Descubierto un planeta habitable a 36 años luz de la Tierra
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Descubierto un planeta habitable a 36 años luz de la Tierra
Astrónomos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y del Instituto de Astronomía Max Planck han descubierto un planeta, que está a 36 años luz de la Tierra (unos 354,6 billones de Km.), que tienes las características adecuadas para ser habitable.
Es el HD85512b, que gira al rededor de una enana naranja, un tipo de estrella entre las rojas y las amarillas (el Sol), en la constelación de Vela. Los investigadores han declarado que está a la distancia perfecta de su estrella y que posee la masa adecuada para que pueda ser incluído en la lista de los planetas parecidos a la Tierra, que se han encontrado hasta ahora. Una lista en la que se encuentra el famoso y controvertido Gliese 581g, conocido desde que hace dos años el Dr. Ragbir Bhathal, científico de SETI Australia, institución encargada de buscar indicios de vida extraterrestre en el universo, detectó una señal extraña procedente de la zona en la que se encuentra la estrella Gliese 581, apodada la zona "Goldilocks" (rizos de oro).
Para el descubrimiento del HD85512b se ha utilizado el mismo instrumento con el que se encontró el Gliese 581d (que está en la misma órbita que el Gliese 581g y que también podría ser habitable) el High Accuaracy Radial velocity Planet Searcher (HARP), que está instalado en el Observatorio Europeo del Sur (ESO) en Chile.
Este planeta tiene tres veces la masa de la Tierra y está en la zona de habitailidad de su estrella, una estrecha franja en la que se puede dar las características adecuadas para que exista el agua líquida en la superficie, así lo ha afirmado Lisa Kaltenegger, la autora principal de la investigación. Debido a su tamaño su atmósfera podría contener oxígeno y nitrógeno.
Por supuesto con la tecnología actual es imposible enviar una sonda para comprobar si hay vida o no, lo que si que es posible saber es que las posibilidades de que exista vida son muy altas, ya que el sistema solar en el que se encuentra es por lo menos mil millones de años más viejo que el nuestro que tiene unos 5.000 millones de años, esta diferencia de tiempo es lo que hace pensar a los investigadores que la vida se ha podído desarrollar.
Es el HD85512b, que gira al rededor de una enana naranja, un tipo de estrella entre las rojas y las amarillas (el Sol), en la constelación de Vela. Los investigadores han declarado que está a la distancia perfecta de su estrella y que posee la masa adecuada para que pueda ser incluído en la lista de los planetas parecidos a la Tierra, que se han encontrado hasta ahora. Una lista en la que se encuentra el famoso y controvertido Gliese 581g, conocido desde que hace dos años el Dr. Ragbir Bhathal, científico de SETI Australia, institución encargada de buscar indicios de vida extraterrestre en el universo, detectó una señal extraña procedente de la zona en la que se encuentra la estrella Gliese 581, apodada la zona "Goldilocks" (rizos de oro).
Para el descubrimiento del HD85512b se ha utilizado el mismo instrumento con el que se encontró el Gliese 581d (que está en la misma órbita que el Gliese 581g y que también podría ser habitable) el High Accuaracy Radial velocity Planet Searcher (HARP), que está instalado en el Observatorio Europeo del Sur (ESO) en Chile.
Este planeta tiene tres veces la masa de la Tierra y está en la zona de habitailidad de su estrella, una estrecha franja en la que se puede dar las características adecuadas para que exista el agua líquida en la superficie, así lo ha afirmado Lisa Kaltenegger, la autora principal de la investigación. Debido a su tamaño su atmósfera podría contener oxígeno y nitrógeno.
Por supuesto con la tecnología actual es imposible enviar una sonda para comprobar si hay vida o no, lo que si que es posible saber es que las posibilidades de que exista vida son muy altas, ya que el sistema solar en el que se encuentra es por lo menos mil millones de años más viejo que el nuestro que tiene unos 5.000 millones de años, esta diferencia de tiempo es lo que hace pensar a los investigadores que la vida se ha podído desarrollar.
