Lo que se enseña en los libros escolares de Arabia Saudí: “Los judíos son simios; y los cristianos, cerdos”
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Lo que se enseña en los libros escolares de Arabia Saudí: “Los judíos son simios; y los cristianos, cerdos”
Un nuevo informe de Catholic News Agency muestra que Arabia Saudita, el hogar de 15 de los 19 secuestradores terroristas del 11-S, sigue apostando por una forma violenta del Islam a través de su sistema escolar y los libros de texto diez años después de los ataques.
“El gobierno de Arabia Saudita ha dedicado sus libros de texto al extremismo de los clérigos wahabitas que colaboran para mantener el control del país”, dijo Nina Shea, directora del Centro del Instituto Hudson para la Libertad Religiosa, el 13 de septiembre en una entrevista con la Catholic News Agency [CNA].
Como consecuencia, los textos siguen enseñando a los estudiantes que “los judíos y los cristianos son enemigos” de los musulmanes, y que “la lucha de esta nación (musulmana) con los judíos y cristianos … continuará el tiempo que Alá quiera”.
Mientras describen a los judíos como “simios” y a los cristianos como “cerdos”, los libros de la escuela media y secundaria exigen la muerte para los apostatas del Islam, fomentando al mismo tiempo la violencia contra los no musulmanes que se niegan a hacer un “pacto” o quedar “bajo la protección de de los musulmanes.
En el uso general, el Yihad se divide en las siguientes categorías: … Luchando contra los no creyentes llamándoles al Islam y combatiéndoles”, enseña el texto de 12 º grado “Hadiz y Cultura Islámica”, utilizado durante el año escolar 2010-2011 por el Ministerio de Educación del Reino de Arabia Saudita.
En un informe publicado en el décimo aniversario de los ataques terroristas del 11-S, señala Nina Shea que “algunos de los mismos saudíes han reconocido el problema que plantea el plan de estudios de la nación.”
“Sin embargo, el fomento de la violencia y el extremismo es una parte integral de los libros de texto nacionales de Arabia Saudita, en particular los de religión. Cinco millones de estudiantes sauditas están expuestos a ellos en las aulas de Arabia cada año” Link
“El gobierno de Arabia Saudita ha dedicado sus libros de texto al extremismo de los clérigos wahabitas que colaboran para mantener el control del país”, dijo Nina Shea, directora del Centro del Instituto Hudson para la Libertad Religiosa, el 13 de septiembre en una entrevista con la Catholic News Agency [CNA].
Como consecuencia, los textos siguen enseñando a los estudiantes que “los judíos y los cristianos son enemigos” de los musulmanes, y que “la lucha de esta nación (musulmana) con los judíos y cristianos … continuará el tiempo que Alá quiera”.
Mientras describen a los judíos como “simios” y a los cristianos como “cerdos”, los libros de la escuela media y secundaria exigen la muerte para los apostatas del Islam, fomentando al mismo tiempo la violencia contra los no musulmanes que se niegan a hacer un “pacto” o quedar “bajo la protección de de los musulmanes.
En el uso general, el Yihad se divide en las siguientes categorías: … Luchando contra los no creyentes llamándoles al Islam y combatiéndoles”, enseña el texto de 12 º grado “Hadiz y Cultura Islámica”, utilizado durante el año escolar 2010-2011 por el Ministerio de Educación del Reino de Arabia Saudita.
En un informe publicado en el décimo aniversario de los ataques terroristas del 11-S, señala Nina Shea que “algunos de los mismos saudíes han reconocido el problema que plantea el plan de estudios de la nación.”
“Sin embargo, el fomento de la violencia y el extremismo es una parte integral de los libros de texto nacionales de Arabia Saudita, en particular los de religión. Cinco millones de estudiantes sauditas están expuestos a ellos en las aulas de Arabia cada año” Link
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Los libros de texto saudíes, bombas de odio
Coincidiendo con la visita de Barak Obama a Arabia Saudí, la Fundación para la Defensa de las Democracias publicó un estudio en el que el experto en asuntos del Golfo Pérsico David Andrew Weinberg acusa a Washington de ocultar un informe del Centro Internacional para la Religión y la Diplomacia (CIRD) en el que se pone de manifiesto el adoctrinamiento en el odio a los no musulmanes que se perpetra en el sistema educativo saudí.
