Por qué a veces se ve la luna de día y otras veces no se ve

La luna, un misterioso compañero celestial, nos cautiva con su belleza tanto de día como de noche. Sin embargo, su aparición en el cielo durante el día puede parecer desconcertante. Analizaremos las razones detrás de este fenómeno astronómico intrigante y cómo el movimiento relativo de la Tierra, el Sol y la Luna juega un papel crucial en su visibilidad diurna.

La combinación celeste de tres astros

La órbita de la Tierra alrededor del Sol y la órbita de la Luna alrededor de la Tierra crean un fascinante espectáculo celestial. Mientras la Tierra gira sobre su eje en un ciclo de 24 horas, también viaja alrededor del Sol en un año. La Luna, por su parte, completa su órbita alrededor de la Tierra en unos 27 días. Estos movimientos cósmicos combinados forman la base de por qué a veces podemos ver la luna durante el día y otras veces no.

Los ángulos y las fases lunares

La clave para comprender por qué vemos la luna de día radica en los ángulos relativos entre la Tierra, la Luna y el Sol. A medida que la Luna se mueve en su órbita, su posición en relación con el Sol y la Tierra cambia constantemente. La cantidad de luz solar que llega a la superficie iluminada de la Luna varía en función de esta posición cambiante.

Durante la fase de luna llena, la Luna se encuentra en oposición, es decir, está en el lado opuesto de la Tierra en relación con el Sol. En este momento, cuando es de noche en la parte de la Tierra que mira hacia arriba, vemos la luz del Sol iluminar completamente la cara visible de la Luna. La Luna se levanta cuando el Sol se pone y se pone cuando el Sol se levanta. Sin embargo, en verano, cuando los días son más largos, es posible ver la Luna llena al final del día, ya que el Sol se pone más tarde.

Fases intermedias y visibilidad diurna de la luna

La danza cósmica continúa con las fases lunares posteriores a la luna llena. Durante la fase de luna gibosa, la Luna aún es visible durante la mañana. En esta etapa, la Luna se está poniendo en el oeste mientras que el Sol está saliendo en el este. La distancia entre la Luna y el Sol es lo suficientemente grande como para que la luz solar no abrume la luz reflejada por la Luna.

A medida que la Luna se acerca al Sol en el cielo, entra en su fase de cuarto menguante. Durante esta fase, la fase de luna creciente solo es visible antes del amanecer. A medida que la Luna y el Sol se elevan casi al mismo tiempo, el brillo del Sol oculta el tenue brillo de la Luna, haciéndola prácticamente invisible en el cielo diurno.

La influencia de las estaciones en la visibilidad de la luna

La duración de la luz del día en diferentes estaciones también juega un papel fundamental en la visibilidad diurna de la Luna. Durante los meses de verano, los días son más largos, lo que significa que el Sol se pone más tarde en la tarde. Esto proporciona una ventana de tiempo más amplia para que la Luna llena, que se levanta después del anochecer, sea visible en el cielo diurno durante su ascenso.

En contraste, en invierno, los días son más cortos y el Sol se pone temprano en la tarde. Esto reduce la posibilidad de que la Luna llena sea visible durante el día. Las diferentes longitudes de los días en las diferentes estaciones afectan la posición relativa de la Luna y el Sol en el cielo, influenciando así la probabilidad de que veamos la Luna durante el día.

Además de las variaciones estacionales, las fases lunares también influyen en la visibilidad diurna de la Luna. Durante la fase de primer cuarto, la Luna es visible en la tarde, ya que se está poniendo mientras el Sol aún está alto en el cielo. En esta etapa, la mitad derecha iluminada de la Luna es claramente visible, formando un cuarto creciente.

A medida que la Luna avanza en su órbita, entra en la fase de gibosa menguante. Durante esta fase, la Luna se pone tarde en la noche, lo que significa que su brillo es más prominente en las primeras horas de la noche. La mitad izquierda iluminada de la Luna es visible en esta etapa, formando un cuarto menguante.

