su gran noche, los españoles seguirán consumiendo cine made in USA. LD.
Como cada año, la celebración de los premios Goya será de todo menos la gran fiesta del cine español, tal y como pregonan sus artífices, sino más bien un nuevo acto político cargado de sectarismo y mediocridad en el que actores, productores y directores se ponen de acuerdo para reivindicar sus particulares soflamas ideológicas e identitarias, marcadas, en esta ocasión, por la ola de rancio y abyecto feminismo que, por desgracia, recorre hoy España de norte a sur.
El cine español, salvo contadas excepciones, no es cine porque el cine como tal, más allá de ser un arte, es también un negocio, perteneciente a la muy lucrativa industria del entretenimiento, que mueve decenas de miles de millones de dólares alrededor del globo con el único fin de cautivar y agradar al público, en lugar de conformar un selecto gremio alimentado a base de subvenciones. El cine español es, en realidad, un agujero negro por el que se tiran decenas de millones de euros todos los años, a costa, como siempre, del bolsillo del contribuyente, para enriquecer a unos pocos, sin que ello se traduzca tan siquiera en películas con un mínimo de calidad e interés.
Semejante despilfarro de recursos, ya sea vía subvenciones directas o derechos de emisión por parte de TVE, se va, directamente, por el desagüe del olvido, el ostracismo y la vergüenza, puesto que la inmensa mayoría de títulos que se producen en España no valen ni el soporte en el que se filmaron. Basta observar la ridícula audiencia que cosecha el cine español en televisión o la aún más penosa taquilla que recauda en las salas para evidenciar que esto no tiene nada de negocio y sí mucho de chiringuito estatal.
El cine español no es cine porque, si bien todos -sin excepción- tienen derecho a expresar libremente sus convicciones ideológicas, tanto a nivel personal como profesional, una cosa es hacer política a través de la producción de películas y documentales con tu dinero, arriesgando tu propio capital o el de otros socios en la difusión de tus convicciones, a riesgo de que no gusten al siempre soberano público, y otra muy distinta que lo hagas con dinero ajeno -entiéndase público-, sin perder un solo euro en el intento por muy desastroso y ruinoso que haya resultado la proyección del filme, que es justo lo que sucede en España con su particular guerracivilismo en forma de películas.
Y el cine español no es cine porque, lejos de trabajar y esforzarse para entretener a las masas, se vanagloria de estar al servicio de las elites políticas e intelectuales, conformando así una nueva casta de privilegiados cuyo único mérito es saber manejarse en el oscuro y deleznable mundo del clientelismo político.
Los Goya tan sólo celebran esa triste combinación de despilfarro público, sectarismo político y elitismo social. El público no pinta nada en esta historia y el contribuyente aún menos. Y lo más sangrante es que el Gobierno del PP, pese a la abierta enemistad que le profesa el mundo del cine, agacha la cabeza para seguir alimentando al monstruo, demostrando así su falta absoluta de dignidad propia e inteligencia política. Mientras los premiados disfrutan de su gran noche, los españoles seguirán consumiendo cine made in USA. LD.
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Tras el telón de los Goya: subvenciones millonarias a Almodóvar y una treintena de directores
Las ayudas al cine español se reparten entre directores, guionistas, festivales y proyectos audiovisuales experimentales.
El cine español vuelve a estar en el punto de mira de los contribuyentes. La gala de los Premios Goya pone de manifiesto un sinfín de títulos y nombres de guionistas, productores y directores casi desconocidos para todos, pero subvencionados por todos.
El sector cinematográfico sigue devorando amplias partidas presupuestarias que fuerzan su supervivencia, año tras año. Así, en 2019, el PSOE, ni corto ni perezoso, aumentó un 10% las ayudas al gremio de cineastas con un distribuidor selectivo al que los interesados conocen muy bien: el Instituto del Cine y las Artes Audiovisuales (ICAA).
El presupuesto que la entidad pública cultural manejó en el último ejercicio anual fue de 88.611.000 euros. En base a un sistema de puntuación ideado por los responsables del ICAA, reparten parte de esta tajada: 35 millones de euros se destinan a grandes producciones, 7 millones para cintas experimentales o primerizas, 2,5 millones para distribuidoras y 1 millón para cortometrajes.
En concreto, hasta 35 películas de productoras solventes han sido regadas con dinero público. Con sólo levantar la alfombra roja de los Goya, se descubre el polvo que hay debajo. Millones de euros de los que ningún director ni actor habla. Es el caso de Pedro Almódovar, quien durante una entrevista previa a la entrada del evento de los Goya, se jactó de negar la existencia a partidos como Vox. Sin embargo, el exitoso y adinerado cineasta manchego de lo que no renegó es de recibir un millón de euros del erario público para su película Dolor y gloria. El director de Volver acumulaba en 2008 una fortuna de 67 millones de euros en activos, donde se incluían inversiones inmobiliarias, según El Economista.
Del mismo modo, tampoco se salvan de las subvenciones ni los superhéroes. Bien lo sabe el guionista de Superlópez, Borja Cobeaga. Él mismo recomendaba al líder de Vox, Santiago Abascal, que si éste quería hacer una película sobre Blas de Lezo que pidiera ayuda al ICAA porque a él "no le daba la puta gana". Hay que decir que el consejo del guionista no era en vano. Borja Cobeaga y el equipo de Superlópez cobraron 1,4 millones de euros de los fondos públicos, en el primer procedimiento de selección de las ayudas generales a la producción de largometrajes sobre proyecto del año 2016. En el mismo ejercicio, la película, El Reino, de Rodrigo Sorogoyen, producida por Atresmedia Cine, Trainiera Producciones Cinematográficas y Tornasol Film, fue dotada con 1,4 millones de euros de ayuda estatal, a través del ICAA, por supuesto.