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Hallan el primer planeta de la "zona habitable" que puede tener vida
MAYOR QUE LA TIERRA Y A 600 AÑOS LUZ
El observatorio espacial Kepler encontró en el sistema planetario "Kepler-22", la región en la que creen que se puede encontrar agua líquida, y, por tanto, vida, anunció este lunes la NASA en una rueda de prensa.
Los científicos del Centro de Investigación Ames de la NASA anunciaron, además, que Kepler identificó 1.000 nuevos candidatos a planeta, diez de los cuales tienen un tamaño similar al de la Tierra y orbitan en la zona habitable de la estrella de su sistema solar.
El planeta, Kepler-22b, es el más pequeño encontrado por la sonda espacial orbitando en la "zona habitable" -aquella donde las temperaturas permiten la vida- de una estrella similar a la de la Tierra.
Es más grande que la Tierra y todavía no se ha determinado si es rocoso, gaseoso o líquido, pero según dijo la subdirectora del equipo científico del Centro Ames, Natalie Batalha: "estamos cada vez más cerca de encontrar un planeta parecido a la Tierra".
El Kepler ya había dado pistas anteriormente de la existencia de planetas de un tamaño parecido al del nuestro orbitando en "zonas habitables", pero esta es la primera vez que se constata.
Asimismo, los científicos actualizaron la cifra de los candidatos a planetas, que desde que comenzó a elaborarse la lista en 2009 ha aumentado hasta 2.326. De ellos, 207 tienen un tamaño aproximado al de la Tierra y 680 son mayores que la Tierra y se denominan "súper Tierras".
Del resto, 1.181 tienen el tamaño de Neptuno, 203 son equivalentes a las dimensiones de Júpiter y 55 son todavía mayores a Júpiter, el mayor de nuestro Sistema Solar.
Lanzada en marzo de 2009, la misión de Kepler es recoger datos y pruebas de planetas que orbitan alrededor de estrellas con condiciones de temperatura medias donde pueda existir agua líquida y, por tanto, vida.
Kepler detecta los planetas y los candidatos a planeta mediante la medición de las caídas en el brillo de más de 150.000 estrellas que observan para analizar si estos posibles planetas pasan por delante de sus estrellas, un movimiento conocido como tránsito.
No obstante, eso no es suficiente y para verificar la señal de un planeta es necesario que el observatorio capte tres tránsitos para iniciar el proceso para determinar si se trata o no de un posible planeta.
http://www.ntn24.com/noticias/hallan-el-primer-planeta-situado-en-la-zona-habitable-en-el-sistema-pl-030631
El observatorio espacial Kepler encontró en el sistema planetario "Kepler-22", la región en la que creen que se puede encontrar agua líquida, y, por tanto, vida, anunció este lunes la NASA en una rueda de prensa.
Los científicos del Centro de Investigación Ames de la NASA anunciaron, además, que Kepler identificó 1.000 nuevos candidatos a planeta, diez de los cuales tienen un tamaño similar al de la Tierra y orbitan en la zona habitable de la estrella de su sistema solar.
El planeta, Kepler-22b, es el más pequeño encontrado por la sonda espacial orbitando en la "zona habitable" -aquella donde las temperaturas permiten la vida- de una estrella similar a la de la Tierra.
Es más grande que la Tierra y todavía no se ha determinado si es rocoso, gaseoso o líquido, pero según dijo la subdirectora del equipo científico del Centro Ames, Natalie Batalha: "estamos cada vez más cerca de encontrar un planeta parecido a la Tierra".
El Kepler ya había dado pistas anteriormente de la existencia de planetas de un tamaño parecido al del nuestro orbitando en "zonas habitables", pero esta es la primera vez que se constata.
Asimismo, los científicos actualizaron la cifra de los candidatos a planetas, que desde que comenzó a elaborarse la lista en 2009 ha aumentado hasta 2.326. De ellos, 207 tienen un tamaño aproximado al de la Tierra y 680 son mayores que la Tierra y se denominan "súper Tierras".
Del resto, 1.181 tienen el tamaño de Neptuno, 203 son equivalentes a las dimensiones de Júpiter y 55 son todavía mayores a Júpiter, el mayor de nuestro Sistema Solar.
