El único desierto del continente europeo está en España y es un auténtico paisaje de 'western'

Este desierto situado en el sureste peninsular esconde rincones impresionantes y ha sido escenario de varias películas muy conocidas. Su frágil ecosistema y su singularidad cinematográfica no escapan a los efectos del cambio climático.



Situado en la provincia de Almería, el desierto de Tabernas emerge como una maravilla natural única en Europa. Cuenta con una extensión de aproximadamente 280 kilómetros cuadrados, y está considerado como el único desierto del continente europeo.

Se extiende de este-oeste con una longitud que no pasa de los 30 kilómetros y una anchura que varia entre 6 y 17 kilómetros. Su límite norte lo forman las sierras Nevada y Filabres, mientras que por el sur lo hacen las sierras de Gádor y Alhamillla. Aunque se suele creer que es la zona más seca de la Península, realmente la pluviometría es algo menor en el cercano cabo de Gata.

Este desierto se alza como un espectáculo impresionante de la geología y la vida en condiciones extremas, llegándonos casi intacto desde el final del Cuaternario. Sin embargo, detrás de su esplendor cinematográfico y su singularidad ecológica, se esconde una amenaza que pone en riesgo su conservación.

Un escenario de lujo que se enfrenta a los efectos del cambio climático

Tabernas, más que un paisaje desértico, es un lienzo que ha servido de escenario para innumerables producciones cinematográficas. Desde la década de 1960, directores de renombre mundial como Sergio Leone y Steven Spielberg han sido seducidos por sus áridos paisajes.



Se ha convertido en el telón de fondo perfecto para películas del oeste y otros géneros cinematográficos. Títulos icónicos como "El bueno, el feo y el malo" y "Lawrence de Arabia" han dejado su huella en estas tierras, otorgándole el apodo del "Hollywood europeo".

Sin embargo, detrás de la magia del cine, el desierto de Tabernas enfrenta desafíos importantes. La crisis climática amenaza su estabilidad, con el aumento de las temperaturas y la mayor irregularidad de las precipitaciones, lo que provoca graves problemas de erosión.


Estas condiciones aumentan el riesgo de incendios forestales y afectan a la vegetación adaptada a climas secos. Investigadores del CSIC han alertado sobre los posibles cambios en la distribución de las plantas y organismos, que podrían convertirse en invasores y alterar el delicado equilibrio ecológico de la región.

Conservación y turismo responsable

Ante esta situación, es crucial adoptar medidas para proteger y preservar este tesoro natural. La designación del desierto de Tabernas como paraje natural y su inclusión en la Reserva de la Biosfera por parte de la UNESCO son pasos importantes, pero se requiere una acción más amplia y coordinada.

En la península ibérica podemos encontrar otras zonas semidesérticas o áridas bastantes parecidas al desierto de Tabernas, como las Bardenas Reales y parajes moldeados por los badlands o cárcavas y sin apenas vegetación en puntos del sureste peninsular.

Promover un turismo responsable que respete el entorno natural y su biodiversidad es fundamental. Las autoridades locales y los gestores del turismo deben trabajar en conjunto para desarrollar prácticas sostenibles que minimicen el impacto ambiental y promuevan la educación ambiental entre los visitantes.




Este desierto, al fin y al cabo, es un ecosistema frágil y único que merece ser protegido para las generaciones futuras. Es responsabilidad de todos tomar medidas concretas para enfrentar los desafíos ambientales que enfrenta este oasis en medio de Europa. Solo a través de la acción colectiva y el compromiso con la conservación podemos asegurar que el desierto de Tabernas continúe siendo un testimonio vivo de la belleza y la diversidad de nuestro planeta.

Fuente.

Este inhóspito paisaje fue utilizado durante muchos años como escenario de rodaje de los spaghetti westerns.

Atardece y el caballo que nos precede levanta polvo mientras cabalgamos por las tierras baldías. A través de la bruma, puedo distinguir un imponente cañón de arenisca que se perfila en el horizonte. No se trata de un monolito cualquiera, sino de la montaña que se hizo famosa cuando Clint Eastwood, vestido con poncho, se refugió en ella de una banda de forajidos.

Este pedazo de la historia del cine es un espectáculo épico, pero mi caballo no está de humor para detenerse a hacer una foto. En lugar de eso, con un bufido, continúa abriéndose paso con delicadeza por los lechos de los ríos secos como huesos y los caminos de tierra salpicados de salvia, mientras yo vigilo como un halcón las serpientes que se deslizan y que también llaman hogar a esta tierra sedienta.

Este paisaje crepuscular me hace sentir como si estuviera cabalgando por los grandes cielos de Norteamérica.

