5 fenómenos que podrían probar la existencia de la vida después de la muerte
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5 fenómenos que podrían probar la existencia de la vida después de la muerte
ALGUNOS FENÓMENOS SUGIEREN QUE EXISTE UNA CONCIENCIA MÁS ALLÁ DE LA MUERTE CEREBRAL Y QUE LA MUERTE NO ES UN AGUJERO NEGRO DEL CUAL ES IMPOSIBLE EXTRAER INFORMACIÓN.
Hace poco más de un año el Dr. Evan Alexander, neurocirujano de Harvard, publicó un libro en el que relata su propia experiencia cercana a la muerte y en la que sugiere la posibilidad de probar científicamente la existencia del cielo o de una vida más allá de la muerte. Alexander generó gran controversia y publicidad para su libro, aunque al mismo tiempo fue ridiculizado por la comunidad científica. El debate en torno a la posibilidad de que la conciencia sobreviva a la función vital sigue siendo parte de la agenda en sitios alternativos y merece una discusión seria (aunque difícilmente no estará teñida de una creencia personal).
Greg Taylor, fundador del sitio Daily Grail, ha escrito un nuevo libro: Stop Worrying! There Probably is an Afterlife, en el que intenta mostrar que existe evidencia para sugerir que la vida o alguna forma de conciencia sobrevive a la muerte. Taylor mantiene que existen 5 diferentes fenómenos, aunque relacionados, que proveen las bases para su argumento. Si bien estos fenómenos quizás no deberían de tomarse como evidencia concluyente, sí nos hacen al menos reflexionar sobre el abismo cognitivo que presenta la muerte y motivan a una mayor investigación.
1. Experiencias cercanas a la muerte, verificadas
Si bien la mente popular ya ha introyectado la noción de experiencias cercanas a la muerte (desde películas como Flatliners o el libro de Raymond Moody, Life After Life), la ciencia considera que estas experiencias, lejos de probar algo, son solamente alucinaciones generadas por alteraciones neurológicas propias de la inminente muerte. Sin embargo, existen casos que parecen remitirnos a experiencias que van más allá de la subjetividad inherente. Estas experiencias han sido llamadas en inglés “veridical NDEs”, y reportan casos en los que la persona que yace al borde de la muerte ha podido relatar información que no debería de haber sido posible de percibir (como puede ser vía una experiencia de desdoblamiento corporal o outer body experience). La literatura recoge un caso publicado en la revista científica, The Lancelot, en el que un hombre de 44 años que entró en estado de coma, ya sin pulso, y que usaba una dentadura postiza, luego pudo identificar a la enfermera que sabía dónde estaba su dentadura, la cual había sido removida cuando él estaba inconsciente. El paciente más tarde relató haberse observado a sí mismo en la cama al tiempo que las enfermeras lo intentaban resucitar y guardaron su dentadura.
Analizando 107 casos diferentes, la investigadora Janice Miner Holden concluye que existe evidencia “para convencer a la mayoría de los escépticos de que estos reportes son más que meras alucinaciones de parte del paciente”.
2. Experiencias de Peak-in-Darien
Un libro de 1882 llamado The Peak in Darien, escrito por Frances Cobbe, hace referencia a un incidente en el que una mujer, parte de una familia muy unida, mientras estaba internada en el hospital recibió la visita de tres de sus hermanos que estaban muertos y poco después se unió un cuarto, el cual se creía aún vivo. Poco después se supo que el cuarto hermano había muerto recientemente en su residencia en India. Este tipo de experiencias de muertes anunciadas o visitas de individuos que se creían aún vivos han llegado a conocerse como experiencias del Pico de Darien y existen docenas de ellas en la literatura médica.
3. Médiums
El siglo XIX vio el surgimiento del mesmerismo y todo tipo de supuestos fenómenos paranormales, incluyendo la comunicación con los espíritus a través de un médium, o de una persona con una sensibilidad especial para entablar conversaciones con los muertos. La Society for Psychical Research, conformada por algunos de los académicos más destacados de su tiempo, se dio a la tarea de investigar estos fenómenos y aunque descubrió que en la mayoría de los casos se trataba de charlatanería, en algunos no pudieron más que determinar que existía algún tipo de comunicación extrasensorial con los muertos. Tal fue el caso de Leonora Piper, estudiado por Richard Hodgson, quien declaró que “los principales ‘comunicadores’ han sobrevivido el cambio que llamamos muerte y se han comunicado directamente con nosotros… a través del organismo en trance de la Sra. Piper”. Otros miembros de esta destacada sociedad de investigación psíquica estuvieron de acuerdo con Hodgson en su estudio de diferentes casos, incluyendo a Frederic Myers, uno de los miembros fundadores.
Aunque la práctica de los médiums es considerada como superchería por la ciencia moderna, recientemente la Dra. Emily Kelly, de la Universidad de Virginia, encontró un par de casos en los que las probabilidades de las respuestas arrojadas por los médiums superan sobradamente la variación estadística.
