La cerveza hace más inteligentes a los hombres

Los estudios científicos más asombrosos o lo que usted quería oír.

Y el chocolate adelgaza, y el queso ayuda a controlar el peso, y las pipas tienen propiedades anticancerígenas, y el vino rejuvenece, y la siesta disminuye los riesgos cardiovasculares, y el aloe vera es mágico, y el pan no engorda... Llega la moda de los estudios científicos insólitos que llevan a tus oídos lo que estabas deseando oír.

La cerveza hace a los hombres más inteligentes. Algunos ya lo habíamos notado. Pero lo que realmente reconforta en esta ocasión es escucharlo de una voz científica y autorizada. Y ahí no acaba todo. El cielo parece abrirse de par en par para los amantes del vino: ¡también hace a los hombres más listos! Sí. Lo dicen nada menos que tres profesores de la Universidad de Illinois. Basan su información en un sesudo estudio realizado en la barra de un bar con cuarenta hombres de entre 21 y 30 años.

La investigación se llevó a cabo alrededor de un surtidor de cerveza. Allí reunieron a los chicos y les propusieron una serie de acertijos que debían resolver lo más rápido posible. A la mitad de los participantes le dieron antes dos vasos de cerveza, y al resto, ni agua. Dejaron pasar unos minutos para que el alcohol comenzara a hacer efecto.

La prueba consistía en adivinar la última de una sucesión de cuatro palabras. Los resultados, aplastantes: los participantes que habían disfrutado de las cañas previas resolvieron un 40 % más de adivinanzas que sus compañeros sobrios y, además, lo hicieron mucho más rápido.

El vino o la cerveza, que en grandes cantidades embota el cerebro, parece engrasarlo si se consume con moderación. “Descubrimos que una tasa de alcohol en sangre del 0,07 % limita la memoria, pero mejora la capacidad creativa para la resolución de problemas”, concluye la psicóloga Jennifer Wiley, una de las impulsoras de esta investigación.

De un tiempo a esta parte, los científicos no hacen más que dar alegrías a los cerveceros sobre su bebida favorita. No hace mucho supimos que la cerveza no engorda, gracias a un estudio presentado por el Comité Científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, y avalado, como no podía ser de otra manera, por el Centro de Información Cerveza y Salud (CICS), de cuya existencia muchos lectores tendrán hoy la primera noticia.

El CICS se dedica a la investigación de las propiedades de la cerveza, publicando estudios científicos como Idoneidad de la cerveza en la recuperación del metabolismo de los deportistas, Diez evidencias científicas sobre los posibles beneficios del consumo moderado de cerveza o Pincho de tortilla y caña: ¿qué nutrientes aportan?

Ha pasado más de una década desde el primer gran informe científico que desmentía la teoría de la famosa barriga cervecera y reconocía asombrosas propiedades antioxidantes en la cerveza. Las erasmus que viven en mi edificio descubrieron este estudio hace un par de años y desde entonces aún no han dejado de celebrarlo. Están bastante delgadas. Lo que no es seguro es que se estén volviendo más inteligentes, aunque puede que estén despuntando por el lado creativo, si consideramos los aullidos y aplausos que se escuchan cada madrugada por el patio de luces como expresión artística.

Se cumplan al cien por cien sus predicciones o no, las últimas semanas han venido cargadas de originales experimentos científicos destinados a endulzarnos la vida.

Uno de ellos procede de la Universidad de California. Hasta ahora, los investigadores más golosos del mundo habían logrado encontrar en el chocolate increíbles propiedades beneficiosas para la presión arterial, la sensibilidad a la insulina y los niveles de colesterol.

Incluso una investigación de la clínica European Dermatology London demostró en 2009 que el chocolate ayuda a retrasar el envejecimiento, desatando la euforia de los adictos a los bombones en todo el mundo. La letra pequeña señalaba que las propiedades antioxidantes solo se mantienen si se trata de chocolate puro -no vale con leche- y que los resultados pueden no ser válidos para la gran mayoría de la población. Pero ¿a quién le importa la letra pequeña cuando se trata de acabar con la leyenda negra del chocolate?

