La triste (y olvidada) muerte de Elcano tras completar la gesta más grande de España
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La triste (y olvidada) muerte de Elcano tras completar la gesta más grande de España
Mucho se ha contado sobre la Primera Vuelta al Mundo realizada por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. Estar zambullidos de lleno en el 500 aniversario de esta gesta naval, acaecida entre 1519 y 1522, es lo que tiene. La fecha ha hecho que los pormenores del viaje que permitió a nuestro país arribar a las Molucas y descubrir el Estrecho ubicado al sur de Chile sean conocidos ampliamente. Desde el momento en que salieron de Sevilla, hasta que regresaron de nuevo a la península tres años después. Sin embargo, hasta ahora muy pocas obras habían tratado las repercusiones de esta epopeya. Por ello, la nueva obra del filósofo y divulgador histórico Pedro Insua ( «El orbe a sus pies», Ariel, 2019) es clave; porque narra eventos olvidados como la desconocida muerte del mismo Elcano.
Con todo, Insua no se centra solo en Elcano. Su obra, magna donde las haya, recoge desde los tratados mediante los que España y Portugal se volvieron a dividir el mundo tras la llegada a las Molucas, hasta la posterior venta de dichas islas por Carlos I. Y todo ello, sin olvidar que arribar hasta el Pacífico permitió a nuestros antepasados poner sus ojos en la conquista de China. El también autor de «1492. España contra sus fantasmas» recoge también los posteriores intentos de hacerse con este país por parte de Felipe II, además del abandono final de los planes debido a los enfrentamientos internos entre militares y religiosos. A su vez, ofrece datos casi olvidados como que la monarquía hispánica se hizo de nuevo con las islas en 1606.
Elcano: vida y muerte desafortunadas
Según Insua, después del viaje de vuelta, tormentoso donde los hubiere, Elcano disfrutó de la tranquilidad que ofrece el trabajo bien hecho durante tres años; tiempo que pasó en la Corte de Valladolid. Tras asistir a las juntas de Elvas y Badajoz (en las que España y Portugal se repartieron otra vez el mundo conocido) se unió a una nueva expedición dirigida por frey García Jofre de Loaysa. Su objetivo: atravesar el Estrecho de Magallanes, arribar a las Molucas y hacerse con el control de la especiería. Casi nada... Lo curioso es que nuestro castizo héroe fue nombrado piloto mayor de la nao Sancti Spiritus, pero no capitán general.
La expedición salió del puerto de La Coruña, sede de una suerte de casa de contracción de Sevilla, el 24 de julio de 1525. En sus filas había seis naos y varios cientos de hombres dispuestos a cruzar de nuevo el Atlántico. Pero aquel día comenzó un infierno, si cabe, todavía mayor que el de 1522. La mayoría de autores coinciden en que las desdichas se generalizaron durante el trayecto. Ni siquiera acabaron cuando llegaron al Estrecho. La lógica dictaba que, con Elcano de guía (que ya conocía la región), nada podía salir mal. No fue así. La capitana confundió la entrada del paso y cuatro naves se perdieron o desertaron. Poco después, y a pesar de que el desastre rondaba el ambiente, cruzaron y se toparon con el Pacífico.
Cuando parecía que el destino solo podía ser propicio con la expedición, la mala fortuna volvió a atacar a Loysa y a sus hombres. Para empezar, una tormenta dispersó a las dos naos restantes y tan solo quedó una para terminar el viaje: la Victoria. Por si fuera poco (nunca lo es) el escorbuto se extendió entre los tripulantes. De la noche a la mañana, los escasos hombres que todavía luchaban por vivir empezaron a sangrar y la fatiga les venció. Por culpa de esta enfermedad se fueron al otro mundo la friolera de 34 tripulantes. Y entre ellos se encontraba el piloto, Antonio Bermejo.
Para entonces la comida y la bebida escaseaban, como bien recordó Andrés de Urdaneta, presente en la expedición, en sus crónicas: «Era tanta la sed que teníamos, que los más de nosotros no nos podíamos menear, que nos ahogábamos de sed; y en esto me acordé yo que quizás me remediaría con mis propias orinas, y así lo hice; luego bebí siete u ocho sorbos de ellas, y orné en mí, como si hubiera comido y bebido». No pintaban bien las cosas. Al final, el escorbuto se llevó también la vida de Loaysa el 30 de julio de ese mismo año. Fue entonces cuando nuestro castizo Elcano asumió el mando. Su momento había llegado. Al fin, después de casi tres años esperando, se convirtió en capitán general de una armada.