Tabernas, el único desierto de Europa

Esta parte de Almería ha escapado de algún modo a los estragos del turismo de masas, lo que resulta curioso si se tiene en cuenta que Almería posee una tarjeta de visita impresionante: es el hogar de Tabernas, el único desierto de Europa. Sin embargo, en los últimos tiempos ha corrido la voz sobre las maravillas naturales de la región, "lo que ha atraído a una nueva oleada de visitantes", explica González, enfermera de día y guía vaquera de la empresa de aventuras al aire libre Malcaminos al caer la tarde.

"Estamos viendo un público mucho más joven, de veinte, treinta y cuarenta años, que visita Almería. Vienen de toda Europa por este paisaje", dice González por encima del hombro mientras caminamos por un terreno rocoso y abrasado por el sol. "Los turistas solían venir por los decorados de las películas del oeste, pero ahora tengo que explicar el concepto de spaghetti western a la mayoría de nuestros clientes", ríe mientras emprendemos el camino de vuelta al rancho.

Un puñado de euros

Fue en los años sesenta cuando Almería saltó a la fama después de que el director de cine italiano Sergio Leone utilizara el paisaje para rodar sus famosas películas del spaghetti western, un subgénero de westerns llamado así porque solían estar producidas y dirigidas por italianos. Leone acabó creando la Trilogía de los Dólares (también conocida como la Trilogía del Hombre sin Nombre) -tres obras maestras compuestas por Un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo- en este desierto semiárido.

La región pronto se conoció como el Hollywood de Europa, debido a su embriagadora oferta de bajos costes de producción, una media de 3.000 horas de sol al año y la versatilidad de su paisaje cambiante. En los últimos años, ha servido de escenario para películas de vaqueros en el Oeste americano, para la película de Steven Spielberg Indiana Jones y la última cruzada en Turquía y para un episodio de la serie The Crown en Uluru (Australia).

Hoy en día, aparte de algún que otro equipo de producción que acampa, las cámaras han dejado de rodar en Almería. Aún así, quedan tres reliquias del Viejo Oeste -Fort Bravo, Oasys MiniHollywood y Western Leone- agrupadas en torno al casco antiguo de Tabernas, a unos 30 minutos en coche del aeropuerto de Almería. Descubro que han sobrevivido, al llegar a Fort Bravo para asistir a su espectáculo del Oeste del mediodía, convirtiéndose en extravagantes atracciones turísticas que ofrecen a los visitantes espectáculos de baile de can-can y paseos en carromato por escenarios inquietantemente desiertos.

Los paisajes del desierto

Nos reunimos con la guía turística y naturista Cristina Serena Seguí para dar un paseo en 4x4 por el desierto de Tabernas. Con un pañuelo rosa atado al cuello como una exploradora, Cristina explica que creó su empresa de aventuras al aire libre Malcaminos hace dos décadas, guiando excursiones en un par de camellos peludos, como en una escena de la película Lawrence de Arabia de 1962, que también se rodó en Tabernas.

Lamentablemente, los camellos han sido sustituidos por jeeps y caballos, explica Cristina mientras avanzamos en su coche por un paisaje desértico apenas bañado por el agua, gracias a las cadenas montañosas que actúan como barrera natural, impidiendo la entrada del aire cargado de humedad del marMediterráneo.

"En los 20 años que llevo trabajando aquí, la actitud hacia este desierto ha cambiado. Antes se consideraba un páramo de escaso interés", dice, mientras aparca el jeep para disfrutar de las impresionantes vistas de las laderas y barrancos de aspecto lunar, que hace millones de años estaban ocultos bajo el mar. Hoy en día, científicos de todo el mundo visitan regularmente la zona para descubrir cómo podemos cultivar productos y vivir con menos agua, ya que Tabernas se está convirtiendo en un caso de estudio cada vez más importante.

En un año bueno, la región sólo recibe 20 centímetros de lluvia al año, pero el año pasado la sequía hizo que lloviera tan poco que la agricultura, fuente crucial de ingresos para la región, sufrió un duro golpe.

Ideas para el futuro

"Ahora tenemos que pensar qué ofrece Tabernas que sea de gran valor. Está el turismo, por supuesto, y cada vez más el agroturismo. Pero también tenemos mucho sol y viento, así que las energías renovables se están convirtiendo en un foco de atención". Los agricultores locales se adaptan al cambio climático cultivando frutas y hortalizas bajo plástico. Almería tiene ahora una de las mayores concentraciones de invernaderos del mundo, añade Cristina.

"La gente se escandaliza cuando ve los invernaderos por primera vez, pero en muchos sentidos es una solución inteligente a la falta de lluvia, ya que evitas la evaporación. Llegamos a estas conclusiones mucho antes que otros, simplemente porque teníamos que hacerlo por nuestra supervivencia".

Mientras me dirijo al aeropuerto, pasando junto a un océano de paneles solares que bordean la reseca carretera y las extravagantes atracciones turísticas del oeste, resuenan las palabras de despedida de Cristina: "Almería siempre ha sido una tierra que enseña a adaptarse a los tiempos".