Castillo de la “garza blanca”

Conocido tanto por su belleza como por su ingenio defensivo, Himeji-jo es el mejor ejemplo de expresión arquitectónica de un castillo japonés de comienzos del siglo XVII, según la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

El castillo de Himeji tiene más de 600 años. El lugar se eligió como línea de defensa estratégica al oeste de Kioto, Japón. Las primeras fortificaciones se construyeron en el siglo XV. El complejo castillo que podemos ver en la actualidad se completó en 1609, bajo la supervisión del daimyo Ikeda Terumasa.

Se le llama el castillo de la “garza blanca” por su parecido a este ave cuando alza el vuelo. Esta gigantesca fortaleza de madera, cuyos orígenes se remontan al siglo XIV está situada sobre dos colinas. Ocupa 107 hectáreas y está compuesta por más de 80 edificios.

Entre las medidas defensivas, hay pequeñas aberturas en algunas paredes que bordean caminos para atacar a los enemigos con agua hirviendo o proyectiles. Algunas puertas son estrechas para impedir el avance de grupos grandes y hay estructuras de madera que fueron recubiertas con yeso blanco para proteger el edificio y a sus ocupantes contra el fuego.

Las torres de vigilancia están conectadas entre sí por pasajes serpenteantes con el objetivo de confundir a los enemigos invasores. El castillo nunca fue escenario de batallas. En la actualidad, es un reclamo turístico de la ciudad japonesa de Himeji, considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.