Lanzada en marzo de 2009, la misión de Kepler es recoger datos y pruebas de planetas que orbitan alrededor de estrellas con condiciones de temperatura medias donde pueda existir agua líquida y, por tanto, vida.
Kepler detecta los planetas y los candidatos a planeta mediante la medición de las caídas en el brillo de más de 150.000 estrellas que observan para analizar si estos posibles planetas pasan por delante de sus estrellas, un movimiento conocido como tránsito.
No obstante, eso no es suficiente y para verificar la señal de un planeta es necesario que el observatorio capte tres tránsitos para iniciar el proceso para determinar si se trata o no de un posible planeta.
http://www.ntn24.com/noticias/hallan-el-primer-planeta-situado-en-la-zona-habitable-en-el-sistema-pl-030631
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Más planetas habitables de los que se pensaban
Un nuevo método de cálculo incorpora los planetas con agua líquida subterránea a la lista de los que pueden albergar vida
Ya se han detectado algunos planetas rocosos en «zona habitable», como Kepler 22b
Un nuevo estudio sugiere que que el número de planetas potencialmente habitables es mayor de lo que se creía. El trabajo, publicado en el Festival Británico de la Ciencia (en Aberdeen), se basa en un nuevo modelo de cálculo que incorpora la cantidad de agua que existe bajo la superficie de los planetas.
Hasta ahora, las investigaciones se realizaban mediante análisis del agua que se detectaba en la superficie. La novedad de este trabajo es que es capaz de identificar los planetas que contienen agua líquida en su interior debido al calentamiento planetario.
Los expertos han explicado que los planetas que están muy cerca de su sol pierden agua superficial por la evaporación, mientras que en los planetas más alejados del sol el agua está congelada. Por ello, se estableció una distancia determinada a la que un planeta debía estar de su estrella para que pudiera ser habitable. Es la denominada «zona de habitabilidad».
El autor principal del trabajo, Sean McMahon, ha apuntado que lo que se seguía hasta ahora era "un rango de distancias que permiten que en la superficie de un planeta similar a la Tierra —ni demasiado caliente ni demasiado frío— exista agua líquida".
"Los planetas que estaban en esa zona eran ideales para albergar vida", apunta el investigador, que añade que esta teoría "ideal" es demasiado simple porque "también existen hábitats significativos de microorganismos debajo de la superficie de la Tierra, que se extienden a varios kilómetros de profundidad".
Calor subterráneo
Así, ha indicado que los planetas pueden recibir calor de dos formas: directamente de una estrella o desde el fondo del propio planeta. A medida que se desciende a través de la corteza de la Tierra, las temperaturas van aumentando. Incluso cuando la superficie está congelada, puede haber agua debajo del suelo.
Por ello este nuevo estudio se centra en hallar agua líquida en el interior de los planetas porque, según otro de los científicos de este trabajo, John Parnell, "la mayor parte de la vida de un planeta podría residir en su biosfera profunda".
En este sentido, McMahon ha indicado que "si se toma en cuenta la posibilidad de biosferas profundas hay que ampliar el rango de distancia que se aplica ahora entre la estrella y el planeta, ya que las condiciones de un planeta para albergar vida no está definida sólo por la situación de su superficie".
Los expertos han destacado la "importancia" de estos datos ya que, gracias a este nuevo trabajo, se podrá ampliar el número de planetas que hasta ahora se consideraban habitables.
Puede que algún día...
Ya se han detectado algunos planetas rocosos en «zona habitable», como Kepler 22b
Un nuevo estudio sugiere que que el número de planetas potencialmente habitables es mayor de lo que se creía. El trabajo, publicado en el Festival Británico de la Ciencia (en Aberdeen), se basa en un nuevo modelo de cálculo que incorpora la cantidad de agua que existe bajo la superficie de los planetas.
Hasta ahora, las investigaciones se realizaban mediante análisis del agua que se detectaba en la superficie. La novedad de este trabajo es que es capaz de identificar los planetas que contienen agua líquida en su interior debido al calentamiento planetario.