Un buen pellizco se ha llevado, también Paco Cabezas, un guionista talentoso que triunfa en el extranjero, vive en Los Ángeles y trabajo y guita no le faltan. Ha dirigido series y películas internacionales que han triunfado por el globo, como Mr. Right, Penny Dreadful, The Alienist, Into the Badlands o American Gods. A pesar de vivir en Los Ángeles y dirigir en Tokarev a Nicolas Cage, nada impide a Cabezas percibir un millón de euros del Estado español por su película Adiós.
Otro de los proyectos audiovisuales que ha recogido de la cosecha de los contribuyentes ha sido Los asesinatos de Goya, de Gerardo Herrero, quien ha estado al frente de conocidas obras cinematográficas como Malena es un nombre de Tango o Territorio Comanche. Aunque carga con decenas de títulos a sus espaldas y colaboraciones internacionales desde el año 1987, cuando fundó su productora Tornasol, parece ser que sigue necesitando de los contribuyentes. Un millón de euros también para él.
En el listado de las ayudas aprobadas por el ICAA también se encuentra la pareja de la actriz Leticia Dolera, Paco Plaza. El director de la trilogía REC protagonizada por Dolera, obtuvo 26 galardones por su trabajo, además de rentabilizarlo. No obstante, por su rodaje de Quien a Hierro Mata ha percibido otro millón.
Entre otros subvencionados, encontramos a Benito Zambrano por su film Intemperie. Además de cineasta, este sevillano también aspiró a la política. En 2015, se presentó como candidato a las elecciones generales con Podemos. Su película más conocida es La voz dormida, y por el nuevo rodaje el ICAA le ha otorgado un millón de euros.
Otra de las películas protagonizadas por el actor malagueño, Dani Rovira, no ha sido menos. Su director, Alejo Flah, también ha sido subvencionado con otro millón por Taxi a Gibraltar. Lo mismo sucede con Ola de Crímenes, de la experimentada directora Gracia Querejeta, o Ventajas de viajar en tren, de Aritz Moreno.
El festival de ayudas prosigue con Si yo fuera rico, de Álvaro Fernández Armero, Orígenes secretos, de David Galán Galindo, Vivir dos veces, de María Ripoll, Los Europeos, de Víctor García León, Gente que viene y Bah, de Patricia Font, o Un mundo normal, de Achero Mañas, entre otras. Todas, a millón por cabeza. No está mal teniendo en cuenta que el crowfunding en el que participan los españoles obligatoriamente no cuenta con el reparto de beneficios ganados por los cineastas, si es que llegan a registrarse ganancias.
En una nada desdeñable categoría menor juegan otros proyectos que, con suerte, sólo verán la familia y amigos de los creadores. Madre, de Rodrigo Sorogoyen (960.000 €), Legado en los huesos, de Fernando González Molina (916.000 €), La maldición del guapo (828.000 €) o 70 binladens, de Koldo Serra (796.000 €) son algunos. El gremio, sin embargo, sigue quejándose de estar castigado por un público que no los quiere. Y, de nuevo, los socialistas de Sánchez ya les han prometido que las ayudas serán aumentadas siempre que sea posible porque es un sector "que hay que proteger". Siempre con la cartera del otro, claro. LD.
El cine español vuelve a estar en el punto de mira de los contribuyentes. La gala de los Premios Goya pone de manifiesto un sinfín de títulos y nombres de guionistas, productores y directores casi desconocidos para todos, pero subvencionados por todos.
El sector cinematográfico sigue devorando amplias partidas presupuestarias que fuerzan su supervivencia, año tras año. Así, en 2019, el PSOE, ni corto ni perezoso, aumentó un 10% las ayudas al gremio de cineastas con un distribuidor selectivo al que los interesados conocen muy bien: el Instituto del Cine y las Artes Audiovisuales (ICAA).
El presupuesto que la entidad pública cultural manejó en el último ejercicio anual fue de 88.611.000 euros. En base a un sistema de puntuación ideado por los responsables del ICAA, reparten parte de esta tajada: 35 millones de euros se destinan a grandes producciones, 7 millones para cintas experimentales o primerizas, 2,5 millones para distribuidoras y 1 millón para cortometrajes.
Debajo de la alfombra roja
En concreto, hasta 35 películas de productoras solventes han sido regadas con dinero público. Con sólo levantar la alfombra roja de los Goya, se descubre el polvo que hay debajo. Millones de euros de los que ningún director ni actor habla. Es el caso de Pedro Almódovar, quien durante una entrevista previa a la entrada del evento de los Goya, se jactó de negar la existencia a partidos como Vox. Sin embargo, el exitoso y adinerado cineasta manchego de lo que no renegó es de recibir un millón de euros del erario público para su película Dolor y gloria. El director de Volver acumulaba en 2008 una fortuna de 67 millones de euros en activos, donde se incluían inversiones inmobiliarias, según El Economista.
Del mismo modo, tampoco se salvan de las subvenciones ni los superhéroes. Bien lo sabe el guionista de Superlópez, Borja Cobeaga. Él mismo recomendaba al líder de Vox, Santiago Abascal, que si éste quería hacer una película sobre Blas de Lezo que pidiera ayuda al ICAA porque a él "no le daba la puta gana". Hay que decir que el consejo del guionista no era en vano. Borja Cobeaga y el equipo de Superlópez cobraron 1,4 millones de euros de los fondos públicos, en el primer procedimiento de selección de las ayudas generales a la producción de largometrajes sobre proyecto del año 2016. En el mismo ejercicio, la película, El Reino, de Rodrigo Sorogoyen, producida por Atresmedia Cine, Trainiera Producciones Cinematográficas y Tornasol Film, fue dotada con 1,4 millones de euros de ayuda estatal, a través del ICAA, por supuesto.