En 2011 el Departamento de Estado encargó al CIRD un informe sobre los libros de texto saudíes, libros que son exportados gratuitamente a todos los países en los que existen centros de estudios financiados por Riad. El documento, titulado "La tolerancia religiosa en el reino de Arabia Saudí", estaba acabado en 2012, pero Washington no lo ha publicado en su integridad, al contrario de lo que hizo con un estudio similar sobre los textos utilizados en las escuelas israelíes y palestinas.
La Secretaría de Estado aduce que no quiere molestar a los saudíes en un asunto en el que se están haciendo progresos. Sin embargo, antiguos funcionarios del departamento conocedores de este asunto aseguran que el motivo real es evitar dar una imagen pésima del régimen.
Los últimos manuales editados por Arabia Saudí contienen pasajes en los que se deshumaniza a judíos y cristianos, se promueve el asesinato de "desviados" como los homosexuales y se defiende la violencia contra los musulmanes no wahabíes. El libro de Ley Islámica correspondiente al décimo curso anima a los estudiantes a "matar a quien cambie de religión (…) porque no vale la pena mantener a esas personas con vida". También se afirma que "Dios creó a los judíos de monos y cerdos". El texto utilizado por los estudiantes de 12º describe a los judíos y a los cristianos como "las peores criaturas", que, lógicamente, "morarán en el fuego del infierno".
Este material de estudio se envía sin coste a toda la red académica internacional financiada por el régimen saudí, de la que forman parte centros de EEUU, donde un estudiante de un centro de Virginia cumple cadena perpetua por conspirar con Al Qaeda para asesinar al expresidente norteamericano George W. Bush. Y es que Arabia Saudí es un elemento clave en la exportación de yihadistas a todo el mundo, como demostró el informe de la comisión bipartidista sobre los atentados del 11 de septiembre, a través de un sistema educativo del que los jóvenes salen con escasa formación humanística y técnica pero profundamente radicalizados en su particular visión del islam.
El fanatismo religioso es una amenaza para la seguridad global, según aseguran expertos en la materia como el exvicesecretario para Terrorismo e Inteligencia Financiera del Departamento del Tesoro de EEUU Stuart Levey, quien considera "incluso más importante" luchar contra el adoctrinamiento que combatir la financiación del terrorismo, porque
a menos que la próxima generación sea educada en el rechazo al extremismo violento, estaremos siempre obligados a hacer frente al surgimiento de nuevos grupos de simpatizantes del terrorismo.
El rey Abdulá declaró semanas después de su coronación, en 2005, que habían cambiado los libros de texto para erradicar cualquier radicalismo. Lo mismo afirmó poco después el príncipe Saud al Faisal, ministro saudí de Exteriores, en referencia a un vasto programa destinado a revisar todo el sistema educativo para suprimir todo lo que no fueran llamadas a la cooperación y la coexistencia. Un año después de la llegada al trono de Abdulá, Arabia Saudí reconoció que la tarea de revisar los materiales de estudio estaba siendo muy laboriosa, por lo que se necesitarían uno o dos años más para finalizar los trabajos. La Casa Blanca llegó a un acuerdo con Riad para ampliar este plazo hasta mediados de 2008. Sin embargo, nada o muy poco se ha hecho en todo este tiempo, a tenor de los ejemplos antes citados, obtenidos del material utilizado en el actual currículo académico.
La promoción de la libertad religiosa es uno de los ejes cardinales de la acción exterior estadounidense, según han confirmado tanto Obama como su secretario de Estado, John Kerry. En el caso de Arabia Saudí, la tarea de suprimir este adoctrinamiento resulta especialmente imperativa por la cantidad de centros de estudio que tiene diseminados por todo el mundo. Weinberg insiste por este motivo en la necesidad de que la Casa Blanca adopte las medidas necesarias para forzar a los saudíes a reformar sus planes de estudios. También el Congreso norteamericano debería escuchar más a las organizaciones independientes que conocen de primera mano lo que ocurre en aquel país, en lugar de guiarse sólo por las informaciones que les proporciona la Secretaría de Estado.