4. Extraños fenómenos en el lecho de muerte
Las visiones de túneles de luz, entidades angelicales o emociones de amor océanico reportadas por personas cerca de la muerte son descartadas como las alucinaciones propias de un estado de estrés y alteración neural, sin embargo, existen numerosos casos en los que los reportes de estas personas secundados por otras personas en la misma habitación, convirtiendo estas alucinaciones en percepciones compartidas. El investigador Peter Fenwick ha recopilado numerosos testimonios de enfermeras y cuidadores que también dicen haber observado una luz radiante envolviendo a la persona que está cerca de morir, en ocasiones reportando las mismas visiones que familiares. Estas experiencias, si bien no determinan necesariamente que existe una vida después de la muerte si parecen indicar que las condiciones psicoambientales se ven afectadas por el proceso de muerte hasta el punto de que se puede influir colectivamente en la realidad experimentada.
5. Experiencias cercanas a la muerte relatadas vía médiums
El Dr. Horace Ackley, enfermo en el hospital, se descubrió a sí mismo alzándose por sobre su cuerpo. En ese momento pudo ver toda su vida moviéndose en torno suyo como un panorama escénico a alta velocidad. Ackley entonces notó que debía de estar muerto y se sintió complacido de saber que la muerte era una experiencia placentera. Su único arrepentimiento era no poder informarle a sus amigos y familia que todo estaba bien y que él seguía existiendo. En este punto, un par de espíritus guardianes lo recibieron y lo llevaron a una habitación donde se reunió con otros espíritus que le eran queridos.
Esta parece ser una experiencia cercana a la muerte típica, sólo que ese día Ackley sí murió. Su experiencia fue relatada por Samuel Paist de Filadelfia, en 1861 en su libro A Narrative of the Experience of Horace Abraham Ackley, M.D., mucho antes de que se pusiera de moda hablar sobre las experiencias cercanas a la muerte. Como este caso, experiencias de desdoblamiento astral en la muerte, que son transferidos a la conciencia de otra persona abundan en la literatura, según Greg Taylor, justamnte como si ese anhelo del muerto de transmitir a los demás lo que descubre lograra encontrar un vehículo.Dentro del cyber
Hace poco más de un año el Dr. Evan Alexander, neurocirujano de Harvard, publicó un libro en el que relata su propia experiencia cercana a la muerte y en la que sugiere la posibilidad de probar científicamente la existencia del cielo o de una vida más allá de la muerte. Alexander generó gran controversia y publicidad para su libro, aunque al mismo tiempo fue ridiculizado por la comunidad científica. El debate en torno a la posibilidad de que la conciencia sobreviva a la función vital sigue siendo parte de la agenda en sitios alternativos y merece una discusión seria (aunque difícilmente no estará teñida de una creencia personal).
Greg Taylor, fundador del sitio Daily Grail, ha escrito un nuevo libro: Stop Worrying! There Probably is an Afterlife, en el que intenta mostrar que existe evidencia para sugerir que la vida o alguna forma de conciencia sobrevive a la muerte. Taylor mantiene que existen 5 diferentes fenómenos, aunque relacionados, que proveen las bases para su argumento. Si bien estos fenómenos quizás no deberían de tomarse como evidencia concluyente, sí nos hacen al menos reflexionar sobre el abismo cognitivo que presenta la muerte y motivan a una mayor investigación.
1. Experiencias cercanas a la muerte, verificadas
Si bien la mente popular ya ha introyectado la noción de experiencias cercanas a la muerte (desde películas como Flatliners o el libro de Raymond Moody, Life After Life), la ciencia considera que estas experiencias, lejos de probar algo, son solamente alucinaciones generadas por alteraciones neurológicas propias de la inminente muerte. Sin embargo, existen casos que parecen remitirnos a experiencias que van más allá de la subjetividad inherente. Estas experiencias han sido llamadas en inglés “veridical NDEs”, y reportan casos en los que la persona que yace al borde de la muerte ha podido relatar información que no debería de haber sido posible de percibir (como puede ser vía una experiencia de desdoblamiento corporal o outer body experience). La literatura recoge un caso publicado en la revista científica, The Lancelot, en el que un hombre de 44 años que entró en estado de coma, ya sin pulso, y que usaba una dentadura postiza, luego pudo identificar a la enfermera que sabía dónde estaba su dentadura, la cual había sido removida cuando él estaba inconsciente. El paciente más tarde relató haberse observado a sí mismo en la cama al tiempo que las enfermeras lo intentaban resucitar y guardaron su dentadura.
Analizando 107 casos diferentes, la investigadora Janice Miner Holden concluye que existe evidencia “para convencer a la mayoría de los escépticos de que estos reportes son más que meras alucinaciones de parte del paciente”.
