Las misteriosas piedras del Valle de la Muerte

El Valle de la Muerte es llamado así es porque no es apto para la vida. Rodeado de montañas, el calor aprieta cada día haciendo del lugar uno de los entornos desérticos más duros del mundo. Aquí varios científicos llevan años intentando resolver un misterio sin igual: el de las piedras que se mueven solas…



Hay lugares que dan miedo, no por los aparecidos que se puedan manifestar o por las terribles historias que se han producido y que se agarran a las paredes con la fuerza de una maldición. No, hay lugares que dan miedo por el mero hecho de pensar que si nuestro vehículo se avería mientras atravesamos estas solitarias carreteras, es posible que entonces seamos conscientes de lo que realmente es el miedo; el miedo a morir. Esta sensación, cuando atravesamos Dead Valley, o el Valle de la Muerte, no te abandona en ningún momento. Da igual que vayas con víveres, agua, medicamentos… Lo que se abre a nuestros ojos es tan desolador que invita a atravesar el lugar cuanto antes. Y aún así, pese a que parece que surcamos otro planeta, la vida, escondida, fluye de manera incontrolada.

Es el hogar de animales tan extremos como el paisaje; por eso las misiones de la NASA acuden a este lugar para llevar a cabo experimentos de supervivencia, emulando la llegada a Marte.

Y es precisamente aquí donde surge uno de esos enigmas que trae de cabeza a la ciencia, al punto de que hay quien incluso habla de la presencia de extraterrestres para explicarlo. Desde hace años, las llanuras agrietadas de este desierto son atravesadas por pedruscos que se desplazan dejando un rastro, en ocasiones de kilómetros, sobre la árida superficie.


Los científicos de la NASA Jib Ray y Brian Jackson realizaron un profundo estudio en la zona de Racetrack Playa del Valle de la Muerte. «Para describir las condiciones meteorológicas, las velocidades y el momento del movimiento de la roca, instalamos una estación meteorológica, varios sistemas timelapse de cámara y 15 rocas instrumentadas con GPS. Visitamos el lugar de 5 a 8 veces al año para intercambiar paquetes de baterías y descargar datos meteorológicos», aseguraron. Los doctores eran conscientes de que, si bien es cierto que generalmente las piedras no superan los diez kilos de peso, tiempo atrás se halló una pieza de dolomita que superaba los 280. Y eso es mucho peso. Por tanto, ¿qué «mano invisible» es la que facilita el desplazamiento de éstas, dando pie a uno de los enigmas más singulares del planeta? Para Jackson y sus ayudantes las piedras se desplazan gracias al hielo que se forma durante los meses de invierno y al fuerte viento de la zona. Según afirman, «los eventos de movimiento de rocas que observamos incluyen la presencia de hielo flotante, temperaturas y luz solar suficientes para crear piscinas de fusión en el hielo, y brisas ligeras que son lo suficientemente estables como para conducir hielo flotante. Todos los movimientos de rocas observados ocurrieron cerca del medio día cuando se había producido suficiente derretimiento para permitir la rotura del hielo. La creación de senderos de roca es difícil de observar porque éstos se forman debajo de la superficie cubierta de hielo, donde a menudo no son evidentes hasta que el hielo se derrite y se elimina el agua líquida». En conclusión, las rocas se moverían porque un flotador de hielo las sostendría en la superficie de un fino estanque de agua, tanto como para que aún así entrasen en contacto con el suelo dejando rastro mientras son impulsadas por el viento. Pero, ¿lo mismo ocurrió con la piedra de 280 kilos? ¿Y las que se han encontrado en las laderas de las montañas de valle? ¿También sufren el mismo fenómeno?

¡Asombroso!

Con un récord de 56 grados tenía fama de ser un infierno terrestre, pero en realidad hay lugares aún peores en nuestro planeta

Si quieres saber lo que es el infierno en la Tierra, lo mejor es que te pases por el Valle de la Muerte. Por lo menos, esa es su fama: con un récord de 56 grados, es considerado generalmente el lugar más caluroso de nuestro planeta. Un lugar que podría competir con el sur de España a las cuatro de la tarde en un caluroso día de agosto.

Sin embargo, puede que parezca sorprendente, pero es posible que no sea el lugar más caluroso de la Tierra a pesar de todo. Al menos, eso asegura una nueva investigación sobre las temperaturas más extremas de nuestro planeta, que ha descubierto que es mucho peor poner un pie en el desierto de Lut en Irán o en el desierto de Sonora, en América del Norte.

En los desiertos de Lut y Sonora la tierra a veces puede calentarse hasta 80 grados

Según datos satelitales de alta resolución de las últimas dos décadas, la tierra en estas dos regiones a veces puede calentarse hasta unos asombrosos ¡80,8 ºC!. El desierto de Lut ocupa el primer lugar en cuanto a la temperatura más alta del mundo en la superficie terrestre. Entre 2002 y 2009 alcanzó extremos abrumadores, probablemente porque está ubicado entre una cadena de montañas que 'atrapan' el aire caliente sobre las dunas (especialmente las partes cubiertas de roca volcánica negra), informa 'Science Alert'.

Los hallazgos respaldan un estudio anterior publicado en 2011 que ya aseguraba que el desierto de Lut era uno de los lugares con temperaturas más extremas de la Tierra. En 2005 los datos señalaron que la región alcazó los 70 grados (aunque los autores del nuevo artículo dicen que probablemente sea una subestimación). Desde ese primer análisis la NASA ha lanzado una nueva versión de su software satelital, que permite una mejor detención de las temperaturas de la superficie terrestre. Según los investigadores, y gracias a esto, parece que las temperaturas en el desierto de Lut son, en realidad, diez grados más altas de lo que alguna vez pensamos.

El desierto de Sonora (que traza la frontera entre los Estados Unidos y México) puede alcanzar extremos igualmente cálidos, aunque no con tanta frecuencia como el de Lut. Debido a que también está rodeado de montañas, el calor queda atrapado fácilmente en la cuenca árida, aumentando la temperatura atmosférica y luego la de la Tierra, con las aceras hirviendo en los días más calurosos.

No está claro cuánto ha contribuido el cambio climático a estas temperaturas extremas, pero los días más calurosos registrados por los satélites han ocurrido en años más recientes

No está claro cuánto ha contribuido el cambio climático a estas temperaturas extremas, pero los días más calurosos registrados por los satélites han ocurrido en años más recientes, especialmente durante La Niña. Según fuentes del estudio: "Se espera que la investigación futura en esta dirección pueda arrojar luz no solo sobre cómo han cambiado los extremos en el pasado, sino también sobre cómo afectarán probablemente a nuestro planeta en el futuro".

Además de la zona más caliente de la Tierra, el nuevo análisis también fue capaz de identificar el lugar más frío. La Antártida ganó sin muchos problemas ese récord con un mínimo de -110,9 °C. Esto se debe a que la luz solar en esta zona del mundo es relativamente débil y muchos de los rayos se reflejan en la atmósfera por la nieve y el hielo. Los fuertes vientos y un sistema de baja presión también coinciden para reducir aún más la temperatura de la superficie de la Antártida. Se necesitan, no obstante, más investigaciones sobre masas terrestres remotas fuera del alcance de las estaciones meteorológicas para determinar cómo están cambiando las temperaturas del suelo en la actualidad.

El Confidencial