Carta de un español indignado: ¡Ya no aguanto más!

Siempre he destacado por no utilizar el insulto, ni palabras mal sonantes. Pero hoy voy a hacer uso de mi LIBERTAD DE EXPRESIÓN. Mi rebeldía es total. Vosotros insultáis gratuitamente, calumniais, sometéis a los españoles como no se haría con las bestias. Estoy hasta los cojones de aguantaros, hijos e hijas de satán. Merecéis el infierno eterno.

Habéis rebasado todos los límites de lo que es capaz de soportar una persona de bien. Sois la vergüenza de España. No puede haberos parido una madre, porque no perteneceis al género humano. Sois los reyes de la locura, perversión, tiranía. No estáis capacitados ni para barrer las calles, hijos del mal. Porque vuestro proposito en la tierra es destruir al género humano. Sois una banda criminal que protegeis a los más abyectos criminales, terroristas, sectas destructivas de las que os nutrís.

No sois españoles porque lucís toda clase de banderas terroristas, menos la de España.

No sois españoles porque os asquea nuestro himno nacional y solo berreais canciones de odio y de guerra, de enfrentamiento y de división.

No sois españoles porque ni siquiera respetáis nuestra fe y nuestras tradiciones. Un alienígena sería más respetuoso que vosotros, renegados.

No sois españoles porque carecéis de ética. No tenéis raciocinio, ni sentido común, para realizar una sola acción digna de un ser humano.

No sois españoles porque estáis para destrozar la Patria con los independentismos. Apoyáis a todo aquel extranjero que nos invade y maltrata.

No sois españoles porque odiáis al mejor pueblo, la más grande y gloriosa de las naciones que jamás han existido. Y vuestros propositos es someter a ese indómito pueblo a la esclavitud, la depravación, la miseria y la muerte.

No sois españoles porque sois los herederos de aquellas bandas criminales que asesinaron a hombres, mujeres y niños por ser españoles y catolicos. Sois herederos de los que asesinaron, torturaron de la forma más cruel que ha ideado el ser humano. A miles de obispos, sacerdotes, monjas, niños de acción catolica. Herederos de las checas. Incendiasteis miles de templos, escuelas y hospitales. Sois el peor virus de la humanidad, que siembra la tierra con cerca de 200 millones de crimenes.

Sois corruptos de nacimiento y ahí están las financiaciones del estado de narcotraficantes de Venezuela y de Irán. No sois casta, sino una banda criminal, que es muy amiga de todos los tiranos, sectas destructivas, terroristas del FRAP y ETA. Asi que iros a Corea del Norte y dejad a España para los españoles. No sois dignos ni de limpiar los retretes del Congreso.

Ningún respeto para esa banda que destroza nuestras tradiciones y nuestra fe. Queréis hasta dominar nuestros pensamientos y nuestros sentimientos al convertir una Cabalgata de Reyes en un aquelarre para nuestros niños. Ni siquiera respetáis a los inocentes niños, a los que matáis en el vientre de sus madres. Envenenais a nuestra juventud en el alcohol y, las drogas, porque sois tan patéticos que la juventud se tiene que evadir de vuestras asquerosos estilos de vida, narcotizándose.

Que nadie se llame a engaño. Ni Carmena está chocha, ni tiene demencia senil. Ni la Colau es deficiente. Ni la tía esa de Valencia es una enajenada. Es la maldad pura y dura con la que actúan conscientemente. Asi que no hay perdón alguno. Sois unos chulos con suerte de que España lleve 40 años huérfana en la capitanía de la nación.

Os habéis sacado lo de la “memoria histórica”, que ni es memoria, ni es hisórica. Sólo es un engaño para borrar las huellas de vuestros crímenes. Borráis la memoria de quienes asesinásteis y, en su lugar, ponéis como víctimas a los verdugos.

Y con el “Padre Nuestro” de la Colau habéis declarado otra vez la guerra que iniciasteis y perdisteis, porque ni teniais razón, ni ideales, ni Dios estaba con vosotros. Quizás sea el único que os plante cara y lo pague con mi vida. Porque desde 1976 destrozásteis mi vida para siempre. Me habéis condenado al ostrascismo, al hambre, la enfermedad y, no habéis conseguido doblegarme un ápice. Pero ya habéis llegado demasiado lejos. Ya estaís atacando a mi Dios, a mi Jesucristo, a la Santisima Virgen María, a nuestros santos, nuestros mártires y, por ahí ya no paso un día más. Soy un pobre pecador pero AMO con todas mis fuerzas a lo más sagrado y divino que tengo en esta miserable vida. No os tengo miedo y lo sabéis. Siempre he dado la cara, voy con el rostro descubierto. NO TOQUÉIS LO MÁS SAGRADO DE MI VIDA, SACAR VUESTRAS PEZUÑAS SATÁNICAS DE LO SAGRADO. Matarme si os place. Esta es vuestra misión en la tierra, servir al príncipe de las tinieblas. No soy ningun valiente, pero tengo asumido desde que murió Franco que no llegaría a viejo.

Un cáncer no pudo conmigo. Hace una semana pasé otra prueba y la verdad es que, para este soldado, no haber sobrevivido a la cirugía no hubiese sido la muerte que deseaba. Quiero morir como lo que he sido siempre y de lo que ni vosotros ni nadie me podrá impedir. Soy un soldado español, descendiente de la mejor estirpe. No os temo. No puedo respetaros, porque sería arrodillarme ante lucifer. Solo me arrodillo ante mi Padre y Creador, al que tantas veces le he faltado.

Y, ya puestos sabed, hijos del mal, que Franco no fue un golpista, ni un dictador. Fue un hombre providencial, un ungido de Dios para que liberara a esta honrada nación de gentuza como vosotros. Un Caudillo por la Gracia de Dios, que vino a redimir nuestro gran pueblo y murió cristianamente con el 94% del apoyo y el cariño de los españoles. Que nos dió la etapa más larga de paz real, progreso, unidad y fraternidad entre españoles. ¡VIVA ESPAÑA! ¡ARRIBA ESPAÑA!

Emilio Utges Huerta.-