2. Experiencias de Peak-in-Darien
Un libro de 1882 llamado The Peak in Darien, escrito por Frances Cobbe, hace referencia a un incidente en el que una mujer, parte de una familia muy unida, mientras estaba internada en el hospital recibió la visita de tres de sus hermanos que estaban muertos y poco después se unió un cuarto, el cual se creía aún vivo. Poco después se supo que el cuarto hermano había muerto recientemente en su residencia en India. Este tipo de experiencias de muertes anunciadas o visitas de individuos que se creían aún vivos han llegado a conocerse como experiencias del Pico de Darien y existen docenas de ellas en la literatura médica.
3. Médiums
El siglo XIX vio el surgimiento del mesmerismo y todo tipo de supuestos fenómenos paranormales, incluyendo la comunicación con los espíritus a través de un médium, o de una persona con una sensibilidad especial para entablar conversaciones con los muertos. La Society for Psychical Research, conformada por algunos de los académicos más destacados de su tiempo, se dio a la tarea de investigar estos fenómenos y aunque descubrió que en la mayoría de los casos se trataba de charlatanería, en algunos no pudieron más que determinar que existía algún tipo de comunicación extrasensorial con los muertos. Tal fue el caso de Leonora Piper, estudiado por Richard Hodgson, quien declaró que “los principales ‘comunicadores’ han sobrevivido el cambio que llamamos muerte y se han comunicado directamente con nosotros… a través del organismo en trance de la Sra. Piper”. Otros miembros de esta destacada sociedad de investigación psíquica estuvieron de acuerdo con Hodgson en su estudio de diferentes casos, incluyendo a Frederic Myers, uno de los miembros fundadores.
Aunque la práctica de los médiums es considerada como superchería por la ciencia moderna, recientemente la Dra. Emily Kelly, de la Universidad de Virginia, encontró un par de casos en los que las probabilidades de las respuestas arrojadas por los médiums superan sobradamente la variación estadística.
4. Extraños fenómenos en el lecho de muerte
Las visiones de túneles de luz, entidades angelicales o emociones de amor océanico reportadas por personas cerca de la muerte son descartadas como las alucinaciones propias de un estado de estrés y alteración neural, sin embargo, existen numerosos casos en los que los reportes de estas personas secundados por otras personas en la misma habitación, convirtiendo estas alucinaciones en percepciones compartidas. El investigador Peter Fenwick ha recopilado numerosos testimonios de enfermeras y cuidadores que también dicen haber observado una luz radiante envolviendo a la persona que está cerca de morir, en ocasiones reportando las mismas visiones que familiares. Estas experiencias, si bien no determinan necesariamente que existe una vida después de la muerte si parecen indicar que las condiciones psicoambientales se ven afectadas por el proceso de muerte hasta el punto de que se puede influir colectivamente en la realidad experimentada.
5. Experiencias cercanas a la muerte relatadas vía médiums
El Dr. Horace Ackley, enfermo en el hospital, se descubrió a sí mismo alzándose por sobre su cuerpo. En ese momento pudo ver toda su vida moviéndose en torno suyo como un panorama escénico a alta velocidad. Ackley entonces notó que debía de estar muerto y se sintió complacido de saber que la muerte era una experiencia placentera. Su único arrepentimiento era no poder informarle a sus amigos y familia que todo estaba bien y que él seguía existiendo. En este punto, un par de espíritus guardianes lo recibieron y lo llevaron a una habitación donde se reunió con otros espíritus que le eran queridos.
Esta parece ser una experiencia cercana a la muerte típica, sólo que ese día Ackley sí murió. Su experiencia fue relatada por Samuel Paist de Filadelfia, en 1861 en su libro A Narrative of the Experience of Horace Abraham Ackley, M.D., mucho antes de que se pusiera de moda hablar sobre las experiencias cercanas a la muerte. Como este caso, experiencias de desdoblamiento astral en la muerte, que son transferidos a la conciencia de otra persona abundan en la literatura, según Greg Taylor, justamnte como si ese anhelo del muerto de transmitir a los demás lo que descubre lograra encontrar un vehículo.Dentro del cyber
Estoy seguro, hay vida después de la muerte: J.J Benítez
El autor español promociona su más reciente obra 'Estoy bien', que reúne 170 casos sobre apariciones de gente fallecida, con documentación gráfica
MÉXICO, D.F.- Conocido por sus trabajos en ufología y por su serie de novelas "Caballo de Troya", el periodista español Juan José Benítez (1946), mejor conocido como "J.J Benítez", aseguró anoche que existe vida después de la muerte, publica Notimex.
El también autor, quien ha publicado más de 50 libros en España a lo largo de 40 años de investigación, ha reunido un total de 170 casos de apariciones de gente ya fallecida, recopilados en un libro con gran documentación gráfica, publicación que abre un debate sobre la existencia del más allá y da un mensaje de esperanza ante la muerte.
"Es un libro que trata sobre un tema de máxima actualidad: la muerte. Se trata de la primera investigación que empecé en 1968 y acabó a finales de 2012: 170 casos de muertos que vuelven", refirió.
"Después de estas investigaciones producto de 46 años, más de la mitad de mi vida, estoy en condiciones de asegurar tajantemente con objetividad que existe vida después de la muerte y una vida física que no tiene nada que ver con las religiones.