Los expertos han explicado que los planetas que están muy cerca de su sol pierden agua superficial por la evaporación, mientras que en los planetas más alejados del sol el agua está congelada. Por ello, se estableció una distancia determinada a la que un planeta debía estar de su estrella para que pudiera ser habitable. Es la denominada «zona de habitabilidad».
El autor principal del trabajo, Sean McMahon, ha apuntado que lo que se seguía hasta ahora era "un rango de distancias que permiten que en la superficie de un planeta similar a la Tierra —ni demasiado caliente ni demasiado frío— exista agua líquida".
"Los planetas que estaban en esa zona eran ideales para albergar vida", apunta el investigador, que añade que esta teoría "ideal" es demasiado simple porque "también existen hábitats significativos de microorganismos debajo de la superficie de la Tierra, que se extienden a varios kilómetros de profundidad".
Calor subterráneo
Así, ha indicado que los planetas pueden recibir calor de dos formas: directamente de una estrella o desde el fondo del propio planeta. A medida que se desciende a través de la corteza de la Tierra, las temperaturas van aumentando. Incluso cuando la superficie está congelada, puede haber agua debajo del suelo.
Por ello este nuevo estudio se centra en hallar agua líquida en el interior de los planetas porque, según otro de los científicos de este trabajo, John Parnell, "la mayor parte de la vida de un planeta podría residir en su biosfera profunda".
En este sentido, McMahon ha indicado que "si se toma en cuenta la posibilidad de biosferas profundas hay que ampliar el rango de distancia que se aplica ahora entre la estrella y el planeta, ya que las condiciones de un planeta para albergar vida no está definida sólo por la situación de su superficie".
Los expertos han destacado la "importancia" de estos datos ya que, gracias a este nuevo trabajo, se podrá ampliar el número de planetas que hasta ahora se consideraban habitables.
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Hallan dos planetas extrasolares del tamaño y características de la Tierra
Están en torno a la estrella Kepler-20 y son los más pequeños encontrados hasta ahora.
Se habían detectado ya en órbita de esa estrella otros tres planetas de mayor tamaño
En torno a la estrella parecida al Sol Kepler-20, unos astrónomos han encontrado dos pequeños planetas: uno es ligerísimamente mayor que nuestro mundo y el otro, un poco más pequeño, y son los cuerpos de este tipo de menor tamaño identificados hasta ahora, dicen los investigadores.
Los científicos no ven directamente estos cuerpos, pero, según sus cálculos y modelos, podría tratarse de planetas rocosos. Se habían detectado ya en órbita de esa estrella otros tres planetas más grandes.
El observatorio espacial Kepler, de la NASA, no ve estos planetas extrasolares. Lo que hace es observar estrellas sospechosas de tener sistemas planetarios e identifica un nuevo cuerpo en órbita cuando este se cruza por delante del astro en la línea de visión desde la Tierra (como un minieclipse) y se atenúa un poco su brillo aparente.
Se llama técnica de tránsito y este telescopio permite distinguir esa mínima atenuación de la luz emitida por la estrella.
Equipos como este confirman lo que los científicos sospechaban cuando, hace unos años, iban descubriendo decenas de planetas extrasolares grandes y se planteaban que no es que no hubiera cuerpos pequeños de este tipo en el universo, sino que no los podrían ver hasta que se hicieran observatorios más sensibles.
Los dos pequeños planetas de Kepler 20 tienen radios de 1,03 y 0,87 veces el radio de la Tierra, respectivamente.
A modo de comparación: el radio de Venus es 0,95 veces el terrestre. Los dos pequeños planetas extrasolares se llaman Kepler 20-e y Kepler 20-f van muy rápido alrededor de su astro, completando una vuelta completa cada 6,1 días, uno, y cada 19,6 días, el otro, explican Francois Fressin (Harvard Smithsonian Center for Astrophysics, EE UU) y sus colegas.