Un buen pellizco se ha llevado, también Paco Cabezas, un guionista talentoso que triunfa en el extranjero, vive en Los Ángeles y trabajo y guita no le faltan. Ha dirigido series y películas internacionales que han triunfado por el globo, como Mr. Right, Penny Dreadful, The Alienist, Into the Badlands o American Gods. A pesar de vivir en Los Ángeles y dirigir en Tokarev a Nicolas Cage, nada impide a Cabezas percibir un millón de euros del Estado español por su película Adiós.
Otro de los proyectos audiovisuales que ha recogido de la cosecha de los contribuyentes ha sido Los asesinatos de Goya, de Gerardo Herrero, quien ha estado al frente de conocidas obras cinematográficas como Malena es un nombre de Tango o Territorio Comanche. Aunque carga con decenas de títulos a sus espaldas y colaboraciones internacionales desde el año 1987, cuando fundó su productora Tornasol, parece ser que sigue necesitando de los contribuyentes. Un millón de euros también para él.
En el listado de las ayudas aprobadas por el ICAA también se encuentra la pareja de la actriz Leticia Dolera, Paco Plaza. El director de la trilogía REC protagonizada por Dolera, obtuvo 26 galardones por su trabajo, además de rentabilizarlo. No obstante, por su rodaje de Quien a Hierro Mata ha percibido otro millón.
Entre otros subvencionados, encontramos a Benito Zambrano por su film Intemperie. Además de cineasta, este sevillano también aspiró a la política. En 2015, se presentó como candidato a las elecciones generales con Podemos. Su película más conocida es La voz dormida, y por el nuevo rodaje el ICAA le ha otorgado un millón de euros.
Otra de las películas protagonizadas por el actor malagueño, Dani Rovira, no ha sido menos. Su director, Alejo Flah, también ha sido subvencionado con otro millón por Taxi a Gibraltar. Lo mismo sucede con Ola de Crímenes, de la experimentada directora Gracia Querejeta, o Ventajas de viajar en tren, de Aritz Moreno.
El festival de ayudas prosigue con Si yo fuera rico, de Álvaro Fernández Armero, Orígenes secretos, de David Galán Galindo, Vivir dos veces, de María Ripoll, Los Europeos, de Víctor García León, Gente que viene y Bah, de Patricia Font, o Un mundo normal, de Achero Mañas, entre otras. Todas, a millón por cabeza. No está mal teniendo en cuenta que el crowfunding en el que participan los españoles obligatoriamente no cuenta con el reparto de beneficios ganados por los cineastas, si es que llegan a registrarse ganancias.
En una nada desdeñable categoría menor juegan otros proyectos que, con suerte, sólo verán la familia y amigos de los creadores. Madre, de Rodrigo Sorogoyen (960.000 €), Legado en los huesos, de Fernando González Molina (916.000 €), La maldición del guapo (828.000 €) o 70 binladens, de Koldo Serra (796.000 €) son algunos. El gremio, sin embargo, sigue quejándose de estar castigado por un público que no los quiere. Y, de nuevo, los socialistas de Sánchez ya les han prometido que las ayudas serán aumentadas siempre que sea posible porque es un sector "que hay que proteger". Siempre con la cartera del otro, claro. LD.
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Estos son los directores que recibirán los 35 millones de ayudas de Sánchez
El Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales ha dado a conocer de manera provisional los nombres de los directores de cine que se repartirán las subvenciones del Gobierno.
Los cineastas siguen contando con el Gobierno como una de las principales fuentes de financiación para sus películas. A través del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales, se han distribuido 35 millones de euros entre algunos directores muy conocidos.
Y es que, el ICAA ha publicado la resolución provisional mediante la cual se reparten las ayudas al cine, de manera que las próximas películas de Fernando Trueba, Isabel Coixet, Icíar Bollaín, Santiago Segura o Jaume Balagueró contarán con dinero público.
Aunque la resolución no es firme ya que el plazo de reclamaciones está abierto hasta el próximo martes, 36 proyectos cinematográficos obtendrán el dinero del Gobierno para su realización.
Entre ellas, destacan el nuevo proyecto de animación de Fernando Trueba; 'La boda rosa', dirigida por Icíar Bollaín y protagonizada por Candela Peña; y la más afortunada ha sido Isabel Coixet que obtiene subvención para dos proyectos distintos: 'La contadora de películas', adaptación de la novela del chileno Hernán Rivera Letelier y 'Nieva en Benidorm', producida por Pedro Almodóvar.
Por su parte, el televisivo Santiago Segura obtiene parte de la tarta para la secuela de 'Padre no hay más que uno', al igual que el musical que homenajeará a Raffaela Carrá, 'Explota mi corazón'. Fuente
Los cineastas siguen contando con el Gobierno como una de las principales fuentes de financiación para sus películas. A través del Instituto de Cinematografía y Artes Audiovisuales, se han distribuido 35 millones de euros entre algunos directores muy conocidos.
Y es que, el ICAA ha publicado la resolución provisional mediante la cual se reparten las ayudas al cine, de manera que las próximas películas de Fernando Trueba, Isabel Coixet, Icíar Bollaín, Santiago Segura o Jaume Balagueró contarán con dinero público.
Aunque la resolución no es firme ya que el plazo de reclamaciones está abierto hasta el próximo martes, 36 proyectos cinematográficos obtendrán el dinero del Gobierno para su realización.
Entre ellas, destacan el nuevo proyecto de animación de Fernando Trueba; 'La boda rosa', dirigida por Icíar Bollaín y protagonizada por Candela Peña; y la más afortunada ha sido Isabel Coixet que obtiene subvención para dos proyectos distintos: 'La contadora de películas', adaptación de la novela del chileno Hernán Rivera Letelier y 'Nieva en Benidorm', producida por Pedro Almodóvar.