Por desgracia, el cargo le duró menos de una semana. Exactamente seis días, como desvela el mismo Insua en declaraciones a ABC. En palabras de este experto, en la actualidad se desconoce de qué murió, aunque se sospecha que lo que acabó con él fue el escorbuto. Así anotó este suceso el mismo Urdaneta en su diario: «Lunes, a seis de agosto, falleció el magnífico señor Juan Sebastián Elcano».
Apenas una jornada después se celebró el entierro en honor del marino. Tal y como explica Manuel Lucena en su artículo sobre este insigne español para la Real Academia de la Historia, el 7 de agosto su cadáver «fue envuelto en un sudario y sujeto a una tabla con cuerdas». A continuación, los restos fueron llevados hasta la cubierta del barco, donde la marinería le rezó un Padre Nuestro y varios Ave Marías. Cuando terminaron las exequias, se colgó del cadáver un peso y se lanzó al vasco al mar. «No hubo músicas, ni banderas, ni galas, ni nada. Así había despedido Elcano al capitán general frey García Jofre de Loaysa, y así le despidieron a él», añade el español en su artículo. De esta forma terminó la vida de uno de los hombres más insignes de nuestro país.
Aquí la entrevista.
Con todo, Insua no se centra solo en Elcano. Su obra, magna donde las haya, recoge desde los tratados mediante los que España y Portugal se volvieron a dividir el mundo tras la llegada a las Molucas, hasta la posterior venta de dichas islas por Carlos I. Y todo ello, sin olvidar que arribar hasta el Pacífico permitió a nuestros antepasados poner sus ojos en la conquista de China. El también autor de «1492. España contra sus fantasmas» recoge también los posteriores intentos de hacerse con este país por parte de Felipe II, además del abandono final de los planes debido a los enfrentamientos internos entre militares y religiosos. A su vez, ofrece datos casi olvidados como que la monarquía hispánica se hizo de nuevo con las islas en 1606.
Elcano: vida y muerte desafortunadas
Según Insua, después del viaje de vuelta, tormentoso donde los hubiere, Elcano disfrutó de la tranquilidad que ofrece el trabajo bien hecho durante tres años; tiempo que pasó en la Corte de Valladolid. Tras asistir a las juntas de Elvas y Badajoz (en las que España y Portugal se repartieron otra vez el mundo conocido) se unió a una nueva expedición dirigida por frey García Jofre de Loaysa. Su objetivo: atravesar el Estrecho de Magallanes, arribar a las Molucas y hacerse con el control de la especiería. Casi nada... Lo curioso es que nuestro castizo héroe fue nombrado piloto mayor de la nao Sancti Spiritus, pero no capitán general.
La expedición salió del puerto de La Coruña, sede de una suerte de casa de contracción de Sevilla, el 24 de julio de 1525. En sus filas había seis naos y varios cientos de hombres dispuestos a cruzar de nuevo el Atlántico. Pero aquel día comenzó un infierno, si cabe, todavía mayor que el de 1522. La mayoría de autores coinciden en que las desdichas se generalizaron durante el trayecto. Ni siquiera acabaron cuando llegaron al Estrecho. La lógica dictaba que, con Elcano de guía (que ya conocía la región), nada podía salir mal. No fue así. La capitana confundió la entrada del paso y cuatro naves se perdieron o desertaron. Poco después, y a pesar de que el desastre rondaba el ambiente, cruzaron y se toparon con el Pacífico.
Cuando parecía que el destino solo podía ser propicio con la expedición, la mala fortuna volvió a atacar a Loysa y a sus hombres. Para empezar, una tormenta dispersó a las dos naos restantes y tan solo quedó una para terminar el viaje: la Victoria. Por si fuera poco (nunca lo es) el escorbuto se extendió entre los tripulantes. De la noche a la mañana, los escasos hombres que todavía luchaban por vivir empezaron a sangrar y la fatiga les venció. Por culpa de esta enfermedad se fueron al otro mundo la friolera de 34 tripulantes. Y entre ellos se encontraba el piloto, Antonio Bermejo.
Para entonces la comida y la bebida escaseaban, como bien recordó Andrés de Urdaneta, presente en la expedición, en sus crónicas: «Era tanta la sed que teníamos, que los más de nosotros no nos podíamos menear, que nos ahogábamos de sed; y en esto me acordé yo que quizás me remediaría con mis propias orinas, y así lo hice; luego bebí siete u ocho sorbos de ellas, y orné en mí, como si hubiera comido y bebido». No pintaban bien las cosas. Al final, el escorbuto se llevó también la vida de Loaysa el 30 de julio de ese mismo año. Fue entonces cuando nuestro castizo Elcano asumió el mando. Su momento había llegado. Al fin, después de casi tres años esperando, se convirtió en capitán general de una armada.