Hasta ahora, el planeta extrasolar más pequeño que se conocía, recuerdan, tiene un radio de 1,42 veces el de la Tierra y un volumen estimado de 2,9 veces el de nuestro planeta. Ellos presentan su descubrimiento en la revista Nature, en su publicación adelantada en Internet. Los científicos no creen que estos planetas se formasen en la posición que ocupan actualmente, sino que pudieron originarse más lejos del astro y resultan luego desplazados.
Los tres cuerpos ya detectados en ese sistema planetario, tienen radios de 1,91, 3,07 y 2,75 veces el terrestre, respectivamente, y períodos orbitales de 3,7 días, 10,9 días y 77,6 días, muy cortos en comparación con los 365 días del año de la Tierra.
“Los datos del Kepler nos muestran que algunos sistemas con una disposición de planetas muy diferentes de la de nuestro Sistema Solar”, ha comentado Jack Lissauser, científico de ese telescopio. “Los análisis revelan una nuevo panorama de la diversidad de planetas y sitemas en nuestra Galaxia”.
Fressin y sus colegas explican en su artículo que la investigación realizada descarta que las señales captada con los telescopios puedas puedan ser otra cosa y no planetas en órbita de esas estrella.
Además, infieren, por paralelismo con la Tierra, que los dos pequeños cuerpos pueden tener una composición similar a la de nuestro mundo, con un núcleo de hierro (32%), y un manto de silicatos (68%).
Es más, el que está más alejado del astro (Kepler-20f) podría tener una densa atmósfera de vapor de agua.
Se habían detectado ya en órbita de esa estrella otros tres planetas de mayor tamaño
En torno a la estrella parecida al Sol Kepler-20, unos astrónomos han encontrado dos pequeños planetas: uno es ligerísimamente mayor que nuestro mundo y el otro, un poco más pequeño, y son los cuerpos de este tipo de menor tamaño identificados hasta ahora, dicen los investigadores.
Los científicos no ven directamente estos cuerpos, pero, según sus cálculos y modelos, podría tratarse de planetas rocosos. Se habían detectado ya en órbita de esa estrella otros tres planetas más grandes.
El observatorio espacial Kepler, de la NASA, no ve estos planetas extrasolares. Lo que hace es observar estrellas sospechosas de tener sistemas planetarios e identifica un nuevo cuerpo en órbita cuando este se cruza por delante del astro en la línea de visión desde la Tierra (como un minieclipse) y se atenúa un poco su brillo aparente.
Se llama técnica de tránsito y este telescopio permite distinguir esa mínima atenuación de la luz emitida por la estrella.
Equipos como este confirman lo que los científicos sospechaban cuando, hace unos años, iban descubriendo decenas de planetas extrasolares grandes y se planteaban que no es que no hubiera cuerpos pequeños de este tipo en el universo, sino que no los podrían ver hasta que se hicieran observatorios más sensibles.
Los dos pequeños planetas de Kepler 20 tienen radios de 1,03 y 0,87 veces el radio de la Tierra, respectivamente.
A modo de comparación: el radio de Venus es 0,95 veces el terrestre. Los dos pequeños planetas extrasolares se llaman Kepler 20-e y Kepler 20-f van muy rápido alrededor de su astro, completando una vuelta completa cada 6,1 días, uno, y cada 19,6 días, el otro, explican Francois Fressin (Harvard Smithsonian Center for Astrophysics, EE UU) y sus colegas.
Hasta ahora, el planeta extrasolar más pequeño que se conocía, recuerdan, tiene un radio de 1,42 veces el de la Tierra y un volumen estimado de 2,9 veces el de nuestro planeta. Ellos presentan su descubrimiento en la revista Nature, en su publicación adelantada en Internet. Los científicos no creen que estos planetas se formasen en la posición que ocupan actualmente, sino que pudieron originarse más lejos del astro y resultan luego desplazados.
Los tres cuerpos ya detectados en ese sistema planetario, tienen radios de 1,91, 3,07 y 2,75 veces el terrestre, respectivamente, y períodos orbitales de 3,7 días, 10,9 días y 77,6 días, muy cortos en comparación con los 365 días del año de la Tierra.