El autor, quien desconoce a dónde van las almas tras la muerte, afirmó que sus investigaciones lo llevaron la deducción de “que uno muere y despierta uno en algún lugar físico que podríamos interpretar como dimensión distinta a la nuestra, un mundo paralelo", señaló en entrevista con Notimex.
Pero, agregó, lo que importa es que es un lugar físico, tangible, donde uno posee un cuerpo, no exactamente igual al nuestro. Al menos eso es lo que se desprende de las investigaciones.
De acuerdo con J.J Benítez, las experiencias seleccionadas para "Estoy bien" fueron vividas por mujeres y hombres de diferentes clases sociales, edades, creencias religiosas y niveles culturales.
Indicó que en el texto editado por Planeta, se muestra a "gente que no tiene ningún contacto entre sí, que no se conocen y cuyos parientes están muertos, y que pude interrogar a partir desde 1968 cuando inicio las investigaciones.
Historia de la Segunda Guerra Mundial
"Tengo conciencia de la primera investigación a partir de 1968, y comienza con un periodista con el que coincido en reportajes, sucesos, entrevistas y en una de esas esperas, me contó su historia del año de 1942, cuando él estaba en la Segunda Guerra Mundial en Rusia.
"Era un hombre que fue ayudado en mitad de una ventisca, se fue con los rusos, con un compañero que había muerto 70 días antes, casi dos meses.
“Su historia me dejó perplejo porque conocía al periodista, era un hombre muy serio y nunca había contado este tipo de cosas y no sé porque me la contó y siempre contó lo mismo, que su compañero había muerto por un mortero y, no veía sentido a algo así, y fue así como me interese por este tipo de investigaciones", dijo.
Importancia de los sueños
Convencido de que la muerte avisa cuando viene por uno, aclaró que los sueños son muy importantes, "pues a través de ellos, se pasa información, aparecen las personas muertas y en los sueños se comunican cosas".
Otro de los casos es el de un joven que muerto en un accidente automovilístico con su mujer y dos niños pequeños. "Al año, una hermana de este joven tenía una forma peculiar de tocar a la puerta al llegar, primero, silbaba muy fuerte y luego tocaba siempre con los nudillos.
"Una noche, la hermana escuchó el silbido del hermano y el toque en la puerta muy característico, y cuando se despertó y bajando las escaleras para llegar a la puerta, se dio cuenta que su hermano estaba muerto. En ese momento ella descubrió el olor a gas en toda la casa, y tuvo tiempo de salvar a su marido e hijos, había un problema con el horno", relató.
Para el autor español, lo más importante de los casos que presenta, es la esperanza, "pues cuando lees e investigas, te das cuenta que no están mintiendo o inventando nada, pues la mayor parte de las veces son experiencias íntimas y personales que no quieren salir en publicidad".
Muerte como tabú
J.J Benítez afirma que hablar de la muerte en cualquier parte, es un tabú, "es un problema cultural, educativo".
"Llevamos siglos y siglos en donde la muerte es un tabú y en donde las religiones han inyectado mucho miedo a cuenta de la muerte, en donde las religiones se aprovechan y captan la voluntad de mucha gente a cuenta de la muerte y no debería ser así.
"La muerte no tiene que ver con nada, es algo físico y lógico para pasar de un estado a otro, porque por algún camino tienes que pasar de la materia de la vida, a otro lugar", indicó.
"Estoy bien", de J.J Benítez, que se presentó este sábado en la Feria Internacional de la Lectura en Yucatán (Filey), se presentará el próximo 14 de marzo en un lugar de la zona de San Ángel aún por definir.
[hr
J.J. Benítez: "Pensamos que el 'más allá' es una elucubración, pero no lo es: existe y es físico"
MÉXICO, D.F.- Conocido por sus trabajos en ufología y por su serie de novelas "Caballo de Troya", el periodista español Juan José Benítez (1946), mejor conocido como "J.J Benítez", aseguró anoche que existe vida después de la muerte, publica Notimex.
El también autor, quien ha publicado más de 50 libros en España a lo largo de 40 años de investigación, ha reunido un total de 170 casos de apariciones de gente ya fallecida, recopilados en un libro con gran documentación gráfica, publicación que abre un debate sobre la existencia del más allá y da un mensaje de esperanza ante la muerte.
"Es un libro que trata sobre un tema de máxima actualidad: la muerte. Se trata de la primera investigación que empecé en 1968 y acabó a finales de 2012: 170 casos de muertos que vuelven", refirió.
"Después de estas investigaciones producto de 46 años, más de la mitad de mi vida, estoy en condiciones de asegurar tajantemente con objetividad que existe vida después de la muerte y una vida física que no tiene nada que ver con las religiones.
El autor, quien desconoce a dónde van las almas tras la muerte, afirmó que sus investigaciones lo llevaron la deducción de “que uno muere y despierta uno en algún lugar físico que podríamos interpretar como dimensión distinta a la nuestra, un mundo paralelo", señaló en entrevista con Notimex.
