Así son los nefastos efectos del alcohol y el azúcar en tu rostro
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Así son los nefastos efectos del alcohol y el azúcar en tu rostro
Enrojecimiento de piel, arrugas... Las adicciones terminan pasando factura en pocos meses
Dice el refrán que somos lo que comemos, y puede que no ande muy desencaminado. Al menos, así lo cree la especialista en el cuidado de la piel Nigma Talib quien, en una entrevista realizada a la versión web del diario «Daily Mail», ha explicado que los alimentos pueden influir directamente en la apariencia que tiene nuestra cara y en la forma en la que envejecemos. Un claro ejemplo se sucede con una serie de manchas oscuras que suelen aparecer en la barbilla si se ingiere demasiada leche. Aunque no es menos habitual la aparición de arrugas en la frente por meterse entre pecho y espalda demasiado chocolate.
«Cuando entra un paciente en mi clínica puedo decir, con solo verle, el tipo de alimentos que come en exceso y la forma en que su cara envejecerá. De hecho, suelo analizar caras al azar en la calle y me entran ganas de gritar a la gente, por ejemplo, que dejen de tomar leche o abandonen la ingesta de pasta, pues está claro que su cara están sufriendo las consecuencias. Un par de vasos de vino, por ejemplo, pueden generar unas finas y, aparentemente, imperceptibles líneas en la boca y los ojos», determina la experta. Con todo, Nigma es partidaria de que, gracias a ello, es posible descubrir qué alimentos están dañando a cada persona y eliminarlos de la dieta antes de que sea tarde.
Por otro lado, el alcohol cuenta usualmente con bastante azocar, la cual daña el colágeno de la piel (el encargado de mantenerla elástica). A su vez, esta sustancia también genera entre las mujeres líneas profundas de enrojecimiento entre las cejas y destruye la sustancia que el cuerpo utiliza para combatir el proceso inflamatorio que acaba poco a poco con la piel (lo que puede derivar en el enrojecimiento de mejillas y nariz). Para evitar todas estas repercusiones, lo mejor es permitir descansar al cuerpo y no beber alcohol durante períodos alternos de tres semanas.
Por otro lado, una ingesta masiva puede desencadenar la aparición de granos de acné en la cara, los hombros y el pecho. Con todo, una de las repercusiones más curiosas se aprecia en las cejas, donde un desequilibrio de insulina puede causar un estrés excesivo de las glándulas suprarenales. Estas tiene como una de sus tareas controlar el pelo de las cejas, por lo que, si observas a alguien que ha perdido vello a esta altura, es probable que esté comiendo demasiado azúcar. No obstante, la mejora que se nota tras abandonar esta adicción es increíble.
Este proceso puede provocar, además, el enrojecimiento de la piel. Y eso no es todo. Un exceso de leche puede contener un total de hasta 20 hormonas y sustancias químicas diferentes que alteran, en exceso, el equilibrio de las hormonas. Especialmente el de los estrógenos y la progesterona. Nuevamente, si crees que estás tomando demasiados lácteos en tu dieta, lo mejor es que te tomes un descanso de tres semanas de este tipo de comidas para así comprobar si está dañando tu piel
Dice el refrán que somos lo que comemos, y puede que no ande muy desencaminado. Al menos, así lo cree la especialista en el cuidado de la piel Nigma Talib quien, en una entrevista realizada a la versión web del diario «Daily Mail», ha explicado que los alimentos pueden influir directamente en la apariencia que tiene nuestra cara y en la forma en la que envejecemos. Un claro ejemplo se sucede con una serie de manchas oscuras que suelen aparecer en la barbilla si se ingiere demasiada leche. Aunque no es menos habitual la aparición de arrugas en la frente por meterse entre pecho y espalda demasiado chocolate.
«Cuando entra un paciente en mi clínica puedo decir, con solo verle, el tipo de alimentos que come en exceso y la forma en que su cara envejecerá. De hecho, suelo analizar caras al azar en la calle y me entran ganas de gritar a la gente, por ejemplo, que dejen de tomar leche o abandonen la ingesta de pasta, pues está claro que su cara están sufriendo las consecuencias. Un par de vasos de vino, por ejemplo, pueden generar unas finas y, aparentemente, imperceptibles líneas en la boca y los ojos», determina la experta. Con todo, Nigma es partidaria de que, gracias a ello, es posible descubrir qué alimentos están dañando a cada persona y eliminarlos de la dieta antes de que sea tarde.