Por: Pablo Molina.
En 2011 el Departamento de Estado encargó al CIRD un informe sobre los libros de texto saudíes, libros que son exportados gratuitamente a todos los países en los que existen centros de estudios financiados por Riad. El documento, titulado "La tolerancia religiosa en el reino de Arabia Saudí", estaba acabado en 2012, pero Washington no lo ha publicado en su integridad, al contrario de lo que hizo con un estudio similar sobre los textos utilizados en las escuelas israelíes y palestinas.
La Secretaría de Estado aduce que no quiere molestar a los saudíes en un asunto en el que se están haciendo progresos. Sin embargo, antiguos funcionarios del departamento conocedores de este asunto aseguran que el motivo real es evitar dar una imagen pésima del régimen.
Los últimos manuales editados por Arabia Saudí contienen pasajes en los que se deshumaniza a judíos y cristianos, se promueve el asesinato de "desviados" como los homosexuales y se defiende la violencia contra los musulmanes no wahabíes. El libro de Ley Islámica correspondiente al décimo curso anima a los estudiantes a "matar a quien cambie de religión (…) porque no vale la pena mantener a esas personas con vida". También se afirma que "Dios creó a los judíos de monos y cerdos". El texto utilizado por los estudiantes de 12º describe a los judíos y a los cristianos como "las peores criaturas", que, lógicamente, "morarán en el fuego del infierno".
Este material de estudio se envía sin coste a toda la red académica internacional financiada por el régimen saudí, de la que forman parte centros de EEUU, donde un estudiante de un centro de Virginia cumple cadena perpetua por conspirar con Al Qaeda para asesinar al expresidente norteamericano George W. Bush. Y es que Arabia Saudí es un elemento clave en la exportación de yihadistas a todo el mundo, como demostró el informe de la comisión bipartidista sobre los atentados del 11 de septiembre, a través de un sistema educativo del que los jóvenes salen con escasa formación humanística y técnica pero profundamente radicalizados en su particular visión del islam.
El fanatismo religioso es una amenaza para la seguridad global, según aseguran expertos en la materia como el exvicesecretario para Terrorismo e Inteligencia Financiera del Departamento del Tesoro de EEUU Stuart Levey, quien considera "incluso más importante" luchar contra el adoctrinamiento que combatir la financiación del terrorismo, porque
a menos que la próxima generación sea educada en el rechazo al extremismo violento, estaremos siempre obligados a hacer frente al surgimiento de nuevos grupos de simpatizantes del terrorismo.
El rey Abdulá declaró semanas después de su coronación, en 2005, que habían cambiado los libros de texto para erradicar cualquier radicalismo. Lo mismo afirmó poco después el príncipe Saud al Faisal, ministro saudí de Exteriores, en referencia a un vasto programa destinado a revisar todo el sistema educativo para suprimir todo lo que no fueran llamadas a la cooperación y la coexistencia. Un año después de la llegada al trono de Abdulá, Arabia Saudí reconoció que la tarea de revisar los materiales de estudio estaba siendo muy laboriosa, por lo que se necesitarían uno o dos años más para finalizar los trabajos. La Casa Blanca llegó a un acuerdo con Riad para ampliar este plazo hasta mediados de 2008. Sin embargo, nada o muy poco se ha hecho en todo este tiempo, a tenor de los ejemplos antes citados, obtenidos del material utilizado en el actual currículo académico.
La promoción de la libertad religiosa es uno de los ejes cardinales de la acción exterior estadounidense, según han confirmado tanto Obama como su secretario de Estado, John Kerry. En el caso de Arabia Saudí, la tarea de suprimir este adoctrinamiento resulta especialmente imperativa por la cantidad de centros de estudio que tiene diseminados por todo el mundo. Weinberg insiste por este motivo en la necesidad de que la Casa Blanca adopte las medidas necesarias para forzar a los saudíes a reformar sus planes de estudios. También el Congreso norteamericano debería escuchar más a las organizaciones independientes que conocen de primera mano lo que ocurre en aquel país, en lugar de guiarse sólo por las informaciones que les proporciona la Secretaría de Estado.