Pero, agregó, lo que importa es que es un lugar físico, tangible, donde uno posee un cuerpo, no exactamente igual al nuestro. Al menos eso es lo que se desprende de las investigaciones.
De acuerdo con J.J Benítez, las experiencias seleccionadas para "Estoy bien" fueron vividas por mujeres y hombres de diferentes clases sociales, edades, creencias religiosas y niveles culturales.
Indicó que en el texto editado por Planeta, se muestra a "gente que no tiene ningún contacto entre sí, que no se conocen y cuyos parientes están muertos, y que pude interrogar a partir desde 1968 cuando inicio las investigaciones.
Historia de la Segunda Guerra Mundial
"Tengo conciencia de la primera investigación a partir de 1968, y comienza con un periodista con el que coincido en reportajes, sucesos, entrevistas y en una de esas esperas, me contó su historia del año de 1942, cuando él estaba en la Segunda Guerra Mundial en Rusia.
"Era un hombre que fue ayudado en mitad de una ventisca, se fue con los rusos, con un compañero que había muerto 70 días antes, casi dos meses.
“Su historia me dejó perplejo porque conocía al periodista, era un hombre muy serio y nunca había contado este tipo de cosas y no sé porque me la contó y siempre contó lo mismo, que su compañero había muerto por un mortero y, no veía sentido a algo así, y fue así como me interese por este tipo de investigaciones", dijo.
Importancia de los sueños
Convencido de que la muerte avisa cuando viene por uno, aclaró que los sueños son muy importantes, "pues a través de ellos, se pasa información, aparecen las personas muertas y en los sueños se comunican cosas".
Otro de los casos es el de un joven que muerto en un accidente automovilístico con su mujer y dos niños pequeños. "Al año, una hermana de este joven tenía una forma peculiar de tocar a la puerta al llegar, primero, silbaba muy fuerte y luego tocaba siempre con los nudillos.
"Una noche, la hermana escuchó el silbido del hermano y el toque en la puerta muy característico, y cuando se despertó y bajando las escaleras para llegar a la puerta, se dio cuenta que su hermano estaba muerto. En ese momento ella descubrió el olor a gas en toda la casa, y tuvo tiempo de salvar a su marido e hijos, había un problema con el horno", relató.
Para el autor español, lo más importante de los casos que presenta, es la esperanza, "pues cuando lees e investigas, te das cuenta que no están mintiendo o inventando nada, pues la mayor parte de las veces son experiencias íntimas y personales que no quieren salir en publicidad".
Muerte como tabú
J.J Benítez afirma que hablar de la muerte en cualquier parte, es un tabú, "es un problema cultural, educativo".
"Llevamos siglos y siglos en donde la muerte es un tabú y en donde las religiones han inyectado mucho miedo a cuenta de la muerte, en donde las religiones se aprovechan y captan la voluntad de mucha gente a cuenta de la muerte y no debería ser así.
"La muerte no tiene que ver con nada, es algo físico y lógico para pasar de un estado a otro, porque por algún camino tienes que pasar de la materia de la vida, a otro lugar", indicó.
"Estoy bien", de J.J Benítez, que se presentó este sábado en la Feria Internacional de la Lectura en Yucatán (Filey), se presentará el próximo 14 de marzo en un lugar de la zona de San Ángel aún por definir.
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J.J. Benítez: "Pensamos que el 'más allá' es una elucubración, pero no lo es: existe y es físico"
La vida "en el más allá" es "aun más real que la realidad", según científicos
(CNN) — Estar cerca de ir al "cielo", y vivir para contarlo, es una historia que puede convertirse en un tema de investigación científica.
Es el día perfecto: soleado y con viento fresco. Paseas placenteramente distraído y vas a cruzar la calle. Justo entonces, un camión te golpea. Te sientes completamente entumecido y te desvaneces rápidamente. Es el fin y lo sabes. Tu vida pasa ante tus ojos como si fuera una película épica. Fin.
Abandonas tu cuerpo y lo miras desde arriba. La gente se inclina sobre él. Una luz cegadora se abre paso desde el cielo hacia ti. Te llama suavemente. La sigues por un túnel hacia un lugar mucho más que real y espectacular. Estás seguro de haber llegado al más allá.
Semanas más tarde, despiertas entre constantes pitidos del monitor cardiaco que está junto a tu cama de hospital.
Si tu hospital está en Bélgica, Steven Laureys podría visitarte para preguntarte qué recuerdas de tu experiencia cercana a la muerte (ECM).
Él te diría que muchas personas han recorrido este camino antes que tú y que puedes confiarle tu experiencia.
“Los pacientes en cuidados intensivos tienen miedo de contar sus historias”, dijo Laureys. Temen que la gente no los tome en serio, especialmente los médicos y científicos.
