¡VAYA CHASCO!

Vaya, vaya, vaya chasco que me llevé el otro día. Estuve yo cómodamente tumbada en el sofá, ya semidormida, la noche ya había pasado el ecuador, y se aproximaba el amanecer envuelto en su velo de color púrpura, cuando, de repente, me despertó un destello penetrando profundamente en mis sentidos.

Pues bien, el fulgor de la pantalla se debía a las imágenes nocturnas de Doha, capital de Qatar, en un programa estaban echando un reportaje sobre este diminuto país, raudal de gas y petróleo, perdido por los lejanos archipiélagos exóticos.

Desde luego, la vista la seducía un auténtico lujo asiático, edificaciones vanguardistas, iluminadas por una plétora de luces coloridas cuyos reflejos vibraban en la oscura superficie del agua, jugando con las traviesas olas que rompían y distorsionaban las imágenes como en un calidoscopio. Y con esta quintaesencia de la vanguardia en su estado más puro, compaginaba con una perfección dicotómica el trasfondo de la música étnica, exótica y nostálgica, que traía reminiscencias de la arena de desierto, y de todo lo que hasta ayer fue la realidad nómada de este pequeño pueblo.

Y, a esta magia visual, la sucedió la frase, sólo una quinta parte son nativos, el resto son extranjeros.¡ajá!, pensé, allí voy yo, esto será un paraíso para los inmigrantes de todos los colores, ya que allí, hasta los cristianos, un pequeño islote religioso rodeado de distintas fracciones islámicas, incluidas las más radicales, disfrutan de libertad de culto.

Pues, nada, hago las maletas, aterrizo, me empadrono, y ya está, todo solucionado… Y allí es donde llevé el chasco, ya que los extranjeros admitidos en Qatar son justo los que precisa la economía del país y, mientras los nacionales lo tienen todo gratuito, los forasteros tienen que pagarlo todo, incluida la sanidad y la educación. Y de la nacionalidad catarí ni sueñan, hasta la tercera generación tiene dificultades en obtenerla.

Para darle un fregá o bien refregá a este engreído país enano por su egoísta política identitaria, en el que nadie puede chupar del bote, en el que nadie puede reclamar sus derechos por los que no ha luchado, y en el que nadie puede tomar el pelo ni al gobierno, ni a la ciudadanía, pero, vaya, ni están ni se les espera, y en seguida me di cuenta por qué.

A Qatar nadie les dicta las leyes, las sacan ellos mismos, es un pueblo soberano, que decide su destino sin imperativos de nadie, sin que nadie los chantajee ni les exija nada, son ellos mismos los que trazan las sendas del futuro de sus hijos y nietos.

Y, como a Cenicienta, se me rompió el sueño, se acabó el reportaje, y empezó el avance de las primeras noticias matinales, enunciando los casi seis millones de parados, un millón y setecientos mil de familias españolas sin ningún ingreso, las aulas saturadas con alumnos de procedencia de cuarenta países diferentes, hablando cuarenta lenguajes diferentes, financiados por los mileuristas sin su previa autorización, y Rubalcaba y Elena Valenciano llorando por los derechos de los inmigrantes ilegales por los que nunca lucharon y que parece que hayan peligrado.

Yo quiero ser inmigrante ilegal en Qatar, por lo cual pido a la ONU, a Amnistía Internacional, a Derechos Humanos…, que se pronuncien en mi favor y me faciliten en Qatar lo mismo que tienen los irregulares aquí, ya que quiero vivir en este país poblado de gente feliz que no deja de sonreír, que tiene proyectos, una envidiable seguridad existencial y la confianza en el futuro.

Pero, nada, no me oyen, ni están, ni estarán ni las espero.Y que otra cosa me queda sino acordarme con nostalgia de la España de otra, de su época resplandeciente, en que también era un país con encanto, con una fuerte identidad compuesta por lo mejor de todas sus regiones integrantes, un país de alegría y pasión, de placeres sublimes… Una España que vive sólo en recuerdos, ya que perdió el brillo y se convirtió en algo irreconocible, gris y tétrico, en una casa destartalada, sin puertas y ventanas, en que entra y sale quien quiera, como quiera, hace lo que quiera, y se lleva lo que quiera, sea Repsol, sea REE, sean suculentas subvenciones…

Una casa sin amo y sin mantenimiento, en que las instalaciones eléctricas no dejan de producir corto circuitos, y las tuberías echan agua por todos los lados. Una casa en que impera el hambre y la miseria y en que, desde luego, ya no hay quien viva. Por eso quiero ir a vivir en Qatar, pero, ni ONU, ni AI ni DH oyen mis plegarias.