1-Exceso de vino
El exceso de vino queda, en palabras de esta doctora, patente en la cara. Así pues, suele provocar que los ojos se vayan enrojeciendo, que los párpados se caigan, que los poros se dilaten y que las mejillas se vuelvan rojas. Sin embargo, lo más destacado es que, como cualquier bebida alcohólica, el «elixir de los dioses» nos deshidrata, lo que provoca el nacimiento de arrugas que van desde la nariz hasta la boca. Con todo, es fácil hacer que la piel vuelva al estado natural reduciendo la cantidad de alcohol y aumentando la de agua.Por otro lado, el alcohol cuenta usualmente con bastante azocar, la cual daña el colágeno de la piel (el encargado de mantenerla elástica). A su vez, esta sustancia también genera entre las mujeres líneas profundas de enrojecimiento entre las cejas y destruye la sustancia que el cuerpo utiliza para combatir el proceso inflamatorio que acaba poco a poco con la piel (lo que puede derivar en el enrojecimiento de mejillas y nariz). Para evitar todas estas repercusiones, lo mejor es permitir descansar al cuerpo y no beber alcohol durante períodos alternos de tres semanas.
2-Exceso de azúcar y pasteles
Los síntomas típicos que se notan en nuestra tez si consumimos en exceso azúcar suelen ser la aparición de arrugas, el nacimiento de manchas en el rostro (especialmente en la frente), el adelgazamiento de la piel y qye nuestra cara adquiera un tono grisáceo. Todo ello se ve agravado si se acompaña por carbohidratos altamente refinados como pasteles y pastas.Por otro lado, una ingesta masiva puede desencadenar la aparición de granos de acné en la cara, los hombros y el pecho. Con todo, una de las repercusiones más curiosas se aprecia en las cejas, donde un desequilibrio de insulina puede causar un estrés excesivo de las glándulas suprarenales. Estas tiene como una de sus tareas controlar el pelo de las cejas, por lo que, si observas a alguien que ha perdido vello a esta altura, es probable que esté comiendo demasiado azúcar. No obstante, la mejora que se nota tras abandonar esta adicción es increíble.
3-Exceso de leche
Los síntomas que pueden indicarte que están bebiendo más leche de la que debes son principalmente la hinchazón de los párpados, el nacimiento de ojeras y la aparición de manchas blancas y la barbilla. Puede parecer un tema baladí, pero un exceso de este alimento (así como de otros lácteos) puede hacer que nuestro cuerpo pierda las enzimas que nos permiten digerir la lactosa de forma eficiente. Por otro lado, el sufrir nauseas constantes puede implicar que tu cuerpo está luchando por digerir las proteína de la leche, lo que hace que nuestro sistema inmune libere una serie de sustancias químicas que tienen un impacto directo en todas las partes del cuerpo. Incluso la piel.Este proceso puede provocar, además, el enrojecimiento de la piel. Y eso no es todo. Un exceso de leche puede contener un total de hasta 20 hormonas y sustancias químicas diferentes que alteran, en exceso, el equilibrio de las hormonas. Especialmente el de los estrógenos y la progesterona. Nuevamente, si crees que estás tomando demasiados lácteos en tu dieta, lo mejor es que te tomes un descanso de tres semanas de este tipo de comidas para así comprobar si está dañando tu piel
Cómo cambian las personas cuando dejan de consumir alcohol
"Todo con medida" es una frase excelente y aplica mejor que nada al alcohol. Consumir bebidas alcohólicas se refleja en el aspecto: aparece el sobrepeso, empiezan los problemas de salud.
Genial.guru admira la fuerza de voluntad de estas personas que han decidido decirle adiós a este mal hábito, cambiaron sus vidas y mostraron cómo se han reflejado en ellos estos cambios. Mira sus fotos antes y después de que dejaran de consumir alcohol: ¡algunas son irreconocibles!
3 años y 4 meses sin alcohol
Genial.guru admira la fuerza de voluntad de estas personas que han decidido decirle adiós a este mal hábito, cambiaron sus vidas y mostraron cómo se han reflejado en ellos estos cambios. Mira sus fotos antes y después de que dejaran de consumir alcohol: ¡algunas son irreconocibles!