Juan Sebastián Elcano
Por desgracia, el cargo le duró menos de una semana. Exactamente seis días, como desvela el mismo Insua en declaraciones a ABC. En palabras de este experto, en la actualidad se desconoce de qué murió, aunque se sospecha que lo que acabó con él fue el escorbuto. Así anotó este suceso el mismo Urdaneta en su diario: «Lunes, a seis de agosto, falleció el magnífico señor Juan Sebastián Elcano».
Apenas una jornada después se celebró el entierro en honor del marino. Tal y como explica Manuel Lucena en su artículo sobre este insigne español para la Real Academia de la Historia, el 7 de agosto su cadáver «fue envuelto en un sudario y sujeto a una tabla con cuerdas». A continuación, los restos fueron llevados hasta la cubierta del barco, donde la marinería le rezó un Padre Nuestro y varios Ave Marías. Cuando terminaron las exequias, se colgó del cadáver un peso y se lanzó al vasco al mar. «No hubo músicas, ni banderas, ni galas, ni nada. Así había despedido Elcano al capitán general frey García Jofre de Loaysa, y así le despidieron a él», añade el español en su artículo. De esta forma terminó la vida de uno de los hombres más insignes de nuestro país.
Aquí la entrevista.
Abraham- Cybernauta-Premium
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Magallanes y Elcano, los autores de una gesta "mayor que la llegada a la Luna"
La Comisión Nacional para la Conmemoración del V Centenario propone un programa "abierto" hasta 2022 para darle la "máxima relevancia".
Una gesta "ni siquiera comparable" con la llegada del hombre a la Luna, así fue la expedición de la primera vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano en 1519, una aventura que cumple 500 años y que se celebrará en España con el objetivo de ponerla en el lugar que se merece. Con el objetivo de mostrar la magnitud de tal hazaña, la Comisión Nacional para la Conmemoración del V Centenario —creada en junio de 2016— propone darle la "máxima relevancia", según ha informado este miércoles el secretario de la comisión, Camilo Vázquez, con un programa "abierto" hasta 2022 (fecha en la que volvió a España la expedición al mando de Juan Sebastián Elcano).
Pese a que con este viaje se confirmó que la tierra es redonda, la Historia no ha hecho justicia a estos marinos que se jugaron la vida en esta expedición naval promovida por la Monarquía Española y capitaneada inicialmente por el navegante portugués al servicio de la Corona, Fernando de Magallanes, con el propósito de abrir una nueva ruta comercial a las islas de las Especias. El 10 de agosto en Sevilla se celebrará la salida de la expedición con visitas teatralizadas por toda la ciudad y desfiles militares y ofrendas. Pero un mes después, en concreto el 12 de septiembre llegará uno de los puntos sobre los que pivota este evento declarando acontecimiento de excepcional interés.
Se trata de la gran exposición "El viaje más largo", una muestra organizada por Acción Cultural Española en el Archivo General de Indias que nos sumergirá en este mundo a través de más de 106 piezas y documentos originales pertenecientes a instituciones como el propio Archivo de Indias, la Biblioteca Nacional de España o el Archivo Nacional Torre do Tomo de Lisboa, hasta el 23 de febrero de 2020. Y desde el 1 de junio de 2020 en el Museo de San Telmo de San Sebastián. En ella, según ha descrito uno de sus comisarios, Antonio Fernández, se podrá ver también la talla de la Virgen de la Victoria, "la que veneró Magallanes y dio nombre a la nave" o se podrán conocer las vidas de algunos de los marinos, como el niño apodado Vasquito.
Pero además se presenta como una cita en la que pondrán de manifiesto que esta historia no solo fue lo que dejó escrito el cronista oficial de la expedición, Antonio Pigafetta. "Sorprende el desconocimiento que hay sobre Magallanes. Los grandes logros de esta vuelta están en la psicología del hombre (...) Pigafetta no es la única versión", ha afirmado Fernández acerca de este documento en el que ni siquiera aparece Elcano.
