Conservar tomates: ¿van o no van en la nevera?

Existe un mito bastante extendido sobre la conservación de los tomates y es el siguiente: nunca los guardes en la heladera ya que éstos se ponen feos (en lo referido al sabor) y sus propiedades se denigran ¿Es del todo cierta esta afirmación? Depende, principalmente de la temperatura de tu casa y del estado de maduración del tomate. En este artículo vamos a intentar dejarte en claro cuándo deberías conservar los tomates en la heladera y cuando no.

La temperatura ambiente, el factor clave

Lo que no suelen especificar quienes dicen que hay que conservar los tomates en un lugar “fresco y seco” es, justamente, ¿qué es fresco? Bien, la temperatura ambiente es de 20°C a 23°C, por lo que, si en tu cocina la temperatura es de 28°C (que no es algo ilógico) los tomates madurarán de forma alarmante.

Así que, en otoño e invierno, puedes conservar los tomates fuera de la heladera sin problemas. Eso si, la forma ideal de conservación es poniéndolos boca abajo y con un trapo húmedo por encima.

El inconveniente llega cuando comienzan la época cálida (si vives en una zona fría estás de suerte) allí hay que comenzar a analizar el próximo punto: poner los tomates en la heladera.

Cómo y cuándo poner los tomates en la heladera

Muy bien, compraste tomates en el mercado, estamos en verano, pero… ¿ya los pongo en la nevera? La respuesta no es tan simple: debes ver el estado de maduración de los mismos. Lo ideal es comprarlos casi maduros, y si no están tan maduros, ahí si, debes dejarlos en un lugar lo más fresco posible fuera de la heladera hasta que llegan a un estado de “casi maduro” para, ahí si, refrigerarlos.

El problema con ponerlos en la nevera si no están lo suficientemente maduros (o “verdes” como le dicen algunas personas) es que se detiene el proceso de maduración y se pierde muchísimas propiedades del tomate, también se va el sabor e incluso la textura.

Ten en cuenta estos consejos para poder aprovechar al máximo los tomates

La clave es evitar que pierdan agua.

El lugar por donde reducen su humedad es por donde estaban conectados a la planta.

El tomate es una de las hortalizas más consumidas. En ensalada o como complemento siempre funciona. Pero mantener su tersura y frescura puede ser difícil a veces. Para evitar que se estropee pronto, hay un truco infalible.

Como recoge Gizmodo, los tomates se estropean porque pierden humedad. La piel del tomate lo evita, pero hay un punto donde no hay: el lugar por el que estaban unidos a la planta. Por eso, una forma de evitar que pierdan agua es guardarlos siempre boca abajo, es decir, con el punto verde pegado al plato o al recipiente. Además, es bueno quitar las hojas que pueda tener.

Otro truco es tapar con cinta adhesiva el punto de unión a la planta. Sobre su refrigeración, lo mejor es conservarlos a temperatura ambiente, excepto si se va a tardar en consumir, caso en el que se recomienda conservarlo en nevera. Eso sí, conviene sacarlo un buen rato antes de comerlos para que tengan todo el sabor.