7 meses sin alcohol
1 año sin alcohol
8 meses y medio sin alcohol
6 meses sin alcohol
1 año y medio sin alcohol
2 años sin alcohol
1 año y medio sin alcohol
826 días sin alcohol
300 días sin alcohol
3 años y 4 meses sin alcohol
Ciencianauta- Cybernauta VIP
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El daño cerebral causado por el alcohol no se detiene al dejar de beber
Rebaten la idea de que las alteraciones de la materia blanca se paralizaban de inmediato.
El consumo excesivo de alcohol está en el origen de más de doscientas enfermedades y por primera vez un equipo de investigadores ha comprobado que los daños inducidos por ese consumo no se detienen al dejar de beber.
Los investigadores han constatado que se produce una alteración generalizada en la sustancia blanca del cerebro (las "autopistas" que conectan las diferentes partes del cerebro) que afecta sobre todo a las estructuras relacionadas con la comunicación entre los dos hemisferios, a la toma de decisiones y a la memoria.
El estudio, cuyas conclusiones publica la revista Jama Psychiatry, lo han llevado a cabo investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante (un centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y el CSIC) y el Instituto Central de Salud Mental de la Universidad de Heidelberg (Alemania).
Además de estar en el origen de más de doscientas enfermedades, el consumo excesivo de alcohol provoca más de tres millones de muertes cada año en el mundo, por lo que la detección temprana de sus efectos negativos es un objetivo prioritario de los neurocientíficos.
En el estudio han participado 91 pacientes con una edad media de 46 años, hospitalizados en Alemania a causa de un trastorno por consumo de alcohol, y se ha completado con un modelo de ratas que ha demostrado una preferencia natural por el alcohol, ha explicado a Efe la neurocientífica italiana Silvia de Santis, del Instituto de Neurociencias de Alicante.
Silvia de Santis ha precisado que todos los pacientes que han participado voluntariamente en la investigación padecen enfermedades psiquiátricas asociadas al consumo excesivo de alcohol, y ha incidido en que los daños comprobados afectan a la "materia blanca" que conecta las diferentes partes del cerebro.
Los resultados ahora conocidos rebaten la creencia de que las alteraciones en el cerebro comienzan a normalizarse inmediatamente después de dejar el consumo de alcohol, y ponen de relieve además que los déficits cerebrales permanentes a causa del consumo excesivo de alcohol pueden ocurrir muchos antes de lo que se creía.
Los resultados, que se han obtenido mediante resonancia magnética durante las primeras semanas de abstinencia, se han obtenido con garantías de que los pacientes no estaban bebiendo nada de alcohol ya que todos estaban ingresados en un hospital siguiendo un programa de desintoxicación.
El investigador Santiago Canals, que lidera el grupo de Plasticidad de las Redes Neuronales en el Instituto de Neurociencias de Alicante, ha destacado que aunque la toxicidad del alcohol cesa al dejar de beber, los cambios en el cerebro siguen progresando porque se pone en marcha un proceso inflamatorio que avanza incluso en ausencia de alcohol.
Canals, que ha calificado de "sorprendentes" los resultados, ha destacado que estas evidencias estarían también relacionadas con la facilidad de recaída que se produce cuando los pacientes han dejado de beber, durante el periodo de abstinencia. LD.
El consumo excesivo de alcohol está en el origen de más de doscientas enfermedades y por primera vez un equipo de investigadores ha comprobado que los daños inducidos por ese consumo no se detienen al dejar de beber.
Los investigadores han constatado que se produce una alteración generalizada en la sustancia blanca del cerebro (las "autopistas" que conectan las diferentes partes del cerebro) que afecta sobre todo a las estructuras relacionadas con la comunicación entre los dos hemisferios, a la toma de decisiones y a la memoria.
El estudio, cuyas conclusiones publica la revista Jama Psychiatry, lo han llevado a cabo investigadores del Instituto de Neurociencias de Alicante (un centro mixto de la Universidad Miguel Hernández y el CSIC) y el Instituto Central de Salud Mental de la Universidad de Heidelberg (Alemania).