Con una dotación de 200 millones de euros, el programa creado por la Comisión Nacional del V Centenario, está también repleto de otros actos repartidos por toda la geografía española, como el que el 20 de septiembre se celebrará en Sanlúcar de Barrameda, lugar donde salieron las cinco naves. Un viaje que el buque Juan Sebastián Elcano de la Armada Española replicará durante el mismo tiempo que sus colegas del siglo XVI. En palabras del vicealmirante Ignacio Horcada: "Queremos hacer una reflexión de la magnitud de esta gesta, es mucho más que otra aventura del hombre en su anhelo de conquistar el mundo. No se puede comparar ni siquiera con la llegada del hombre a la luna".
Por su parte, el 29 de septiembre el Museo Naval de Madrid acogerá la exposición "Fuimos los primeros"; y la agenda internacional también recorrerá los algunos de los lugares a los que llegaron, como Chile, donde se celebrará la conferencia "Encuentro de tres mundos en los bordes de la geografía". En Ciudad del Cabo (Sudáfrica) también habrá conferencias para poner de manifiesto la importancia que tuvo para el viaje el cruce con el Cabo de Buena Esperanza. LD.
Una gesta "ni siquiera comparable" con la llegada del hombre a la Luna, así fue la expedición de la primera vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano en 1519, una aventura que cumple 500 años y que se celebrará en España con el objetivo de ponerla en el lugar que se merece. Con el objetivo de mostrar la magnitud de tal hazaña, la Comisión Nacional para la Conmemoración del V Centenario —creada en junio de 2016— propone darle la "máxima relevancia", según ha informado este miércoles el secretario de la comisión, Camilo Vázquez, con un programa "abierto" hasta 2022 (fecha en la que volvió a España la expedición al mando de Juan Sebastián Elcano).
Pese a que con este viaje se confirmó que la tierra es redonda, la Historia no ha hecho justicia a estos marinos que se jugaron la vida en esta expedición naval promovida por la Monarquía Española y capitaneada inicialmente por el navegante portugués al servicio de la Corona, Fernando de Magallanes, con el propósito de abrir una nueva ruta comercial a las islas de las Especias. El 10 de agosto en Sevilla se celebrará la salida de la expedición con visitas teatralizadas por toda la ciudad y desfiles militares y ofrendas. Pero un mes después, en concreto el 12 de septiembre llegará uno de los puntos sobre los que pivota este evento declarando acontecimiento de excepcional interés.
Se trata de la gran exposición "El viaje más largo", una muestra organizada por Acción Cultural Española en el Archivo General de Indias que nos sumergirá en este mundo a través de más de 106 piezas y documentos originales pertenecientes a instituciones como el propio Archivo de Indias, la Biblioteca Nacional de España o el Archivo Nacional Torre do Tomo de Lisboa, hasta el 23 de febrero de 2020. Y desde el 1 de junio de 2020 en el Museo de San Telmo de San Sebastián. En ella, según ha descrito uno de sus comisarios, Antonio Fernández, se podrá ver también la talla de la Virgen de la Victoria, "la que veneró Magallanes y dio nombre a la nave" o se podrán conocer las vidas de algunos de los marinos, como el niño apodado Vasquito.
Pero además se presenta como una cita en la que pondrán de manifiesto que esta historia no solo fue lo que dejó escrito el cronista oficial de la expedición, Antonio Pigafetta. "Sorprende el desconocimiento que hay sobre Magallanes. Los grandes logros de esta vuelta están en la psicología del hombre (...) Pigafetta no es la única versión", ha afirmado Fernández acerca de este documento en el que ni siquiera aparece Elcano.
Con una dotación de 200 millones de euros, el programa creado por la Comisión Nacional del V Centenario, está también repleto de otros actos repartidos por toda la geografía española, como el que el 20 de septiembre se celebrará en Sanlúcar de Barrameda, lugar donde salieron las cinco naves. Un viaje que el buque Juan Sebastián Elcano de la Armada Española replicará durante el mismo tiempo que sus colegas del siglo XVI. En palabras del vicealmirante Ignacio Horcada: "Queremos hacer una reflexión de la magnitud de esta gesta, es mucho más que otra aventura del hombre en su anhelo de conquistar el mundo. No se puede comparar ni siquiera con la llegada del hombre a la luna".
Por su parte, el 29 de septiembre el Museo Naval de Madrid acogerá la exposición "Fuimos los primeros"; y la agenda internacional también recorrerá los algunos de los lugares a los que llegaron, como Chile, donde se celebrará la conferencia "Encuentro de tres mundos en los bordes de la geografía". En Ciudad del Cabo (Sudáfrica) también habrá conferencias para poner de manifiesto la importancia que tuvo para el viaje el cruce con el Cabo de Buena Esperanza. LD.
Sandro- Cybernauta-Premium
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