Los pueblos más bonitos de Segovia

La provincia de Segovia es rica en tesoros, tanto naturales y como construidos por el hombre. Muchos de sus pueblos han conservado su patrimonio de manera exquisita, lo que unido a su ritmo calmado y a su gastronomía tradicional permiten desconectar de manera fulminante al visitante que se adentra en ellos. He aquí una pequeña lista de rincones a descubrir o revisitar.

Pedraza

Repoblada tras la Reconquista, entre los siglos X y XI, se cree que su nombre deriva de la Pretaria romana. Su momento de mayor esplendor arrancó en el siglo XV, cuando la villa pasó a manos de los condestables de Castilla, Blanca Herrera y Niño de Portugal y Bernardino Fernández de Velasco y Mendoza. En los siglos XVI y XVII la exportación tejidos y de la lana de sus rebaños de ovejas merinas competía con la de Flandes. Declarada Conjunto Monumental, una vez se cruza la puerta principal de la vieja muralla, el Arco de la Villa, se abre un abanico de casa y palacetes con bellos escudos heráldicos que encaminan hacía la Vieja Cárcel y la Plaza Mayor, ambas de visita obligada.

Cuéllar

Su castillo y su triple recinto amurallado, que finaliza en lo alto de un cerro, continúa impresionando a propios y extraños siglos después de su construcción. Aunque su origen se remonta a finales del siglo XI, el edificio aparece documentado ya en el año1306: siendo rey Enrique IV, cedió la villa de Cuéllar y el castillo Beltrán de la Cueva, en 1464. Por ello, también es conocido como el palacio de los Duques de Alburquerque, una joya que mezcla de distintos estilos arquitectónicos (aunque predominan el gótico y el renacentista) y que operó como cárcel durante la Guerra Civil. En él se realizan visitas teatralizadas, en las que diversos personajes nos relatan su historia. El centro neurálgico de Cuéllar es su Plaza Mayor, donde destaca la iglesia de San Miguel. Con todo, son sus edificios civiles y religiosos, construidos en los siglos XII y XIII por alarifes musulmanes que permanecieron en territorio cristiano tras la Reconquista, lo que le ha valido el sobrenombre de La isla mudéjar.

Sepúlveda

Fue conocida en su momento como la Villa de las Siete Puertas, porque esos eran los accesos que tenía su muralla: Ecce Homo, El Río, el Postiguillo, la Fuerza, La Judería, el Vado y de Duruelo. Asentada sobre un promontorio que circunda el Duratón, entre los cerros de Somosierra y La Picota, Sepúlveda conserva la antigua cárcel situada en la plaza del Trigo y la iglesia del Salvador, considerada el edificio románico más antiguo de Segovia. Sus murallas y su Ayuntamiento son del siglo XII, aunque uno de sus puntos más interesantes es la Plaza Mayor, situada extramuros. En uno de sus lados sobresale el Castillo, un particular conjunto arquitectónico compuesto por la superposición de edificios de diferentes épocas sobre los torreones originales.

El Muyo

El Muyo luce con orgullo la distinción de ser considerado el más importante de los Pueblos Negros de la Sierra de Ayllón, denominación que engloba también a El Negredo, Serracín y Becerril y que responde al uso que se hacía en ellos de la pizarra como el principal material de las construcciones. En los últimos 20 años no ha superado los 15 habitantes, pero en la actualidad parece haber esquivado el peligro de la despoblación gracias a que cada vez a más gente acude a él en busca de restaurar una casa que les permita disfrutar de la tranquilidad y la naturaleza en un enclave único, cuyo nombre se cree que viene de un fundador mutilado, dado que es uno de los significados que se le da a Muyo. Su iglesia, bajo la advocación de los Santos Mártires San Cornelio y San Cipriano, gaurda una bonita cruz procesional de plata del siglo XVI.

Coca

Mientras la Unidad de Arqueología de la IE University determinan las dimensiones del palacio-villa de Coca, vinculado con la familia de Teodosio I el Grande, el último emperador que gobernó todo el mundo romano, su castillo de estilo gótico mudéjar continúa siendo el principal atractivo de la localidad. Considerado no de los más bonitos (y originales) de España, destaca porque aunque se construyó para uso militar, no está situado en alto, sino que cuenta con un enorme foso de más de 500 metros que se puede recorrer en su totalidad. Sobresalen también sus troneras y los delicados motivos mudéjares de sus paredes interiores, tan bellos que han hecho que el recinto se haya utilizado más como palacio que como fortaleza, Su iglesia de Santa María la Mayor y su Puerta de la Villa también requieren merecida atención.

La Granja de San Ildefonso

Poca presentación necesita el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, una majestuosa residencia levantada por orden del rey Felipe V, El animoso. El primer monarca Borbón se trajo de Francia el gusto por los palacios elegantes y decidió aplicarlo en esta joya arquitectónica que, a su vez le permitiría, huir de los rigores de la corte madrileña. El arquitecto Teodoro Ardemans fue el encargado del palacio mientras que los jardines corrieron a cargo de René Carlier. Las obras avanzaron con gran rapidez, y el rey pudo mudarse al edificio en 1724, acrecentado su fama de amante de los lujos encargando una nueva fachada en el eje central del jardín a Filippo Juvarra, aunque sería terminada por su discípulo, Giambattista Sacchetti. La fuente de El Mallo, la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, la Puerta de la Reina y la Real Fábrica de Cristales son otros de los lugares destacados de la localidad.