“Los datos del Kepler nos muestran que algunos sistemas con una disposición de planetas muy diferentes de la de nuestro Sistema Solar”, ha comentado Jack Lissauser, científico de ese telescopio. “Los análisis revelan una nuevo panorama de la diversidad de planetas y sitemas en nuestra Galaxia”.
Fressin y sus colegas explican en su artículo que la investigación realizada descarta que las señales captada con los telescopios puedas puedan ser otra cosa y no planetas en órbita de esas estrella.
Además, infieren, por paralelismo con la Tierra, que los dos pequeños cuerpos pueden tener una composición similar a la de nuestro mundo, con un núcleo de hierro (32%), y un manto de silicatos (68%).
Es más, el que está más alejado del astro (Kepler-20f) podría tener una densa atmósfera de vapor de agua.
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Hallan el planeta 'errante'
Un equipo internacional de astrónomos ha detectado un cuerpo que probablemente sea un planeta errante vagando por el espacio.
Los objetos errantes se forman como planetas normales que han sido expulsados del sistema que los albergaba o como enanas marrones o estrellas "fallidas".
La edad del planeta podría oscilar entre 50 y 120 millones de años.
Su masa podría ser 7 veces la de Júpiter.
Según el ESO, sería el objeto más cercano al Sistema Solar.
Un equipo de astrónomos ha detectado un posible planeta errante vagando por el espacio sin estrella anfitriona, según ha informado el Observatorio Austral Europeo (ESO) desde su sede central en la ciudad de Garching, en el sur de Alemania.
Gracias a la relativa proximidad de este cuerpo al Sistema Solar -a una distancia de unos 100 años luz- y a la ausencia de una estrella brillante cercana, los científicos han podido estudiar con gran detalle su atmósfera gracias al telescopio de largo alcance (VLT, por sus siglas en inglés) del observatorio de Cerro Paranal, en Chile.
Según Philippe Delorme, del Instituto de Planetología y Astrofísica de Grenoble e investigador principal del estudio, "buscar planetas alrededor de sus estrellas es similar a estudiar una mosca sentada a un centímetro de un distante y potente faro de coche". "Este objeto errante cercano nos da la oportunidad de estudiar la mosca con detalle sin la deslumbrante luz del faro estorbándonos", puntualiza.
Los científicos estiman que los objetos errantes se forman como planetas normales que han sido expulsados del sistema que los albergaba o como enanas marrones, estrellas "fallidas" que perdieron la masa necesaria para desencadenar las reacciones que hacen brillar a las estrellas.
Mundos huérfanos
"Estos objetos son importantes, ya que pueden ayudarnos tanto a comprender más sobre cómo pueden eyectarse planetas de sistemas planetarios, como a entender cómo objetos muy ligeros pueden resultar del proceso de formación de una estrella", afirma Delorme. Según el científico, "si este pequeño objeto es un planeta que ha sido eyectado de su sistema original, saca de la nada la asombrosa imagen de mundos huérfanos a la deriva en el vacío del espacio".
El objeto, que fue detectado por los astrónomos durante unas observaciones con el Telescopio Canadá Francia Hawai (CFHT), ubicado en el Observatorio de Mauna Kea, en Hawai (EEUU), parece formar parte de un grupo cercano de estrellas jóvenes conocido como Asociación estelar de AB Doradus. El cuerpo errante, denominado CFBDSIR2149, es el primer objeto de masa planetaria aislado identificado en una asociación estelar y su lazo con este grupo es la clave para deducir su edad.
Entre 50 y 120 millones de años
Las estrellas de la asociación estelar de AB Doradus van a la deriva, juntas por el espacio, y se cree que se formaron al mismo tiempo. La edad del planeta correspondería a la misma de la propia asociación estelar, es decir, entre 50 y 120 millones de años.
Si el objeto está asociado a este grupo en movimiento es posible deducir, además de la edad, otras propiedades como su temperatura efectiva -unos 430 grados centígrados-, su masa -aproximadamente entre 4 y 7 veces la de Júpiter- y la composición de su atmósfera.
No obstante, si no hay relación entre este cuerpo errante y la asociación estelar de AB Doradus, resultará más complicado determinar su naturaleza y propiedades y es más probable que pueda calificarse de enana marrón.