Laureys lidera el Grupo de Ciencia del Coma del hospital universitario de la ciudad de Lieja. Con sus colegas, publicó un estudio científico acerca de las ECM el mes pasado en la revista PLOS ONE.
Muchas de las personas que se embarcan en estos viajes fantásticos parecen volver más felices y ya no temen a la muerte. La experiencia se convierte en la piedra angular de su vida.
Las ECM se sienten “incluso más reales que la realidad”, dice Laureys. Su equipo investiga la claridad y el intenso colorido de la experiencia que muchas personas tienen cuando pierden la consciencia.
“Nuestro objetivo principal es la investigación de la consciencia en pacientes comatosos”, dijo. Su equipo espera mejorar su comodidad y la calidad de los cuidados a estos pacientes.
Su hipótesis es que las experiencias cercanas a la muerte se originan en la fisiología humana y “el cerebro disfuncional produce estos fenómenos”. El equipo estudia la forma en la que el cerebro crea la mente y la percepción de la realidad.
A lo largo de los años, muchos pacientes han despertado de comas y le han contado a Laureys acerca de sus viajes al más allá.
Todas sus historias tienen elementos iguales o muy parecidos: “Una experiencia extracorpórea, haber visto una luz brillante o haber sido conducido por un túnel; todos son elementos conocidos de la famosa Experiencia Cercana a la Muerte”, según el estudio de Laureys y su equipo de seis científicos.
Raymond y Nadine, de Bélgica, tuvieron infartos. Cuando su cerebro se quedó sin oxígeno, tuvieron sensaciones extracorpóreas, dijo Laureys.
“En un punto sentí como si me arrancaran de mi cuerpo (...) Estaba pasando por un túnel completamente oscuro, muy, muy rápido, a una velocidad que no se puede expresar porque nunca la has vivido”, dijo Raymond.
Al final del túnel de Raymond apareció una luz. Al principio tenía miedo y se resistió. La luz era femenina y se “comunicó” con él. Él se rindió ante ella: “Me di cuenta de que no debía resistirme y me dejé ir. En ese momento tuve la experiencia”.
Nadine podía verse desde afuera de su cuerpo. “Es como si estuvieras en una nube, aunque en realidad no sea así”, dijo. Todo estaba fuera de su control y eso la asustó. Entró en un agujero negro. “Te preguntas si regresarás a tu cuerpo”.
Las investigaciones científicas acerca de las personas que tienen una ECM son difíciles, porque sería cruel realizar estudios del cerebro en una persona que posiblemente morirá en breve.
Por eso, Laureys y su equipo estudiaron los recuerdos de los sobrevivientes sobre las experiencias cercanas a la muerte con la ayuda del Cuestionario de Características de Memoria.
Compararon las ECM con otros recuerdos reales intensos como matrimonios y alumbramientos, pero también con sueños y pensamientos; cosas que no ocurrieron en la realidad física.
Los recuerdos de los eventos reales importantes en general son más intensos que los sueños y los pensamientos, dijo Laureys. “Si el recuerdo es real, es más rico; si el recuerdo es reciente, es más rico”, dijo.
“Para nuestra sorpresa, los recuerdos de las ECM eran mucho más ricas que cualquier evento imaginado o real para estos sobrevivientes del coma”, reportó Laureys.
Los recuerdos de estas experiencias superan por mucho a todos los demás recuerdos en cuanto a la intensidad de la sensación de realidad. “La diferencia era muy grande”, dijo con asombro.
Incluso cuando el paciente había tenido la experiencia hace mucho tiempo, su recuerdo era rico “como si hubiera sido ayer”, dijo Laureys.
En el cuestionario se pregunta a la gente acerca del nivel de certeza de que una experiencia que recuerdan fue real y no imaginada o soñada. “Ellos (los pacientes) están muy convencidos de que es real”, dijo Laureys.
En una sencilla búsqueda en internet se revelan cientos de relatos de ECM. Algunas son reales, otras tal vez son inventadas, pero muchas personas están absolutamente convencidas de que el más allá existe fuera del reino de lo físico.
Existen reportes de que a veces aparecen imágenes religiosas en las ECM, pero no se limitan a una sola religión, y no siempre se presentan. A veces aparecen Buda, Jesús o Mahoma, pero usualmente no lo hacen, dijo Laureys.
Sin embargo, una ECM puede convertir a un escéptico en creyente. Es el caso del neurólogo Eben Alexander, un científico agnóstico que se convenció de la existencia de lo espiritual y describió su experiencia en los mismos términos que los investigadores belgas: “hiperrealista”; “demasiado real para ser real”.
“No hay pruebas de que pueda haber una experiencia consciente sin actividad cerebral”, dijo Laureys.
Tú puedes volverte un creyente, pero según los médicos tu cerebro nunca murió. Estuviste en coma. Tal vez tu corazón se detuvo por un instante, tal vez no. Pero ni siquiera eso es necesario para tener una experiencia extracorpórea.
“Muchos individuos que han tenido ECM no estaban físicamente en peligro de muerte, lo que indica que la percepción del riesgo de muerte en sí misma es importante para provocar las ECM”, señaló el estudio.