Además de estar en el origen de más de doscientas enfermedades, el consumo excesivo de alcohol provoca más de tres millones de muertes cada año en el mundo, por lo que la detección temprana de sus efectos negativos es un objetivo prioritario de los neurocientíficos.
En el estudio han participado 91 pacientes con una edad media de 46 años, hospitalizados en Alemania a causa de un trastorno por consumo de alcohol, y se ha completado con un modelo de ratas que ha demostrado una preferencia natural por el alcohol, ha explicado a Efe la neurocientífica italiana Silvia de Santis, del Instituto de Neurociencias de Alicante.
Silvia de Santis ha precisado que todos los pacientes que han participado voluntariamente en la investigación padecen enfermedades psiquiátricas asociadas al consumo excesivo de alcohol, y ha incidido en que los daños comprobados afectan a la "materia blanca" que conecta las diferentes partes del cerebro.
Los resultados ahora conocidos rebaten la creencia de que las alteraciones en el cerebro comienzan a normalizarse inmediatamente después de dejar el consumo de alcohol, y ponen de relieve además que los déficits cerebrales permanentes a causa del consumo excesivo de alcohol pueden ocurrir muchos antes de lo que se creía.
Los resultados, que se han obtenido mediante resonancia magnética durante las primeras semanas de abstinencia, se han obtenido con garantías de que los pacientes no estaban bebiendo nada de alcohol ya que todos estaban ingresados en un hospital siguiendo un programa de desintoxicación.
El investigador Santiago Canals, que lidera el grupo de Plasticidad de las Redes Neuronales en el Instituto de Neurociencias de Alicante, ha destacado que aunque la toxicidad del alcohol cesa al dejar de beber, los cambios en el cerebro siguen progresando porque se pone en marcha un proceso inflamatorio que avanza incluso en ausencia de alcohol.
Canals, que ha calificado de "sorprendentes" los resultados, ha destacado que estas evidencias estarían también relacionadas con la facilidad de recaída que se produce cuando los pacientes han dejado de beber, durante el periodo de abstinencia. LD.
Sandro- Cybernauta-Premium
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¿Qué pasa con el cuerpo si se deja de beber alcohol durante 28 días?
Según las estadísticas, la persona con un ingreso promedio toma alrededor de 9,5 litros de alcohol por año. Esta persona está lejos de ser un alcohólico, solo un amante de pasar tiempo con amigos y una botella de alguna bebida fuerte o no tanto. A veces se permite relajarse durante la semana laboral, apenas una copa de vino antes de acostarse, para quedarse dormido rápidamente o aliviar el estrés. ¿Y qué pasaría con el cuerpo de esta persona, si no bebiera nada durante 28 días seguidos?
Parece que el apetito aumenta. De hecho, las personas comen mucho más si beben. Y después de un completo rechazo del alcohol, una persona psicológicamente quiere llenar el vacío que se ha formado. Como regla general, con la comida. Aunque puedes reemplazarla con éxito por jugos o frutas.
Puede haber una fuerte necesidad de cosas dulces. El alcohol, especialmente dulce, puede aumentar la cantidad de azúcar en la sangre. Al mismo tiempo, el alcohol afecta a diferentes personas de diferentes maneras. En algunas personas, por el contrario, disminuye el nivel de azúcar. Para los diabéticos el incontrolable afecto por los tragos es especialmente peligroso.
Es difícil conciliar el sueño. Se trata de aquellos que están acostumbrados a tomar un vaso antes de acostarse para deshacerse del insomnio. El alcohol simplemente permite quedarse dormido antes, pero la calidad de sueño se ve afectada negativamente. Sin la dosis habitual de “pastillas para dormir”, será difícil conciliar el sueño la primera vez, y el sueño en sí será intermitente y no profundo. También pueden aparecer las pesadillas.
En algunos casos, comienzan los dolores de cabeza, que son un marcador de cambios graves en el cuerpo bajo la influencia de las bebidas. Quizás el problema sea un trastorno hepático, presión arterial alta o la falta de hormonas que alivian el dolor (cuando una persona bebe regularmente, su umbral de dolor aumenta significativamente).
Se recupera el hígado. Con dosis regulares de alcohol, las células hepáticas mueren lentamente y se forman cicatrices en su lugar. El órgano puede recuperarse, pero sucede muy lentamente. La dependencia es directa: cuanto menos beba la persona, más rápida será la regeneración.