Por su parte, el televisivo Santiago Segura obtiene parte de la tarta para la secuela de 'Padre no hay más que uno', al igual que el musical que homenajeará a Raffaela Carrá, 'Explota mi corazón'. Fuente
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Las subvenciones al cine de Sánchez superan a la ayuda estatal contra la pobreza infantil de un año
Las subvenciones al mundo del cine del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desde que llegó a La Moncloa, han superado los 140 millones de euros. Concretamente desde que llegó en junio de 2018 al cargo, el Estado ha otorgado 140,9 millones de euros en ayudas a este sector cultural, que desde hace años -con tiranteces incluidas- ha mostrado su apoyo a la izquierda española y al PSOE.
Si se tiene en cuenta que la cuantía de las distintas partidas presupuestarias, junto a las ventajas fiscales, determinan la importancia que le otorgan a los distintos sectores las autoridades, se puede observar como el cine es una de las ‘niñas bonitas’ del actual Gobierno en funciones. De hecho, la partida anual prevista en 2018 -los Presupuestos en vigor- para “protección a la familia y atención a la pobreza infantil” ascendía a 100 millones de euros.
Concretamente, 140 millones de euros también es el dinero destinado en un año al “programa de reasentamiento y reubicación de refugiados para la atención de familias con menores”.
En 2019 se han otorgado 35 millones de euros para subvencionar la proyección de largometrajes, frente a los 30 millones destinados en 2018 (también bajo el mandato de Sánchez). Pero estas ayudas tienen una trampa. No se pagan con cargo al presupuesto en curso, sino que son subvenciones que se cargan sobre los Presupuestos del futuro (desde 2019 a 2023), lo que diluye el impacto en el déficit a largo plazo.
Sin embargo, a esto se suma una subvención de 64 millones de euros, convocados en octubre del año pasado, para la amortización de largometrajes. Lo más llamativo es que estas ayudas de 64 millones no fueron otorgadas para películas nuevas sino para hacer frente a pagos de películas estrenadas en 2016, lo que evidencia que estas ayudas no son siempre un motor para relanzar el sector en el futuro.
Pero no son las únicas ayudas que se han concedido. Otra de las más grandes es de 2,5 millones de euros para la distribución de películas y cortos, que se ha repetido en 2018 y en 2019. También se pagan los gastos de funcionamiento de la Academia de Las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, que recibe 180.000 euros para su sostenimiento este año y que recibió el mismo dinero el anterior.
El Estado también ha ayudado en 2018 a la producción de cortometrajes sobre proyectos con 600.000 euros, además de dar 400.000 euros tanto este año como el pasado para la “producción independiente de cortos”.
Pero no sólo se financia con dinero público la producción del cine español, sino que también su difusión. Es por ello que para la organización de festivales cinematográficos el Estado da a CCAA y Ayuntamientos 739.000 euros, aunque la ayuda discrecionalmente puede ascender al millón de euros sin tener que hacer una convocatoria adicional. Para la participación de películas españolas en festivales se destinaron 300.000 euros en 2018 y 300.000 en 2019.
Los principales festivales de España también están sufragados con el dinero de los impuestos. Para el Festival de Donostia-San Sebastián han ido a parar 2,2 millones de euros en dos años; para el de Málaga 200.000; para el de Gran Canaria, otros 200.000; la Fundación Cultural Oficina Media España también ha recibido 200.000, y el Iberoamericano de Huelva 160.000 (80.000 al año). A esto se suma que la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales han obtenido 20.000 euros cada año o la Fundación Centro Buñuel Calanda, también 20.000 en cada ejercicio.
La participación de películas españolas en festivales también se ha financiado con 300.000 euros de dinero público tanto en 2018 como en 2019.
Ante las críticas a las subvenciones al cine reaccionó recientemente Pedro Almodovar. El famoso director dijo que le “gustaría” que sobre las “ayudas al cine desapareciera esa opinión de taxistas de que los actores y directores nos llevamos crudo” las subvenciones.
Sin embargo, lo cierto es que las ayudas no son solo para los que se inician en el mundo del cine, sino también para artistas consagrados. Por ejemplo, los próximos proyectos de directores como Fernando Trueba, Isabel Coixet, Icíar Bollaín, Santiago Segura o Jaume Balaguer están entre los eventuales beneficiados de las ayudas públicas.
Pero no es la única medida que ha beneficiado al mundo del cine en los últimos años. La bajada del IVA al cine que se aprobó en las Cuentas Públicas de 2018, en los días finales del mandato de Mariano Rajoy, ha hecho que las arcas públicas recauden 37 millones de euros menos, según los últimos datos de ejecución presupuestaria.
Lo que inicialmente se vendió como una forma de hacer más asequible para los usuarios, no ha repercutido en bajadas del precio de las entradas. De hecho, el coste de los tickets ha subido y las compañías han utilizado la ventaja fiscal para mejorar sus beneficios.
OK.diario
Si se tiene en cuenta que la cuantía de las distintas partidas presupuestarias, junto a las ventajas fiscales, determinan la importancia que le otorgan a los distintos sectores las autoridades, se puede observar como el cine es una de las ‘niñas bonitas’ del actual Gobierno en funciones. De hecho, la partida anual prevista en 2018 -los Presupuestos en vigor- para “protección a la familia y atención a la pobreza infantil” ascendía a 100 millones de euros.
Concretamente, 140 millones de euros también es el dinero destinado en un año al “programa de reasentamiento y reubicación de refugiados para la atención de familias con menores”.
En 2019 se han otorgado 35 millones de euros para subvencionar la proyección de largometrajes, frente a los 30 millones destinados en 2018 (también bajo el mandato de Sánchez). Pero estas ayudas tienen una trampa. No se pagan con cargo al presupuesto en curso, sino que son subvenciones que se cargan sobre los Presupuestos del futuro (desde 2019 a 2023), lo que diluye el impacto en el déficit a largo plazo.
Sin embargo, a esto se suma una subvención de 64 millones de euros, convocados en octubre del año pasado, para la amortización de largometrajes. Lo más llamativo es que estas ayudas de 64 millones no fueron otorgadas para películas nuevas sino para hacer frente a pagos de películas estrenadas en 2016, lo que evidencia que estas ayudas no son siempre un motor para relanzar el sector en el futuro.