Es suficiente que pienses que estás muriendo para que tengas una.
La Asociación de Psicología de Estados Unidos está de acuerdo. Define las ECM como “eventos psicológicos profundos que tienen elementos trascendentales y místicos y que ocurren típicamente a los individuos que están cerca de la muerte o en situaciones de peligro físico o emocional intenso”.
En el caso de los pacientes de coma, el cerebro que produce las ECM puede estar funcionando al mínimo, pero sigue vivo, según la hipótesis de Laureys. Y en teoría se trata de una alucinación intensa. “La actividad normal del cerebro produjo sus percepciones extraordinarias”, indica el estudio.
El equipo belga de investigación sólo ha estudiado a unos cuantos pacientes hasta ahora y no ha podido obtener imágenes cerebrales de los pacientes que tienen ECM para obtener datos sólidos que respalden la hipótesis de la naturaleza fisiológica de la experiencia.
Como médico, Laureys siente que se debe investigar más, ya que muchas personas temen que su consciencia permanezca mucho tiempo después de su muerte, y de atestiguar lo que ocurra con su cuerpo. “Históricamente, las personas tienen miedo de que las entierren vivas (...) La gente teme donar sus órganos”, dijo Laureys.
Hay bastantes modelos espirituales que explican las ECM, dijo, además de los supersticiosos. “Hay muchas explicaciones locas por allí”. Es momento de aplicar más ciencia dura, agregó.
Laureys no quiere especular acerca de la existencia del cielo o el infierno, pero dice que sólo una mínima parte de las experiencias cercanas a la muerte son aterradoras. La mayoría son placenteras y edificantes.
Con base en sus relatos, parece que más personas van al “cielo” que al “infierno”.
Es el día perfecto: soleado y con viento fresco. Paseas placenteramente distraído y vas a cruzar la calle. Justo entonces, un camión te golpea. Te sientes completamente entumecido y te desvaneces rápidamente. Es el fin y lo sabes. Tu vida pasa ante tus ojos como si fuera una película épica. Fin.
Abandonas tu cuerpo y lo miras desde arriba. La gente se inclina sobre él. Una luz cegadora se abre paso desde el cielo hacia ti. Te llama suavemente. La sigues por un túnel hacia un lugar mucho más que real y espectacular. Estás seguro de haber llegado al más allá.
Semanas más tarde, despiertas entre constantes pitidos del monitor cardiaco que está junto a tu cama de hospital.
El viaje científico inicia
Si tu hospital está en Bélgica, Steven Laureys podría visitarte para preguntarte qué recuerdas de tu experiencia cercana a la muerte (ECM).
Él te diría que muchas personas han recorrido este camino antes que tú y que puedes confiarle tu experiencia.
“Los pacientes en cuidados intensivos tienen miedo de contar sus historias”, dijo Laureys. Temen que la gente no los tome en serio, especialmente los médicos y científicos.
Laureys lidera el Grupo de Ciencia del Coma del hospital universitario de la ciudad de Lieja. Con sus colegas, publicó un estudio científico acerca de las ECM el mes pasado en la revista PLOS ONE.
Muchas de las personas que se embarcan en estos viajes fantásticos parecen volver más felices y ya no temen a la muerte. La experiencia se convierte en la piedra angular de su vida.
Las ECM se sienten “incluso más reales que la realidad”, dice Laureys. Su equipo investiga la claridad y el intenso colorido de la experiencia que muchas personas tienen cuando pierden la consciencia.
“Nuestro objetivo principal es la investigación de la consciencia en pacientes comatosos”, dijo. Su equipo espera mejorar su comodidad y la calidad de los cuidados a estos pacientes.
Su hipótesis es que las experiencias cercanas a la muerte se originan en la fisiología humana y “el cerebro disfuncional produce estos fenómenos”. El equipo estudia la forma en la que el cerebro crea la mente y la percepción de la realidad.
La misma historia una y otra vez
A lo largo de los años, muchos pacientes han despertado de comas y le han contado a Laureys acerca de sus viajes al más allá.
Todas sus historias tienen elementos iguales o muy parecidos: “Una experiencia extracorpórea, haber visto una luz brillante o haber sido conducido por un túnel; todos son elementos conocidos de la famosa Experiencia Cercana a la Muerte”, según el estudio de Laureys y su equipo de seis científicos.
Raymond y Nadine, de Bélgica, tuvieron infartos. Cuando su cerebro se quedó sin oxígeno, tuvieron sensaciones extracorpóreas, dijo Laureys.
“En un punto sentí como si me arrancaran de mi cuerpo (...) Estaba pasando por un túnel completamente oscuro, muy, muy rápido, a una velocidad que no se puede expresar porque nunca la has vivido”, dijo Raymond.
Al final del túnel de Raymond apareció una luz. Al principio tenía miedo y se resistió. La luz era femenina y se “comunicó” con él. Él se rindió ante ella: “Me di cuenta de que no debía resistirme y me dejé ir. En ese momento tuve la experiencia”.