"Es necesario seguir trabajando para confirmar si CFBSIR2149 es un planeta errante", concluye Delorme. Según el científico, "este objeto podría usarse como banco de pruebas para comprender la física de cualquier exoplaneta similar que se descubra con los futuros sistemas especiales de imagen de alto contraste, incluyendo el instrumento SPHERE, que se instalará en el VLT". Bravo por los avances de la ciencia
Los objetos errantes se forman como planetas normales que han sido expulsados del sistema que los albergaba o como enanas marrones o estrellas "fallidas".
La edad del planeta podría oscilar entre 50 y 120 millones de años.
Su masa podría ser 7 veces la de Júpiter.
Según el ESO, sería el objeto más cercano al Sistema Solar.
Un equipo de astrónomos ha detectado un posible planeta errante vagando por el espacio sin estrella anfitriona, según ha informado el Observatorio Austral Europeo (ESO) desde su sede central en la ciudad de Garching, en el sur de Alemania.
Gracias a la relativa proximidad de este cuerpo al Sistema Solar -a una distancia de unos 100 años luz- y a la ausencia de una estrella brillante cercana, los científicos han podido estudiar con gran detalle su atmósfera gracias al telescopio de largo alcance (VLT, por sus siglas en inglés) del observatorio de Cerro Paranal, en Chile.
Según Philippe Delorme, del Instituto de Planetología y Astrofísica de Grenoble e investigador principal del estudio, "buscar planetas alrededor de sus estrellas es similar a estudiar una mosca sentada a un centímetro de un distante y potente faro de coche". "Este objeto errante cercano nos da la oportunidad de estudiar la mosca con detalle sin la deslumbrante luz del faro estorbándonos", puntualiza.
Los científicos estiman que los objetos errantes se forman como planetas normales que han sido expulsados del sistema que los albergaba o como enanas marrones, estrellas "fallidas" que perdieron la masa necesaria para desencadenar las reacciones que hacen brillar a las estrellas.
Mundos huérfanos
"Estos objetos son importantes, ya que pueden ayudarnos tanto a comprender más sobre cómo pueden eyectarse planetas de sistemas planetarios, como a entender cómo objetos muy ligeros pueden resultar del proceso de formación de una estrella", afirma Delorme. Según el científico, "si este pequeño objeto es un planeta que ha sido eyectado de su sistema original, saca de la nada la asombrosa imagen de mundos huérfanos a la deriva en el vacío del espacio".
El objeto, que fue detectado por los astrónomos durante unas observaciones con el Telescopio Canadá Francia Hawai (CFHT), ubicado en el Observatorio de Mauna Kea, en Hawai (EEUU), parece formar parte de un grupo cercano de estrellas jóvenes conocido como Asociación estelar de AB Doradus. El cuerpo errante, denominado CFBDSIR2149, es el primer objeto de masa planetaria aislado identificado en una asociación estelar y su lazo con este grupo es la clave para deducir su edad.
Entre 50 y 120 millones de años
Las estrellas de la asociación estelar de AB Doradus van a la deriva, juntas por el espacio, y se cree que se formaron al mismo tiempo. La edad del planeta correspondería a la misma de la propia asociación estelar, es decir, entre 50 y 120 millones de años.
Si el objeto está asociado a este grupo en movimiento es posible deducir, además de la edad, otras propiedades como su temperatura efectiva -unos 430 grados centígrados-, su masa -aproximadamente entre 4 y 7 veces la de Júpiter- y la composición de su atmósfera.
No obstante, si no hay relación entre este cuerpo errante y la asociación estelar de AB Doradus, resultará más complicado determinar su naturaleza y propiedades y es más probable que pueda calificarse de enana marrón.
"Es necesario seguir trabajando para confirmar si CFBSIR2149 es un planeta errante", concluye Delorme. Según el científico, "este objeto podría usarse como banco de pruebas para comprender la física de cualquier exoplaneta similar que se descubra con los futuros sistemas especiales de imagen de alto contraste, incluyendo el instrumento SPHERE, que se instalará en el VLT". Bravo por los avances de la ciencia
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