Pero no son las únicas ayudas que se han concedido. Otra de las más grandes es de 2,5 millones de euros para la distribución de películas y cortos, que se ha repetido en 2018 y en 2019. También se pagan los gastos de funcionamiento de la Academia de Las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, que recibe 180.000 euros para su sostenimiento este año y que recibió el mismo dinero el anterior.
El Estado también ha ayudado en 2018 a la producción de cortometrajes sobre proyectos con 600.000 euros, además de dar 400.000 euros tanto este año como el pasado para la “producción independiente de cortos”.
Pero no sólo se financia con dinero público la producción del cine español, sino que también su difusión. Es por ello que para la organización de festivales cinematográficos el Estado da a CCAA y Ayuntamientos 739.000 euros, aunque la ayuda discrecionalmente puede ascender al millón de euros sin tener que hacer una convocatoria adicional. Para la participación de películas españolas en festivales se destinaron 300.000 euros en 2018 y 300.000 en 2019.
Los principales festivales de España también están sufragados con el dinero de los impuestos. Para el Festival de Donostia-San Sebastián han ido a parar 2,2 millones de euros en dos años; para el de Málaga 200.000; para el de Gran Canaria, otros 200.000; la Fundación Cultural Oficina Media España también ha recibido 200.000, y el Iberoamericano de Huelva 160.000 (80.000 al año). A esto se suma que la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales han obtenido 20.000 euros cada año o la Fundación Centro Buñuel Calanda, también 20.000 en cada ejercicio.
La participación de películas españolas en festivales también se ha financiado con 300.000 euros de dinero público tanto en 2018 como en 2019.
Ante las críticas a las subvenciones al cine reaccionó recientemente Pedro Almodovar. El famoso director dijo que le “gustaría” que sobre las “ayudas al cine desapareciera esa opinión de taxistas de que los actores y directores nos llevamos crudo” las subvenciones.
Sin embargo, lo cierto es que las ayudas no son solo para los que se inician en el mundo del cine, sino también para artistas consagrados. Por ejemplo, los próximos proyectos de directores como Fernando Trueba, Isabel Coixet, Icíar Bollaín, Santiago Segura o Jaume Balaguer están entre los eventuales beneficiados de las ayudas públicas.
Pero no es la única medida que ha beneficiado al mundo del cine en los últimos años. La bajada del IVA al cine que se aprobó en las Cuentas Públicas de 2018, en los días finales del mandato de Mariano Rajoy, ha hecho que las arcas públicas recauden 37 millones de euros menos, según los últimos datos de ejecución presupuestaria.
Lo que inicialmente se vendió como una forma de hacer más asequible para los usuarios, no ha repercutido en bajadas del precio de las entradas. De hecho, el coste de los tickets ha subido y las compañías han utilizado la ventaja fiscal para mejorar sus beneficios.
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Sánchez riega a los 'artistas' con una lluvia de millones en plena crisis del coronavirus
El Gobierno aprueba una prestación de paro especial para los artistas y eleva el volumen de subvenciones y ventajas fiscales.
Hay sectores y ‘sectores’. España se enfrenta a la mayor crisis económica de su historia y, por el momento, la gestión del Gobierno deja mucho que desear a ojos de la mayoría de empresarios, autónomos y trabajadores, a la vista de las duras críticas lanzadas por las patronales y asociaciones de profesionales, al tiempo que la destrucción de empleo alcanza cifras inéditas.
Sin embargo, este descontento general contrasta con el especial mimo que, una vez más, recibe un sector muy particular, el de la "cultura". Pese a su escaso peso económico, con apenas el 2,4% del PIB, unos 690.000 empleos (3,6% del total en 2018) y 122.000 empresas (3,7%), suele recibir una especial atención por parte del poder público. Y esta vez no es diferente.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado miércoles un real decreto que establece nuevas "medidas de apoyo al sector cultural y de carácter tributario para hacer frente al impacto económico y social de la covid-2019". Tal y como recoge la Fundación Ciudadana Civio, las principales medidas son las siguientes:
Hay sectores y ‘sectores’. España se enfrenta a la mayor crisis económica de su historia y, por el momento, la gestión del Gobierno deja mucho que desear a ojos de la mayoría de empresarios, autónomos y trabajadores, a la vista de las duras críticas lanzadas por las patronales y asociaciones de profesionales, al tiempo que la destrucción de empleo alcanza cifras inéditas.
Sin embargo, este descontento general contrasta con el especial mimo que, una vez más, recibe un sector muy particular, el de la "cultura". Pese a su escaso peso económico, con apenas el 2,4% del PIB, unos 690.000 empleos (3,6% del total en 2018) y 122.000 empresas (3,7%), suele recibir una especial atención por parte del poder público. Y esta vez no es diferente.
El Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó el pasado miércoles un real decreto que establece nuevas "medidas de apoyo al sector cultural y de carácter tributario para hacer frente al impacto económico y social de la covid-2019". Tal y como recoge la Fundación Ciudadana Civio, las principales medidas son las siguientes:
Paro especial para artistas
El Gobierno aprueba una prestación de paro extraordinaria para los trabajadores que estén incluidos en el Régimen General de Artistas, aunque excluye a algunos técnicos. De este modo, podrán recibir un subsidio los que, habiendo trabajado al menos 20 días el año anterior, hayan cobrado un mínimo de dos veces el Salario Mínimo Profesional (SMI) o bien no puedan continuar realizando su actividad a causa de la crisis y no tengan derecho al paro ordinario. El cobro de la prestación, de unos 776 euros al mes, durará entre 4 y 6 meses.Avales
El Gobierno también concede una línea específica de avales públicos para facilitar préstamos al sector cultural por un total de 780 millones de euros.Subvenciones
Asimismo, reparte ayudas especiales para las artes escénicas y la música por valor de 23,7 millones, otros 13,3 millones a salas de cine, unos 4 millones para librerías y 1 millón al arte. Además, la norma concede apoyos de hasta 50.000 euros a los contratos artísticos firmados por las administraciones públicas cuya celebración se haya aplazado o cancelado, mientras que las actividades subvencionadas que no se hayan celebrado podrán cobrar los gastos que hayan tenido que asumir por la crisis del coronavirus.Ayudas especiales al cine
Por otro lado, el decreto relaja las condiciones para el cobro de subvenciones destinadas al cine, pudiendo incluso recibir el 50% de la ayuda sin haber iniciado el rodaje.Ventajas fiscales
Por último, las inversiones en producciones de relevancia cultural se podrán deducir en el Impuesto de Sociedades hasta el 30% del primer millón y hasta el 25% del resto de la contribución. Igualmente, se amplía el porcentaje de deducción en la declaración de la renta de las donaciones y el mecenazgo de fundaciones, asociaciones de utilidad pública, ONG, federaciones deportivas, entidades públicas, universidades, institutos culturales y organismos públicos de investigación. LInk
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La ruina del cine español: recibe más subvenciones que lo que recauda en taquilla
La industria del cine lleva tres años seguidos ingresando más por ayudas a su actividad que por la recaudación obtenida en los cines.
Con el adelanto de las elecciones generales se abre un nuevo periodo electoral en el que los partidos políticos tratarán de usar todas las armas ideológicas a su disposición para mantenerse y/o intentar conseguir el poder, siendo una de las armas predilectas de la izquierda el cine español. Así pues, ya hemos visto como el presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha usado al cine como reclamo para captar votos con el bono para que los mayores de 65 años puedan ir al cine los martes por sólo dos euros. Desde hace décadas, la industria cinematográfica siempre ha dado su apoyo a los partidos políticos encuadrados en la izquierda, ya sea el PSOE, Izquierda Unida o en los últimos años Podemos, y se ha mostrado radicalmente en contra de todo lo que consideran derecha o "ultra-derecha" (entrando en estos términos tanto PP, Vox como Ciudadanos).
El cine es un sector que está fuertemente politizado hacia la izquierda y es lo que hace que genere tanta controversia entre la opinión pública, donde una parte de esta llega a considerar a la industria del cine español como un sector "que vive de las subvenciones", mientras que para muchas personas de izquierdas el cine español sería una herramienta cultural fundamental y que habría que preservar a cualquier precio, aunque estos últimos niegan que el cine español viva de las subvenciones y tachan de bulo tales afirmaciones. Pero ¿es verdad que la industria del cine sobrevive gracias a las ayudas del Estado español?
Para responder a esta pregunta simplemente tenemos que, por un lado, acudir a los datos de los Presupuestos Generales del Estado de cada año, y comprobar la partida presupuestaria que recibe el nombre de "Programa de Cinematografía" para ver cuánto es lo que recibe este sector en concepto de ayuda económica para llevar a cabo su actividad. Y, por otro lado, tenemos que observar cual ha sido la recaudación de la industria del cine en cada año, de esta manera tendremos tanto lo que reciben en ayudas económicas como lo que ellos mismos son capaces de generar por su propia cuenta. Así pues, ¿Qué resultado obtenemos? Observemos el siguiente gráfico y obtendremos la respuesta:
De esta manera, podemos ver como la industria del cine lleva tres años seguidos ingresando más por ayudas a su actividad que por la recaudación obtenida en los cines. Así pues, la recaudación del cine en el año 2020 fue de 43 millones de euros, al tiempo que recibió 85,68 millones de euros en ayudas estatales, en el año 2021 la recaudación fue de 42,3 millones de euros mientras que fue subvencionado con otros 86 millones de euros, y en el año 2022 la recaudación alcanzó los 82,7 millones de euros mientras que recibió ayudas de hasta 97 millones de euros. En el presente año la industria de la cinematografía en España ha recibido 167 millones de euros en ayudas, alcanzando su máximo histórico. A todo esto, no hay que olvidar la bajada del IVA cultural al cine que pasó del 21% al 10% en el año 2018, que no deja de ser otra ayuda a la industria cinematográfica.
Como hemos podido comprobar, no sólo es que el cine español no devuelva al Estado la misma cantidad que recibe de él, sino que ni siquiera son capaces de conseguir una facturación que se acerque a lo que ellos han recibido en ayudas económicas, una situación que va camino de ser la tónica habitual en los últimos cuatro años. Visto lo visto, no deja de ser sorprendente que se siga subvencionando y privilegiando a un sector que, año tras año, le cuesta el dinero a los españoles. Unos ciudadanos que, a pesar de no estar especialmente interesados en el cine español ya que la asistencia a los cines para ver películas nacionales así lo atestigua, están financiando a actores y directores millonarios que insultan y/o desprecian a todo aquel que no sea de izquierdas, ejemplo de esto son los actores Eduardo Casanova o Carlos Bardem, que han llegado a declarar que no desean que los votantes de Vox vean sus películas o que ellos son "moralmente superiores" a cualquier persona de derechas.
En definitiva, una vez hemos comprobado como la industria del cine en España no logra ni siquiera igualar en recaudación al montante que recibe en ayudas, es razonable pensar que el cine español ha asumido el papel de brazo propagandístico de la izquierda para poder sobrevivir. Este sector no deja de ser un arma de propaganda política que contribuye a permear en la sociedad un conjunto de ideas que beneficia a quienes más dádivas les otorgan, y estos no dejan de ser los partidos de izquierdas. De otra manera es difícil entender la ayuda sistemática a una industria que no es capaz de sostenerse por sus propios medios y que necesita que el Estado español esté continuamente regándole con subvenciones para no desaparecer.
