El monumento más emblemático de cada capital de España

Si llegara alguien con la intención de visitar cada capital autonómica de España y sus principales monumentos, ¿cuáles deberíamos señalarle como los más icónicos? Algunos de ellos se imponen por un consenso tácito, pero en otros casos la elección se complica. En este artículo hacemos un repaso del monumento más emblemático de cada capital de España, con parada en sus 17 comunidades autónomas.

El monumento insignia de cada capital de España

Sevilla

Nada puede arrebatarle a la Giralda su condición de icono indiscutible de la capital andaluza. Este campanario mudéjar resume como nadie la historia y la belleza de esta ciudad, erguido junto a la imponente catedral como un símbolo que acompaña siempre a locales y visitantes.

La Basílica de Nuestra Señora del Pilar es otro de esos emblemas incuestionables. El templo se concibió en su día en estilo barroco y ya con voluntad de hito, inspirándose nada menos que en San Pedro del Vaticano. Las colosales medidas dan fe de la ambición de este templo admirable, centro de devoción y peregrinación.

Oviedo tiene una magnífica catedral, pero Santa María del Naranco es simplemente única. Esta joya del prerrománico asturiano no solo expresa la importancia del reino de Asturias en el lejano siglo IX, sino que es todo un prodigio de gracia arquitectónica. Inicialmente palacio real, pasó a ser iglesia siglos después, y hoy es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

La Catedral de Mallorca, con su silueta de líneas góticas, es la reina del patrimonio balear. Desde fuera, esta mole erizada de pináculos que mira hacia el mar es inolvidable, pero el interior no lo es menos. Su rosetón, el más grande entre las catedrales del estilo, induce con su luz colorida a un misticismo irresistible.

Canarias es la única comunidad con dos capitales, dos bellas ciudades de una fuerte personalidad. En Santa Cruz, la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción es historia pura de la isla, y la única de cinco naves de todo el archipiélago.

En Las Palmas de Gran Canaria, con el permiso de la catedral, el monumento más destacado es el Castillo de Santa Catalina, también llamado Castillo de la Luz. Es el más antiguo de las islas, levantado a finales del siglo XV, y todo un símbolo de las dificultades que se tuvieron que afrontar aquí en forma de implacables ataques piratas. Y si quieres ahorrar en alojamiento, te dejamos este descuento de hasta el 30 % en hoteles de Canarias.

La capital cántabra cuenta con un emblema diferente al resto: el Real Palacio de la Magdalena, un magno ejemplo de arquitectura civil, construido entre 1909 y 1911 para la familia de Alfonso XIII, que hizo de él su residencia de verano. Llaman la atención los aires ingleses del conjunto, con puntiagudos tejados que hacen de este edificio uno de los emblemas más originales de todos.

Toledo es una de esas ciudades tan deslumbrantes que dan vértigo. A pesar de sus muchos tesoros, uno de ellos brilla con luz propia en el horizonte toledano, y es el magnífico alcázar. El Alcázar de Toledo es un fascinante compendio de historia, y resulta tan imponente como armonioso en sus formas, que unen la robustez militar de sus torres con la elegancia de los característicos chapiteles.

La Academia de Caballería no llega al siglo de vida, pero tiene todo el sabor de los grandes palacios renacentistas. Su monumentalidad épica y su estratégica combinación hacen de este edificio ecléctico uno de los más señalados de Valladolid, una ciudad que no anda escasa de grandes obras.

Si Gaudí es el arquitecto que más ha contribuido a la fama de Barcelona, sin duda la Sagrada Familia es su obra cumbre. El monumento más visitado de España tiene, además, el extraño encanto de hallarse todavía en construcción, y sus líneas inconfundibles han maravillado a generaciones enteras de visitantes.

Nombrar Mérida es evocar al instante su teatro romano, el mayor símbolo de la ciudad y del legado latino. La pasada gloria de la vieja Augusta Emerita, hoy capital de Extremadura, luce con todo su esplendor en este recinto magníficamente recuperado, que es Patrimonio de la Humanidad desde 1993.

Este es el único monumento que puede presumir de atraer a personas de todo el mundo que se acercan hasta él recorriendo cientos de kilómetros a pie. La Catedral de Santiago de Compostela domina la descomunal Plaza del Obradoiro y es un lugar que suscita fervor como pocos.

Logroño tiene su principal seña de identidad en la Concatedral de Santa María de la Redonda, una majestuosa presencia en pleno centro histórico. De ella destacan las «torres gemelas» del siglo XVIII, pero también una pequeña pintura del interior, el Calvario de La Rioja, atribuida nada menos que a Miguel Ángel Buonarroti.

Es curioso que sea Madrid la única capital que tiene por icono indudable una escultura, y además no especialmente monumental. El Oso y el Madroño es tan inseparable de la identidad madrileña que este punto de la Puerta del Sol sigue siendo uno de los más fotografiados. Tal es el poder de este animal de bronce.

La Catedral de Santa María es tan hermosa que nada le hace sombra en la ciudad de Murcia. Su fachada es un prodigio de armonía arquitectónica, una obra maestra del barroco español, mientras que el campanario, con sus 93 metros de altura, también es un verdadero portento.

La Ciudadela de Pamplona es insignia de una de las ciudades más verdes. Lo que hoy es un concurrido parque fue una elegante fortificación renacentista. En ella, Navarra ha sabido pasar de los rigores militares a un espacio de cultura y naturaleza, cambiando totalmente el significado de esa estrella de su mapa.