Las limitaciones de la visibilidad lunar

Es importante destacar que no todas las fases lunares son visibles durante el día. La fase de luna llena, cuando la Luna está en oposición al Sol, no es visible en el cielo diurno. Esto se debe a que la Luna llena está completamente iluminada por el Sol y se encuentra en el lado opuesto de la Tierra en relación con el Sol.

Factores que afectan la visibilidad lunar

La visibilidad de la luna durante el día no solo está determinada por la posición relativa de la Tierra, el Sol y la Luna, sino que también está influenciada por otros factores atmosféricos y geográficos. Estos factores pueden crear variaciones en cómo percibimos la Luna en diferentes momentos y lugares.



Atmósfera y luminosidad

La calidad del cielo y la claridad de la atmósfera juegan un papel crucial en la visibilidad de la Luna durante el día. En condiciones atmosféricas claras y libres de nubes, la luz solar se dispersa de manera más uniforme, lo que facilita la percepción de objetos celestes, incluida la Luna, incluso en presencia del resplandor del sol.

Durante el día, el cielo puede mostrar una amplia gama de tonos, desde un azul profundo hasta un tono más claro cerca del horizonte. Estos cambios en la luminosidad del cielo también pueden influir en cómo vemos la Luna durante diferentes momentos del día. Cuando el cielo está más oscuro, es más probable que la Luna sea visible en su fase gibosa o menguante.

Geografía y horizonte

La topografía del terreno y la ubicación geográfica de un observador también pueden afectar la visibilidad lunar durante el día. Si un observador se encuentra en una región montañosa o cerca de un área con elevaciones significativas, la línea del horizonte puede estar más alta en el cielo, lo que facilita la observación de la Luna incluso cuando el Sol está relativamente alto.

Por otro lado, en áreas con horizontes más bajos, como las regiones costeras o las llanuras, la presencia del horizonte puede dificultar la visibilidad de la Luna en su fase gibosa o menguante. En estas situaciones, la luz del Sol puede dispersarse más ampliamente en el cielo, dificultando la distinción de la luz reflejada por la Luna.

¿Por qué se ve la luna durante el día?

La posición relativa de la Tierra, el Sol y la Luna, junto con la dispersión atmosférica, permite que la Luna sea visible en el cielo diurno.

Fuente.

Marea es el cambio periódico del nivel del mar producido por la atracción gravitatoria que ejercen el Sol y la Luna sobre la Tierra, siendo la causa principal la acción de la Luna al estar situada a una distancia mucho menor.

Aunque dicha atracción se ejerce sobre todo el planeta, tanto en su parte sólida como líquida y gaseosa, las mareas de la litosfera son insignificantes en comparación a las del mar, que pueden modificar su nivel en varios metros, y las atmosféricas nos pasan desapercibidas.

A causa de la rotación de la Tierra, a lo largo del día se producen dos fases de marea alta o pleamar, con dos mareas bajas intermedias (bajamar), siendo el ciclo de la marea de 12 horas, 25 minutos y 14 segundos entre pleamar y pleamar, y de 6 horas, 12 minutos y 37 segundos entre pleamar y bajamar. Aunque estos valores se ven algo modificados según la latitud, geometría y perfil de profundidad de la costa, corrientes oceánicas, tormentas e incluso por la presión atmosférica.

Por otra parte el movimiento de traslación de la Luna, que da origen a las fases lunares, determina que se produzcan mareas con gran desnivel entre pleamar y bajamar, mareas vivas, y otras con desnivel inferior, mareas muertas.

Las mareas vivas se producen cuando Luna y Sol se encuentran alineados con la Tierra (luna nueva o luna llena), ya que suman sus efectos, mientras que en ambas fases de cuartos, se forma un ángulo de 90º, con lo que las fuerzas se restan y las mareas son muertas.