Crece en España el temor a un conflicto armado con Marruecos

Sin haberlo comunicado al gobierno de España, Marruecos está realizando en estos días unas maniobras militares de gran envergadura en aguas próximas a Canarias, que implican el despliegue de numerosos barcos y la participación de más de diez mil efectivos. El supuesto táctico de esas maniobras, que durarán tres meses, podría ser un ensayo de invasión a las Canarias y el efectivo control militar de esas aguas.

Ese movimiento, unido al intenso rearme de Marruecos, ayudado por Estados Unidos e Israel, dos potencias militares cada día más alejadas de España, inducen a pensar que Marruecos estaría preparándose para un conflicto armado con España, con la toma de Ceuta, Melilla y Canarias como objetivo inmediato.

No conozco un estratega español o experto en geopolítica que no admita que una guerra con Marruecos es previsible o casi inevitable para España.

Ante esa amenaza, el inepto gobierno de Pedro Sánchez, en lugar de prepararse para la contienda, se baja los pantalones, se humilla ante Marruecos, entrega equipos, dinero y armamento a ese país, acoge en España a cientos de miles de marroquíes en edad militar, que en su momento podrían actuar como quinta columna infiltrada, y se aleja de importantes países aliados que podrían apoyar en el futuro la causa de España.

La guerra con Marruecos parece cada día más cercana e inevitable, pero el gobierno de Sánchez en lugar de prepararse se baja los pantalones y se crea nuevos enemigos en el mundo.

Países tan potentes y decisivos como Estados Unidos, Israel, Francia y Gran Bretaña parece que están hoy más cerca y en armonía con Marruecos que con la extraña y errática España de Pedro Sánchez, cuyo gobierno, aliado con comunistas e independentistas, genera desconfianza y recelo entre sus aliados.

El sanchismo es cada día más una amenaza de muerte para España.

Ahora que un conflicto armado con Marruecos parece cada día más real, se comprende que haber entrado en la OTAN aceptando que Ceuta y Melilla quedarán fuera de la protección colectiva fue un grave error u otra de las traiciones del socialismo español.

La colocación de una potente antena gigante en el paso fronterizo con Melilla es otro movimiento marroquí que alimenta la amenaza. Ese equipo, según los expertos, parece destinado a escuchas telefónicas y a causar interferencias en las comunicaciones españolas.

Mientras Marruecos se rearma con fuerza, moderniza sus equipos militares y acentúa el entrenamiento de sus militares, sobre todo de pilotos y marinos, el gobierno de Sánchez está más pendiente de controlar políticamente al ejercito español, nombrando altos oficiales de su cuerda y debilitando de ese modo la cohesión y la moral de la milicia.

Las fuerzas armadas españolas son todavía superiores a las de Marruecos, pero la diferencia es ya casi insignificante y no afecta a determinados cuerpos, como en los blindados, donde