Por Branka Berberijan.

http://www.alertadigital.com/2012/05/05/%C2%A1vaya-chasco/

Pese a la ligereza del título, el tema es muy grave. No hace mucho, llegó a mis manos un cuaderno publicitario de la marca farmacéutica Abbott, en cuya contraportada se veía un niño mulato abrazando tiernamente a una niña de color, dejando al descubierto la ingeniería social fundamentada en el Plan Kalerghi. La falta del niño blanco en la foto, -el que está ha sido introducido por la autora del texto-, no deja lugar a dudas, es un siniestro mensaje subliminal, lo que no queda claro es si se trata de advertencia, de cantar la victoria por el resultado ya conseguido por la multiculti impuesta, o de simple negligencia, que ya es difícil de creer.

No obstante, se trate de que se trate, el mensaje es muy claro: la raza blanca está condenada a desaparecer, vía mezclas, ya que dada la política pro abortista y la falta de las ayudas a las familias se irá reduciendo, mientras se estimula, apoya y financia la invasión inmigracionista, de modo que para perpetuarse la especie humana se tendrá que recurrir a las relaciones mixtas. O vía la imposición y el fomento artificioso de la homosexualidad que el programa de la asignatura Educación Sexual introducida por el PSOE de Zapatero empieza a aplicar ya a la edad de tres años. Queda por ver qué va a hacer el gobierno actual al respecto y, si se me permite una pequeña digresión, para que haya homosexuales tiene que haber heterosexuales para engendrarlos, ¿o acaso se van a fabricar en laboratorios como berenjenas y tomates transgénicos?

Y es mero hecho que la raza blanca, esclava de lo políticamente correcto, ha firmado su propia condena, inducida en este acto suicida muy hábilmente por los que, cómodamente situados en la sombra, mueven los hilos sirviéndose de la técnica de la cocción de la rana. Ya saben ustedes, si a una rana se la mete en una olla de agua hirviendo, saltará y se escapará al peligro, pero si se la pone en agua fría, que va calentándose poco a poco, la ranita va a disfrutar, y cuando la temperatura se pone insoportable y ella se da cuenta de la trampa, intentará a saltar, pero su capacidad de resistencia ya estará reducida al cero.

Eso es lo que han hecho con nosotros, sólo hay que ver cuántas veces se ha modificado la Ley de Extranjería en las últimas décadas, haciéndose cada vez más laxa, y ahora, cuando el agua ya está hirviendo, estamos paralizados, anestesiados, dormidos, y no sabemos qué hacer y cómo afrontar la que nos está cayendo.
Dice Gerd Fonsek en su libro ‘Adiós Europa’, que el 14 de abril de 2003, en el Hofburg vienés, se reunieron el ex canciller alemán Helmut Cohl, portador del Orden Kalergi y Otto de Habsburgo para celebrar juntos el 80 aniversario del Movimiento Paneuropa, -antecedente de la Europa de Maastricht-, que había sido fundado por Richard Kalergi, y que aboga por la desaparición de la Europa cristiana y de la raza blanca.

La publicidad de Abbott no deja lugar a dudas. El próximo 14 de abril del año que viene se cumplen los 90 años del nacimiento de este monstruoso plan, y si Dios nos salva de la Profecía Maya, si no hacemos algo ya, para el centenario que se celebrará en 2023, podremos decir, ‘Adiós Europa’, apaga y vámonos, el café con leche se hará cada vez más oscuro, ya que la leche se habrá agotado allí donde la había…

Por Branka Berberijan.

http://www.alertadigital.com/2012/06/30/cafe-solo-cafe-con-leche-y-%C2%BFla-leche/