Hoy, al fin, podemos confirmar una de las noticias más deseadas de la historia de la repostería: el chocolate adelgaza. Lo ha averiguado un grupo de investigadores norteamericanos de la Universidad de California, tras realizar un estudio comparativo entre personas con alto consumo de cacao y otras con muy bajo consumo de cacao.

Los resultados no ofrecen lugar a dudas y desvelan que aquellos que ingieren más cacao cuentan con un índice de masa corporal menor que los que consumen menos chocolate.

Si el chocolate no engorda, estamos de enhorabuena, pero nos falta algo. El chocolate está bien, pero lo que realmente hace perder el sentido a la mayor parte de los mortales es el pan que lo acompaña, amortigua y acuna. Hasta hoy el pan era otro de esos alimentos malditos. Pero ya no.

He encontrado una investigación de la Unidad de Nutrición del Hospital de La Paz de Madrid realizada el pasado año, que demuestra que el consumo de pan en las dietas de adelgazamiento no interfiere en la pérdida de peso y que además contribuye a reducir el riesgo de abandono de la dieta.

Sumen los dos estudios anteriores y podrán adelgazar rozando la felicidad, con una estricta dieta de pan con chocolate. Yo llevo dos semanas y, de momento, la única conclusión es que me apetece más cerveza. Tal vez he leído en las últimas horas demasiados informes del CICS.

El queso ayuda a controlar el peso, las nueces previenen varios tipos de cáncer, el plátano reduce los niveles de colesterol en sangre, las patatas fritas pueden ser tan adictivas como la marihuana, el vino ayuda a prevenir el alzhéimer -a largo plazo, se entiende-, el oporto ayuda a abrir el apetito, la masa de pizza horneada a gran velocidad aumenta considerablemente sus propiedades antioxidantes, y el aloe vera es bueno para todo, menos para los fabricantes de cremas de avena.

La lista de estudios sorprendentes parece interminable y muchos llegan a los medios sesgados, sin datos correctos sobre su origen o simplificados por exigencias del guion periodístico. Internet, una vez más, como gran altavoz sin fronteras, es el principal aliado de esta fiebre investigadora que parece empeñada en contradecir las viejas creencias científicas, presentando sugerentes y polémicos resultados.

La siesta, tradición típicamente española, no se ha quedado al margen de esta ola desmitificadora puesta en marcha por un sector de la comunidad científica. Desde el pasado verano científicos de diferentes países se han puesto de acuerdo para exaltar los beneficios de echarse a dormir un rato durante el día. La guinda a esta escalada de informes de expertos bendiciendo la siesta la acaba de poner la NASA, que ha confirmado que dormir 26 minutos al día disminuye los riesgos cardiovasculares, libera tensiones, aumenta la capacidad de concentración, refuerza el estado de alerta y mejora la digestión.

Los datos de este informe han sido aportados por la Junta de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos, tras realizar una serie de pruebas con sus controladores aéreos. La siesta, aunque breve y cronometrada, se suma así a las prácticas que antaño eran consideradas poco saludables, y que hoy parecen ubicarse en el lado sano de la vida.

Ahora que el chocolate no engorda, que el pan tampoco engorda, que las nueces -ingeridas, supongo- previenen el cáncer de próstata, que dormir la siesta alarga la vida, que el plátano reduce el colesterol y que la cerveza hace a los hombres más inteligentes, medio mundo mira a los ojos de la comunidad científica esperando el último gran veredicto, la gran respuesta: ¿y qué hay del ron? Permaneceremos atentos.

- Las pulgas de perro saltan más alto que las pulgas de gato. (Escuela Veterinaria de Toulouse, Francia)

- La mandarina previene la obesidad (Universidad de Ontario Occidental).

- Los pájaros carpinteros no sufren dolores de cabeza ni desprendimientos de retina. (Universidad Politécnica de Hong Kong).

- La cerveza sin alcohol mejora la leche materna aumentando su capacidad antioxidante (Universidad de Valencia).

- El 40 % de los españoles lee mensajes SMS al volante. En Italia lo hace el 61 % de los conductores. (Estudio de Ford).

- Las pipas de girasol tienen propiedades anticancerígenas (Virginia Polytechnic Institute and State University).

- La miel mata hasta las bacterias más resistentes, pudiendo sustituir a muchos antibióticos. (Universidad de Sidney).

http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/cerveza-mas-inteligentes-los-hombres-20120426