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Con el adelanto de las elecciones generales se abre un nuevo periodo electoral en el que los partidos políticos tratarán de usar todas las armas ideológicas a su disposición para mantenerse y/o intentar conseguir el poder, siendo una de las armas predilectas de la izquierda el cine español. Así pues, ya hemos visto como el presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha usado al cine como reclamo para captar votos con el bono para que los mayores de 65 años puedan ir al cine los martes por sólo dos euros. Desde hace décadas, la industria cinematográfica siempre ha dado su apoyo a los partidos políticos encuadrados en la izquierda, ya sea el PSOE, Izquierda Unida o en los últimos años Podemos, y se ha mostrado radicalmente en contra de todo lo que consideran derecha o "ultra-derecha" (entrando en estos términos tanto PP, Vox como Ciudadanos).
El cine es un sector que está fuertemente politizado hacia la izquierda y es lo que hace que genere tanta controversia entre la opinión pública, donde una parte de esta llega a considerar a la industria del cine español como un sector "que vive de las subvenciones", mientras que para muchas personas de izquierdas el cine español sería una herramienta cultural fundamental y que habría que preservar a cualquier precio, aunque estos últimos niegan que el cine español viva de las subvenciones y tachan de bulo tales afirmaciones. Pero ¿es verdad que la industria del cine sobrevive gracias a las ayudas del Estado español?
Para responder a esta pregunta simplemente tenemos que, por un lado, acudir a los datos de los Presupuestos Generales del Estado de cada año, y comprobar la partida presupuestaria que recibe el nombre de "Programa de Cinematografía" para ver cuánto es lo que recibe este sector en concepto de ayuda económica para llevar a cabo su actividad. Y, por otro lado, tenemos que observar cual ha sido la recaudación de la industria del cine en cada año, de esta manera tendremos tanto lo que reciben en ayudas económicas como lo que ellos mismos son capaces de generar por su propia cuenta. Así pues, ¿Qué resultado obtenemos? Observemos el siguiente gráfico y obtendremos la respuesta:
De esta manera, podemos ver como la industria del cine lleva tres años seguidos ingresando más por ayudas a su actividad que por la recaudación obtenida en los cines. Así pues, la recaudación del cine en el año 2020 fue de 43 millones de euros, al tiempo que recibió 85,68 millones de euros en ayudas estatales, en el año 2021 la recaudación fue de 42,3 millones de euros mientras que fue subvencionado con otros 86 millones de euros, y en el año 2022 la recaudación alcanzó los 82,7 millones de euros mientras que recibió ayudas de hasta 97 millones de euros. En el presente año la industria de la cinematografía en España ha recibido 167 millones de euros en ayudas, alcanzando su máximo histórico. A todo esto, no hay que olvidar la bajada del IVA cultural al cine que pasó del 21% al 10% en el año 2018, que no deja de ser otra ayuda a la industria cinematográfica.
Como hemos podido comprobar, no sólo es que el cine español no devuelva al Estado la misma cantidad que recibe de él, sino que ni siquiera son capaces de conseguir una facturación que se acerque a lo que ellos han recibido en ayudas económicas, una situación que va camino de ser la tónica habitual en los últimos cuatro años. Visto lo visto, no deja de ser sorprendente que se siga subvencionando y privilegiando a un sector que, año tras año, le cuesta el dinero a los españoles. Unos ciudadanos que, a pesar de no estar especialmente interesados en el cine español ya que la asistencia a los cines para ver películas nacionales así lo atestigua, están financiando a actores y directores millonarios que insultan y/o desprecian a todo aquel que no sea de izquierdas, ejemplo de esto son los actores Eduardo Casanova o Carlos Bardem, que han llegado a declarar que no desean que los votantes de Vox vean sus películas o que ellos son "moralmente superiores" a cualquier persona de derechas.
En definitiva, una vez hemos comprobado como la industria del cine en España no logra ni siquiera igualar en recaudación al montante que recibe en ayudas, es razonable pensar que el cine español ha asumido el papel de brazo propagandístico de la izquierda para poder sobrevivir. Este sector no deja de ser un arma de propaganda política que contribuye a permear en la sociedad un conjunto de ideas que beneficia a quienes más dádivas les otorgan, y estos no dejan de ser los partidos de izquierdas. De otra manera es difícil entender la ayuda sistemática a una industria que no es capaz de sostenerse por sus propios medios y que necesita que el Estado español esté continuamente regándole con subvenciones para no desaparecer.
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El despilfarro del Gobierno: dedica 3.100 millones de fondos europeos a series, películas y videojuegos
El gobierno sigue derivando recursos aportados por la UE al sector del cine español y sus industrias asociadas.
El ministro para la Transformación Digital, Óscar López, ha anunciado una nueva fase del Plan España Hub Audiovisual de Europa. Según el alto cargo del gobierno socialista, el Ejecutivo se prepara para desembolsar 1.500 millones de euros y consignarlos al sector a través de distintos instrumentos financieros con los que pretende "aportar recursos e impulso" a esta rama de la producción responsable de producir series, películas o videojuegos, entre otros formatos.
Coincidiendo con la LXXII edición del Festival de San Sebastián, el gobierno organizó una jornada titulada "Alianzas e inversiones para la consolidación del ecosistema audiovisual europeo". Dicho encuentro, tutelado por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, sirvió para que López anunciase esta lluvia de dinero para el cine español y el resto de industrias nacionales dedicadas a la producción audiovisual.
"En España siempre hemos tenido talento. Almodóvar, Buñuel, Víctor Erice, Carla Simón, Pilar Miró, o muchas y muchos otros. Lo que faltaban eran los recursos, el impulso decidido. Lo que faltaba era un gobierno comprometido con el audiovisual", afirmó López. "Vosotros, la industria audiovisual, sois los que conocéis los retos y los desafíos del sector. A lo que me comprometo es a tener la puerta abierta para vosotros, para que entre todos acertemos", añadió a renglón seguido el ministro, que se mostró "comprometido con la importancia industrial del audiovisual pero, por encima de todo, con su aportación clave en la generación de valores y el cambio de actitudes".