La motivación adicional (al menos para las mujeres) será un cambio en el color de la piel. El alcohol expande los vasos sanguíneos, lo que altera la circulación sanguínea, y esto conduce a una falta de oxígeno en la piel. Como resultado, el alcohol seca el epitelio, provoca la aparición de manchas de la edad y arrugas tempranas.
Se mejoran los procesos digestivos. El alcohol provoca una mayor producción de ácido clorhídrico en la composición del jugo gástrico. En otras palabras, el estómago “se come” lentamente. Por cierto, esta es la razón del aumento el apetito al tomar bebidas.
Las personas que realizaron experimentos sobre el abandono del alcohol señalaron que en la segunda semana es más difícil evitar reunirse con amigos cuando hay bebidas.
En la tercera semana desaparecen los síntomas externos de los momentos de diversión: bolsas debajo de los ojos, moretones e hinchazón en la cara. Esto se debe a que el líquido en el cuerpo ya no se estanca y el sistema urinogenital vuelve a funcionar bien.
Resulta más fácil despertarse por la mañana. Una persona, incluso en un estado de ebriedad leve, se queda dormida muy rápidamente, y de inmediato entra en una fase profunda, perdiendo el estado de somnolencia. Cuando la concentración de alcohol en la sangre disminuye, el sueño se vuelve superficial e intermitente. La persona se despierta rota y para nada descansada.
Debido a la bebida, la salivación se deteriora, lo que afecta, entre otras cosas, la condición de los dientes. En consecuencia, sin alcohol, el riesgo de caries se reduce y el esmalte dental se vuelve más fuerte.
El alcohol adormece no solo el dolor, sino también los receptores del gusto y el olfato. Con el tiempo, vuelve la capacidad de reconocer los matices sutiles del gusto y el olfato.
Cuando hay un sobrepeso, el peso corporal se reduce significativamente. Los indicadores son individuales: en promedio, son 3-4 kg por mes. Cuanto más tiempo lleve una persona un estilo de vida absolutamente sobrio, más peso podrá perder.
El alcohol aumenta la presión arterial. Si esto sucede con demasiada frecuencia, existe un riesgo de hipertensión. Las personas que no beben en absoluto tienen menos probabilidades de sufrir esta enfermedad. Además, se reduce el riesgo de enfermedades del sistema cardiovascular y el pulso vuelve a la normalidad.
Más o menos estos cambios ocurren con una persona que no tomó una sola gota de alcohol durante 220 días.
La piel de la cara y el cuerpo se vuelve mucho más limpia. El acné y la irritación desaparecen. Esto se debe principalmente a la restauración del equilibrio hídrico en el cuerpo y la normalización de la circulación sanguínea. La tez se empareja, las manchas de pigmento desaparecen gradualmente.
Una persona piensa con claridad y trabaja de manera más productiva. Quizás el efecto del alcohol en el cerebro sea uno de los menos visibles. Sin embargo, los resultados de las investigaciones sugieren lo contrario: con el consumo sistemático de alcohol, existe una ligera inflamación del cerebro, dilatación de los vasos sanguíneos y muerte masiva de las células del cerebro debido a la falta de oxígeno. Tales cambios son muy lentos y, desafortunadamente, irreversibles.
¿Ahora tienes ganas de proponerte un desafío similar y cuidar tu salud? ¿O tal vez eres un sobrio ferviente?
1.ª semana
Parece que el apetito aumenta. De hecho, las personas comen mucho más si beben. Y después de un completo rechazo del alcohol, una persona psicológicamente quiere llenar el vacío que se ha formado. Como regla general, con la comida. Aunque puedes reemplazarla con éxito por jugos o frutas.
Puede haber una fuerte necesidad de cosas dulces. El alcohol, especialmente dulce, puede aumentar la cantidad de azúcar en la sangre. Al mismo tiempo, el alcohol afecta a diferentes personas de diferentes maneras. En algunas personas, por el contrario, disminuye el nivel de azúcar. Para los diabéticos el incontrolable afecto por los tragos es especialmente peligroso.