Por: Pablo Molina.
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Por decreto, en Arabia Saudita todos los ateos son terroristas
El rey Abdalá introdujo nuevas leyes para combatir todas las formas de disidencia política y protestas que podrían "dañar el orden público". Definió penas de 20 años para quienes participen en "hostilidades fuera del reino"
Según un nuevo informe de Human Rights Watch, el rey de Arabia Saudita lanzó una nueva legislación en reacción al creciente número de ciudadanos que viajan a Siria para participar en la guerra civil y luego regresan entrenados con una formación renovada e ideas favorables al derrocamiento de la monarquía.
El diario The Independent explicó que, con ese objetivo, el rey emitió el decreto real número 44, que tipifica como delito "la participación en las hostilidades fuera del reino", con penas de prisión de entre tres y 20 años. El primer artículo de esa normativa contempla que "el llamamiento al ateísmo en cualquier forma o a las dudas sobre los fundamentos de la religión islámica en la que se basa este país" se considera terrorismo.
"Las autoridades sauditas nunca han tolerado las críticas a sus políticas, pero estas recientes leyes y reglamentos convierten casi cualquier expresión crítica o asociación independiente en delitos de terrorismo", dijo Joe Stork, subdirector para Oriente Medio y el norte de África de Human Rights Watch.
Un mes atrás, Sahar, de 42 años, y Jawaher, de 38, dos de las cuatro hijas del rey Abdalá, denunciaron a través de medios británicos estar "secuestradas" junto a sus otras hermanas dentro de los altos muros del palacio real.
Fue su madre, Alanoud Alfayez, de 57 años y divorciada de Abdalá desde 1984, quien llevó primero el caso a los medios en Gran Bretaña, donde reside desde hace años. A partir de eso, la periodista del Sunday Times Hala Jaber ha contactado a las princesas y les ha realizado un reportaje vía Facebook.
De acuerdo con dicho artículo, a pesar de tener acceso a internet, ninguna de las hijas del rey tiene permitido abandonar el palacio real, sino es acompañada por alguno de sus hermanos varones o bajo estricta vigilancia de la seguridad de su padre, e incluso en esas condiciones, sólo tienen permitido salir a hacer las compras.Link
Según un nuevo informe de Human Rights Watch, el rey de Arabia Saudita lanzó una nueva legislación en reacción al creciente número de ciudadanos que viajan a Siria para participar en la guerra civil y luego regresan entrenados con una formación renovada e ideas favorables al derrocamiento de la monarquía.
El diario The Independent explicó que, con ese objetivo, el rey emitió el decreto real número 44, que tipifica como delito "la participación en las hostilidades fuera del reino", con penas de prisión de entre tres y 20 años. El primer artículo de esa normativa contempla que "el llamamiento al ateísmo en cualquier forma o a las dudas sobre los fundamentos de la religión islámica en la que se basa este país" se considera terrorismo.
"Las autoridades sauditas nunca han tolerado las críticas a sus políticas, pero estas recientes leyes y reglamentos convierten casi cualquier expresión crítica o asociación independiente en delitos de terrorismo", dijo Joe Stork, subdirector para Oriente Medio y el norte de África de Human Rights Watch.
Un mes atrás, Sahar, de 42 años, y Jawaher, de 38, dos de las cuatro hijas del rey Abdalá, denunciaron a través de medios británicos estar "secuestradas" junto a sus otras hermanas dentro de los altos muros del palacio real.
Fue su madre, Alanoud Alfayez, de 57 años y divorciada de Abdalá desde 1984, quien llevó primero el caso a los medios en Gran Bretaña, donde reside desde hace años. A partir de eso, la periodista del Sunday Times Hala Jaber ha contactado a las princesas y les ha realizado un reportaje vía Facebook.
De acuerdo con dicho artículo, a pesar de tener acceso a internet, ninguna de las hijas del rey tiene permitido abandonar el palacio real, sino es acompañada por alguno de sus hermanos varones o bajo estricta vigilancia de la seguridad de su padre, e incluso en esas condiciones, sólo tienen permitido salir a hacer las compras.Link
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