El gobierno apunta al cine, pero también a las series de producción nacional. López ha destacado que "en los tres últimos años hemos aumentado un 93% el empleo en el sector audiovisual. Además, se ha prácticamente duplicado la producción, pasando de hacer 45 series al año en 2018 a 85 en 2022. España lidera hoy la inversión de las plataformas en contenido original europeo entre los países comunitarios". Con estos datos, el integrante del gobierno de Pedro Sánchez justificó la consignación al sector de 1.500 millones de euros provenientes de la adenda del Plan de Recuperación con el que se canalizan los fondos europeos.
Hay que tomar en cuenta que esta nueva fase se suma a una primer etapa que abarca el periodo 2021-2025 y que, según comunicó el gobierno de PSOE y Sumar, movilizó otros 1.600 millones para financiar películas, series, videojuegos, publicidad y otros proyectos audiovisuales. Por tanto, la inyección de fondos europeos acumulada en el sector se encamina hacia los 3.100 millones de euros. La aprobación de este primer paquete fue justificada "en base a cuatro ejes: digitalizar, internacionalizar y atraer inversiones; mejorar los instrumentos financieros y fiscales, con más ayudas e incentivos; disponer de más talento y capital humano y desarrollarlo; y mejorar el entorno regulatorio y administrativo, reduciendo las cargas que enfrenta el sector".
Libre Mercado explicó el pasado verano que el cine español recibe en subvenciones el doble de lo que recauda en taquilla. Las ayudas a la industria cinematográfica subieron de 85 millones de euros en 2020 a 167 millones en 2023. Sin embargo, la recaudación siguió muy por debajo del monto asignado por el erario público y, en 2023, apenas alcanzó los 82 millones. En términos acumulados, los Presupuestos Generales del Estado derivaron 435 millones a la industria cinematográfica entre 2020 y 2023, pero la taquilla del sector para ese mismo periodo acumuló 239 millones de recaudación.
El apoyo al sector también llega en forma de descuentos fiscales. Las deducciones aplicables en el Impuesto de Sociedades para las empresas del sector se han multiplicado por diez y, en los últimos años, han superado los 300 millones de euros.
> > Link.
El ministro para la Transformación Digital, Óscar López, ha anunciado una nueva fase del Plan España Hub Audiovisual de Europa. Según el alto cargo del gobierno socialista, el Ejecutivo se prepara para desembolsar 1.500 millones de euros y consignarlos al sector a través de distintos instrumentos financieros con los que pretende "aportar recursos e impulso" a esta rama de la producción responsable de producir series, películas o videojuegos, entre otros formatos.
Coincidiendo con la LXXII edición del Festival de San Sebastián, el gobierno organizó una jornada titulada "Alianzas e inversiones para la consolidación del ecosistema audiovisual europeo". Dicho encuentro, tutelado por la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, sirvió para que López anunciase esta lluvia de dinero para el cine español y el resto de industrias nacionales dedicadas a la producción audiovisual.
"En España siempre hemos tenido talento. Almodóvar, Buñuel, Víctor Erice, Carla Simón, Pilar Miró, o muchas y muchos otros. Lo que faltaban eran los recursos, el impulso decidido. Lo que faltaba era un gobierno comprometido con el audiovisual", afirmó López. "Vosotros, la industria audiovisual, sois los que conocéis los retos y los desafíos del sector. A lo que me comprometo es a tener la puerta abierta para vosotros, para que entre todos acertemos", añadió a renglón seguido el ministro, que se mostró "comprometido con la importancia industrial del audiovisual pero, por encima de todo, con su aportación clave en la generación de valores y el cambio de actitudes".
En total, 3.100 millones
El gobierno apunta al cine, pero también a las series de producción nacional. López ha destacado que "en los tres últimos años hemos aumentado un 93% el empleo en el sector audiovisual. Además, se ha prácticamente duplicado la producción, pasando de hacer 45 series al año en 2018 a 85 en 2022. España lidera hoy la inversión de las plataformas en contenido original europeo entre los países comunitarios". Con estos datos, el integrante del gobierno de Pedro Sánchez justificó la consignación al sector de 1.500 millones de euros provenientes de la adenda del Plan de Recuperación con el que se canalizan los fondos europeos.
Hay que tomar en cuenta que esta nueva fase se suma a una primer etapa que abarca el periodo 2021-2025 y que, según comunicó el gobierno de PSOE y Sumar, movilizó otros 1.600 millones para financiar películas, series, videojuegos, publicidad y otros proyectos audiovisuales. Por tanto, la inyección de fondos europeos acumulada en el sector se encamina hacia los 3.100 millones de euros. La aprobación de este primer paquete fue justificada "en base a cuatro ejes: digitalizar, internacionalizar y atraer inversiones; mejorar los instrumentos financieros y fiscales, con más ayudas e incentivos; disponer de más talento y capital humano y desarrollarlo; y mejorar el entorno regulatorio y administrativo, reduciendo las cargas que enfrenta el sector".
Las ayudas masivas al cine
Libre Mercado explicó el pasado verano que el cine español recibe en subvenciones el doble de lo que recauda en taquilla. Las ayudas a la industria cinematográfica subieron de 85 millones de euros en 2020 a 167 millones en 2023. Sin embargo, la recaudación siguió muy por debajo del monto asignado por el erario público y, en 2023, apenas alcanzó los 82 millones. En términos acumulados, los Presupuestos Generales del Estado derivaron 435 millones a la industria cinematográfica entre 2020 y 2023, pero la taquilla del sector para ese mismo periodo acumuló 239 millones de recaudación.
El apoyo al sector también llega en forma de descuentos fiscales. Las deducciones aplicables en el Impuesto de Sociedades para las empresas del sector se han multiplicado por diez y, en los últimos años, han superado los 300 millones de euros.
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