Nadine podía verse desde afuera de su cuerpo. “Es como si estuvieras en una nube, aunque en realidad no sea así”, dijo. Todo estaba fuera de su control y eso la asustó. Entró en un agujero negro. “Te preguntas si regresarás a tu cuerpo”.
Prueba psicológica
Las investigaciones científicas acerca de las personas que tienen una ECM son difíciles, porque sería cruel realizar estudios del cerebro en una persona que posiblemente morirá en breve.
Por eso, Laureys y su equipo estudiaron los recuerdos de los sobrevivientes sobre las experiencias cercanas a la muerte con la ayuda del Cuestionario de Características de Memoria.
Compararon las ECM con otros recuerdos reales intensos como matrimonios y alumbramientos, pero también con sueños y pensamientos; cosas que no ocurrieron en la realidad física.
Los recuerdos de los eventos reales importantes en general son más intensos que los sueños y los pensamientos, dijo Laureys. “Si el recuerdo es real, es más rico; si el recuerdo es reciente, es más rico”, dijo.
“Para nuestra sorpresa, los recuerdos de las ECM eran mucho más ricas que cualquier evento imaginado o real para estos sobrevivientes del coma”, reportó Laureys.
Los recuerdos de estas experiencias superan por mucho a todos los demás recuerdos en cuanto a la intensidad de la sensación de realidad. “La diferencia era muy grande”, dijo con asombro.
Incluso cuando el paciente había tenido la experiencia hace mucho tiempo, su recuerdo era rico “como si hubiera sido ayer”, dijo Laureys.
Auténticos creyentes
En el cuestionario se pregunta a la gente acerca del nivel de certeza de que una experiencia que recuerdan fue real y no imaginada o soñada. “Ellos (los pacientes) están muy convencidos de que es real”, dijo Laureys.
En una sencilla búsqueda en internet se revelan cientos de relatos de ECM. Algunas son reales, otras tal vez son inventadas, pero muchas personas están absolutamente convencidas de que el más allá existe fuera del reino de lo físico.
Existen reportes de que a veces aparecen imágenes religiosas en las ECM, pero no se limitan a una sola religión, y no siempre se presentan. A veces aparecen Buda, Jesús o Mahoma, pero usualmente no lo hacen, dijo Laureys.
Sin embargo, una ECM puede convertir a un escéptico en creyente. Es el caso del neurólogo Eben Alexander, un científico agnóstico que se convenció de la existencia de lo espiritual y describió su experiencia en los mismos términos que los investigadores belgas: “hiperrealista”; “demasiado real para ser real”.
El origen está en el cerebro
“No hay pruebas de que pueda haber una experiencia consciente sin actividad cerebral”, dijo Laureys.
Tú puedes volverte un creyente, pero según los médicos tu cerebro nunca murió. Estuviste en coma. Tal vez tu corazón se detuvo por un instante, tal vez no. Pero ni siquiera eso es necesario para tener una experiencia extracorpórea.
“Muchos individuos que han tenido ECM no estaban físicamente en peligro de muerte, lo que indica que la percepción del riesgo de muerte en sí misma es importante para provocar las ECM”, señaló el estudio.
Es suficiente que pienses que estás muriendo para que tengas una.
La Asociación de Psicología de Estados Unidos está de acuerdo. Define las ECM como “eventos psicológicos profundos que tienen elementos trascendentales y místicos y que ocurren típicamente a los individuos que están cerca de la muerte o en situaciones de peligro físico o emocional intenso”.
En el caso de los pacientes de coma, el cerebro que produce las ECM puede estar funcionando al mínimo, pero sigue vivo, según la hipótesis de Laureys. Y en teoría se trata de una alucinación intensa. “La actividad normal del cerebro produjo sus percepciones extraordinarias”, indica el estudio.
Se necesitan más investigaciones
El equipo belga de investigación sólo ha estudiado a unos cuantos pacientes hasta ahora y no ha podido obtener imágenes cerebrales de los pacientes que tienen ECM para obtener datos sólidos que respalden la hipótesis de la naturaleza fisiológica de la experiencia.
Como médico, Laureys siente que se debe investigar más, ya que muchas personas temen que su consciencia permanezca mucho tiempo después de su muerte, y de atestiguar lo que ocurra con su cuerpo. “Históricamente, las personas tienen miedo de que las entierren vivas (...) La gente teme donar sus órganos”, dijo Laureys.
Hay bastantes modelos espirituales que explican las ECM, dijo, además de los supersticiosos. “Hay muchas explicaciones locas por allí”. Es momento de aplicar más ciencia dura, agregó.
Laureys no quiere especular acerca de la existencia del cielo o el infierno, pero dice que sólo una mínima parte de las experiencias cercanas a la muerte son aterradoras. La mayoría son placenteras y edificantes.
Con base en sus relatos, parece que más personas van al “cielo” que al “infierno”.
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