Es difícil conciliar el sueño. Se trata de aquellos que están acostumbrados a tomar un vaso antes de acostarse para deshacerse del insomnio. El alcohol simplemente permite quedarse dormido antes, pero la calidad de sueño se ve afectada negativamente. Sin la dosis habitual de “pastillas para dormir”, será difícil conciliar el sueño la primera vez, y el sueño en sí será intermitente y no profundo. También pueden aparecer las pesadillas.
En algunos casos, comienzan los dolores de cabeza, que son un marcador de cambios graves en el cuerpo bajo la influencia de las bebidas. Quizás el problema sea un trastorno hepático, presión arterial alta o la falta de hormonas que alivian el dolor (cuando una persona bebe regularmente, su umbral de dolor aumenta significativamente).
2.ª semana
Se recupera el hígado. Con dosis regulares de alcohol, las células hepáticas mueren lentamente y se forman cicatrices en su lugar. El órgano puede recuperarse, pero sucede muy lentamente. La dependencia es directa: cuanto menos beba la persona, más rápida será la regeneración.
La motivación adicional (al menos para las mujeres) será un cambio en el color de la piel. El alcohol expande los vasos sanguíneos, lo que altera la circulación sanguínea, y esto conduce a una falta de oxígeno en la piel. Como resultado, el alcohol seca el epitelio, provoca la aparición de manchas de la edad y arrugas tempranas.
Se mejoran los procesos digestivos. El alcohol provoca una mayor producción de ácido clorhídrico en la composición del jugo gástrico. En otras palabras, el estómago “se come” lentamente. Por cierto, esta es la razón del aumento el apetito al tomar bebidas.
Las personas que realizaron experimentos sobre el abandono del alcohol señalaron que en la segunda semana es más difícil evitar reunirse con amigos cuando hay bebidas.
3.ª semana
En la tercera semana desaparecen los síntomas externos de los momentos de diversión: bolsas debajo de los ojos, moretones e hinchazón en la cara. Esto se debe a que el líquido en el cuerpo ya no se estanca y el sistema urinogenital vuelve a funcionar bien.
Resulta más fácil despertarse por la mañana. Una persona, incluso en un estado de ebriedad leve, se queda dormida muy rápidamente, y de inmediato entra en una fase profunda, perdiendo el estado de somnolencia. Cuando la concentración de alcohol en la sangre disminuye, el sueño se vuelve superficial e intermitente. La persona se despierta rota y para nada descansada.
Debido a la bebida, la salivación se deteriora, lo que afecta, entre otras cosas, la condición de los dientes. En consecuencia, sin alcohol, el riesgo de caries se reduce y el esmalte dental se vuelve más fuerte.
El alcohol adormece no solo el dolor, sino también los receptores del gusto y el olfato. Con el tiempo, vuelve la capacidad de reconocer los matices sutiles del gusto y el olfato.
4.ª semana
Cuando hay un sobrepeso, el peso corporal se reduce significativamente. Los indicadores son individuales: en promedio, son 3-4 kg por mes. Cuanto más tiempo lleve una persona un estilo de vida absolutamente sobrio, más peso podrá perder.
El alcohol aumenta la presión arterial. Si esto sucede con demasiada frecuencia, existe un riesgo de hipertensión. Las personas que no beben en absoluto tienen menos probabilidades de sufrir esta enfermedad. Además, se reduce el riesgo de enfermedades del sistema cardiovascular y el pulso vuelve a la normalidad.
Más o menos estos cambios ocurren con una persona que no tomó una sola gota de alcohol durante 220 días.
La piel de la cara y el cuerpo se vuelve mucho más limpia. El acné y la irritación desaparecen. Esto se debe principalmente a la restauración del equilibrio hídrico en el cuerpo y la normalización de la circulación sanguínea. La tez se empareja, las manchas de pigmento desaparecen gradualmente.
Una persona piensa con claridad y trabaja de manera más productiva. Quizás el efecto del alcohol en el cerebro sea uno de los menos visibles. Sin embargo, los resultados de las investigaciones sugieren lo contrario: con el consumo sistemático de alcohol, existe una ligera inflamación del cerebro, dilatación de los vasos sanguíneos y muerte masiva de las células del cerebro debido a la falta de oxígeno. Tales cambios son muy lentos y, desafortunadamente, irreversibles.
¿Ahora tienes ganas de proponerte un desafío similar y cuidar tu salud? ¿O tal vez eres un sobrio ferviente?
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